Flamencas por derecho

Mujeres que han dejado su impronta en la historia del flamenco

Flamencas por derecho - Mujeres que han dejado su impronta en la historia del flamenco

María la Gazpacha y su participación en el concurso de Granada (I)

Cuando acaba de conmemorarse el centenario del Concurso de Cante Jondo de Granada de 1922, aún existen cuestiones sobre las que planea la sombra de la duda, como la que concierne a la participación de la cantaora María ‘la Gazpacha’.

María Amaya Fajardo había nacido en Granada en 1901 (1), en el seno de una familia de artistas flamencos. Tanto su padre, Fernando, como su tío Paco eran guitarristas. Sus hermanas, Josefa y Paca, y su hermano Miguel eligieron la rama del baile.

María Amaya, la Gazpacha

María Amaya, la Gazpacha

A sus veinte años de edad, la Gazpacha era una desconocida más allá de los límites de su ciudad natal, situación que cambió radicalmente tras el famoso certamen celebrado durante las fiestas del Corpus de 1922 con el fin de devolver al cante flamenco su antigua pureza y elevar su consideración.

Las numerosas crónicas publicadas en aquellos días, tanto en la prensa local como en la de otras ciudades españolas, dejan constancia de la actuación de la joven cantaora, acompañada a la guitarra por Pepe Cuéllar. Sin embargo, mientras Eduardo Molina Fajardo (2) y el periodista Galerín (3) la sitúan entre los ganadores del concurso, con un premio de 300 pesetas, no hemos conseguido localizar evidencias documentales que confirmen ese dato.

La primera referencia que nos ofrece la prensa sobre María Amaya se refiere a su intervención en la prueba de sonido celebrada en la Plaza de los Aljibes (4) unos días antes del evento:

“Para probar sus condiciones acústicas, la Comisión […] estuvo en la plaza de los Aljibes con el joven tocador de guitarra Cuéllar y la cantaora conocida por La Gazpacha, quedando perfectamente convencidos de la admirable disposición que para el canto, tiene el lugar elegido, pues desde todas partes, hasta las más alejadas, la voz de la cantaora y los tañidos de la guitarra, se oían perfectamente”. (5)

María y Pepa, las Gazpachas (Foto: Alejandro G. Amaya)

María y Pepa, las Gazpachas (Foto: Alejandro G. Amaya)

El Concurso de Cante Jondo se desarrolló durante las noches del 13 y el 14 de junio. Según las distintas fuentes hemerográficas consultadas, María la Gazpacha sólo intervino el primer día, acompañada por el mismo guitarrista. No obstante, sobre los estilos que interpretó también existen distintas versiones. Según la revista La Canción Popular, la artista “arrancó grandes aplausos, cantando bulerías y granadinas del más puro sabor de la tierra” (6). El diario Gaceta del Sur también afirma que, “a petición del público, cantó unas granadinas que gustaron mucho” (7), mientras que Agustín López Macías ‘Galerín’, enviado especial del diario El Liberal de Sevilla (18-6-1922), habla de tarantas en lugar de granaínas. Este último es quien describe con mayor detalle la actuación de la cantaora:

La Gazpacha
Con este poético nombre es conocida en Granada la joven María Amaya. Subió al tablado, acompañada del tocaor Manuel Cuéllar [sic] (un artista inmenso) y cantó bulerías y tarantas de modo inimitable.
No debe de llamarse ‘La Gazpacha’ una mujer que con voz de ángel canta

Quisiera ser como el aire,
pa estar a la vera tuya,
sin que lo notara nadie.

Tú se lo cuenta a mi mare
y si dice que no,
mi palabra es la que vale.

El estribillo, con mucha gracia, con gran estilo, interrumpida a cada paso por los aplausos cantó:

No quiero querer a nadie,
porque es muy malo querer,
yo quiero vivir solita,
solita con un debé.

‘La Gazpacha triunfó’ en toda la línea, ¡Y que no te digan ese nombre, mujer!” (8).

Imagen del concurso de Granada (La Unión Ilustrada, 28-6-1922).

Imagen del concurso de Granada (La Unión Ilustrada, 28-6-1922).

Según Galerín, además de interpretar esos cantes, la artista volvió a salir al escenario junto con la zambra, compuesta por una veintena de gitanas del Sacromonte, y después de varias danzas en grupo y en parejas, “bailó la señorita Gazpacha un clásico baile, siendo aplaudidísima y terminó con esto la fiesta” (9).

Fuesen las tarantas o las granaínas el estilo elegido por la María Amaya amén de las bulerías, ninguno de esos cantes figuraba entre los considerados “jondos” en las bases del concurso, que establecían tres secciones: “Siguirillas gitanas”; “Serranas, polos, cañas, soleares”; y “Cantos sin acompañamiento de guitarra: Martinetes-carceleras, tonás, livianas, saetas viejas” (10). Parece, por tanto, poco probable, que la artista acudiese al evento en calidad de concursante. Por otra parte, el acta del jurado, transcrita por el Noticiero Granadino, tampoco recoge el nombre de María Amaya ni el supuesto premio de 300 pesetas (11).

En un artículo publicado en la revista Buen Humor unos meses más tarde, Federico García Sanchís pone el foco precisamente en las granaínas interpretadas por la Gazpacha -en un gesto de osadía, provocación o, tal vez, venganza-, en contra de lo establecido por las bases y la filosofía del concurso:

“… Tomó la Gazpacha parte en el Concurso de Cante jondo. El viejo Estenazas, la Ciega, el niño Caracol y el de Jerez -gárgola que escupe y se canta- definieron cañas, polos, martinetes y seguiriyas. Y llega la señora Gazpacha. Y sin cuidarse del fin purificador de los ejercicios, aprovechando la ocasión de lucimiento, se arranca por granadinas, […] que son, respecto a lo jondo, como un morito de zarzuela junto a los del Rif. El público, que no entiende de influencias bizantinas y árabes en sus cantos, que reconocía lo suyo, rompió a aplaudir con un entusiasmo desenfrenado. Y he aquí al pobre maestro Falla, enfurecido y sin atreverse a subir al tablado, reclamando desde abajo a la sacrílega. Que si quieres. La Gazpacha, embajadora extraordinaria del Sacro Monte y del Albaicín, se vengó contra tantas gafas de carey, rosetas en la solapa, folletos y academias, que por entonces cayeron sobre los flamencos como doctores en una agonía…” (Buen Humor, 26-11-1922, pp. 8-9). (12)

Antonia Mercé, la Argentina (Foto: MAE-IT)

Antonia Mercé, la Argentina (Foto: MAE-IT)

La joven cantaora también desempeñó un papel protagonista en la verbena de San Juan, celebrada en el Palacio de Carlos V de Granada como broche final de las fiestas del Corpus, y en cuyo programa destacaba la gran Antonia Mercé ‘la Argentina’:

“Cuando las campanas anunciaron las doce de la noche, se hizo el silencio, quedó el palacio alumbrado únicamente por los faroles de azul intenso que adornaban los arcos, y el rasgar de una guitarra anunció la presencia de una granadina clásica que cantó con su potente voz esa ‘cañí’ tan castiza conocida por ‘La Gazpacha’. A esa copla, entonada desde la galería del Palacio, respondió desde otro punto, con otra igual, […] ‘Frasquito Yerbabuena’.

Una y otro fueron ovacionados y al iluminarse de nuevo el recinto, una explosión de aplausos premió el feliz acuerdo de este número”. (13)

Notas:

(1) Según la información recogida en su acta de defunción, inscrita con asiento número 251 en el tomo 137-2, página 268, sección tercera del Registro Civil del Salvador (Granada), María nació el 17 de octubre de 1901.
(2) Molina Fajardo, Eduardo, El flamenco en Granada. Teoría de sus orígenes e historia, Granada, Ed. Miguel Sánchez, 1974, p. 151.
(3) López Macías, Agustín, El Liberal de Sevilla, 18-6-1922. Archivo de prensa de Sevilla de José Luis Ortiz Nuevo. Podría ser que Molina Fajardo tomase como fuente este artículo.
(4) “Por razones que a todo el mundo alcanzan, de dificultades del terreno para exceso de personas y carruajes”, la comisión organizadora del concurso decidió sustituir la Plaza de San Nicolás del Albaicín, enclave originalmente elegido para la celebración, por la Plaza de los Aljibes de la Alhambra (La Publicidad, 9-6-1922, p.1).
(5) Ibidem.
(6) La Canción Popular, 1-9-1922, p. 36.
(7) Gaceta del Sur, 15-6-1922, p. 5.
(8) López Macías, op. cit.
(9) Ibidem.
(10) El Defensor de Granada, 25-5-1922, p. 4.
(11) “El acta del jurado”, Noticiero Granadino,18-6-1922, p.1.
(12) García Sanchís, Federico, “El ilustre huésped”, Buen Humor, 26-11-1922, pp. 8-9.
En ese artículo el autor también describe el ambiente en el que se ganaba la vida María la Gazpacha, el de ese flamenco de juerga y de reservado, para señoritos y guiris, tan alejado de la jondura que el concurso granadino trataba de preservar:
“… en una caravana cromolitográfica de gitanerías, que sirve juergas a los viajeros. Cueva entre los chumbos, o reservado de una venta, o sala con ajimeces, arabescos, reloj y cortinas de terciopelo en un hotel. Solera, jamón serrano, jipíos, humazo, marchosería; el Pollo que se pone pelma, la bailaora que se duerme en un diván, el corro de los iniciados, la carátula fantástica de un monsieur con monóculo y el desfile de hembras con perfil de cabra y vestidas de rojo o azul a lunares, entre los camareros de frac” (Ibidem).
(13) “Granada en fiestas”, La Publicidad, 27-6-1922, pp. 1-2.


Gabrielita la del Garrotín, reina de los bailes de chufla (y VII)

La comedia lírica Nobleza gitana, escrita por Bestard y Tenorio, con arreglos musicales del maestro Octavio, fue estrenada el 10 de enero en el Teatro Pavón de Madrid por la compañía de Paco Gómez Ferrer y Nieves Barbero; y, tras un mes de éxitos, pasó al Teatro Circo Barcelonés y, posteriormente, al Gran Teatro Bosque, ambos de la Ciudad Condal. La obra incluía una zambra gitana, para la que se contaba con un cuadro de artistas flamencos, que en Barcelona se vio modificado con la incorporación de Manuel Vallejo y Gabriela Clavijo. Figuraban también en el mismo los cantaores Sevillanito y Verdulerito de Málaga, el bailaor cómico Ramironte y un coro de doce bailarinas, así como los guitarristas Antonio Moreno y Jorge López (El Noticiero Universal, 1930: 8).

Gabrielita la del Garrotín (Shadowland, septiembre de 1921)

Gabrielita la del Garrotín (Shadowland, septiembre de 1921)

Asimismo, durante su actuación en Barcelona, la bailaora colaboró en una función organizada por Juanito el Dorado en el Teatro Nuevo como despedida de Manuel Vallejo, que volvía a presentarse ante el público tras una convalecencia. También prestaron su concurso los cantaores El Sevillanito, el Niño de Sevilla, José Fanegas y Alfonsín de Madrid; las bailaoras La Macarrona, La Romerito, Micaela la Mendaña y La Pirulí; y los guitarristas Petaca y Antonio Moreno (La Vanguardia, 1930: 26).

El drama La hija de Juan Simón, obra de Nemesio M. Sobrevilla adaptada en verso por José María Granada, fue estrenada el 28 de mayo en el Teatro de la Latina de Madrid por una compañía en la que se revelaron “como actores La Andalucita, El Sevillanito, el Niño de Almadén, el de la Puerta del Ángel, José Ortega, Luis Yance, Habichuela y la Gabrielita, ases del género flamenco” (Heraldo de Madrid, 1930a: 5).

También formaban parte del elenco los cantaores Niño de Caravaca y Pepita Lláser. Con motivo de la centésima representación, el seis de julio se celebró en el Hotel Reina Victoria de Madrid un banquete en honor de los autores, al que asistieron numerosas personalidades. Varias artistas, entre ellas Gabrielita, acompañaron a José María Granada en la mesa presidencial (La Época, 1930: 3).

Rosario Núñez, la Andalucita

Rosario Núñez, la Andalucita

Durante el verano de 1930, también se pudo ver a la bailaora actuando en el Teatro Pavón de Madrid (La Libertad, 1930: 8), en la verbena del Montepío de Actores celebrada en la zona de recreos del Retiro (Heraldo de Madrid, 1930c: 5) y en el Cine Parisiana de Zaragoza (La Voz de Aragón, 1930: 6). En los citados escenarios alternó con artistas como la bailaora Custodia Romero, el bailaor Ramironte o los cantaores Chato de las Ventas y Bernardo el de los Lobitos.

Entre los meses de diciembre de 1930 y enero de 1931, la Clavijo emprendió una nueva gira con una compañía de ópera flamenca encabezada por el cantaor José Muñoz ‘Pena hijo’. Completaban el reparto los cantaores Ángel el de las Marianas, Niño de la Alegría, Niño de Alcalá, Niña del Patrocinio y Bernardo el de los Lobitos, y los guitarristas Rojas y Manuel Martell. De la parte coreográfica se encargaba “la más grande de todas las figuras del baile cómico, la emperadora de la chufla y reina de la gracia, La Gabrielita” (La Prensa, 1931: 2). El grupo recorrió ciudades como Zamora, Pontevedra, Santiago de Compostela, Mieres, Gijón y Oviedo (Hache, 1930: 3; El Progreso, 1931: 3; El Compostelano, 1931: 1; Rodanjela, 1931: 6; La Prensa, 1931: 2; La Voz de Asturias, 1931: 8).

No deja de resultar llamativo que el diario El Compostelano (1931: 1) se refiera a quien presumía de haber ganado un concurso de feas en París como “la bellísima bailarina La Gabrielita”. Dejando de lado su aspecto físico, lo que queda fuera de toda duda es su dominio del baile de chufla, pues “en verdad que ‘hizo’ un garrotín como para modelo de caricatura” (La Voz de Asturias, 1931: 8).

Custodia Romero (Crónica, 3-12-1933). BNE.

Custodia Romero (Crónica, 3-12-1933). BNE.

Unos meses más tarde la volvemos a encontrar, de nuevo junto a Pena hijo y la Niña del Patrocinio, en el Cine Delicias de Madrid (Heraldo de Madrid, 1931: 6) y después en la plaza de toros de la capital, en un “festival de cantos y bailes regionales organizado a beneficio de los obreros sin trabajo” (ABC, 1931: 26). Tras las actuaciones de los grupos representantes de Salamaca, Bizkaia, Galicia, Asturias, Valencia y Aragón, llegó el turno de Andalucía, que estaba representada por la cantaora Isabelita de Jerez y Gabrielita, entre otros artistas:

… y salen los andaluces, que hacen el paseíllo en medio de una ovación. También viene una falange bastante regular: Isabelita, la de Jerez; la Gabrielita, la Neira, otra más guapa y otra más guapa… Se colocan doctoralmente en el tablado, y para qué les vamos a ustedes a contar: todos los aires andaluces más hondos, que a esta hora de las dos y veinticinco tienen una profundidad de mina de Arrayanes. Aplausos, ¡oles…! (ibidem).

Aquí le perdemos la pista a Gabriela Clavijo, que probablemente continuase en Madrid, pues allí volvemos a encontrarla, por última vez, en el año 1937, en plena guerra civil. En el mes de febrero se anunciaba en una de las salas nacionalizadas por U.G.T., el Teatro de la Latina, junto a artistas con los que tantas veces había trabajado, como Estampío, el Americano, Cepero o el cuadro de baile de Frasquillo (Ahora, 1937a: 11). En octubre participaba en un homenaje tributado a Manolo Caracol en el Teatro Alkázar con un elenco de excepción, en el que destacaba la presencia de Pastora Imperio, la Niña de los Peines y Caracol padre (ibidem, 1937b: 7).

Pastora Imperio (La Nación, 14-4-1934)

Pastora Imperio (La Nación, 14-4-1934).

En su conversación con El Caballero Audaz, Gabrielita ofrecía un dato que tal vez pueda explicar esos años de ausencia: tras el fallecimiento de su marido se retiró de los escenarios, a los que se vio obligada a regresar una vez dilapidados sus ahorros. Así lo contaba ella misma:

―Habiendo, pues, ganado tanto dinero, ¿tendrá usted por lo menos su vida asegurada?
―¡Nada de eso, zeñó!… ¡Ni mucho menos!… Yo estoy montá al aire, como los brillantes que llevaba en mis tiempos… Cuando murió mi marío, todavía tenía una fortunita, y me retiré de las ‘tablas’… Pero yo tengo un agujero en la mano, y, aunque me esté mal el decirlo, mu buen corasón. No pueo escuchá una pena… Y empecé a da, a da, sin pensar que las cuatro perras que tenía ahorradas podían acabarse… Y así, ha tenío que volver a trabajar ‘la reina del garrotín’, cuando ya el ‘garrotín’ es una cosa de la que no se acuerdan más que los viejos (Carretero Novillo, 1948: 147-148).

Aunque había regresado a los escenarios, en la época en que se celebró la entrevista la bailaora confesaba seguir encontrándose en una precaria situación económica. Vivía con dos perritas a las que llamaba “mis hijas”, y con las que compartía su miseria: “Cuando las cosas están estrechas, reparto con ellas la comida que tengo, y cuando no, ayunamos a medias” (ibidem: 148). A pesar de todo, conservaba la esperanza de recuperar la buena vida de antaño, si lograba cobrar una herencia:

Hace poco me he enterao de que mi abuelo, por parte de mi padre, murió hace muchos años en Cuba y me dejó una fortuna de millones… Hace quince años que me andan buscando pa dármela. ¡Y mire osté: yo sin saberlo!

Pero ahora acabo de darle poderes a un buen abogao pa que gestione allá en La Habana que me entreguen mi herencia… (ibidem).

La Gabriela_antigua bailaora (Foto: Santos Yubero, Archivo Comunidad de Madrid)

La Gabriela, antigua bailaora (Foto: Santos Yubero, Archivo Comunidad de Madrid)

Incluso había decidido lo que pensaba hacer con ese dinero: “fundar un asilo para los Artistas pobres”, porque “yo pa mí necesito mu poco” (ibidem). Mas su proyecto se vio truncado por el estallido de la guerra civil, según la información que nos aporta El Caballero Audaz en su obra Galería, como colofón del texto de la entrevista:

¡Pobre Gabriela, artista miserable, fea y sentimental!

¡Todavía sigue esperando, esperando siempre, aquella herencia hipotética, que no es una fantasía de su imaginación meridional!…

Posee documentos innegables que atestiguan sus derechos, y sus gestiones iban por buen camino… En la Embajada de Cuba reconocían sus razones e incluso se pensaba en facilitarla (sic) medios para que fuera a rescatar su herencia…

Pero estallaron, primero, nuestra guerra civil; después, la mundial, y el Mundo tuvo más que hacer que preocuparse de los derechos hereditarios de la infeliz Gabriela, la bailaora… (ibidem: 149).

Asimismo, el periodista relata cómo la Clavijo, igual que otras muchas artistas de su género que en sus años de juventud y madurez habían saboreado la gloria y el prestigio, en 1948 se encontraba en una situación lamentable: “Y la antaño famosa flamenca, que trenzaba las chuflas, musa del cante jondo, arrastra por los colmados castizos del ‘Barrio Chino’ madrileño su vejez desamparada, disimulando su pobreza mendiga con la venta de décimos de Lotería” (ibidem).

La Gabriela, antigua bailaora, vendiendo lotería (Foto: Santos Yubero, Archivo Comunidad de Madrid).

La Gabriela, antigua bailaora, vendiendo lotería (Foto: Santos Yubero, Archivo Comunidad de Madrid).

A modo de conclusión

La figura de Gabriela Clavijo nos interesa por su singularidad y por su calidad artística, cualidades ambas que, llegados a este punto, consideramos ampliamente demostradas. Aunque también dominaba otros palos, se especializó en el garrotín, un baile típicamente femenino con un alto componente de sensualidad, mas prescindió de esto último y explotó su vertiente cómica. Practicó, pues, un baile festero, de chufla, en el que alcanzó gran maestría, en una época ―primer tercio del siglo XX― en la que, como ha quedado patente en el apartado inicial, ese terreno estaba reservado fundamentalmente a los hombres.

Ello no le impidió compartir cartel con grandes figuras de lo jondo, triunfar en los escenarios de toda España, encandilar a artistas tan eminentes como Sergei Diaghilev o Pablo Picasso, y alcanzar el reconocimiento de la crítica y los públicos europeos. Las escasas descripciones de su baile que hemos logrado recopilar nos permiten hacernos una idea de su estilo, caracterizado por un excelente dominio del compás y por el empleo de originales recursos como volteretas o la ejecución de pasos por bulerías tumbada en el suelo. Poco más nos queda por añadir, pues la fotografía publicada en la revista Shadowland (Sanborn, 1921: 41) habla por sí misma.


Referencias:

ABC (1931, 25 de junio). “Gran festival de cantos y bailes regionales en la plaza de toros”, p. 26.

Carretero Novillo, José María [El Caballero Audaz] (1948). “La Gabriela”. Galería: mas de cien vidas extraordinarias contadas por sus protagonistas y comentadas por El Caballero Audaz, vol. 4. Madrid: Ediciones Caballero Audaz, p. 145-149.

El Compostelano (1931, 4 de enero) “Mañana, jueves en el Principal”, p. 1.

El Noticiero Universal (1930, 11 de febrero). “Mañana, estreno en Barcelona de la comedia lírica ‘Nobleza gitana’, con el cantador flamenco Manuel Vallejo”, p. 2.

El Progreso (1931, 13 de enero). “El espectáculo de mañana en el Principal”, p. 3.

Hache (1930, 16 de diciembre). “Teatro Principal”. Heraldo de Zamora, p. 3.

Heraldo de Madrid (1930, 29 de mayo). “La hija de Juan Simón”, p. 5.

Heraldo de Madrid (1930, 17 de junio). “El nuevo cuadro flamenco de cantaores actores obtiene un gran éxito en ‘La hija de Juan Simón’”, p. 3.

Heraldo de Madrid (1930, 17 de julio). “La verbena del Montepío de Actores”, p. 5.

Heraldo de Madrid (1931, 11 de marzo). “Cartelera para mañana”, p. 6

La Época (1930, 7 de julio). “Banquete a los autores de ‘La hija de Juan Simón’”, p. 3.

La Libertad (1930, 18 de junio). “Correo de teatros”, p. 9.

La Libertad (1930, 30 de julio). “Fiestas madrileñas: ‘Kermesse’ de San Cayetano”, p. 8.

La Prensa (1931, 20 de enero). “Hoy, martes, en el Dindurra: Ópera flamenca – Nueve artistas”, p. 2.

La Vanguardia (1930, 25 de febrero). “Teatro Nuevo”, p. 26.

La Voz de Aragón (1930, 14 de agosto). “Teatro-Cine Parisiana”, p. 6.

La Voz de Asturias (1931, 24 de enero). “La copla andaluza”, p. 8.

Rodanjela (1931, 21 de enero). “Ópera flamenca en Mieres y Gijón”. Heraldo de Madrid, p. 6.


La Niña de Linares, una diva del cante flamenco (II)

Una artista consolidada

A sus veintiún años, la Niña de Linares goza ya de una fama y un cartel considerables. Buena prueba de ello es la gira que realiza durante el mes de abril de 1929 junto a una compañía encabezada por dos estrellas del flamenco de la época: el cantaor Manuel Vallejo y el guitarrista Ramón Montoya. Completan el elenco el Niño de Málaga, Pedro Paso (Niño de Huelva), Juan García Hierro, el Cojo de Luque, Bernardo el de los Lobitos y, como segunda sonanta, Pepe el de la Flamenca.

Después de presentarse en el Teatro Nuevo de Zamora (El Adelanto, 11-4-1929), la troupe actúa en ciudades como Oviedo, Vigo, Lugo, Santiago de Compostela, El Ferrol, La Coruña o Vitoria (1). Las crónicas ensalzan la labor de “la ‘Niña de Linares’, que a más de su simpatía y hermosura, sabe cautivar al auditorio con su voz bien timbrada y plena de elegante flexibilidad” (Región, 17-4-1929).

La Niña de Linares (segunda por la izqda.), Barcelona, 1929. Fuente: Cathlein, La Joselito à l'Âge d'or du flamenco, París, L'Harmattan, 2013.

La Niña de Linares (segunda por la izqda.), Barcelona, 1929. Fuente: Cathlein, La Joselito à l’Âge d’or du flamenco, París, L’Harmattan, 2013.

Unos meses más tarde, Petra García se anuncia junto a otra gran compañía, la Troupe Caracol, que ofrece un espectáculo de ópera flamenca en la Plaza de Toros del Triunfo, de Granada. Los cantaores Manolo Caracol, Manuel Torre, el Cojo Luque y la Niña de ¿Lo Ve?; la bailaora La Cañí y la pareja Gómez-Ortega; y los guitarristas Niño de la Flamenca y Paco el de Paradas completan el cartel.

Entre tantas estrellas, la joven cantaora brilla con luz propia: “A ‘La Niña de Linares‘, la pareja de baile Los Gómez Ortega y el ‘Niño de Caracol’ se les extremó la buena acogida” (El Defensor de Granada, 2-9-1929).

Durante los meses siguientes, la artista sigue cosechando éxitos en distintos lugares de la geografía española. En diciembre de 1929, en el Bar Cervantes de Cartagena, se anuncia el “deseado debut de la colosal cantadora flamenca Niña de Linares. Bonita, de graciosa figura, joven y con personalidad en el cante flamenco”. La acompaña a la guitarra Blasillo de Triana (La Tierra, 19-12-1929; citado en Gelardo Navarro, 2014, p.437). (2)

Rafael Ortega y Laura Gómez (La Nación, 26-11-1929)

Rafael Ortega y Laura Gómez, los Gómez-Ortega (La Nación, 26-11-1929)

Asimismo, en marzo de 1930, Petra recibe muy buenas críticas durante su actuación en Almería:

“Anoche debutó en ‘Cervantes’ la cantadora de flamenco ‘Niña de Linares’, que obtuvo éxito, siendo muy aplaudida por el ‘respetable’.
La simpática artista cantó por varios estilos ante la insistencia del público, que hizo levantar el telón repetidas veces” (El Pueblo, 27-3-1930).

La actuación de la ‘Niña de Linares’, en Cervantes, ha levantado un poco de entusiasmo por el cante flamenco […].
Ayer descubrimos en una de esas rosas divinas que alegran nuestra existencia por las calles de la ciudad, una voz deliciosa y bonita -como ella- y un estilo finísimo de cantante ‘jonda’; y, como es natural, si antes nos inclinamos por el flamenco, ahora nos entregamos más a esa hermosa expresión del alma andaluza, en recuerdo de esta inesperada y formidable ‘cantaora’ y de este trozo de soleares, dicho graciosamente:
‘Ayer nos pilló mi padre.
A mí me tiró del pelo
y a ti te tiró a la calle’… (Diario de Almería, 30-3-1930).

En esos días, la artista también deleita al público almeriense con sus saetas: las entona en el mismo coliseo, durante la proyección del filme Rejas y votos; y, poco después, en plena calle, al paso de la procesión de la Soledad (El Mediterráneo, 19-4-1930).

El Progreso, 20-4-1929.

El Progreso, 20-4-1929.

Un nuevo astro en el firmamento flamenco barcelonés

A partir de 1930, la cantaora jienense desarrolla la mayor parte de su actividad artística en la capital catalana, que en esos años constituye un enclave flamenco importantísimo, debido a la gran cantidad de artistas de lo jondo que allí se concentran, al abrigo de los numerosos locales que florecen, sobre todo, en el Distrito V o Barrio Chino:

“… en ese distrito quinto os persiguen, implacables, obsesionantes, insistentes, las quejas desgarradas del maravilloso ‘cante jondo‘ y resuena mejor el eco agudo y doloroso de los tablados estremecidos, que se quejan, patéticos, al azotarlos con vigor unos tacones […]. Nuestros intelectuales ignoran que es precisamente en este distrito quinto donde el aspecto andaluz, sin pizca de truco, se manifiesta con crudeza terrible y con patetismo trágico, más puro acaso que en la mismísima Andalucía” (Gasch, 1932; p. 24).

Entre el 15 y el 21 de junio de ese año, en el marco de la Exposición Internacional de Barcelona, se celebra en el Pueblo Español de Montjuic la Semana Andaluza. Al calor del evento se dan cita en la Ciudad Condal distintos grupos folclóricos y un buen número de artistas flamencos procedentes de distintas localidades andaluzas, así como algunas figuras del arte jondo residentes en la capital catalana:

“… se presentarán los famosos caballistas del Rocío […] y se darán a conocer, además, cuadros tan notables como la Murga Gaditana de ‘Regadera’, el popular coro andaluz denominado ‘Los campanilleros de Bormujos’, el gran cuadro andaluz de Realito […]; el magnífico cuadro flamenco de M. Borrull, y los brillantes cuadros de ‘zambras‘ y bailes gitanos del Sacro Monte” (La Publicitat, 15-6-1930). (4)

Los caballistas del Rocío en la Semana Andaluza de Barcelona de 1930 (Brangulí, ANC).

Los caballistas del Rocío en la Semana Andaluza de Barcelona de 1930 (Brangulí, ANC).

En el grupo presentado por Borrull figura Petra García Espinosa, “verdadera maravilla y genial intérprete del cante jondo” (La Vanguardia, 6-6-1930), que “hubo de repetir varias veces sus canciones” (El Diluvio, 17-6-1930).

Además de todo lo mencionado, el 17 de junio se celebra un concurso de cante jondo en el que se disputa la Copa Barcelona 1930, con la participación de los siguientes artistas: la Niña de Santa Cruz, Carmen ‘la Lavandera‘, Juanito Valencia, María la Morena y la Niña de Linares, en la primera parte; Rosalía Faraón, la Niña de Málaga, el Niño de Lucena, el Niño de Utrera, el Niño de Hierro y el Niño de Calatrava, en la segunda. En el intermedio actúan la Zambra Gitana del Sacro Monte, que tiene como estrella principal a la mítica Anilla la de Ronda, y el cuadro andaluz del maestro Realito (La Vanguardia, 16-6-1930).

Durante los meses de verano, Petra García viaja a tierras andaluzas, para actuar en lugares como Montilla, Cádiz o Villamartín (5), y deleita a los espectadores del madrileño Cine de la Flor cantando saetas durante la proyección del filme Currito de la Cruz (La Nación, 12-8-1930). (6)

Anilla la de Ronda en la Semana Andaluza de Barcelona (Brangulí, ANC).

Anilla la de Ronda en la Semana Andaluza de Barcelona de 1930 (Brangulí, ANC).

A su regreso a la Ciudad Condal, es contratada durante varias semanas en el Edén Concert, que amplía su programa de variedades con la introducción de un cuadro flamenco. A decir de los cronistas, la artista linarense, que se anuncia como “reina de la media granadina” (El Diluvio, 9-11-1930), constituye una de las grandes atracciones del elenco:

“… un cuadro flamenco, que comienza esta noche, en el que figuran la Romerito, Rosario Moreno, Julita la Borbolla y la Niña de Linares. Todas ellas son chavalas estupendas, que cantan como mandan los cánones del cante jondo, y como van acompañadas por unos tocaores de lo más castizo, el conjunto del número queda muy bonito” (Papitu, 12-11-1931).

“El Edén Concert, señores, desde que tiene el cabaret fantástico, es una cosa seria, […]. Figúrense que el cuadro flamenco lo componen la Romerito, el Trío Gómez Ortega y la Niña de Linares, que es una niña que ríanse de su compañera la Pinta y hasta de la Santa María.
Una carabela donde un servidor se embarca, no para descubrir América, pero sí para descubrir otras cosas mucho más interesantes que el Nuevo Mundo” (Papitu, 2-12-1930).

Unos meses más tarde, Petra García colabora en un festival de cante y baile flamenco que se celebra en el Circo Barcelonés a beneficio del bailaor Manolillo la Rosa, en el que también toman parte artistas como Miguel Borrull y sus hermanas Julia y Concha, la Tanguerita, la Mendaña, el Viruta o la Macarrona (La Vanguardia, 10-2-1931).

La Tanguera, Carmen Amaya, Julia Borrull, Alberto F. Garagarza, Antonio Viruta y el Chino (Barcelona, 1933)

La Tanguera, Carmen Amaya, Julia Borrull, Alberto F. Garagarza, Antonio Viruta y el Chino (Barcelona, 1933).

En julio de 1931 se celebra una nueva Semana Andaluza en el Pueblo Español de Montjuic, con un programa similar al del año anterior. Los Caballistas del Rocío, el cuadro de baile por sevillanas del maestro Frasquillo, los Campanilleros de Utrera y la Zambra Gitana del Sacro Monte son algunos de los grupos invitados en esta ocasión. El cante jondo corre a cargo de tres grandes figuras del género: Guerrita, el Niño de Utrera y “la Niña de Linares, con su repertorio de granadinas, que obtuvo un éxito” (Hoja Oficial de la Provincia de Barcelona, 20-7-1931).

Antes de debutar a Barcelona, el elenco completo ofrece una única función en la Plaza de toros de Valencia (El Pueblo, 14-7-1931) y, tras el cierre de la Semana Andaluza, una versión reducida del espectáculo es presentada en el Teatro Parisiana de Zaragoza, donde la Niña de Linares se lleva buena parte de los aplausos:

“El plato fuerte del programa cañí estuvo a cargo de Angustias la Mejorana y María la Gazpacha, el ‘cantaor’ flamenco Francisco Gallardo, el niño de la Huerta, niño de Utrera, típico campero, la niña de Linares y ‘Guerrita’, que, cada cual en su estilo, hicieron alarde de facultades y de buen gusto en el cante.
Todos fueron ovacionados” (La Voz de Aragón, 7-8-1931).

Unas semanas más tarde, Petra García Espinosa se anuncia en el Teatro Apolo de la Ciudad Condal, como protagonista -junto a los cantaores Guerrita y Guerrita Chico– de la comedia lírica en tres actos ¡Lo que puede un fandanguillo!, original de José Belsunce y Alfonso Mata del Hierro. El Gran Fanegas, Niño de Constantina, Manolo Bulerías y Pepito Hurtado también figuran en el reparto (El Diluvio, 3-9-1931).

Las artistas del cuadro de zambras durante la Semana Andaluza de Barcelona (La Esfera, 28-6-1930)

Las artistas del cuadro de zambras durante la Semana Andaluza de Barcelona (La Esfera, 28-6-1930)

Durante los meses siguientes, el nombre de la Niña de Linares aparece con asiduidad en los carteles de distintos music halls de Barcelona y Valencia. En el Edén Concert de esta última ciudad, acompañada por el guitarrista Pepe Hurtado, “la notable cantadora de flamenco, As del cante jondo” (El Pueblo, 18-9-1931), se reparte los aplausos con la bailarina Minerva. “Todos sus admiradores acudieron a saborear sus clásicas medias granadinas, sus fandanguillos y sus milongas, que para el público ‘que tiene paladar’ son inimitables. El público salió encantado” (El Pueblo, 20-9-1931).

En octubre y noviembre de 1931, la “eminente intérprete del ‘cante jondo’”, “la más afortunada estilista del cante flamenco” (El Diluvio, 14-10-1931), hace doblete en la capital catalana: se presenta cada noche en el music hall Pompeya y, a continuación, en el cabaret Dancing Palace Pompeya. En ambos locales cosecha “entusiastas aplausos con su arte impecable en sus creaciones de cante flamenco” (El Diluvio, 29-10-1931). Tanto en los cantes que interpreta acompañada a la sonanta por Paco Aguilera como en los números de cuadro junto a las bailaoras hermanas Ortega, Petra “cada día se impone más y más con las excelencias de su arte” (El Diluvio, 25-10-1931).

En esa época, la jienense también es requerida para actuar en una comida celebrada en el Centro Andaluz de la capital catalana, que es difundida por Radio Barcelona. Con el mismo guitarrista, “la simpática artista ‘Niña de Linares’, amablemente y con el gusto y ‘sal’ con que sabe hacerlo, se cantó por varios estilos andaluces. Los aplausos fueron el final justo que su actuación motivara” (Andalucía, 11-1931). El repertorio elegido incluía “medias granadinas, ‘Milonga’ y ‘Caracoles’” (Heraldo de Almería, 15-12-1931).

Villa Rosa, años 30. En la imagen, de izquierda a derecha: Sobre el tablao, Manolo Constantina y Pepito Hurtado. Debajo: el Cojo de Málaga, una de las Mendaña (sirviéndole vino), Rosalía, Luisa, La Faraona y el hermano de Guerrita. Fuente: Archivo de Montse Madridejos

Villa Rosa, años 30. En la imagen, de izquierda a derecha: Sobre el tablao, Manolo Constantina y Pepito Hurtado. Debajo: el Cojo de Málaga, una de las Mendaña (sirviéndole vino), Rosalía, Luisa, La Faraona y el hermano de Guerrita. Fuente: Archivo de Montse Madridejos

En febrero de 1932, Petra García, con la sonanta de Pepe Hurtado, se anuncia durante varias semanas en la sala Ba-Ta-Clan de Barcelona, que ofrece un amplio programa de variedades; y en el mes de marzo la “estrella del canto andaluz” regresa al Edén Concert de Valencia, “acompañada por el mago del diapasón, El Chufa” (El Pueblo, 29-3-1932).

Unas semanas más tarde, de nuevo en la capital catalana, la artista linarense constituye la atracción principal de una verbena celebrada en el Centro Andaluz, con ‘Cruz de Mayo’ incluida. “Hubo pianillo de manubrio, baile, manzanilla y alegría desbordante, sin que faltan algunas coplas cantadas con el gusto que es habitual en la ‘Niña de Linares’” (La Vanguardia, 4-5-1932).

Durante el verano, se la puede ver en el Dancing Pavón American Bar de Valencia, donde obtiene un “éxito monumental”. Asimismo, la cantaora, “única en su género, y emperadora del cante jondo” (Las Provincias, 26-7-1932), pone la banda sonora en vivo y en directo durante la proyección de la película Rosario la Cortijera en distintas salas de cine de Barcelona y Reus.

Notas:

(1) El Teatro Campoamor de Oviedo, el Tamberlick de Vigo, el Principal y el García Barbón de Vigo, el Principal de Santiago de Compostela, el Jofre de El Ferrol, el Rosalía de Castro de La Coruña, el Principal de Lugo y el Teatro Nuevo de Vitoria son algunos de los coliseos en los que se presenta la compañía de Manuel Vallejo (Cfr. Región, 17-4-1929; El Pueblo Gallego, 19-4-1929; El Progreso, 20-4-1929; El Pueblo Gallego, 21-4-1929; El Compostelano, 20-4-1929; El Correo Gallego, 21-4-1929; El Orzán, 21-4-1929; El Progreso, 24-4-1929; Heraldo Alavés, 2-5-1929).

(2) Gelardo Navarro, José. (2014). ¡Viva la Ópera Flamenca! Flamenco y Andalucía en la prensa murciana (1900-1939). Murcia: Ediciones de la Universidad de Murcia Edit.um.

(3) Gasch, Sebastián. (1932, 2 de septiembre). “Estampa barcelonesa. La crudeza y el patetismo andaluces en el distrito quinto”. Nuevo Mundo, pp. 24-25.

(4) La traducción de todos los textos catalanes es mía.

(5) En la localidad cordobesa, comparte escenario y aplausos con la cantaora La Sevillanita (La Voz, 26-7-1930), mientras que, en las dos localidades gaditanas, forma parte de sendos programas de variedades (El Noticiero Gaditano, 2-8-1930; 26-9-1930).

(6) En el mencionado cine, Petra García se anuncia como La Lavandera hija.

(7) La película se proyecta en el Gran Cine América (La Vanguardia, 28-8-1932) y en el Gran Cine Colón de Barcelona (La Vanguardia, 30-8-1932); y en la Sala Reus, de Reus (Foment, 24-9-1932). En esta última, la cantaora entona unas saetas durante la proyección y, además, se ocupa del fin de fiesta. El acompañamiento de guitarra corre a cargo de Pepe Hurtado.


Custodia Romero, la Venus gitana del baile flamenco (y IX)

En junio de 1939 la Venus de Bronce interpreta “sus mejores bailes” en una verbena española que se celebra en el Palacio de Carlos V de Granada (Patria, 7-6-1939). Unas semanas más tarde, junto a Rafael Ortega, presenta en el Coliseo San Andrés de Córdoba su espectáculo “Luces de España”, en el que también participan artistas de la categoría de Manolo Caracol y Melchor de Marchena.

“La labor personal de Custodia Romero y Rafael Ortega, en la interpretación de la ‘danza del fuego‘, del ‘Amor brujo‘, de Falla, fue algo admirable de armonía y arte. Lo mismo en ‘Los claveles‘ y en una danza-canción. Los admirables artistas escucharon merecidas ovaciones en esta parte.
Final de programa, fue la interpretación por todos los artistas que integran la compañía de variedades del poema andaluz ‘Romería del Rocío‘, estampa castiza de nuestra Andalucía, con sus ‘cantes’ y bailes. En ella lució aún más el arte incopiable de los dos ‘calés’ de más reconocida fama: La Venus de bronce, y el gran bailarín…” (Azul, 18-7-1939, p. 13).

Custodia Romero (Crónica, 1-11-1931). BNE.

Custodia Romero (Crónica, 1-11-1931). BNE.

En el mes de agosto, con el mismo éxito, presenta su espectáculo en un festival benéfico organizado por el Sindicato Provincial Textil y del Vestido en el Teatro San Fernando de Sevilla:

“Después de varios números de bailes interpretados por Rafael Ortega y Custodia Romero, el espectáculo finalizó con la interpretación de la copla escenificada ‘La toná de la fragua‘, en la que tomó parte todo el citado elenco artístico, que, como siempre, produjo el desbordamiento del entusiasmo del público, que ante las constantes ovaciones se vio obligado a bisar algunos números, cantando Caracol algunos de sus inimitables fandanguillos” (Hoja Oficial de los Lunes, 28-8-1939).

Durante los años siguientes se mantiene la colaboración artística entre Custodia Romero, Rafael Ortega y Manolo Caracol. Varias décadas después, Lola Flores aún recuerda con nitidez la fecha exacta en que se presentó junto a ellos en el Teatro Villamarta de Jerez, “en el espectáculo ‘Luces de España’. Fue el martes 10 octubre de 1939. Conservo un grato recuerdo de aquel día” (Diario de Burgos, 6-2-1972). En marzo de 1940 la compañía -en la que también figuran Rita Ortega, Caracol padre y Esteban de Sanlúcar– obtiene un sonado éxito en el Teatro Cervantes de Sevilla. Llama especialmente la atención la escena escenificada “Camino del Rocío”:

“Y mientras Custodia Romero y Rafael Ortega descifran con sus giros, y pasos, y actitudes, todo el misterio del ‘baile jondo‘, unas veces, liviano, otras, Niño Caracol, a los sones de la guitarra de Esteban de Sanlúcar -guitarra que también sabe cantar-, nos va dando una lección de fandangos, algunos de ellos, prendidos, en su último tercio, con graves y extraños ecos de ‘saetas’.
Otra vez Cervantes ha podido gustar -como en solemnes acontecimientos- del fabuloso cartel de ‘No hay billetes’” (Hoja Oficial de los Lunes, 4-3-1940).

Custodia Romero en portada de la revista Crónica, 17-6-1934. BNE.

Custodia Romero en portada de la revista Crónica, 17-6-1934. BNE.

En abril se presentan en Barcelona, contratados por Montserrat, y a partir del mes de mayo la Venus de Bronce comienza una nueva andadura con la empresa Circuitos Carcellé, que la presenta en Zamora -junto a una zambra gitana del Sacromonte-, Guadalajara y en el Teatro de la Zarzuela de Madrid, entre otros lugares.

A finales de 1940 se integra en la compañía de Pastora Imperio, de nuevo junto a Rafael Ortega y Manolo Caracol. En el elenco también figuran los guitarristas Niño Pérez y Miguel Marchena, así como diversas atracciones de variedades. En diciembre actúan en el Teatro Cervantes de Granada y en el Gran Teatro de Córdoba con sus “escogidas estampas escenificadas, de las que hay que destacar ‘La Toná de la Fragua’ y el ‘Canto a la Soleá’ […]. Y como final, asistimos a un ‘Bautizo gitano’, en el que hubo salero, rumbo y la gracia peculiar de estos grandes artistas. El numeroso público premió la meritoria labor de todos y cada uno de ellos con calurosas ovaciones” (Azul, 20-12-1940). En enero de 1941 son muy ovacionados en el Gran Teatro Cervantes de Sevilla y en marzo se presentan en el Circo Barcelonés.

Tras varios años apartada de los escenarios, en abril de 1944 la encontramos actuando en el Teatro Maravillas de Madrid, con una compañía de “varietés y arte ‘cañí’” encabezada por la actriz y cantante Raquel Rodrigo. En el programa destaca “la maravilla de estética y buena danza de Custodia Romero”, que también canta con gran estilo, acompañada por el “arte exquisito de Ramón Montoya” (Hoja Oficial del Lunes, 10-4-1944).

Custodia Romero (Crónica, 3-12-1933). BNE.

Custodia Romero (Crónica, 3-12-1933). BNE.

En el otoño de 1945, la Venus de Bronce anuncia su intención de regresar a las tablas y organiza un concurso, dotado con un premio de 500 pesetas, para poner nombre a su nuevo espectáculo. El ganador resulta ser el novillero Miguel Carrillo y el título seleccionado, “Bronce fundido” (ABC, 18-10-1945). Una vez concluidos los preparativos necesarios, en febrero de 1946 debuta en el Gran Teatro de Córdoba con su nueva compañía, compuesta por Rafael Ortega, el cantaor Canalejas de Puerto Real, el bailaor Miguel de los Reyes, el cantante Enrique Rodri-Mur y una veintena de aristas más. El espectáculo consiste en una sucesión de estampas costumbristas y folclóricas, escritas por Castellano y Del Campo, y musicadas por el maestro García. Cuando se presentan en el Teatro Cervantes de Sevilla, obtienen excelentes críticas:

Bronce fundido
Rara vez en un espectáculo de esta naturaleza se logra una armonía tan perfecta entre los distintos elementos que lo integran […].
Custodia Romero, bellísima y en pleno dominio de los secretos del canto y del baile, continúa siendo la sugestiva y atrayente Venus de Bronce, desbordante de simpatía y de hechizo gitano. Tuvo par en la señera figura del arte ‘cañí’, que es Rafael Ortega, quien por extensión cultivó también felizmente otros aspectos de las variedades. Ambos artistas fueron objeto de grandes ovaciones y se vieron obligados a repetir los números en que asociaron su fructífera colaboración” (ABC de Sevilla, 14-3-1946).

Custodia Romero.

Custodia Romero.

Unos meses más tarde, Custodia emprende una gira por el norte de España para presentar su nuevo montaje, “Bronce y marfil”, creado por Vicente Vila-Belda y el maestro Latorre. Rafael Ortega ya no figura en los carteles. El público de ciudades como Vigo o Pontevedra abarrota los teatros y hace “bisar diversos números del espectáculo de arte flamenco, estilizado y fino” (La Noche, 24-6-1946). Aunque no hemos podido conocer más detalles sobre el desarrollo de esta obra, varias fuentes afirman que con ella la bailaora “recorrió en triunfo toda Europa y América” (Cifra, ABC, 7-3-1974).

La última referencia periodística que hemos podido localizar la sitúa actuando en el Teatro Fontalba de Madrid, en la presentación de “Danza-Teatro” por la compañía del bailarín José Toledano, con un programa “compuesto por escenificaciones de nuestras danzas, sobre números de Falla, Albéniz, Malates, Quiroga, Monreal, Granados, Turina, Navas y Carnicer. Se repitieron algunos bailables que valieron a sus intérpretes calurosos aplausos del público que llenaba la sala…” (ABC, 31-1-1952).

Custodia Romero (Estampa, 28-2-1928). BNE.

Custodia Romero (Estampa, 28-2-1928). BNE.

Una bailaora norteamericana llamada Inesita, que llegó a España en 1953 para estudiar flamenco, nos deja un valioso testimonio sobre el tiempo en que convivió con Custodia Romero en su domicilio de la Gran Vía de Madrid:

“Era primavera y ya hacía calor. Cuando fui a su apartamento, […] me dijo que podía alquilar la habitación de invitados por unas 50 pesetas al día. Eso eran alrededor de 500 pesetas por mes. Era una habitación sencilla y sólo había un baño en el apartamento. Me gustaba la idea de quedarme con una bailarina española. Custodia era una hermosa mujer de origen andaluz de Jerez de la Frontera (sic). Su apariencia era como la de una de esas muñecas disfrazadas que se vendían en las tiendas de toda España para los turistas. […] Vista en su conjunto, daba una imagen de control y autoridad. Su tez impecable tenía color de aceituna y, con una nariz aguileña y una boca bien formada con dientes perfectos, parecía el epítome de la bailaora andaluza sobre la que se lee en Virgin Spain de Waldo Frank, que describió a la bailarina andaluza como una figura de diosa, en realidad, un tipo matriarcal.
A menudo, a última hora de la mañana entraba en el apartamento cantando fandangos. Parecía feliz y contenta. Se la conocía como la Venus de Bronce y todavía evocaba esa imagen.
Tenía una criada, un ama de llaves que era cocinera y sirvienta en general. […] También tenía otro inquilino en la casa, un joven estudiante de medicina puertorriqueño…” (1)

Al final de su vida, Custodia Romero se instala en La Carolina (Jaén), donde tiene algunos familiares. Allí fallece el 6 de marzo de 1974, en su domicilio de la Calle Santa Teresa, a consecuencia de una trombosis cerebral.


Nota:
(1) “Staying with Custodia Romero in Madrid”, Flamenco-Inesita.
La traducción es mía. Según el testimonio de esta bailaora, el apartamento en que vivía Custodia se lo había comprado su novio.


Las Hermanas Mendaña, de La Isla a Barcelona (y II)

Las primeras décadas del siglo XX son años de esplendor en Barcelona, donde se concentra una importante colonia flamenca al abrigo de los numerosos locales que proliferan, sobre todo, en el Distrito V. En un artículo publicado en El Adelanto el 2 de junio de 1929, Braulio Solsona recoge lo que él denomina el “censo de la ‘flamenquería barcelonesa’”, en el que, aparte de los Borrull, figuran cantaores como Angelillo, Guerrita, Pena hijo, El Americano, el Chato de Valencia o el Niño de Triana; cantaoras como Mariana La Camisona, La Trinitaria, Lola Cabello, Rosalía la Gitana, Lola la Malagueña o Carmen la Lavandera; bailaoras como las Hermanas Chicharras -Leonor y Concha-, Rafaela la Tanguera, Regla Ortega ‘La Pato’, Carmen ‘La Joselito’, las hermanas Piruli, La Rusa o Luisa Prat; bailaores como Estampío, Manolito la Rosa o Antonio Virutas; y guitarristas como Juanito El Dorado, Pituiti, Relámpago, Faíco Chico o Paco Aguilera (7).

Villa Rosa, años 30. En la imagen, de izquierda a derecha: Sobre el tablao, Manolo Constantina y Pepito Hurtado. Debajo: el Cojo de Málaga, una de las Mendaña (sirviéndole vino), Rosalía, Luisa, La Faraona y el hermano de Guerrita. Fuente: Archivo de Montse Madridejos

Villa Rosa, años 30. En la imagen, de izquierda a derecha: Sobre el tablao, Manolo Constantina y Pepito Hurtado. Debajo: el Cojo de Málaga, una de las Mendaña (sirviéndole vino), Rosalía, Luisa, La Faraona y el hermano de Guerrita. Fuente: Archivo de Montse Madridejos.

Con muchos de estos artistas comparten cartel y escenario las hermanas Mendaña durante los años veinte y treinta, no sólo en Villa Rosa, sino también en el Gran Pay-Pay, el Tabarín, los teatros Poliorama, Nuevo y Talía, o el Circo Barcelonés, entre otros lugares.

Con cierta frecuencia también se las puede ver en cuadros dirigidos por el guitarrista Juanito el Dorado, como es el caso de las distintas funciones ofrecidas en el Circo Barcelonés durante el año 1929, que tienen como protagonista al cantaor Manuel González, ‘Guerrita’. Ese mismo espectáculo también se presenta en otros coliseos, como el Apolo de Valencia o el Principal de Castellón (8).

De Barcelona, al mundo

En ese mismo año se inaugura en Montjuic la Exposición Internacional de Barcelona, en cuyo recinto -concretamente, en el barrio andaluz del Pueblo Español- se instala el Patio del Farolillo, un colmado de estilo sevillano en el que no faltan geranios, toneles de manzanilla, carteles taurinos y, por supuesto, cante y baile flamenco, a cargo de artistas como La Malagueñita, La Gaditana, La Sevillanita, el Niño de Triana, el Niño de Lucena, el Pituiti, el Murciano o Micaela la Mendaña.

En dicho establecimiento, dirigido por Rosita Rodrigo, se da cita lo más granado de los visitantes a la Exposición, como es el caso de los concurrentes a la fiesta ofrecida por el Duque de las Torres nada más inaugurarse el evento (La Época, 22-5-1929). También pasan por allí numerosos periodistas, que dejan constancia de lo vivido en las páginas de distintas publicaciones. Así describe Francisco Higuero Bazaga el baile de la Micaela Mendaña en el Patio del Farolillo:

“En el centro del patio lucía su esbelto garbo ‘la bailaora’, figura graciosa de mujer española, que envuelta en sutilísima aureola de palmas, perfumes de olorosa manzanilla y aromas de ricos claveles, hacía las más locas contorsiones, presa de un histerismo agudo y penetrante, que se acentuaba cuando la ‘Mendaño‘ (sic) animaba su baile con algún fandanguillo de su fino repertorio…” (Nuevo Día, 10-9-1929).

Tablao El Patio del Farolillo, en el Pueblo Español de Montjuic (Foto de Gabriel Casas i Galobardes, ANC).

Tablao El Patio del Farolillo, en el Pueblo Español de Montjuic (Foto de Gabriel Casas i Galobardes, ANC).

En esos años, las hermanas Mendaña también comparten cartel y escenario con otras grandes figuras del flamenco que recalan en Barcelona de manera temporal, como el Niño Medina, José Cepero, el Niño Caracol o Manuel Vallejo (9).

Durante la primera mitad de los años treinta las artistas de La Isla -especialmente, Micaela– se anuncian en distintos espectáculos de cante y baile flamenco que se celebran en distintos teatros de la Ciudad Condal, casi siempre en el Circo Barcelonés, como son los beneficios del bailaor Manolillo la Rosa (La Vanguardia, 10-2-1931) y de la cantaora Lola Porras, ‘La Malagueña’ (La Vanguardia, 23-2-1933); el concierto organizado por Juanito el Dorado en el Teatro Olympia, con el Niño de Cabra como cabeza de cartel (La Vanguardia, 23-1-1932); o dos festivales de ópera flamenca en los que destaca la presencia de artistas como la Ciega de Jerez (La Vanguardia, 1-2-1933), el Cojo de Málaga (La Vanguardia, 23-2-1933) o una adolescente Carmen Amaya, cuyo nombre figura en varios de los carteles mencionados.

La Zambra de Chorro Jumo

En 1934, Micaela Núñez Porras emprende una nueva etapa profesional junto a la Niña de Linares y su Compañía de Comedias y Arte Gitano, que presenta la obra La Zambra de Chorro Jumo (de I. Duro y F. Mourelle) en distintos teatros españoles. Se trata de una comedia musical cargada de tópicos, escrita para el lucimiento de los artistas que figuran en el elenco: “los «cantaores» Niña de Linares, Pepita Jiménez, Niño Constantina y Niño de Lucena, las «bailaoras» Julia y Conchita Borrull, La Tanguera, Micaela Lamendaña, Rocío de Triana, La Faraona, María Flores; el virtuoso de la guitarra flamenca Miguel Borrull; el caricato Isidro Badur y otros muchos” (La Vanguardia, 14-9-1934).

“En realidad la obrita no es […] otra cosa que un fondo convencional (gitanos pícaros y gitanas seductoras, una pareja de ingleses […] que desean aprenderse al dedillo el exótico repertorio de la gitanería, etc., etc.), en el que se engarzan diversas facetas del arte flamenco: «cante jondo» y más «jondo» todavía; bailes y repiques de castañuelas; soleares, peteneras, saetas. […] La segunda parte del espectáculo prescinde, ya, de la comediografía, y queda encerrado en su propio marco, y presentado en su justo carácter: teatro de variedades” (La Vanguardia, 11-8-1934).

La Niña de Linares (película María de la O, 1936)

La Niña de Linares (película María de la O, 1936)

Entre el 8 y el 26 de agosto la compañía se presenta en el Teatro Poliorama de Barcelona, donde “obtuvo un franco éxito, y en realidad fue merecido, pues todos los artistas trabajaron con entusiasmo, logrando un excelente conjunto en el difícil género que cultivan” (La Vanguardia, 14-9-1934). Tanto es así que, al término de las representaciones, los autores e intérpretes son agasajados por sus admiradores con una cena andaluza en un restaurante de la Ciudad Condal (La Vanguardia, 26-9-1934).

En la segunda quincena del mes de octubre, la obra es representada con gran éxito en el Monumental Cinema de Zaragoza:

“Todos […] se lucieron en su labor, haciendo llegar al público […] la emoción de sus cantos y el dinamismo de sus sugestivas danzas.
La concurrencia tributó nutridos y prolongados aplausos a los autores y a los artistas, sobre todo en el último cuadro de la obrita, convertido en una fiesta gitana en tierras de Córdoba, donde se desarrolla la acción de ‘Zambra de Chorro Jumo’.
La presentación, esmerada” (La Voz de Aragón, 19-10-1934)

Durante el mes de noviembre, la compañía de la Niña de Linares continúa con su tournée por el norte de España, y se presenta en ciudades como Bilbao, El Ferrol, Santiago de Compostela, Vigo, Pontevedra, Orense, Lugo y Monforte. En todas ellas cosecha aplausos y ovaciones, con un repertorio en el que no faltan “bulerías, alegrías, granadinas, tarantas, caracoles, malagueñas, tangos, martinetes, etc…” (La Zarpa, 18-11-1934). Micaela la Mendaña se anuncia en el cartel como primera bailaora cómica, lo mismo que María Flores.

En abril de 1935, la artista de La Isla presta su colaboración en un festival a beneficio del bailaor Antonio Virutas, que se celebra en el Circo Barcelonés. Un mes más tarde marcha a Madrid junto al resto del elenco de La zambra de Chorro Jumo, que se presenta con gran éxito en el Teatro Victoria.

La Tanguera, Carmen Amaya, Julia Borrull, Alberto F. Garagarza, Antonio Viruta y el Chino (Barcelona, 1933)

La Tanguera, Carmen Amaya, Julia Borrull, Alberto F. Garagarza, Antonio Viruta y el Chino (Barcelona, 1933)

En otoño de ese mismo año se puede ver de nuevo en la Ciudad Condal a “Micaela la Mendaña, notable bailaora por alegrías” (El Diluvio, 15-10-1935), en una gran función de cante y baile organizada en el Nuevo Mundo por la Asociación de Artistas del Género Flamenco de Cataluña. También figuran en el cartel las bailaoras Conchita Borrull, Rafaela la Tanguera y Palmira Escudero; los cantaores Juan Varea y la Niña de Linares, y los tocaores Matilde de los Santos y Manolo Torres, entre otros artistas.

Las últimas referencias que hemos conseguido localizar sobre la bailaora de San Fernando, ya en plena Guerra Civil, la sitúan de nuevo en el Circo Barcelonés, junto a un amplio elenco de artistas de variedades, y en un festival a beneficio de las Milicias Antifascistas organizado por el Comité Revolucionario de Las Corts en la Calle de Londres (10).

Al menos dos de las hermanas Mendaña terminan sus días en la capital catalana: María fallece en 1966 y Micaela, en 1975.


NOTAS:

(7) Paco Aguilera contrae matrimonio con Micaela la Mendaña. De esta unión nace el bailaor Paco Aguilera ‘El Rondeño’. Cfr. Jiménez Sánchez, José Luis, Cuatro rondeñas flamencas del siglo XIX, Ronda, 2016.

 (8) La troupe Guerrita se presenta en el Circo Barcelonés entre diciembre de 1928 y enero de 1929. En febrero se desplaza a Valencia y Castellón, y en marzo vuelve a anunciarse en la Ciudad Condal, de donde se despide en el mes de junio. En el elenco figuran las Hermanas Chicharras, María y Micaela la Mendaña, La Trinitaria, Lola Cabello, el Niño del Perchel, el Niño del Membrillo y el Niño de Lucena, entre otros artistas. La dirección corre a cargo de Juanito el Dorado.

(9) Micaela la Mendaña coincide con el Niño Medina en el Teatro Nuevo (La Vanguardia, 14-12-1926) y en el Teatro Talía (El Diluvio, 6-1-1927); en esta última función también actúa José Cepero. Con Manolo Caracol comparte cartel en el Circo Barcelonés (La Vanguardia, 20-7-1928) y con Manuel Vallejo, también en el Teatro Nuevo (El Diluvio, 23-2-1930).

 (10) Sobre las actuaciones en el Circo Barcelonés, cfr. El Diluvio, 29-8 a 4-9-1936; Hoja Oficial de la Provincia de Barcelona, 5-10-1936. Sobre el festival a beneficio de las Milicias Antifascistas, cfr. Solidaridad Obrera, 5-9-1936.