Tras muchos años de lucha, las mujeres aún seguimos intentando acceder al lugar que nos corresponde en la sociedad y en la historia. Durante siglos se nos han puesto infinitas zancadillas y barreras, que poco a poco vamos derribando, no sin gran esfuerzo. Se nos ha intentado confinar en reductos domésticos y privados, con la excusa de una supuesta inferioridad o “naturaleza diferente”. Se ha tratado de borrar o desprestigiar nuestras aportaciones al mundo del arte y la cultura.
Uno de los ámbitos que tradicionalmente se han caracterizado por su masculinización es el del flamenco. A pesar de su destacadísimo papel en la configuración y transmisión de este arte universal, hasta hace no muchas décadas, las mujeres no lo han tenido nada fácil para desarrollar una carrera profesional en este campo, y cuando lo han conseguido, muchas veces ha sido a costa de sacrificar otros aspectos de su vida.
Con este blog queremos rendir tributo a todas aquellas mujeres, muchas ya desaparecidas y otras en plenitud de facultades, algunas desconocidas y otras auténticas estrellas, que durante décadas e incluso siglos han nutrido con su cante, su baile y su toque esa fuente de arte inagotable que es el flamenco… y qué mejor momento para inaugurarlo que este 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer Trabajadora.
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