Flamencas por derecho

Mujeres que han dejado su impronta en la historia del flamenco

Flamencas por derecho - Mujeres que han dejado su impronta en la historia del flamenco

María de Albaicín, estrella del baile y reina del celuloide (IV)

En 1926 María de Albaicín se pone a las órdenes de Max de Rieux, que comienza a rodar su ópera prima, La grande amie (1), basada en una novela de Pierre L’Ermite. La acción transcurre en un tranquilo medio rural, que se ve amenazado por la instalación de dos curtidurías. La actriz española “describe con una elegancia y una seducción incomparables el inquietante personaje de Alberta” (Les Spectacles, 31-12-1926) (2), una joven mundana que lleva la ruina al terrateniente de quien se enamora, encarnado por su marido en la vida real, Aimé Simon-Girard.

María de Albaicín y Aimé Simon-Girard, en una escena de La grande amie (1926)

María de Albaicín y Aimé Simon-Girard, en una escena de La grande amie (1926)

De manera paralela, la bailaora sigue triunfando en los escenarios. En agosto de ese mismo año actúa en una ‘Fiesta provenzal’ celebrada en la estación termal alpina de Brides-les-Bains y unas semanas más tarde representa su ballet Gitanerías en el music hall Alhambra de Ginebra. La prensa suiza glosa de este modo los méritos de la española:

María de Albaicín: Es la hija de una gitana; es famosa por su belleza y sirvió de modelo a los más grandes pintores españoles contemporáneos. Bailaba en Madrid cuando Diaghilev fue a contratarla y se convirtió en una de las estrellas de los ballets rusos; bailó en Madrid, en la Ópera de París, en Londres, etc. Después el cine la acaparó y obtuvo de entrada un éxito considerable en Surcouf, Mylord l’Arsouille, L’espionne aux yeux noirs, etc. Esta estrella española de los ballets rusos se ha convertido en una gran artista francesa” (Journal de Genève, 2-9-1926).

María de Albaicín, en una escena de La grande amie (1926)

María de Albaicín, en una escena de La grande amie (1926)

Una estrella muy solicitada en todo tipo de eventos

Tal es la fama alcanzada por María de Albaicín, tanto en su faceta de bailaora como en la de actriz de cine, que su presencia es requerida en numerosos eventos. En 1927 la artista no duda en colaborar con diferentes causas, como el “Baile de las camitas blancas”, que tiene lugar en febrero en el teatro de la Ópera de París, o la “Gala a beneficio de las bocas rotas” (3), celebrada en el mes de junio en el Claridge. En ambas ocasiones, María coincide con algunas de las grandes estrellas del París de la época, como la cantante Joséphine Baker.

La española también se deja ver en otros acontecimientos, como la gran fiesta anual del cine, celebrada en el mes de marzo en el hotel Continental, o en el festival benéfico a favor de la familia de Catherine Jordaan, una joven artista fallecida durante una gira por Sudamérica.

En mayo de 1927, María de Albaicín es una de las atracciones del gran baile español de disfraces En tiempos de Goya”, organizado por Vicente Escudero en la sala Bullier, y en cuyo comité de honor figuran pintores como Ignacio Zuloaga o Kees Van Dongen.

María de Albaicín

María de Albaicín

El bailaor presenta, “en la sala completamente decorada por pintores españoles modernos, el ‘Cuadro Flamenco’, con la presencia de las Srtas. Lolita Osorio, Paquita Pagan, Margarita Madrid, Carmino García y Almería” (Le Gaulois, 25-5-1927). Entre las personalidades asistentes figuran Joséphine Baker, La Argentina y María de Albaicín, que baila ‘La Maja’.

En esa época descubrimos una nueva faceta de la española, la de conductora. María participa en el “campeonato automovilístico de los artistas”, que tiene lugar en el Parque de los Príncipes; y en un “Concurso de elegancia femenina en automóvil” organizado por la revista Femina. En este último, el vehículo Lincoln de la bailaora es uno de los más admirados.

Unos meses más tarde, la polifacética artista forma parte del jurado encargado de elegir a los protagonistas de un filme que está previsto rodar en la localidad francesa de Deauville.

Maria de Albaicín, en un concurso de automóviles

Maria de Albaicín, en un campeonato de automovilismo

Regreso a la gran pantalla, con Valencia

En 1927 se estrena en distintos países europeos el filme Valencia, una producción alemana basada en el famoso cuplé del maestro Padilla y dirigida por Jaap Speyer. María de Albaicín da vida a la protagonista, una “florista felina y explosiva, […] prototipo de la andaluza provocativa e insaciable, amante fría, virgen pura…” (L’Écho d’Argel, 22-3-1928).

La cinta, rodada entre Múnich y Málaga, contiene abundantes referencias a las costumbres y tradiciones andaluzas, por lo que es muy apreciada en nuestro país.

“Los amores de esta mujer, que trae revuelto medio Málaga, lugar de la acción, tienen el aliciente de interesar tanto más cuanto que en la acción se han mezclado hábilmente costumbres típicas de Andalucía: procesiones, toros, bailes al aire libre, puro ambiente de la tierra del sol; pero todo acertado, vistoso y lleno de realidad.

La fotografía es espléndida, con bonitas vistas del puerto de Málaga y sus alrededores.

El final es de una sugestión y plasticidad extraordinarias” (Las Provincias, 23-10-1927).

Cartel del filme Valencia

Cartel del filme Valencia

Tanto la crítica española como la extranjera, una vez más, se rinden ante el talento y la belleza de la actriz y bailaora:

María de Albaicín anima con todo su esplendor dorado las escenas lascivas, cuadros de una belleza brutal y salvaje” (L’Impartial, Suiza, 3-9-1927).

María de Albaicín está hecha una estrella. Hay en ella pasta de artista cinematográfica” (Las Provincias, 23-10-1927).

María de Albaicín, una mujer espléndida, de una belleza exuberante, que interpreta su papel de un modo admirable” (La Libertad, 8-2-1928).

María de Albaicín -la danzarina española de fama internacional– ha dado pruebas de poseer un temperamento dramático de gran fuerza-que le está valiendo éxitos rotundos en el arte mudo” (El Progreso, 17-3-1928).

Gira por Sudamérica

En la primavera de 1928, María de Albaicín se embarca en una nueva aventura. La española y su marido, Aimé Simon-Girard, son las estrellas principales de la compañía del Moulin-Rouge, que es contratada para realizar una gira por Argentina y Brasil.

María de Albaicín (Eu sei tudo, septiembre de 1921)

María de Albaicín (Eu sei tudo, septiembre de 1921)

El grupo, compuesto por unos ochenta artistas, parte de Le Havre en el mes de abril a bordo del vapor Lutetia, y unas semanas más tarde llega a Río de Janeiro, donde realiza una primera escala.

Allí les esperan los empresarios del teatro Palacio, José Loureiro y Víctor Fernandes, que ofrecen a las primeras figuras de la compañía un banquete en el hotel Riachuelo y les enseñan algunos de los lugares más hermosos de Río.

“Los artistas se mostraron verdaderamente entusiasmados con las bellezas de la ciudad y entre otras palabras que dejaron escritas, citamos las siguientes: […]

‘No podía imaginar que había en el mundo una cosa más bella que la Giralda de mi país: Sevilla. ¡Pero he visto Río!… Entonces… (a) María de Albaicin” (Jornal do Brasil, 6-5-1928).

Tras esta parada en Brasil, el grupo se dirige a Buenos Aires, para actuar en el teatro de la Ópera. Posteriormente pasan a Montevideo y, tras dos meses de éxitos, en el mes de julio regresan a Río de Janeiro, donde se les espera con impaciencia para la inauguración del nuevo teatro Palacio.

María de Albaicín, en uno de sus filmes

María de Albaicín, en uno de sus filmes

El primero en llegar a tierras cariocas es el director de la compañía, el Sr. Jacques-Charles, que se encarga de revisar todos los detalles. Unos días más tarde lo hacen las estrellas principales, a bordo del lujoso transatlántico ‘Giulio Cesare’:

María de Albaicín, una española de ojos grandes y negros, […] es la primera bailarina. Es española de nacimiento y más francesa que cualquier francesa, como ha declarado.

Adora París, donde ha pasado casi toda su vida de artista, de éxito en éxito.

Tenía prisa por venir a Río, así que no ha esperado a los demás artistas, que vendrán en el ‘Aurigny’. […]

Simon-Girard también es un elemento de la compañía del Moulin Rouge, y uno de los principales. […]

María del Albaicín y Simon-Girard están seguros de que el éxito alcanzado por la compañía del Moulin Rouge en Buenos Aires se repetirá en la capital brasileña” (Correio da Manhã, 8-7-1928).

Poco después se les une el resto del elenco, un nutrido grupo de músicos, bailarines, cantantes y artistas cómicos. El día de la inauguración del teatro se representa Paris aux étoiles, “una de las revistas del Sr. Jacques-Charles que más gustaron en París, donde se mantuvo en escena durante largos meses con gran éxito […]. Revista moderna, […] de cuadros cortos y mucho movimiento, llena de hermosa música, es un desfile de cosas interesantes y muy novedosas” (O Paiz, 4-7-1928).

María de Albaicín (Le Petit Parisien, 14-8-1931)

María de Albaicín. Foto: R. Sobol (Le Petit Parisien, 14-8-1931)

A pesar de la gran afluencia de público, que abarrota el recién estrenado coliseo, parte de la crítica se muestra algo fría ante la revista: “la compañía de París no deslumbró, no mostró novedades al indígena; sin embargo, dio un espectáculo divertido” (Correio da Manhã, 14-7-1928).

Eso sí, casi todos los periódicos coinciden en señalar como uno de los más destacados el número de baile de María de Albaicín, acompañada por el guitarrista Pepe de Badajoz:

“La bailarina española de Albaicín, llamada ‘la reina del baile flamenco’, cosa dificilísima y sólo comprensible por los entendidos, bailó, acompañada a la guitarra por el Sr. Pepe Álvarez. Su vestuario, de pura estilización española, era rico y de mucho gusto. Su baile fue interpretado con inteligencia” (O Paiz, 14-7-1928).

“Son interesantes […] una escena de cabaret, donde María de Albaicín estiliza una danza española, ‘La aldea de las muñecas’, con un curioso escenario modernista” (Gazeta de Noticias, 14-7-1928).

NOTAS:
(1) El título de este filme podría traducirse como La gran amiga.
(2) La traducción de todos los textos extranjeros es nuestra.
(3) Ésta sería la traducción literal. La prensa española se refiere a este evento como gala “a beneficio de los ‘desfigurados’ de la guerra” (La Época, 5-6-1927).

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Categoría: Bailaora

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