Flamencas por derecho

Mujeres que han dejado su impronta en la historia del flamenco

Flamencas por derecho - Mujeres que han dejado su impronta en la historia del flamenco

Dora la Gitana, la transgresora reina del garrotín (y V)

Durante el verano de 1918, Dora la Gitana y su compañía emprenden una gira por tierras castellanas. Entre otras localidades, visitan Medina del Campo (Valladolid), Toro y Benavente (ambas en Zamora), y en todas ellas cosechan abundantes aplausos.

“[Toro. Dora] es una gran artista en su género, fue muy aplaudida y tuvo que repetir varias veces los bailes que por ella han sido creados” (Heraldo de Zamora, 8-7-1918).

“La fiesta constituyó un éxito completísimo por el variado programa que ejecutaron todos los artistas. […]

La simpática y gran artista Dora estuvo incansable teniendo que salir a escena, a petición del público, infinitas veces” (Heraldo de Zamora, 7-9-1918).

Dora la Gitana (Foto de Antoni Esplugas)

Dora la Gitana (Foto de Antoni Esplugas)

Años difíciles

A finales de 1918 comienza una etapa complicada en la vida de Dora la Gitana, tanto en lo personal como en lo profesional. Sin duda, el mazazo más duro es el que sufre en noviembre de ese año, con la muerte de su hijo pequeño. Unos meses más tarde, la artista también pierde a su madre:

“Ha fallecido el niño de tres años Julián Galindo, sumiendo en el mayor de los dolores a su madre la celebrada artista Dora la Gitana” (Eco Artístico, 15-11-1918).

“Ha fallecido la respetable señora, madre de la conocida artista, Dora la Gitana.

En medio de la horrible desgracia que representa para la familia doliente la pérdida de un ser tan querido, cábeles el consuelo, a sus afligidas hijas Mercedes y Dora la Gitana, de no haberse separado de su lado hasta cerrarla (sic) los ojos” (Eco Artístico, 1-6-1919).

A pesar de la adversidad, sólo unas semanas más tarde Dora debe retomar sus compromisos profesionales y presentarse en el teatro de Ciempozuelos (Madrid). Sin embargo, en el terreno artístico también debe enfrentarse a algunos problemas, como la rescisión del contrato que tenía firmado con una sala de la ciudad condal:

“Nos ruega la conocida artista, Dora la Gitana, que hagamos resaltar lo hecho con ella por la empresa de La Gran Peña, de Barcelona, que después de tenerla parada tres meses para inaugurar el espectáculo, recibe una carta, manifestándola que tiene que prescindir de su número por no dejarlos el juego y tener que empezar con programa nuevo” (Eco Artístico, 30-6-1919).

Dora la Gitana (Eco Artístico, 25-12-1916)

Dora la Gitana (Eco Artístico, 25-12-1916)

De nuevo en la carretera

Durante el verano de 1919, la bailaora malagueña inicia una nueva gira por España, que comienza en Asturias y continúa en distintas ciudades castellanas y andaluzas, como Soria, Córdoba o Cádiz. Tras unos meses bastante complicados, la artista vuelve a saborear las mieles del éxito:

“[Mieres] Dora la Gitana, renombrada y afamada artista escucha a diario grandes aplausos en todo su repertorio de canciones y bailes flamencos” (Eco Artístico, 30-6-1919).

“[Langreo] Con un repertorio selecto de canciones y bailes flamencos, hizo su presentación la genial artista Dora la Gitana, alcanzando clamorosas ovaciones” (Eco Artístico, 30-7-1919).

“[Córdoba] Cine Victoria.- Dora la Gitana, que había despertado gran expectación en nuestro público, debutó el día 9 obteniendo clamorosas ovaciones por el arte con que interpreta todo su repertorio de bailes y couplets, presentados, además, con lujo inusitado” (Eco Artístico, 15-9-1919).

“[Cádiz. Teatro Principal] Se despidieron después de escuchar entusiastas aclamaciones durante su actuación Dora la Gitana, la renombrada estrella española con su repertorio exclusivo, tan magistralmente interpretado, ‘El hombre de goma’, con su incomparable trabajo, y Luis Aparicio y Doro ‘El Serio’, bailarines flamencos de tan singular maestría” (Eco Artístico, 30-10-1919).

Las últimas referencias que hallamos en los papeles españoles sobre la bailaora malagueña nos remiten a la segunda década del siglo pasado. En febrero de 1920, “Dora la Gitana es la atracción del cartel y la que conquista los aplausos del respetable” (Eco Artístico, 16-2-1920) en el teatro Barbieri de Madrid.

Dora la Gitana (La Unión Ilustrada, 29-1-1911)

Dora la Gitana (Portada de La Unión Ilustrada, 29-1-1911)

Unas semanas más tarde, es el público de Murcia y Cartagena el que tiene el privilegio de disfrutar de “sus transformaciones rápidas y sus cuplés” (La Correspondencia de España, 28-2-1920):

“[Cartagena – Pabellón El Brillante] Son muy celebrados por su trabajo original y notabilísimo Dora la Gitana, genial creadora de bailes y canciones típicos gitanos y Doro el Serio, artista cómico de extraordinaria gracia.

No cabe duda que ambos artistas constituyen un número de atracción indiscutible, y que el público al ovacionarlos no hace más que rendirles el homenaje que merecen” (Eco Artístico, 29-2-1920).

En los meses siguientes se la puede ver a Dora, con “éxito siempre creciente” (Eco Artístico, 30-3-1920), en ciudades como Orihuela (Alicante), Madrid y, sobre todo, en Barcelona. En la ciudad condal la artista actúa en Eldorado, Folies Bergère, el Teatro Circo Barcelonés y, durante más de un mes consecutivo, en el cabaret ‘¡Chófer a Montmartre!’. Allí “actúa con éxito extraordinario […] la célebre Gitana Dora, cuyo repertorio su génesis (sic) es recibido con entusiastas aplausos” (Eco Artístico, 30-8-1920).

Pocas noticias más hallamos sobre ella, aparte de la del fallecimiento de su pareja y padre de sus hijos, Julián Valencia Durán (1), que tiene lugar en la localidad cacereña de Perales del Puerto, en marzo de 1922. Aquí le perdemos la pista a toda una “estrella del arte [que] ha tenido la honra de ser llamada al palco regio por SS.MM. los reyes de España, en el circo Parish de Madrid y premiada con medalla de oro en el concurso de bailes gitanos” (La Crónica Meridional, 25-6-1913); a una artista que “posee a la perfección todas esas filigranas que hacen del baile flamenco un arte sugestivo y atrayente” (La Información, 30-6-1913); y que “cual ninguna domina el género y tiene para su gloria la exclusiva en farrucas, tangos y garrotines que bailados por su personilla, adquieren el mérito de la cosa no vista nunca” (La Información, 27-6-1913).

Quedémonos, a modo de epílogo, con estos versos, en los que una marca de vino se vale de la figura de Dora la Gitana como reclamo publicitario de sus productos:

“El arte de ser artista
Dora la Gitana canta
con gusto tan refinado,
tan enérgica y alegre
y en tono tan elevado,
porque toma el rico vino
‘San Roque Jerez Quinado’”
(Heraldo Alavés, 10-2-1923).

Nota:

(1) La noticia está tomada de la revista Eco Artístico (30-3-1922), que se refiere al fallecimiento del padre de Dora, si bien nos aclara su bisnieta que en realidad se trata de su pareja.


Dora la Gitana, la transgresora reina del garrotín (IV)

En junio de 1913, la que años atrás causaba algún escándalo por sus bailes algo subidos de tono para el gusto de la crítica, conquista al público de Cartagena con su arte elegante y su gracia inagotable:

“[…] las grandes ovaciones tributadas a tan selecta artista y la satisfacción de todo el público, demostró que la fama adquirida por ‘Dora la Gitana’ es muy justa y merecida.

Sin desplantes chocarreros, sin contorsiones sicalípticas, sin chavacanerías (sic) grotescas, sólo con su arte exquisito, con su gentil figura y con su gracia nativa, triunfó anoche, como triunfará siempre; porque ‘Dora la Gitana’ es todo eso; arte, gentileza y gracia” (El Eco de Cartagena, 17-6-1913).

Durante ese verano “la reina de los bailes clásicos, Dora la Gitana, que cada noche gusta más y es más ovacionada” (Crónica Meridional, 29-6-1913), también actúa en varias ciudades andaluzas, como Almería o Lepe (Huelva). En esta última incluso existe un teatro que lleva su nombre.

Dora la Gitana y su hijo Dorito (5-3-1911)

Dora la Gitana y su hijo Dorito (Eco Artístico, 5-3-1911)

Una artista consolidada

A partir del mes de septiembre, se puede ver a la malagueña principalmente en Badajoz y otras ciudades de Extremadura. Sus bailes gitanos -especialmente el garrotín-, sus monólogos y sus cuplés, “con su arte exquisito en ella peculiar” (Eco Artístico, 25-9-1913), hacen las delicias del público, que “la aclama con frenesí” (Eco Artístico, 5-10-1913):

“Especialmente en el garrotín de su creación, que bailó admirablemente, las ovaciones tributadas a la gran artista son verdaderamente formidables” (Eco Artístico, 5-9-1913).

“La bella Dora, que lleva trabajando diez u once noches, sigue haciendo furor […].

Hay que confesar, a fuer de justos, que la Dora es muy complaciente y canta y baila cuanto el público le pide” (La Región Extremeña, 13-9-1913).

Dora la Gitana, como cupletista y bailarina, acredita el nombre prestigioso que tiene, y su lujosa presentación contribuye a dar al número mayor esplendor” (Eco Artístico, 15-9-1913).

Aplausos estruendosos escuchó esta notable artista durante su actuación; pero cuando llegaron las ovaciones al frenesí fue la noche de su despedida, noche de júbilo para Dora la Gitana y su Doro.

El garrotín, creación suya, lo tuvo que repetir varias veces y el público no se hubiera cansado en toda la noche de vérselo bailar” (Eco Artístico, 25-9-1913).

A partir de esta fecha, las referencias a Dora la Gitana son menos frecuentes en la prensa de nuestro país. Durante el verano de 1914 se la puede ver, junto a su troupe, en distintas localidades de la provincia de Ciudad Real. Allí “la gentil canzonetista […], tanto por la finura de su trabajo como por el gran lujo con el que lo presenta, está mereciendo la admiración del numeroso y distinguido público que la admira” (El Pueblo Manchego, 18-6-1914).

Dora la Gitana (La Información, 27-6-1913)Dora la Gitana (La Información, 27-6-1913)

Dora la Gitana (La Información, 27-6-1913)

Unos meses más tarde, en el Teatro Cómico y en el Gran Salón Doré de Barcelona, “Dora la Gitana, a pesar de que los años no pasan inútilmente, demuestra que el proverbio español de que ‘donde hubo siempre queda’, es de una veracidad completa” (Eco Artístico, 5-10-1914).

Dora, toda una estrella en tierras extremeñas

Durante los dos años siguientes, los papeles sitúan a la bailaora malagueña fundamentalmente en Extremadura. La presentación de su compañía en Alburquerque (Badajoz) en febrero de 1915 es todo un acontecimiento:

“[…] una cosa nunca vista. El escenario estaba hermosamente adornado por completo de mantones de Manila, de la propiedad de Dora La Gitana, la incansable artista que no tiene rival. Era una colección de mantones valiosísima, cada uno de un color, y todos de gran valor.

También fue digno de ver el traje de luces que presentó, vestida de torero.

Del trabajo que hicieron los artistas de la Compañía de Dora, diré que Mercedes, La Gitana, superior en su cante, oyendo nutridos aplausos; los Murguistas también lo hicieron bien; el pequeño Doro, el Chiquitín, tan mono como siempre, y el pianista D. Pablo Alonso superior, y de Dora, ¿qué diré? Todo es poco; hubo que buscar sillas de la calle porque con las del Salón no eran suficientes para el inmenso público que acudió al Teatro, y nunca se ha visto tan lleno como ahora, por las atracciones de esta gran artista, que fue ovacionadísima” (El Correo de la Mañana, 24-2-1915).

En esa época, la malagueña también se mueve por otras localidades pacenses como Berlanga, Pueblonuevo el Terrible o Fuente del Maestre. En esta última, es sonada “la riña de ‘Dora la Gitana’ con su hermana Mercedes, a la que pegaron todos los individuos de la ‘troupe’” (La Región Extremeña, 3-8-1916).

Dora la Gitana (Eco Artístico, 25-12-1912)

Dora la Gitana (Eco Artístico, 25-12-1912)

Durante su estancia en Badajoz capital, en julio de 1916, la artista se aloja en el hotel Palace. Con motivo de la vista de la Infanta Isabel, de los balcones del establecimiento cuelgan “once riquísimos y preciosos mantones de manila” (El Correo de la Mañana, 8-7-1916), propiedad de Dora la Gitana, que actúa en el Pabellón Extremeño con el éxito habitual: “Dora fue muy aplaudida en todos los números que ejecutó, mostrándose, como de costumbre, muy complaciente con el público” (La Región Extremeña, 8-7-1916).

Nuevos éxitos en Madrid y Andalucía

Tras su periplo por Extremadura, se puede ver a Dora en distintas ciudades andaluzas, como Málaga, Écija (Sevilla) o La Rambla (Córdoba). Junto a ella adquiere cada vez más protagonismo su hijo Doro el Serio, que gusta mucho, especialmente, en sus parodias y monólogos.

En noviembre de 1916, tras varios años de ausencia, la artista malagueña regresa a la capital de España y deslumbra al público del teatro Madrileño, con su lujosa presentación y sus bailes gitanos. Según la revista Eco Artístico, la bailaora también ha recibido ofertas de Londres, “ofrecimientos que Dora no ha querido aceptar a causa del actual conflicto europeo”.

“La decoración que presenta, completamente cubierta de riquísimos mantones de Manila, es de una riqueza incalculable y de una suntuosidad que causa enorme impresión en el público, el que no cesa de mirar lleno de admiración y curiosidad aquella majestuosa presentación.

Sus bailes son admirables por la perfección con que los ejecuta y la gracia que imprime a sus movimientos. Creadora del garrotín gitano, en el que nadie logró igualarla, obtiene éxitos grandiosos que la pluma podría difícilmente describir.

Es, pues, Dora la Gitana, una bailarina estupenda que sostiene indefinidamente la atención del público” (Eco Artístico, 25-12-1916).

Cartel de Dora la Gitana en el Teatro Vital Aza de Málaga (5-7-1911)

Cartel de Dora la Gitana en el Teatro Vital Aza de Málaga (5-7-1911)

En agosto de 1917, la artista malagueña se presenta a Sevilla con su troupe, tras varios años de ausencia. Dora regresa como una artista consolidada, con una larga carrera a sus espaldas, pero en plena forma:

“En el ‘Salón Circo Victoria’, ha debutado la excelente compañía de varietés, dirigida por la famosa artista, creadora del garrotín, ‘Dora la gitana’. Valiéndome de una frase vulgar, diré que no pasan años por tan célebre artista. En Sevilla, donde no trabaja desde hace siete años, no ha bailado el garrotín a la perfección ninguna otra artista. ‘Dora’, con esa gracia gitana, baila unos ‘garrotines’ inimitables, siendo ovacionada con gran entusiasmo. Canta con esa gracia peculiar en ella, que derrama a borbotones canela fina. Es mucha artista la veterana ‘Dora’. Está mejor que cuando trabajó anteriormente en esta capital, pues baila como en sus mejores tiempos, y canta de una manera tan ‘gitana’, que disloca. Es frenéticamente ovacionada por el numeroso público que ocupa todas las localidades. En Sevilla está de moda tan colosal artista” (La Región Extremeña, 22-8-1917).


Dora la Gitana, la transgresora reina del garrotín (III)

Bailaora al volante

En noviembre de 1911, Dora la Gitana regresa a Barcelona, la ciudad donde tantos éxitos ha obtenido, y allí permanece durante casi dos meses, actuando en el Palacio de la Ilusión, el teatro Tívoli y el Gran Salón Doré. A su llegada a la capital catalana, lo que más llama la atención es el magnífico automóvil, conducido propia artista:

Dora la Gitana (Eco Artístico, 5-5-1911)

Dora la Gitana a bordo de su auto (Eco Artístico, 5-5-1911)

Tívoli.- Como número de fuerza ha debutado últimamente la gitana Dora, a la que se ve que la fama ha perseguido por doquier, pues el automóvil que pilota por aquí no vale cuatro pesetas, sino algunas más. Se lo merece, pues los garrotines y farrucas que baila no se pagan con dinero” (La Esquella de la Torratxa, 15-12-1911). (1)

“¿No has visto, lector, por las Ramblas y por el Paseo de Gracia un automóvil dirigido por una mujer? Es la Dora, la creadora de las danzas gitanas que actúa en el Tívoli, que conserva hasta en los momentos en que actúa de ‘chauffeur’ el sello de su especialidad con el garrotín con que cubre su cabeza.

Y a la Dora la admiramos todos cuando pasa con su automóvil. Y las señoras, se detienen para verla mejor y la admiran más que nosotros, como si sintieran celos y envidia. Muchas no gustan de sus farrucas y garrotines con todas sus extravagancias y contorsiones del baile gitano, pero la respetan y la admiran -aunque la critiquen- cuando la contemplan manejando el volante del ‘auto’” (La Publicidad, 7-12-1911).

Dora y su troupe familiar

Desde finales de diciembre, la malagueña presenta en el Salón Doré un nuevo repertorio compuesto de monólogos, cuplés y bailes, en el que cuenta con la colaboración de su hijo Doro y su hermana Mercedes la Gitana:

Ovaciones continuas a la genial artista, La Gitana Dora que presentará hoy un programa nuevo y especial para el público de este salón y luego presentará como de costumbre los couplets con su Chiquitín Doro. Dora y Doro llenan diariamente este local de un distinguido público para aplaudirles su finísimo trabajo” (La Publicidad, 28-12-1911).

Caricatura de Dora y su Dorito (La Unión Ilustrada, 21-1-1911)

Caricatura de Dora y su Dorito (La Unión Ilustrada, 21-1-1911)

En 1912 la bailaora malagueña continúa con sus frecuentes giras por España, que la llevan de una punta a otra del país. “Dora la Gitana, […] insuperable en las danzas flamencas, que son su especialidad” (La Correspondencia de España, 14-1-1912), sigue cosechando aplausos por doquier.

En el mes de junio, tras volver a triunfar en Barcelona, Dora viaja a Londres para actuar en el teatro Palace. A su regreso, en el mes de agosto, se presenta en Logroño junto a su troupe, en la que destacan su hermana Mercedes y su hijo Doro. Una vez más, la artista llama la atención a bordo de su flamante automóvil y sus números no dejan indiferente ni al público ni a la prensa, que la colma de elogios:

“En último término apareció la simpática Dora, la que además de presentarse lujosamente ataviada y ostentando valiosas alhajas, cantó varios cuplés con gracia propia que le es característica, transformando su indumentaria para cada canzoneta […].

Luego bailó sus bailes favoritos, el garrotín y la farruca, junto con el pequeño Doro, que es un dechado de gracia y monería.

De cómo ejecuta Dora dichos bailes gitanos, es imposible formarse una idea, ni aproximada siquiera, a no ser que se vea, pues imprime en ellos, además del gracejo natural, todo el arte que cabe en los mismos, sin exageraciones censurables de ninguna especie y vestida con el correctísimo traje del chulo andaluz” (La Rioja -texto citado de otro diario-, 7-8-1912).

“Muy buena fue la entrada que ayer tarde se registró en Bretón de los Herreros, pero le superó la de anoche, hasta el punto de agotarse las localidades. ¡Buen comienzo! […]

Dora baila muy requetebién el garrotín y la farruca, y a nuestro juicio, su mayor mérito consiste en que no emplea ningún movimiento lúbrico de esos que han encanallado los castizos bailes.

También canta, se transforma con verdadera celeridad y es una monologuista estupenda: ‘la buena ventura’ que dijo ayer, la acreditan de tal” (La Rioja, 9-8-1912).

Dora la Gitana (Heraldo de Madrid, 25-4-1910)

Dora la Gitana (Heraldo de Madrid, 25-4-1910)

Que nadie le toque a su Doro

Unas semanas más tarde, la compañía de Dora la Gitana se dirige a Burgos para actuar en el café de Candelas. Allí tiene lugar un altercado que pone de manifiesto, una vez más, la fuerte personalidad de la artista, quien se revela como una auténtica madre coraje. Así relata los hechos el diario ABC:

“Burgos, 24, 11 noche. En el café de Candelas se promovió esta tarde una zambra al rojo vivo.

Dora la Gitana es una hermosa artista de varietés que luce su gracia y gentileza en aquel escenario, y que tiene además un hijo, cosa que no es incompatible con el arte, según todos los textos que hemos consultado.

En el mismo café actúa un hombre excéntrico, llamado Pepy, que comparte los aplausos con Dora; pero que ajeno al arte se ha declarado en cantón contra las impertinencias del hijo de Dora, que no debe tener los encantos de su señora madre.

No sabemos qué cosa le diría la criatura al excéntrico esta tarde, que éste, disgustado por la gracia del nene, levantó la mano y la descargó pesadamente sobre el hijo de la compañera, la que salió en defensa del chavea, primero tirándole una botella al excéntrico, y luego, arrojándose sobre él uñas en ristre, hasta dejarle en la piel de la cara huellas visibles de su temperamento de madre y de gitana.

Al revuelo infernal que se produjo acudieron infinitas personas, y después de grandes esfuerzos lograron separar del cuerpo del excéntrico las manos de la Gitana” (ABC, 25-8-1912).

Merecidas vacaciones y de nuevo a la carretera

Dora termina el año descansando en Extremadura. Así lo anuncia la revista Eco Artístico (25-12-1912), según la cual la bailaora malagueña emprenderá dentro de unos meses una gira por el extranjero a bordo de sus lujosos autos.

La bailarina Tórtola Valencia

La bailarina Tórtola Valencia

Ya de vuelta a los escenarios, en el mes de marzo puede verse a Dora la Gitana en el teatro de la Zarzuela de Madrid, con motivo de las Soirées Femina, en las que participan, entre otras artistas, las bailarinas Amparito Medina y Tórtola Valencia. Unos días más tarde regresa a la carretera “esta prestigiosa artista, de las mejores en el género flamenco”, para iniciar una tournée por provincias.

Dora la Gitana, después del descanso impuesto, porque también los artistas, aunque el público egoísta no lo crea, tienen derecho a él, vuelve con más aliento a la escena y sus méritos no han disminuido ni un ápice […].

Aparte de las muchas proposiciones que Dora recibió de las Empresas de España cuenta con valiosos contratos de la del Casino Municipal de Niza, de Monte Carlo, y de varias de París, donde pasará una temporada, regresando a ésta a principios de junio” (Eco Artístico, 15-3-1913).

Guadalajara, Valladolid o Puertollano son algunas de las ciudades en las que actúa la troupe de Dora, siempre con gran éxito:

“Desde la presentación del número hasta el último saludo que la artista envía a la sala es para el público objeto de ovaciones sin cuento.

[…] Dora la Gitana en sus garrotines y farrucas lleva a sus admiradores una impresión artística que los electriza y les hace prorrumpir al final en bravos sinceros y unánimes” (Eco Artístico, 15-3-1913).

“[Valladolid] Teatro Lope de Vega.- Con un selecto repertorio y una espléndida presentación hizo su debut la reina de los bailes gitanos Dora la Gitana.

Sus grandes condiciones artísticas para la interpretación de los bailes clásicos que ejecuta le hicieron siempre conquistar triunfos, grandes y merecidos, que este público viene confirmando en cuantas secciones toma parte, tributando a la genial artista aplausos entusiastas” (Eco Artístico, 5-4-1913).

“[Puertollano] Salón Ideal.- […] Dora la Gitana, con su traje de luces y capote de paseo, despertó gran entusiasmo, y en los bailes gitanos estuvo a colosal altura” (Eco Artístico, 15-4-1913).

En el mes de mayo, la malagueña regresa a su tierra, avalada por los últimos triunfos alcanzados en el extranjero. Allí actúa durante un mes en el teatro Lara, del que se despide “celebrando su beneficio con brillantez inusitada y recibiendo de la Empresa una soberbia medalla de oro”. Unas semanas más tarde debuta en el Lux Edén de Granada “con éxito inmenso, clamoroso” (Eco Artístico, 5-6-1913).

Nota:
(1) La traducción de todos los textos extranjeros es nuestra.


Dora la Gitana, la transgresora reina del garrotín (II)

Entre los meses de febrero y abril de 1910, Dora la Gitana pasa la mayor parte de tiempo en la ciudad condal y otras localidades catalanas, como Reus. En los teatros Tívoli y Novedades, la malagueña, “con sus garrotines y farrucas, disloca al público cada noche” (La Publicidad, 19-2-1910). En algunas de sus actuaciones la acompaña un precoz artista, su hijo Doro el Chiquitín.

Dora la Gitana (Madrid Cómico, 5-11-1910)

Dora la Gitana (Madrid Cómico, 5-11-1910)

A finales de abril, la “artista de moda en Barcelona” (Diario de Reus, 21-4-1910) debuta en el circo Parish de Madrid, en cuyo programa de variedades destacan números como el amaestrador de perros Tenof o el gimnasta Tranoff. Como viene siendo habitual, “la notabilísima y bella Dora, la gitana, […] con sus bailes entusiasma de un modo delirante” (El Heraldo Militar, 2-5-1910). La prensa no escatima en elogios para ella:

Dora, la gitana, es una gentil bailadora, de esas que tanto lucen en el Extranjero llevando muestra de lo que son los castizos bailes españoles. En el garrotín es una maravilla, y así lo reconoció el público, aplaudiéndola (sic) y haciéndola repetir varias veces el baile” (La Correspondencia de España, 26-4-1910).

“‘La reina del garrotín’, bailó y cantó maravillosamente, contribuyendo a su éxito, que fue muy grande, un niño, que también baila y canta con travesura diablesca” (El Imparcial, 26-4-1910).

Unas semanas más tarde, Dora regresa a Cataluña. A mediados de mayo reaparece en Reus, donde el teatro se queda pequeño, ante el gran poder de convocatoria de la artista, que vuelve a cautivar al público con sus tangos, farrucas y garrotines. Un éxito similar obtiene en Lérida y Palma de Mallorca.

Durante la segunda mitad del año encontramos a Dora principalmente en Madrid y Andalucía. En la capital de España se presenta en Romea y también Parisiana, donde coincide en un festival benéfico con primeras figuras del baile, tales como La Argentina o Amalia Molina.

Nuevos éxitos en tierras andaluzas

En el cine Escudero de Cádiz, la artista malagueña “cosecha muchísimos aplausos como excelente bailarina, que hace las delicias del público” (Diana, 20-9-1910). La acompaña, una vez más, el pequeño Doro.

Cartel de Dora la Gitana en el Cine Escudero de Cádiz (16-3-1911)

Cartel de la actuación de Dora la Gitana en el Cine Escudero de Cádiz (16-3-1911)

En otoño también puede verse a la bailaora en el Pabellón Modernista de Córdoba y en el salón Imperial Sevilla, donde su “debut fue un verdadero acontecimiento” (Eco Artístico, 15-12-1910).

Dora y su Dorito reciben el año en tierras andaluzas. Su exitosa gira por el sur se prolonga aún durante varios meses. Almería, Córdoba, Huelva, Cádiz, Jerez de la Frontera, Sevilla, Málaga y Melilla son algunas de las ciudades en las que la artista malagueña va dejando pinceladas de su arte.

En la capital onubense se la espera como agua de mayo, y en la tacita de plata el recibimiento no es menos caluroso:

“[Huelva] Teatro Mora.- Ha hecho su debut Dora ‘La Gitana’, artista que con ansiedad esperaba el público onubense.

En las secciones primera y segunda era imposible penetrar en el Salón, pues se encontraba lleno, rebosante, teniendo que quedarse en la calle numeroso público por agotarse las localidades” (Eco Artístico, 15-2-1911).

“[Cádiz. Cine Escudero.-] La salutación que el numeroso y escogido público que diariamente asiste a este Cine tributó a Dora en la noche de su debut, fue de las más cariñosas que hemos presenciado; el trabajo de esta artista, verdadera reina del ‘garrotín’, sigue premiándolo sin tasa, con sus aplausos y asidua concurrencia, el respetable gaditano” (Eco Artístico, 15-3-1911).

Una artista en la cumbre que no olvida de dónde viene

A estas alturas de su carrera, la bailaora malagueña se ha convertido en todo un fenómeno. Es una artista de moda, con mucha personalidad y un sello propio. El público la adora y su éxito se traduce en una buena posición económica que le permite darse algún que otro capricho, como el flamante automóvil con el que realiza sus desplazamientos. Sin embargo, a juzgar por las líneas que le dedica la revista Eco Artístico, parece que la fama no se le ha subido a la cabeza:

Fiesta andaluza en el Novedades (La Unión Ilustrada, 25-6-1911)

Fiesta andaluza en el teatro Novedades de Málaga (La Unión Ilustrada, 25-6-1911)

Dora, ‘La Gitana’

El génesis de la coreografía flamenca radica en Dora. Ella, solamente ella, sabe imprimir el sello característico de lo típico, lo genuino, lo puramente cañí. Creadora del garrotín gitano, pletórica de inspiración, rebosante de arte, de ejecución pasmosa, sabe desbordar de entusiasmo a los públicos, que la aclaman. Envidiada, jamás envidiosa, se enseñorea con su arte, que adquiere de día en día más relieve, sirviendo de factor importante a su renombre sus innumerables imitadores, que ejercen de poderosos heraldos de su fama. Dora electriza con sus bailes, su fausto enloquece a los pobres de espíritu al contemplarla en su automóvil, henchida de la satisfacción de una diosa, con la majestad de una princesa, pero sin dejar de ser la Dora modesta, afectuosa y agradable de siempre; y es eso que, a mayor encumbramiento, da más patente prueba de su sencillez, sacrificando todo al esplendor de su arte, del que se siente celosa, al que cuida con mimo, con veneración y gratitud, ya que del arte alcanzó el bienestar de que hoy goza” (Eco Artístico, 15-2-1911).

En Jerez de la Frontera, Dora estrena “una decoración de mantones de Manila de su propiedad, como asimismo un hermoso traje de luces, despertando tanta riqueza la admiración de los públicos, y un entusiasmo desbordante en la ejecución de sus creaciones coreográficas” (Eco Artístico, 25-3-1911).

Durante los meses de abril y mayo la reina del garrotín “es aplaudida frenéticamente” (Eco Artístico, 5-5-1911) en el Salón Imperial y el Teatro Duque de Sevilla, donde comparte cartel con artistas como Raquel y Tina Meller.

Profeta en su tierra

Poco después, la bailaora se presenta con gran éxito en el Salón Novedades de Málaga. Allí es recibida con gran entusiasmo por el público, que la hace repetir algunos de sus números: “Nuestra paisana Dora, fue saludada al aparecer en escena con grandes aplausos, y estos se repitieron entusiásticamente numerosas veces, en justo tributo a la labor de la artista” (El Popular, 10-5-1911).

Representación de 'La diosa del placer' en el teatro Vital Aza de Málaga (La Unión Ilustrada, 2-7-1911)

Representación de ‘La diosa del placer’ en el teatro Vital Aza de Málaga (La Unión Ilustrada, 2-7-1911)

Durante las cincuenta representaciones que ofrece en dicha sala, Dora sorprende por el lujo de sus mantones, sus joyas y su vestuario. La artista renueva con frecuencia su repertorio, que incluye sus ya famosos bailes gitanos, “en cuyo género ninguna otra artista ha logrado igualarle” (El Popular, 13-5-1911), así como cuplés y graciosos monólogos.

El 12 de junio, en el mismo salón se celebra una fiesta andaluza organizada por Dora, que “sigue constituyendo […] el ídolo del público” (El Popular, 26-5-1911). Además de la bailaora malagueña, en ella participan “las hermanas Juana y Dolores Ruiz, el notable cantador Rafael Moreno y el Trío Yérar, a los que acompañará el popular maestro de guitarra Carlos Sánchez” (El Popular, 12-6-1911).

A finales de junio, la Gitana se despide de Novedades con un beneficio. “Las ovaciones a Dora se sucedieron incesantemente, siendo obsequiada al final con muchos y valiosos regalos” (El Popular, 27-6-1911). Sin embargo, aún permanece unos días más en su tierra, esta vez en el teatro Vital Aza. Allí se representan varias revistas y zarzuelas, y en todas ellas interviene la bailaora:

“En ‘Las Bribonas’ y ‘La diosa del placer’, Dora la gitana fue muy bien acogida por el público, que premió su trabajo con atronadores aplausos.

A pesar del tamaño extraordinario del marco, Dora trabajó por que su labor no resultase empequeñecida y logró su propósito sin esfuerzo” (El Popular, 1-7-1911).

“También ha introducido la empresa de Vital Aza en estos últimos días una novedad en el cartel, contratando a ‘Dora, la Gitana’, famosa bailadora de tangos, farrucas y garrotines, que durante sus exhibiciones en el Salón Novedades, logró grandes aplausos y cosechó extraordinarias simpatías.

‘Dora’ ha interpretado en la hermosa zarzuela [Sangre y arena] del maestro Jiménez el papel del gitanillo ‘Grabié’, cumpliendo discretamente.

Después ha tomado parte en la ejecución de ‘El arte de ser bonita’” (La Unión Ilustrada, 9-7-1911).

Durante los meses de verano también puede verse a la bailaora en Melilla y, una vez más, en la ciudad hispalense, siempre acompañada de su inseparable Dorito. San Sebastián, Valencia, Castellón y Reus son algunas de las paradas de su gira de otoño. En la capital del Turia, Dora coincide con la guitarrista Adela Cubas y el cantaor El Mochuelo.


Dora la Gitana, la transgresora reina del garrotín (I)

Málaga es tierra de bailaoras de arte… artistas valientes y transgresoras, como La Cuenca o la Malagueñita… mujeres que han pasado a la historia del baile flamenco por desafiar los cánones establecidos y especializarse en bailes tradicionalmente considerados masculinos.

Entre esas mujeres rompedoras, que aún hoy nos siguen sorprendiendo al presentarse enfundadas en ceñidos pantalones, también merece la pena destacar a Dora la Gitana, conocida en su época como “la reina del garrotín”.

Dora la Gitana, 27-4-1910

Dora la Gitana (Actualidades, 27-4-1910)

La malagueña Antonia Galindo García, nacida a finales de la década de los ochenta del siglo XIX, inicia su carrera artística con el sobrenombre de “La Sillera”, si bien alcanza mayor fama como Bella Dora o Dora la Gitana. Con este apelativo la encontramos anunciada en prensa a principios del XX. En 1903 tenemos noticias de su paso por Almería y en 1907 los papeles informan sobre la actuación en el teatro Circo de Alicante de “‘La bella Dora’, notable transformista que con pasmosa rapidez apareció en cinco tipos, bailando luego una farruca, hábilmente taconeada y con mucha agilidad” (La Correspondencia de Alicante, 17-12-1907).

La farruca y el garrotín son sin duda la gran especialidad de esta bailaora, que también destaca como cupletista. En septiembre de 1908, tras triunfar en Badajoz, Dora se presenta en Gijón, con gran éxito de crítica y público:

“El debut de la notable artista Bella Dora ha sido un acontecimiento en el Cine Gaumont.

Las rápidas transformaciones de esta original artista así como los bailes que ejecuta, han entusiasmado al público que ha hecho repetir en todas las sesiones la farruca y garrotín.

Es una buena adquisición que dará muchas entradas a la empresa del Gaumont” (El Noroeste, 5-9-1908).

De allí marcha a Barcelona, en cuyo teatro Gayarre permanece durante un mes, junto a un nutrido elenco de artistas de variedades, como Isabel Espinosa, La Clavelito, La Cubanita, Las Argentinas o Pepita Sevilla, entre otras.

Encarnación López, La Argentinita

Encarnación López, La Argentinita

En primavera de 1909, la Bella Dora comparte cartel con La Argentinita en el Salón Novedades de Valencia, y posteriormente se presenta en el teatro Nuevo de Madrid, donde se lleva a escena la zarzuela de carácter flamenco ‘Las Marianas’, en cuyo reparto figuran Anita Cañas -también conocida como ‘La Niña de los Tangos’-, El Mochuelo o Lola la Madrileña, entre otros artistas.

De allí pasa al Salón Variedades de Salamanca. Durante los diez días que permanece en ese local, la artista malagueña no para de cosechar aplausos y ovaciones “con su trabajo artístico y delicado” (El Adelanto, 3-5-1908). Su “repertorio es inagotable, presenta todos los días nuevas canciones y nuevos trajes, con sus rápidas transformaciones” (El Adelanto, 27-4-1909).

“En la Farruca y el Garrotín, [es] sencillamente admirable” (El Adelanto, 26-4-1909). De hecho, “[p]uede afirmarse, y así lo hace el público, que el mejor número que en este salón ha hecho su presentación, hasta ahora, ha sido, sin duda alguna, la Bella Dora” (El Adelanto, 23-4-1909).

Inigualable por farrucas, garrotines y tangos

Unos días más tarde, la bailaora debuta en el Pabellón Luminoso de Cáceres. Allí, además de sus ya típicos garrotines, Dora estrena “el tango cantado y bailado del monólogo El Golfo”. La crítica se muestra muy satisfecha con su actuación, si bien lamenta la escasa preparación del público:

“La bella y simpática Dora es una artista de cuerpo entero que baila a las mil maravillas, llevando en las puntitas de los pies las notas del piano; por eso decimos que es sin rival.

Nosotros no hemos visto bailar con tanta maestría como lo hace la graciosa Dora” (El Norte de Extremadura, 8-5-1909).

“Durante la presente semana, ha sido muy aplaudida, no dejando de obtener en cada sección justas y merecidas ovaciones.

El martes cantó y bailó por primera vez el Garrotín, demostrando ser una bailaora de cuerpo entero. ¡Es lástima! que no encuentre aquí público más entendido en esta materia. Es el colmo, no cabe más en una artista.

Reciba mis aplausos la sin rival Dora y no diga a nadie dónde adquirió el modelo bailable del Garrotín, pues es digna de poseer la patente; sólo así no tendría modificaciones su Garrotín. ¡Vaya cardo y vaya gracia!” (El Norte de Extremadura, 15-5-1909).

Dora la Gitana (1911)

Dora la Gitana (1911)

Con ella llegó el escándalo

Poco después, la “emperatriz del ‘garrotín’” (La Esquella de la Torratxa, 18-6-1909) regresa a Barcelona y, durante los dos meses que permanece en el teatro Tívoli, conquista al público cada noche con “sus interesantes danzas” (La Vanguardia, 3-6-1909), que hay quienes consideran un poco subidas de tono:

“En la última sección de la noche […] la alucinante gitana Dora, que constituye el Non Plus de la sicalipsis y entusiasma de tal modo a los espectadores que les obliga a continua mandanga y jaleo interminable” (La Esquella de la Torratxa, 11-6-1909). (1)

De hecho, los pantalones de Dora resultan más provocadores que los desnudos de algunas artistas, a juzgar por lo que publica el diario cacereño El Bloque:

“Entre los desnudos y la mímica que tanto escandalizan […] y el vestido de la bella Dora, cuando lucía… sus formas con el traje de talle, supongo que el más pudoroso preferirá la desnudez de ahora a los impúdicos movimientos de la Dora en traje de hombre, ceñidísimo y de tela muy sutil” (El Bloque, 1-6-1909).

No obstante, no es sólo el atuendo de la bailaora lo que escandaliza al público, sino también las letras de sus garrotines, que en más de una ocasión provocan la detención de la artista, como sucede en el teatro Cómico de Zaragoza o, poco después, en Palencia:

“[Dora,] molestada por los siseos del público, cantó dos coplas ofensivas para los concurrentes, los cuales protestaron ruidosamente, promoviéndose un enorme escándalo.

El alboroto no cesó hasta que fue detenida la Bella Dora” (El Noroeste, 17-7-1909).

“En el teatro Circo se produjo anoche un monumental escándalo, por haber cantado la bailarina y cupletista Dora la Gitana un garrotín con letra molesta para los espectadores.

Estos en medio de un formidable alboroto, increparon a la descocada artista y algunos intentaron quemar el coliseo, no cediendo en su actitud hasta que fue detenida Dora y conducida a las oficinas de vigilancia” (El Día de Palencia, 19-7-1909).

Dora la Gitana (La Unión Ilustrada, 21-1-1911)

Dora la Gitana (La Unión Ilustrada, 21-1-1911)

Un estilo más decente y refinado

En noviembre de 1909, tras un nuevo paso por la ciudad condal, la artista malagueña recala en Valladolid y después en Salamanca, donde se la espera con impaciencia, ya que sus numerosos compromisos la han obligado a posponer su visita a la ciudad charra.

El público salmantino “acudió en gran número a aplaudir […] a la genial artista que derrochó gracia y sal” (El Adelanto, 23-11-1909). Lejos quedan ya los últimos escándalos protagonizados por la malagueña, quien se muestra más fina y recatada que de costumbre, sin que ello le reste ni un ápice de su atractivo, pues “con sus encantos y sus gracias [sigue haciendo] andar de cabeza a los que están en las primeras filas” (El Castellano, 10-11-1909).

En esta ocasión, la prensa sólo tiene elogios tanto para el repertorio como para la indumentaria de la bailaora:

“La Bella Dora, artista muy conocida ya y de gran mérito, posee un repertorio extenso y para todos los gustos, el cual emplea con gran tacto, en relación con el público que asiste” (El Adelanto, 11-11-1909).

“Su repertorio, en couplets, es de los que se pueden oír y gustan, siendo aplaudida con entusiasmo.

El vestuario que luce es también muy vistoso” (El Adelanto, 10-11-1909).

Bella Dora, que con un tacto digno de encomio, sabe elegir un programa de lo más delicado, a fin de no herir la susceptibilidad del selecto público que acude a este salón en las primeras secciones” (El Adelanto, 11-11-1909).

“La Bella Dora gusta cada día más, pues su trabajo es de los que se ven siempre con gusto y se aplaude con entusiasmo” (El Adelanto, 20-11-1909).


NOTAS:
(1) La traducción de todos los textos extranjeros es nuestra.