La Joselito y Ramón Montoya reinan en la sala Pleyel
El 30 de noviembre de 1936, La Joselito y Ramón Montoya ofrecen un “Festival de Arte Flamenco” en la parisina Sala Pleyel. El programa se compone de “cantes, bailes y solos de guitarra flamencos” (La semaine à Paris, 27-11-1936), e incluye soleares, tangos, tientos, farrucas, alegrías, sevillanas, siguiriyas, granaínas, caracoles y el famoso ‘Zapateado de Cádiz‘.
Completan el cartel los guitarristas Amalio Cuenca y Juan Relámpago. El éxito es tal, que los artistas programan un segundo festival para el 13 de diciembre. Una vez más, la prensa francesa no escatima en elogios para la bailaora:
“Sus bailes no están recompuestos, sino que permanecen tal y como ella los aprendió en las cuevas de Granada, cuando en el Sacromonte la gente se dedicaba a bailar, no a disparar las ametralladoras.
Sus cantes… ¡ah! Cómo me gustan sus cantes… Me recuerdan a esas saetas, ‘cantes profundos’ en los que la voz se rompe en gritos, y los ritmos de repente suben o se ahogan de repente, como en el canto del muezín.
Al ver a Joselito en el escenario de la Sala Pleyel, ante los guitarristas, me decía: ¡Qué pena que no haya, ante este público, quince Joselitos!” (La semaine à Paris, 11-12-1936).

Cartel del recital ofrecido por La Joselito y Ramón Montoya
“Recordamos el primer triunfo individual de la Joselito, que sobresalía en la troupe de la genial Argentina. Hoy como entonces, ella nos trae, por su rotación abundante, su contoneo espasmódico de ‘dama gitana’ y el chasquido de sus dedos, como una sensación de estar atravesando las puertas ibéricas. Con la llama en los ojos y ‘la madre del canto’ en la garganta, esta Joselito, como la flor salvaje de Aragón, de Toledo o de Andalucía, refleja a través de sus magníficas canciones y bailes toda el alma de un pueblo” (Le Figaro, 21-12-1936).
Unos días más tarde, la bailaora ofrece un recital en la sala d’Iéna, acompañada por su inseparable Relámpago y por la pianista Pilar Cruz. La Joselito interpreta algunos de sus números más conocidos, como “Rosario la Cava”, el baile de La vida breve o La corrida, además de deleitar al público con sus saetas, caracoles, soleares, farrucas y alegrías.
Varias semanas después de los festivales flamencos de la sala Pleyel, en la prensa aún resuenan los ecos del triunfo de la Joselito, que es considerada en el país galo como una de las más auténticas bailaoras españolas, por la pureza y el carácter popular de sus bailes:
“Ya no estábamos en París, sino en España, en la casa de los gitanos o en cualquier lugar público donde se exhiben las bailaoras sensualmente apasionadas de su arte, […] que no buscan bajo ningún pretexto llevar su coreografía a un plano intelectual. Se sucedieron tangos, soleares, alegrías y zapateados cautivadores, llenos de fuego y de vida. […] El arte de La Joselito bien parece ser el arte exacto de las bailaoras populares de Andalucía. […]
Acompañado de un cante, el ‘Tango Flamenco’ interpretado por La Joselito es un baile violento, erótico, que no ha sufrido ninguna influencia europea. La ‘Farruca’, un baile de chulería y de provocación, tuvo el don de levantar el ánimo de los espectadores españoles, numerosos en la sala. Los chasquidos de las manos y de los dedos, y los redoblados golpes de los tacones crean esta atmósfera de frenesí de la que no nos arrancan ni las alegrías, ni las sevillanas acompañadas de las castañuelas” (Le Popularie, 1-1-1937).

Primer plano de Carmen Gomez, La Joselito
“La Joselito ha presentado su ‘Zapateado de Cádiz’, expresando el deseo, la espera y la impaciencia; con el cuerpo casi inmóvil, los pies expresan casi solos todo lo que el baile sugiere. La Joselito bailaba sola y, para ella, el gran escenario no era demasiado vasto. […]
Durante esta representación hemos agradecido a la bailaora y al músico […] el habernos transmitido los aires y los bailes en estado puro sin concesión alguna” (Le Figaro, 22-2-1937).
Una artista comprometida y admirada en toda Europa
Tras su exitosa colaboración con Ramón Montoya y Amalio Cuenca, en febrero de 1937 La Joselito ofrece varios recitales junto a la niña prodigio de la guitarra Ida Presti. Juntas se presentan en la Sociedad Filarmónica de París y en la sala Pleyel. En esa época, la prensa anuncia también las actuaciones de la bailaora en Niza, Montecarlo y Burdeos.
La artista, muy admirada por el público francés, se prodiga en todo tipo de eventos, de carácter artístico, cultural o político. Su presencia es reclamada por las mejores salas del país galo. En marzo de 1937, Carmen forma parte del elenco de la “Gran gala por la fraternidad de las razas”, que tiene lugar en el Palacio de la Mutualidad de París, y unas semanas más tarde actúa, junto a la bailarina Margarita Guerrero y el guitarrista Relámpago, en un festival celebrado en la sala Pleyel en honor del escritor Henri Barbusse.
Durante el verano, La Joselito interviene en una “gran fiesta campestre, artística y deportiva” organizada por el Sindicato de Trabajadores de la Madera en el estadio de Draveil (París), así como en un festival de bailes populares que tiene lugar en el pabellón español de la Exposición Internacional de París.

La guitarrista Ida Presti
Ya en el mes de octubre, “la célebre bailaora” vuelve a demostrar su compromiso con la República española, al actuar en el “Gran encuentro en honor de los combatientes de la libertad”, celebrado en la Mutualidad parisina para conmemorar el aniversario de la constitución de las brigadas internacionales.
Poco después, Carmen viaja a Estocolmo para participar en la “Semana de España”, y ofrece un nuevo recital de bailes españoles en la Casa del Pueblo de Lausana. Por otra parte, la bailaora retoma su colaboración con la joven guitarrista Ida Presti, con quien actúa en la sala Pleyel en el mes de diciembre.
Durante los primeros meses de 1938, La Joselito regresa a Suiza en varias ocasiones, acompañada por Relámpago y por el pianista Luigi Campolieti. En el programa figuran piezas de Albéniz, Falla y Granados, además de canciones populares, bailes regionales y flamencos, incluido su famoso ‘Zapateado de Cádiz’. Como en ocasiones anteriores, la bailaora conquista al público suizo:
“Para nuestro placer, la bailaora andaluza La Joselito ha regresado a Lausana, y ha vuelto a llenar la sala de la Casa del Pueblo de espectadores conquistados por su arte […].
A partir de aires populares y de otros bien conocidos, que Albéniz, Falla y Granados han enriquecido, La Joselito, ataviada cada vez con un nuevo vestido y con su sonrisa, ha bailado como se baila en Sevilla. Con esta gracia infinita de los gestos, del porte de la cabeza, de los contoneos que contrastan con el ritmo frenético de los pies que martillean en el suelo, ha evocado los cabarets, las callejas sevillanas, el amor y los desafíos que le lanzan, los peligros que os amenazan, el espectáculo de las plazas de toros, la jota de una pequeña campesina aragonesa, y en cada número los espectadores le rogaban que volviera a empezar, a lo que La Joselito se prestaba con la mejor gracia del mundo” (Gazette de Lausanne, 18-2-1938).
Durante la temporada de invierno de 1938-39, La Joselito se anuncia en la sala Dandelot, actividad que compagina con sus apariciones en distintos eventos, como la “Gran fiesta de la juventud” organizada por las juventudes socialistas en la sala Wagram de París. Por su parte, la prensa española sitúa a la artista en el corazón del barrio de Montmartre, concretamente en “el Cabaret Sevilla, donde triunfan la Joselito con su farruca y Montoya con su guitarra” (Crónica, 18-3-1939).
En junio de 1939, la bailaora regresa a la sala Pleyel “con su compañía española, alma de Andalucía, en sus nuevas y magníficas creaciones escénicas” (Le Matin, 16-6-1939). Los éxitos no se hacen esperar:
“La bailaora española Joselito […] transporta de entusiasmo al inmenso auditorio que ha acudido a la sala Pleyel para este festival de bailes ibéricos. Rodeada de brillantes compañeros: María Luisa, Juanita Biesca, Marga Rocío, Isabel Carito y Luis Rivas, la Joselito nos ha hecho admirar una vez más su notables cualidades, su irresistible dinamismo y una alegría en el baile que daba gusto ver” (Le Matin, 13-7-1939).
La Joselito baila un zapateado en la televisión francesa:
Pablo Giménez comentó:
En 1936 o 1937 La Joselito realizó una actuación en la Sociedad Hispano-Suiza de Zurich. Se trataba de un festival benéfico a favor de las víctimas de la guerra civil española. Bailó acompañada al piano por Joaquín Rodrigo quien interpretó obras suyas. Esto lo relata Victoria Kamhi, mujer de Rodrigo.
Gracias por el artículo.
Pablo Giménez
Ángeles Cruzado comentó:
Muchísimas gracias por la aportación, Pablo. Un cordial saludo 🙂