Flamencas por derecho

Mujeres que han dejado su impronta en la historia del flamenco

Flamencas por derecho - Mujeres que han dejado su impronta en la historia del flamenco

Trini Ramos, de la Alameda a Nueva York (VI)

La nueva compañía de Trini Ramos está integrada por una docena de artistas, entre los que destacan “un cuarteto masculino de instrumentistas, Los Trovadores Sudamericanos; un cantante, Charles Schenk, y un compañero de baile, Alberto de Lima” (Variety, 6-1-1926) (1).

Los números llaman la atención por su espléndida puesta en escena, en la que Trini “ha invertido 25.000 $ para darle a su radiante belleza un marco adecuado” (Brooklyn Life and Activities of Long Island Society, 2-1-1926) (2). De hecho, la española “ni siquiera busca empresarios: ella misma es su empresaria. Ella idea su acto, lo organiza, lo ensaya, lo decora, lo viste (o lo desnuda), ¡y lo paga!” (Cine-Mundial, marzo de 1926).

Trini Ramos (The Des Moines Register, 11-2-1923)

Trini Ramos (The Des Moines Register, 11-2-1923)

La propia artista ofrece a la prensa sevillana algunos detalles sobre la organización de su compañía:

“Yo llevo un bailarín, un cantante, y una orquesta compuesta de ocho profesores. Hago un acto que dura treinta y cinco minutos y tiene dieciséis escenas. El decorado es mío. Una cosa con vistas a España. La cortina es de terciopelo negro, y sobre ese fondo se ven un torero y una maja, en oro.

[…] La “farruca” la bailo vestida de torero, un traje de torero especial, con una montera rarísima. El traje es rojo y las lentejuelas de oro” (El Liberal de Sevilla, 22-7-1926) (3).

Arte español de pura cepa

Durante los primeros meses de 1926, Trini & Co. se presenta en los teatros Orpheum de Saint Louis, Los Angeles y Omaha, entre otros. La crítica elogia el carácter auténticamente español de sus bailes:

“El baile español, los amplios deslizamientos, el tempestuoso zapateado -en sí mismo, el supremo gesto romántico- es más que una cuestión de técnica. Más bien es una cuestión de nacimiento.

Trini es española en su cara, en su forma, en su figura, en sus maneras y en su temperamento. Sus bailes en el Orpheum Theater esta semana son más que una mera serie de pasos, ejecutados según una antigua fórmula. Más bien parecen la expresión de su natividad castellana, una manifestación de su temperamento, una exposición lírica del romance que está en la sangre de los pueblos mediterráneos” (The Los Angeles Times, 11-2-1926).

Trini Ramos (Cine-Mundial, enero de 1923)

Trini Ramos (Cine-Mundial, enero de 1923)

En junio de 1926, la sevillana regresa al Palace de Nueva York, con un programa de bailes y canciones españolas, que son una versión mejorada de algunos de los éxitos de Raquel Meller:

“… la Señorita Trini, cuyo número es colorido y está excelentemente interpretado. Además de su programa de bailes más o menos hispánicos, Trini ensaya el tipo de cosas que suele hacer Raquel Meller en dos de sus últimos números, ‘Ay, Cipriano’ y ‘El Relicario’. En ‘El Relicario’ incluso lo hace mejor que Meller, pues explica la historia con detalle y después la representa, en lugar de confiar simplemente en su capacidad como oradora. Está secundada por Alberto Galo, la Hurtado’s Marimba Band y E. Holt, que toca el acordeón” (The New York Times, 1-6-1926).

Confesiones a Galerín

Unas semanas más tarde se puede ver a la sevillana en el Maryland Theater de Baltimore y en el Brighton Theater de Nueva York. Tras cumplir estos compromisos, Trini regresa a España para pasar unos días de descanso junto a su familia. Como es habitual en cada una de sus visitas a Serva la Bari, la artista concede una entrevista a Galerín, en la que hace balance de los éxitos obtenidos en los últimos meses y avanza algunos de sus proyectos más inmediatos.

Raquel Meller (Foto de Campúa)

Raquel Meller (Foto de Campúa)

La polifacética andaluza acaba de rodar la película Licores -ambientada en la época de la ley seca- y, a pesar de lo jugoso del estipendio, considera que no le compensa seguir trabajando en el cine:

“Yo he cobrado 2.500 dólares cada semana. La impresión de “Licores” duró cuatro semanas. Crea usted que no hago ni una más. Yo no trabajo desde las ocho de la mañana a las seis de la tarde ni por tres cortijos. Las casas de películas están en Los Ángeles. Había que estar maquillada a las ocho y se come en el estudio. ¡Una y no más, dije! Y he rechazado cinco contratos que me ofrecían. Si me falta el éxito en los teatros haré películas, porque dicen que estoy bien” (El Liberal de Sevilla, 22-7-1926).

Trini aprovecha su estancia en Sevilla para darse algún capricho culinario (4) antes de regresar a Nueva York, donde tiene previsto debutar a mediados de agosto. Después de cuatro años en el país norteamericano, la polifacética artista sigue triunfando como el primer día, a pesar de la frialdad del público, e incluso ha tenido el honor de conocer al presidente Coolidge (5):

“Debuto el 15 de agosto en el Palace, de Nueva York. Yo he batido en este teatro el ‘record’ de la repetición. Suelen estar las artistas una semana, y a mí me prorrogaron el contrato por tres. […]

… Yo he tenido suerte en los debuts. El último llenó cuatro palcos de autoridades y representaciones españolas, palcos que yo ordené se exornaran con las banderas de ambas naciones. He tenido mucha suerte. No puedo quejarme. […]

El público es frío, serio. Contadas veces se entusiasma y exclama ¡hurra! Se les alegran ‘las pajarillas’, como decimos por aquí; pero no son efusivos, ‘no se entregan’” (El Liberal de Sevilla, 22-7-1926).

Trini vestida de torero (The Los Angeles Times, 6-3-1926)

Trini vestida de torero (The Los Angeles Times, 6-3-1926)

A su regreso a los Estados Unidos, Trini Ramos realiza su ya tradicional posado para los medios. En esta ocasión, lleva el pelo tocado con una gran peineta española y sostiene en la mano un abanico promocional del presidente Coolidge.

Misma compañía, nuevas ideas

La sevillana llega cargada de nuevas ideas, que le servirán para renovar por completo su repertorio, no sólo en lo que respecta al contenido de los números sino también a su presentación, cada vez más elaborada y lujosa. No obstante, el equipo humano que la acompaña sigue siendo prácticamente el mismo: la Marimba Band -ahora, con Louis Betancourt al frente-, Alberto Galo y el músico E. Holt.

Antes de regresar al Palace de Nueva York, como anunció a Galerín, la estrella española retoma el circuito Keith Albee y actúa en ciudades como Atlantic City, Filadelfia, Wilkes-Barre, Detroit o Hartford. En todas ellas cosecha grandes éxitos y recibe numerosos elogios de parte de la crítica, que concede mayor importancia a sus múltiples cualidades artísticas que a su extraordinaria belleza:

“Su número Apache es especialmente sorprendente. Lo canta y lo baila con sentimiento dramático. Sus numeros españoles muestran brillantez de técnica así como originalidad. […]

Su trabajo con las castañuelas es excepcional. Es una excelente música y toca la guitarra de un modo magistral” (The Philadelphia Inquirer, 5-9-1926).

“Ninguna de las bailarinas que han llegado al vodevil americano ha conseguido igualar el éxito de esta fascinante hija de Madrid” (The Philadelphia Inquirer, 5-9-1926).

Trini Ramos, luciendo el abanico promocional de Coolidge (Oakland Tribune, 12-8-1926)

Trini Ramos, luciendo el abanico promocional de Coolidge (Oakland Tribune, 12-8-1926)

“Ella es la belleza de las bellezas y posee una rara habilidad como bailarina, cantante y versátil artista todoterreno. Trini es la personificación de la gracia. Su belleza fascina – su baile embelesa, su canto deleita. Trini despliega el fino gusto de una aristócrata en todos sus alegres decorados – su elegante guardarropa […]. Los públicos están fascinados por los bailes de Trini con la música suave y relajante de la incomparable Marimba Band de Louis Betancourt. […] El Sr. Holt es un maestro de la concertina y la toca con el mismo alegre abandono con el que baila Trini. El Señor Galo es el compañero especial de baile de Trini. El ardiente tango, el baile favorito de España, nunca ha sido interpretado más artísticamente que lo hace este dúo” (Wilkes-Barre Times Leader, 21-9-1926).

“Aunque posee belleza, para ganarse al público no depende en absoluto de ella, sino de su baile, su fascinante personalidad y su magnetismo sobre el escenario.

Todo el número de Trini debe ser el resultado de mucho sacrificio y del genio de la preparación y la combinación” (The Scranton Republican, 24-9-1926).

En noviembre de 1927, Trini Ramos vuelve por octava vez al Palace Theatre de Nueva York, un hecho “poco habitual”, al tratarse de una artista “que sólo lleva en el vodevil dos temporadas” (Vaudeville News, 26-11-1926). La sevillana no decepciona:

“Trini mostró una preciosa creación y mucho talento durante sus 42 minutos. Usando dos canciones que también hace Raquel Meller […]. Maravillosa tocando las castañuelas y sacando triples repiqueteos de sus tacones, Trini atrajo toda la atención de quienes estaban a su alrededor. Una dulce salva de aplausos fue el resultado para esta dama española, que es una gran artista” (Variety, 17-11-1926).

Trini Ramos (The Baltimore Sun, 12-5-1925)

Trini Ramos (The Baltimore Sun, 12-5-1925)

En el mes de diciembre, la artista andaluza llega a Baltimore. El triunfo obtenido obliga a prorrogar el contrato una semana más, en la que Trini sorprende con “un número totalmente nuevo de baile español, escenas de amor y tragedia, y sigue cautivando a los públicos” (The Baltimore Sun, 14-12-1926).

NOTAS:

(1) La traducción de todos los textos extranjeros es nuestra.

(2) “El número del matador con el capote rojo y amarillo; el decorado de tela plateada; el sorprendente número gitano con una carreta entoldada al fondo; el novedoso abanico con sus réplicas reales y el resto, todos son agradables” (Variety, 6-1-1926).

(3) Todas las noticias extraídas de la prensa de Sevilla han sido localizadas por José Luis Ortiz Nuevo y están disponibles en el Centro Andaluz de Documentación del Flamenco.

(4) “He desayunado un bollo francés con manteca colorada. Y como sopas de ajo y gazpacho, y caracoles, y menudo, y cocido. ¿Qué eso es ordinario? ¡Quizás! Pero no paso las comidas untadas con mostaza, confeccionadas con manteca de vaca, con la sal, las especias y el vinagre aparte. Y oliendo a demonios. ¡Como nuestra cocina no hay nada! ¿Qué cree usted que hice yo un día en Nueva York para obsequiar a unas artistas españolas? Pues fui al mercado y adquirí calabaza y habichuelas. ¡No nos reíamos nada en la cocina…!” (El Liberal de Sevilla, 22-7-1926).

(5) “- […] En Washington me llamó el presidente de los Estados Unidos. ¿Quiere usted poner el nombre? Ponga usted: Coolidge.

– ¿Lo conoce usted bien?

– Fui a su residencia a devolverle la visita. Creo que fue la primera vez que se sonrió” (El Liberal de Sevilla, 22-7-1926).

 


La Estrella de Andalucía, reina del zapateado (IV)

Tras cosechar nuevos éxitos en Madrid, Barcelona y varias ciudades de la cornisa cantábrica, en abril de 1912 Luz de Garay recala en tierras malagueñas, donde es recibida como se merece:

“Salón Novedades.- La eminente bailarina española Estrella de Andalucía […] ha debutado con clamoroso éxito en este bonito salón. Esta bellísima artista ha sabido conquistar al público desde el primer momento que se presentó en escena” (Eco Artístico, 25-4-1912).

“Salón Novedades.- La sin rival bailarina Estrella de Andalucía ha obtenido un éxito loco en esta población. Los numerosos admiradores con los que cuenta no se cansan de aplaudir a dicha artista, que ha sido prorrogada por la Empresa, en vista del triunfo conseguido” (Eco Artístico, 5-5-1912).

“La ‘Reina de Andalucía’ nos hace pensar en Novedades que los palillos en manos tan hábiles, suenan mejor que un piano” (La Unión Ilustrada, 28-4-1912).

La Estrella de Andalucía (Eco Artístico, 25-5-1911)

La Estrella de Andalucía (Eco Artístico, 25-5-1911)

Poco después, “La Estrella de Andalucía, verdadera y única reina del zapateado flamenco, extraordinaria en la armonía de los palillos” (La Vanguardia, 25-5-1912), comparte cartel con Raquel y Tina Meller en el Teatro Arnau de Barcelona. En esos días también recalan en el mismo coliseo otras grandes figuras del momento, como Encarnación López, ‘La Argentinita’, o Antonio Pozo, ‘El Mochuelo’, acompañado a la guitarra por Adela Cubas.

En el mes de julio, Luz de Garay se presenta en el Teatro de Verano de Alicante. El público la recibe calurosamente, y suenan las notas de un pasacalle compuesto especialmente para ella:

“Al aparecer Estrella por primera vez ante el público, una ensordecedora salva de aplausos resonó en el amplio teatro, aplausos que se repitieron al finalizar el original pasacalle titulado ‘Estrella de Andalucía’, compuesto expresamente para ella por el maestro Romero.

Después nos bailó un zapateado que nos supo a gloria, terminando con una especie de poutpurrí que ya quisieran bailar algunas artistas, bailarlo como lo hizo Estrella” (El Popular, 7-2-1912).

A la altura de las mejores

Durante ese mismo verano, coincidiendo con su actuación en Cartagena, el diario La Tierra publica un artículo en el que compara a Luz de Garay con una de las estrellas del momento, Antonia Mercé, La Argentina:

“Esta estrella de los Cines, que ha sabido hermanar la elegancia con su gentil figura y que con su trabajo nos alegra la vida, […] nos hace recordar a otra no menos celebrada bailarina de feliz recordación […] y cuyo hombre es ‘La Argentina’” (Eco Artístico, 5-7-1912). (1)

Poco después, también hay quienes establecen un parangón entre la bilbaína y otra de las grandes artistas de su época, Encarnación López, La Argentinita:

“Se fue la Estrella de Andalucía, la buena bailarina, y ha aparecido la buena bailarina Argentinita.

¿Cuál es mejor? …

Hay en la Estrella más personalidad y posee en cambio la Argentinita mucha más ejecución.

En la Argentinita la técnica del baile llega al límite del virtuosismo. La Estrella de Andalucía, menos ejecutante, unge sus danzas con las galas brillantes del estilo…” (The Kon Leche, 19-1-1913).

Encarnación López, La Argentinita (Nuevo Mundo, 13-7-1911)

Encarnación López, La Argentinita (Nuevo Mundo, 13-7-1911)

Sin embargo, no es La Argentina, ni tampoco La Argentinita, quien nos viene a la mente cuando contemplamos la característica estampa de esta bailaora, ataviada con traje de pantalón y ejecutando su clásico zapateado. Más bien pensamos en Trinidad Cuenca, la gran pionera que en el siglo XIX conquistó con su baile y su atuendo, típicamente masculinos, al público de medio mundo.

No obstante, hay quienes critican la predilección de Luz de Garay por ese tipo de indumentaria:

“¿Por qué la artista que nos ocupa se exhibe casi siempre con traje masculino, dándole su preferencia para ejecutar sus bailes? Yo opino, y conmigo todos sus admiradores, que pierde mérito su trabajo presentándose en esa forma, pues no cabe dudar, y esto no es lisonja, que gana infinitamente en presentación y en figura cuando aparece en el pequeño escenario luciendo su preciosa ‘toilette’ recamada de lentejuelas y fantásticos dibujos, realzando más su peregrina belleza” (Eco Artístico, 5-7-1912). (1)

Una artista comprometida con su público

Durante el verano y el otoño de 1912, la Estrella de Andalucía continúa con su interminable tournée por las ciudades españolas. La artista “realiza una labor ímproba; pues sus compromisos con las Empresas son tan múltiples y continuados, que el descanso es casi enemigo de esta notable bailarina” (Eco Artístico, 25-8-1912).

Sin embargo, ni ese ritmo frenético ni el agotamiento derivado de los continuos viajes consiguen mermar la calidad de su trabajo. Luz de Garay ofrece en cada actuación lo mejor de su arte y la audiencia no permanece indiferente:

[San Sebastián, Salón-Cine Sanchís] “La Estrella de Andalucía […] electriza al ‘respetable’ con sus bailes llenos del más puro estilo, con la agilidad de sus piernas, con su zapateado, del que no sin razón la han proclamado reina, y con sus ojos de cielo” (Eco Artístico, 5-10-1912).

[Barcelona, Teatro Arnau] “… cuando salió la Estrella de Andalucía una ovación cerrada saludó su presentación, y a cada baile nuevos aplausos, y bailó repetidas veces, como sólo ella sabe hacerlo, con su escuela propia, con arte, con gracia, con la sonrisa en los labios, con un ambiente de éxito muy grande” (Eco Artístico, 25-10-1912).

La Estrella de Andalucía (Foto de Antonio Esplugas)

La Estrella de Andalucía (Foto de Antonio Esplugas)

La artista se debe a su público y, para agradarle, renueva constantemente su repertorio, en el que destacan bailes como sevillanas, habaneras o una farruca gitana de su creación:

“Creadora de ‘El estrambótico’, farruca gitana con palillos y motivos de alegría, La Estrella de Andalucía honra a su maestro, D. Antonio López, que puede estar satisfecho de su triunfo legítimo e indiscutible” (Eco Artístico, 25-11-1912).

“La Estrella de Andalucía es con justicia llamada reina de los bailes españoles y soberana de los palillos

La figura delicada, aprisionada por un lindo y original traje, se mueve al compás de una danza regional, ya con las impetuosidades de unas sevillanas, las cadencias de una habanera, las nerviosidades de una jota o los espasmos de una farruca” (Eco Artístico, 25-12-1912).

Una cuestión de imagen

Luz de Garay se preocupa por complacer a sus muchos admiradores, pero también tiene en cuenta la opinión de la crítica y, siguiendo las recomendaciones que le hiciera el cronista del diario La Tierra, sustituye su habitual traje de hombre por un atuendo más femenino:

“La Estrella de Andalucía vestida de hombre atraía todas las miradas, y su modo de ejecutar sobre todo el clásico zapateado flamenco, le valió el honroso título de reina que ostenta orgullosa y pasea por todos los Teatros.

… Y si grande fue el suceso obtenido por esta aristócrata al ejecutar su número vestida de hombre, ahora, que se presenta realmente ataviada con trajes lujosísimos de mujer, el entusiasmo es indescriptible” (Eco Artístico, 25-11-1912).

“… el público durante su actuación elogió a Estrella de Andalucía, que si soltura y gentileza demostró bailando vestida de hombre el zapateado flamenco, no eran menos los atractivos que presentaba su trabajo al salir elegantemente ataviada de mujer, realzando con sus diversos matices la hermosura de esta grácil y sin rival bailarina” (Eco Artístico, 25-12-1912). (2)


NOTAS:
(1) Eco Artístico toma este artículo del diario La Tierra de Cartagena, según se indica en el propio texto.
(2) Sin embargo, es imposible satisfacer a todo el mundo, y también hay algunas voces que se alzan contra este cambio de vestuario:

“… aunque su cara y su arte tienen toda nuestra simpatía y aplauso, su extrapúdica vestimenta merece, en cambio, nuestra condenación.

La falda a rastra, que ya no se lleva ni para ir a misa, es indumentaria intolerable en un escenario de bulliciosa alegría” (The Kon Leche, 19-12-1912).


La Estrella de Andalucía, reina del zapateado (III)

Desde su presentación en solitario, Luz de Garay está imparable. Los primeros meses de 1911 los pasa en Barcelona, entre el Teatro Arnau, el Lírico y el Cine de la Maravilla. En todos ellos es muy aclamada por el público y la prensa la colma de elogios:

La Estrella de Andalucía (Eco Artístico, 25-6-1911)

La Estrella de Andalucía (Eco Artístico, 25-6-1911)

“La Estrella de Andalucía

El arte clásico, hermanado con una arrogante figura, es la característica de esta verdadera reina del baile flamenco; cual ninguna, se ajusta a las reglas de la ejecución, y nadie como ella, antes y ahora, logró despertar mayores entusiasmos en el público barcelonés con sus creaciones artísticas, que fascinan al más exigente auditorio. Prorrogada tres veces en el Teatro Arnau, de Barcelona, […] es la atracción de moda, el número insustituible del programa. […] Con arte, suntuoso y elegante vestuario, espléndida juventud y físico hermoso, se vence siempre; y como esas bondades las posee en alto grado la sin rival bailarina de flamenco ‘Estrella de Andalucía’, sus triunfos son asimismo, sin precedentes, colosales” (Eco Artístico, 15-2-1911).

“Las eminentes artistas Trío Lucerito y La Estrella de Andalucía se despidieron del público barcelonés en el cine ‘La Maravilla’.

Durante toda la función las ovaciones se sucedieron, aplaudiendo el numerosísimo público que acudió al espectáculo el arte, la discreción, la finura y lo culto del notabilísimo trabajo de estas preciosas artistas” (El Heraldo Militar, 15-4-1911).

En primavera, Luz de Garay y sus hermanas realizan una gira por Andalucía y Canarias, a cuyo regreso se instalan en Madrid por unos meses. Tanto la acogida por parte de la afición como las críticas siguen siendo muy favorables:

“‘La Estrella de Andalucía’ es una linda joven, maestra en el arte de Terpsícore, que con sus danzas varias y sugestivas no sólo consigue aplausos y ovaciones, sino la admiración de todos los espectadores por sus gracias, donaire y gentileza.

Podemos asegurar que en algunos de los bailes que ejecuta tendrá pocas imitadoras” (El Heraldo Militar, 5-5-1911). (1)

La Estrella de Andalucía (Eco Artístico, 25-6-1911)

La Estrella de Andalucía (Eco Artístico, 25-6-1911)

El público que asiste cada noche al Teatro Madrileño no se cansa de pedirle bises y la empresa del Trianón Palace no duda en prorrogar su contrato. El Gay Park y el Teatro de la Latina también son testigos de sus triunfos. Entre los bailes que interpreta, destacan su ya famoso zapateado y el garrotín:

“Madrileño.- Con éxito extraordinario ha debutado la eminente y bella bailarina la Estrella de Andalucía, teniendo que repetir en cuantas secciones toma parte cinco y seis veces su extenso y fino repertorio de bailes flamencos” (La Correspondencia de España, 17-5-1911).

Enloquecer de entusiasmo a los públicos, hacerles instintivamente unir las manos para prorrumpir en clamorosa ovación, es la característica de esta singular artista, que todo lo reúne para vencer siempre.

… La Estrella de Andalucía viste con refinada elegancia; ejecuta sus bailes flamencos, del más puro estilo, con suprema distinción, con el acierto e inspiración del elegido, con la finura y gracia innata en la andaluza de más salero.

Brillar, encumbrarse por sus indiscutibles méritos, escalar la gloria con noble arte, es empresa fácil para quien, como La Estrella de Andalucía, hállase pletórica de facultades, de juventud y de hermosura” (Eco Artístico, 25-5-1911).

“Latina.- El debut de la eminente bailarina la Estrella de Andalucía ha sido, como se esperaba, un éxito colosal, habiendo demostrado que es una consumada bailarina, sobre todo en el flamenco fino.

Tuvo que repetir diversos bailes, entre ellos difícil zapateado flamenco, garrotín y jota aragonesa” (Heraldo de Madrid, 1-7-1911).

Anuncio de La Estrella de Andalucía (Eco Artístico, 25-10-1911)

Anuncio de La Estrella de Andalucía (Eco Artístico, 25-10-1911)

En septiembre de 1911, Luz de Garay actúa en varias ciudades aragonesas, y comparte cartel con Raquel y Tina Meller en el Teatro Arnau de Barcelona. Una semanas más tarde regresa a la Villa y Corte, para debutar en Romea. En la también llamada catedral de las variedades, la “reina indiscutible del baile” (La Mañana, 23-10-1911) es “ovacionada todas las noches, merced al elegante trabajo que realiza, que le ha valido ser proclamada como la mejor bailarina de flamenco fino y considerada como la reina del zapateado” (Heraldo de Madrid, 30-10-1911).

De nuevo en la carretera

Una vez cumplidos sus compromisos en la capital de España, la artista se embarca en una tournée por distintas ciudades del este peninsular, como Alicante, Valencia o Castellón. A cada nuevo destino Luz llega precedida de una excelente reputación. A pesar de su juventud, es ya una bailaora consumada, que destaca por su elegancia y su maestría en la ejecución del zapateado flamenco:

“Impera en los públicos por su magistral arte, por su espléndida belleza cautiva, por su gracia arrebata y por su juventud y elegancia fascina y embelesa.

Sus bailes, verdaderas armonías, tienen el encanto de la originalidad, y en la ejecución vese a la maestra consumada, cultivadora del más puro clasicismo; de aquí, de este cúmulo de perfecciones, arrancan sus incesantes triunfos, su preponderancia, su encumbramiento, hasta posesionarse del más alto y preeminente lugar en la coreografía flamenca, castiza y elegante. La Estrella de Andalucía, si arrebata de entusiasmo, es porque el fuego de la inspiración la acompaña en todos sus movimientos, y la perfección, en su mayor amplitud, es el resultado de todos sus bailes” (Eco Artístico, 27-12-1911).

Luz de Garay recibe el nuevo año en Castellón. 1912 llega cargado de nuevos compromisos por toda la geografía española. Ninguna sala que se precie quiere prescindir de quien se ha convertido ya en una de las artistas de moda, pues ella lo reúne “todo: arte, belleza, lujo en el vestir y una distinción especial que sabe imprimir a todos sus bailes, dándoles un sello característico suyo” (Eco Artístico, 15-1-1912). La joven domina a la perfección un amplio repertorio de danzas, si bien brilla con luz propia en el zapateado flamenco y toca prodigiosamente las castañuelas.

La Estrella de Andalucía (La Unión Ilustrada, 28-4-1912)

La Estrella de Andalucía (Portada de La Unión Ilustrada, 28-4-1912)

Resultaría tedioso enumerar todas las ciudades y teatros por los que discurre la interminable tournée de Luz de Garay. Señalaremos, pues, algunos de sus hitos más destacados, como su paso por Cádiz, “donde el público acudió en tropel a presenciar el trabajo de la hermosa Estrella de Andalucía, sin que le arredraran las lluvias constantes que cayeron durante los días de su actuación” (Eco Artístico, 5-3-1912):

[Cádiz – Cine Escudero] “La Estrella de Andalucía, que bien puede serlo por su arte y por su hermosura, bástale su sola aparición ante el público para cautivarlo, para hacerse la dueña de él, arrancándole estruendosas y delirantes ovaciones, tan espontáneas como sentidas, en cada bailable que ejecuta. Es el género fino y zapateado flamenco el furor de tan sin par bailarina; pero lleva a cabo otros cómicos, cuyos éxitos nada desmerecen, porque a lo perfecto en la ejecución sabe aunar lo exótico y lo raro” (Eco Artístico, 5-2-1912).

[San Fernando, Cine La Rosa] “El debut de esta última, considerada como la reina del zapateado flamenco, fue un verdadero acontecimiento

El público, electrizado ante la hermosura y agilidad de La Estrella de Andalucía, la hizo salir muchas veces al terminar su trabajo” (Eco Artístico, 15-2-1912).

Luz de Garay se ha convertido en una auténtica institución en la Tacita de Plata. Meses después de su visita, aún se recuerda el fervor con que fue acogida:

“En Cádiz no habléis mal en ninguna parte de la famosa Estrella de Andalucía: os interrumpirán violentamente los que oigan vuestras frases pronunciadas en tal sentido, y si entre los que escuchen se encuentra el gran bailador de flamenco Churri (padre), preparaos a recibir una descarga de denuestos por tal osadía: el inteligente maestro siente delirios de admiración por esta estrella del arte coreográfico…

Estrella de Andalucía […] Aquí puso cátedra de baile, aquí llegó el entusiasmo popular a aclamarla tan ruidosamente, que en sus últimas actuaciones […] la fuerza pública tenía que evitar que la aglomeración de público ocasionara desperfectos en las barandillas del vestíbulo del salón, y, a pesar de la vigilancia ejercida, una de las noches la ola humana echó a tierra estrepitosamente dicha baranda” (Eco Artístico, 5-1-1913).


NOTA:
(1) Copiado de El Orden, periódico de Cádiz, según se indica en el propio artículo.


Dora la Gitana, la transgresora reina del garrotín (II)

Entre los meses de febrero y abril de 1910, Dora la Gitana pasa la mayor parte de tiempo en la ciudad condal y otras localidades catalanas, como Reus. En los teatros Tívoli y Novedades, la malagueña, “con sus garrotines y farrucas, disloca al público cada noche” (La Publicidad, 19-2-1910). En algunas de sus actuaciones la acompaña un precoz artista, su hijo Doro el Chiquitín.

Dora la Gitana (Madrid Cómico, 5-11-1910)

Dora la Gitana (Madrid Cómico, 5-11-1910)

A finales de abril, la “artista de moda en Barcelona” (Diario de Reus, 21-4-1910) debuta en el circo Parish de Madrid, en cuyo programa de variedades destacan números como el amaestrador de perros Tenof o el gimnasta Tranoff. Como viene siendo habitual, “la notabilísima y bella Dora, la gitana, […] con sus bailes entusiasma de un modo delirante” (El Heraldo Militar, 2-5-1910). La prensa no escatima en elogios para ella:

Dora, la gitana, es una gentil bailadora, de esas que tanto lucen en el Extranjero llevando muestra de lo que son los castizos bailes españoles. En el garrotín es una maravilla, y así lo reconoció el público, aplaudiéndola (sic) y haciéndola repetir varias veces el baile” (La Correspondencia de España, 26-4-1910).

“‘La reina del garrotín’, bailó y cantó maravillosamente, contribuyendo a su éxito, que fue muy grande, un niño, que también baila y canta con travesura diablesca” (El Imparcial, 26-4-1910).

Unas semanas más tarde, Dora regresa a Cataluña. A mediados de mayo reaparece en Reus, donde el teatro se queda pequeño, ante el gran poder de convocatoria de la artista, que vuelve a cautivar al público con sus tangos, farrucas y garrotines. Un éxito similar obtiene en Lérida y Palma de Mallorca.

Durante la segunda mitad del año encontramos a Dora principalmente en Madrid y Andalucía. En la capital de España se presenta en Romea y también Parisiana, donde coincide en un festival benéfico con primeras figuras del baile, tales como La Argentina o Amalia Molina.

Nuevos éxitos en tierras andaluzas

En el cine Escudero de Cádiz, la artista malagueña “cosecha muchísimos aplausos como excelente bailarina, que hace las delicias del público” (Diana, 20-9-1910). La acompaña, una vez más, el pequeño Doro.

Cartel de Dora la Gitana en el Cine Escudero de Cádiz (16-3-1911)

Cartel de la actuación de Dora la Gitana en el Cine Escudero de Cádiz (16-3-1911)

En otoño también puede verse a la bailaora en el Pabellón Modernista de Córdoba y en el salón Imperial Sevilla, donde su “debut fue un verdadero acontecimiento” (Eco Artístico, 15-12-1910).

Dora y su Dorito reciben el año en tierras andaluzas. Su exitosa gira por el sur se prolonga aún durante varios meses. Almería, Córdoba, Huelva, Cádiz, Jerez de la Frontera, Sevilla, Málaga y Melilla son algunas de las ciudades en las que la artista malagueña va dejando pinceladas de su arte.

En la capital onubense se la espera como agua de mayo, y en la tacita de plata el recibimiento no es menos caluroso:

“[Huelva] Teatro Mora.- Ha hecho su debut Dora ‘La Gitana’, artista que con ansiedad esperaba el público onubense.

En las secciones primera y segunda era imposible penetrar en el Salón, pues se encontraba lleno, rebosante, teniendo que quedarse en la calle numeroso público por agotarse las localidades” (Eco Artístico, 15-2-1911).

“[Cádiz. Cine Escudero.-] La salutación que el numeroso y escogido público que diariamente asiste a este Cine tributó a Dora en la noche de su debut, fue de las más cariñosas que hemos presenciado; el trabajo de esta artista, verdadera reina del ‘garrotín’, sigue premiándolo sin tasa, con sus aplausos y asidua concurrencia, el respetable gaditano” (Eco Artístico, 15-3-1911).

Una artista en la cumbre que no olvida de dónde viene

A estas alturas de su carrera, la bailaora malagueña se ha convertido en todo un fenómeno. Es una artista de moda, con mucha personalidad y un sello propio. El público la adora y su éxito se traduce en una buena posición económica que le permite darse algún que otro capricho, como el flamante automóvil con el que realiza sus desplazamientos. Sin embargo, a juzgar por las líneas que le dedica la revista Eco Artístico, parece que la fama no se le ha subido a la cabeza:

Fiesta andaluza en el Novedades (La Unión Ilustrada, 25-6-1911)

Fiesta andaluza en el teatro Novedades de Málaga (La Unión Ilustrada, 25-6-1911)

Dora, ‘La Gitana’

El génesis de la coreografía flamenca radica en Dora. Ella, solamente ella, sabe imprimir el sello característico de lo típico, lo genuino, lo puramente cañí. Creadora del garrotín gitano, pletórica de inspiración, rebosante de arte, de ejecución pasmosa, sabe desbordar de entusiasmo a los públicos, que la aclaman. Envidiada, jamás envidiosa, se enseñorea con su arte, que adquiere de día en día más relieve, sirviendo de factor importante a su renombre sus innumerables imitadores, que ejercen de poderosos heraldos de su fama. Dora electriza con sus bailes, su fausto enloquece a los pobres de espíritu al contemplarla en su automóvil, henchida de la satisfacción de una diosa, con la majestad de una princesa, pero sin dejar de ser la Dora modesta, afectuosa y agradable de siempre; y es eso que, a mayor encumbramiento, da más patente prueba de su sencillez, sacrificando todo al esplendor de su arte, del que se siente celosa, al que cuida con mimo, con veneración y gratitud, ya que del arte alcanzó el bienestar de que hoy goza” (Eco Artístico, 15-2-1911).

En Jerez de la Frontera, Dora estrena “una decoración de mantones de Manila de su propiedad, como asimismo un hermoso traje de luces, despertando tanta riqueza la admiración de los públicos, y un entusiasmo desbordante en la ejecución de sus creaciones coreográficas” (Eco Artístico, 25-3-1911).

Durante los meses de abril y mayo la reina del garrotín “es aplaudida frenéticamente” (Eco Artístico, 5-5-1911) en el Salón Imperial y el Teatro Duque de Sevilla, donde comparte cartel con artistas como Raquel y Tina Meller.

Profeta en su tierra

Poco después, la bailaora se presenta con gran éxito en el Salón Novedades de Málaga. Allí es recibida con gran entusiasmo por el público, que la hace repetir algunos de sus números: “Nuestra paisana Dora, fue saludada al aparecer en escena con grandes aplausos, y estos se repitieron entusiásticamente numerosas veces, en justo tributo a la labor de la artista” (El Popular, 10-5-1911).

Representación de 'La diosa del placer' en el teatro Vital Aza de Málaga (La Unión Ilustrada, 2-7-1911)

Representación de ‘La diosa del placer’ en el teatro Vital Aza de Málaga (La Unión Ilustrada, 2-7-1911)

Durante las cincuenta representaciones que ofrece en dicha sala, Dora sorprende por el lujo de sus mantones, sus joyas y su vestuario. La artista renueva con frecuencia su repertorio, que incluye sus ya famosos bailes gitanos, “en cuyo género ninguna otra artista ha logrado igualarle” (El Popular, 13-5-1911), así como cuplés y graciosos monólogos.

El 12 de junio, en el mismo salón se celebra una fiesta andaluza organizada por Dora, que “sigue constituyendo […] el ídolo del público” (El Popular, 26-5-1911). Además de la bailaora malagueña, en ella participan “las hermanas Juana y Dolores Ruiz, el notable cantador Rafael Moreno y el Trío Yérar, a los que acompañará el popular maestro de guitarra Carlos Sánchez” (El Popular, 12-6-1911).

A finales de junio, la Gitana se despide de Novedades con un beneficio. “Las ovaciones a Dora se sucedieron incesantemente, siendo obsequiada al final con muchos y valiosos regalos” (El Popular, 27-6-1911). Sin embargo, aún permanece unos días más en su tierra, esta vez en el teatro Vital Aza. Allí se representan varias revistas y zarzuelas, y en todas ellas interviene la bailaora:

“En ‘Las Bribonas’ y ‘La diosa del placer’, Dora la gitana fue muy bien acogida por el público, que premió su trabajo con atronadores aplausos.

A pesar del tamaño extraordinario del marco, Dora trabajó por que su labor no resultase empequeñecida y logró su propósito sin esfuerzo” (El Popular, 1-7-1911).

“También ha introducido la empresa de Vital Aza en estos últimos días una novedad en el cartel, contratando a ‘Dora, la Gitana’, famosa bailadora de tangos, farrucas y garrotines, que durante sus exhibiciones en el Salón Novedades, logró grandes aplausos y cosechó extraordinarias simpatías.

‘Dora’ ha interpretado en la hermosa zarzuela [Sangre y arena] del maestro Jiménez el papel del gitanillo ‘Grabié’, cumpliendo discretamente.

Después ha tomado parte en la ejecución de ‘El arte de ser bonita’” (La Unión Ilustrada, 9-7-1911).

Durante los meses de verano también puede verse a la bailaora en Melilla y, una vez más, en la ciudad hispalense, siempre acompañada de su inseparable Dorito. San Sebastián, Valencia, Castellón y Reus son algunas de las paradas de su gira de otoño. En la capital del Turia, Dora coincide con la guitarrista Adela Cubas y el cantaor El Mochuelo.


Encarnación ‘La Malagueñita’, salero y elegancia a partes iguales (y IV)

En noviembre de 1913, Encarnación Hurtado se anuncia en el Edén Concert de Barcelona y, posteriormente, en el Novedades de Valencia. En este último se muestra como una artista completa, que destaca especialmente en los clásicos bailes andaluces. Unas veces los ejecuta con falda y otras con pantalón, pero siempre se lleva al público de calle. “¡Vale, vale mucho esta ‘nena’ moviéndose en el tablado!” (Eco artístico, 25-12-1913). De hecho, hay quienes la consideran “la mejor entre las mejores de las bailarinas españolas” (Eco Artístico,15-12-1913).

“Salón Novedades.
Continúa siendo aplaudida a más y mejor la Malagueñita, esa simpática y bella bailarina que no tiene rival, ejecutando toda clase de bailes, todos absolutamente todos los clásicos bailes andaluces.

Si bien está y obtiene aplausos cuando vistiendo el típico traje de talle ejecuta una tras otra, varias danzas, cuando se presenta vistiendo traje de bailarina, entonces está mejor; es toda una mujer de cuerpo entero, con picardía en el gesto, con elegancia suma en la interpretación de los bailes, con agilidad tan extraordinaria, que las ovaciones no cesan, mientras ella, la Malagueñita quiere” (El Pueblo, 17-12-1913).

Encarnación La Malagueñita (Caras y caretas, 23-5-1914)

Encarnación La Malagueñita (Caras y caretas, 23-5-1914)

A finales de diciembre, tras varias semanas de actuaciones, Encarnación se despide del público valenciano, que la ovaciona como se merece:

“Salón Novedades.
Anoche y después de quince días de continuados aplausos y nutridas ovaciones se despidió del público del favorecido Salón ‘La Malagueñita’, artista mimada y muy querida de los verdaderos aficionados al baile clásico.

Ella no tiene rival en esta clase de bailes; marianas, panaderos, sevillanas, etc., y cuantos constituyen el repertorio clásico, típico, de la tierra andaluza, los ejecuta admirable, elegante y castizamente.

Su esbelta figura vistiendo, tanto de corto como de mujer, acompañada con los palillos, como ella sabe acompañarse, jugando magistralmente los brazos y moviendo rítmicamente su cuerpo, al interpretar las mil y una contorsiones y fases del baile andaluz resulta muy interesante y atractiva.

Por eso cuando ‘La Malagueñita’ se arranca y se arranca de verdad, con alma y vida como deben ejecutarse los bailes andaluces, consigue siempre una ovación y cuantos números sigan al suyo, han de tener una gran fuerza para imponerse.

Anoche tuvo una despedida cual corresponde a los muchos amigos y admiradores que aquí tiene” (El Pueblo, 23-12-1913).

En marzo de 1914 se puede admirar el arte de La Malagueñita, “la reina de los palillos” (La Vanguardia, 26-3-1914), en distintas salas de la ciudad condal, como el Teatro Circo Barcelonés, el Teatre Catalá Romea o el Teatro Sala Imperio. Allí coincide con artistas de primer nivel, como Raquel Meller o la pareja Sánchez Díaz.

Raquel Meller

Raquel Meller

En esa misma época, Encarnación Hurtado también se presenta en el Salón Regio de Granada y, como viene siendo habitual en cada escenario que pisa, “es objeto de grandes aplausos, teniendo que repetir, casi todas las noches, lo más saliente de su repertorio” (Eco Artístico, 5-3-1914).

Rumbo a tierras americanas

Unas semanas más tarde, La Malagueñita embarca en el transatlántico ‘Infanta Isabel de Borbón’ con destino a Argentina, junto a las artistas La Goya, La Maravilla, Bonita Iberia y Linda Sevillita. Poco después empiezan a llegar noticias sobre las andanzas de esta compañía en tierras americanas. La revista Caras y Caretas, de Buenos Aires, publica la siguiente información:

“El éxito de la temporada teatral ha correspondido al teatro San Martín, con la presentación de un espectáculo nuevo entre nosotros. Noche a noche un público de elite, lleno de entusiasmo, acude a aplaudir a la célebre tonadillera La Goya, artista que llegó de España precedida de fama y que aquí ha justificado a satisfacción. […]

Encarnación Hurtado, ‘La Malagueñita
Se oye entre bastidores el alegre repiqueteo de las castañuelas; y al compás de la música aparece en escena la flexible figura de la ‘Malagueñita’, perfecta de líneas y exuberante de gracia, ceñido el cuerpo con reluciente traje de seda y la cabeza tocada con el airoso cordobés de rectas alas, inclinado ligeramente sobre la ceja derecha.

Y comienza las danzas andaluzas, recogiendo y llevando los brazos en curvas gallardas, ondulando el cuerpo de dibujo impecable, que contrae y estira en movimientos nerviosos y artísticos, suaves y armoniosos, hasta terminar en un taconeo rápido, enérgico y valiente. Y al perfilarse simulando la suerte de banderillas, recogiéndose de nuevo para dar un ceñido pase en redondo que arrancan un ¡olé! del público delirante, evoca sin gran esfuerzo de imaginación todas las alegrías y los esplendores del sol que arroja sus candentes rayos sobre aquella incomparable y generosa tierra de Andalucía, donde aún queda quien arriesga su vida por la mirada amorosa de una mujer” (23-5-1914).

Aurora Jauffret, La  Goya

Aurora Jauffret, La Goya

A juzgar por esta descripción, el baile de La Malagueñita recuerda al famoso número del torero, con el que La Cuenca conquistó al público de medio mundo unas décadas antes.

El éxito de la compañía se prolonga durante varias semanas, en que “La Goya, la Maravilla, la Malagueñita, la Sevillanita y la Iberia fueron también festejadísimas y obligadas a repetir infinidad de veces sus bailes y canciones” (El País, 3-6-1914).

De Buenos Aires, las españolas machan a Montevideo. En el teatro Urquiza de la capital uruguaya, el elenco artístico dirigido por La Goya “obtuvo un éxito sin precedentes, despertando un lógico entusiasmo en el público”.

“La Goya, la Iberia, la Malagueñita, la Sevillita y otros elementos brillantes que constituyen el elenco de variedades nos trajeron un trasunto de la madre patria con sus bailes, sus cantos, sus tonadillas, todos motivos capaces de despertar alegrías.

De ahí que el teatro Urquiza se viera concurridísimo todas las noches, y que la troupe conquistara verdaderas ovaciones” (El País, 19-7-1914; del Diario Español, de Montevideo).

Al año siguiente, la prensa vuelve a situar a “la notable ‘bailaora’ Malagueñita” (La Correspondencia de Valencia, 13-7-1915) en Buenos Aires, primero en el teatro Mayo, donde “cosecha muchos aplausos”, y después en el Casino. Aquí perdemos la pista a esta extraordinaria bailaora. Según José Luis Navarro, “el público porteño se apropió de su arte y ella ya no regresó a España. Se casó y terminó abandonando las tablas, las luces y la popularidad por una vida dedicada a los suyos”. (1)


NOTA:
(1) José Luis Navarro, “La Malagueñita. Últimas actuaciones”.