Flamencas por derecho

Mujeres que han dejado su impronta en la historia del flamenco

Flamencas por derecho - Mujeres que han dejado su impronta en la historia del flamenco

Soledad Miralles, bailaora, torera y gracia en estado puro (IV)

Soledad triunfa en los ruedos

En los primeros meses de 1934, la prensa no para de elogiar la valentía y las buenas condiciones de Soledad Miralles para el toreo, además de anunciar sus primeros contratos como matadora:

“El escalafón femenino aumenta. A la legión de toreras dispuestas para invadir los ruedos en la cercana temporada, hay que sumar otra, de calidad extraordinaria, que tiene a su favor para triunfar un gran número de posibilidades.

Se trata ‘nada más’, que de la gentilísima y bella artista Soledad Miralles, a la que no sólo se atribuyen decididos propósitos de lanzarse ‘a los toros’, sino que hasta se asegura que la empresa de la capital catalana le ha ofrecido varias funciones para los primeros domingos de la temporada” (Diario de Almería, 7-2-1935).

“Se da como seguro que la bella y gentil artista del arte frívolo Soledad Miralles ha decidido dedicarse al toreo, siendo ya varias las empresas que han solicitado su concurso.

A preguntas de periodistas ha afirmado que como el asunto del varités está en plena quiebra va a probar suerte luciendo su arte ante ‘la fiera‘” (La Voz, 13-2-1935).

Soledad Miralles, Juanita de la Cruz, Hermanas Palmeño, etc., todas estas mujeres, toreras, al decir de quienes pueden hablar así, de mérito excelente, muy dentro de su papel, es decir, toreras, y valientes.

[…] toreras de una vez, con valor, con arte, con dominio de todas las facetas del toreo. La mujer lo invade todo, muy bien, por cierto, porque se va dando cuenta de que es algo más que ‘una cosa’, como hasta hace poco tiempo se la consideraba” (El Luchador, 5-3-1935).

Soledad Miralles vestida de corto (Mundo gráfico, 12-6-1935)Soledad Miralles vestida de corto (Mundo gráfico, 12-6-1935)

Incluso la prensa neoyorquina se hace eco de esta nueva faceta de Soledad Miralles:

Soledad Miralles, la vedette morena, ha anunciado hoy que pretende actuar por las tardes como torera. Ya tiene su traje de chaqueta y pantalón, con botas de tacón de piel española y sombrero cordobés de ala ancha. La señorita Miralles ahora se está entrenando. Espera hacer su primera aparición pronto en Barcelona. Dice que no intentará actuar en Madrid hasta que -y a menos que- tenga éxito en las provincias, porque los aficionados de Madrid son muy críticos.

La Señorita Miralles no llegará al ruedo como novata. Ya ha toreado novillos en fincas y el año pasado apareció en un corrida de actores, en Tetuán, un suburbio de Madrid. Su idea es torear sólo novillos como matadora. ‘Torearé becerros por las tardes y cantaré en el club por la noche’, ha dicho. ‘Creo que es posible hacerlo’” (The New York Sun, 2-3-1935). (1)

“La profesión de torero está vetada a las mujeres por ley en España pero cada vez más personas del bello sexo están aprovechando el hecho de que se hace la vista gorda ante los incumplimientos. La última contratación en las filas femeninas de los artistas de capa y espada es la muy conocida bailora española Soledad Miralles.

‘Resulta que asistí a una fiesta en una finca de toros de la provincia de Alicante, y una serie de invitados, incluidas las mujeres, se divertían toreando novillos’, dijo la Señorita Miralles, una deslumbrante andaluza, para explicar su vocación. ‘Creo que estuve bastante torpe esa primera vez, pero conseguir vencer mis miedos, y el juego de dominar a estas espléndidas bestias me fascinó tanto, que decidí tomármelo en serio. Me hice un traje, estudié la teoría de la capa y el toreo, y después realicé una faena completa y maté al toro -no con demasiada gracia, pero tampoco tan mal para ser una principiante. Desde entonces he mejorado bastante y mi habilidad para el baile me ha ayudado mucho. La gracia intrínseca al baile es muy similar a la que demuestran los grandes toreros‘. Hoy en día hay más de una docena de mujeres dedicadas profesionalmente al toreo” (The Poughkeepsie Eagle News, 19-6-1935).

Soledad Miralles toreando (El taurino gráfico, 1987)Soledad Miralles toreando (El taurino gráfico, 1987)

Torera por casualidad

En el mes de marzo, la revista Estampa publica una entrevista a doble página con Soledad Miralles, que un mes más tarde es reproducida por el semanario bonaerense Caras y caretas. La artista, con gracia y sentido del humor, conversa con la periodista Luisa Carnes sobre su primera experiencia delante de un toro:

“- Este verano, cuando se estaba organizando el festival a beneficio de nuestro Sindicato, Monteagudo me mandó llamar: ‘Mira, Solé; estoy pensando que estas corridas del Sindicato se van haciendo monótonas y hay que introdusí en eya arguna cosa que dé ruido‘. ‘Mu bien -le dije-; poné senserro a los bicho’. ‘Voy a anunciar que tú, la Castizo y la Constanzo vay a matá un becerro‘. ‘Bueno; pero eso no va a se en serio, ¿eh?’ ‘¡Claro, mujer! ¿A quién se le ocurre? Es una forma como otra cuarquiera de yamá la atensión de la gente’. En esto queamos; yo me mandé hasé er traje de campo, y la corría se anunsió. La Constanzo se vorvió atrá por si acaso la cosa iba en serio; así que queamos como mataoras la Castizo y yo.

– ¿Usted no había toreado nunca?

– ¿Yo, mí arma? ¿Yo matá a un animalito? Pero si en mi casa no se come gayina como no esté mi madre, que es la que las despena… Y si es de mi corral, entonse ni aun que me aten me la como yo. Verá usté. Llegó er día, se hizo er paseo, y yo veía que aquello se iba poniendo serio. A todo esto, la Castizo había desaparecido, y yo estaba sola en er rueo con los mataores que iban a dirigí la lidia. ‘Oye -le dije a uno de ellos-; me párese que esto se pone feo… Y que me han dejao sola. Eso no es formaliá…’ ‘Mira; ya está ahí er tuyo, Soleá. Ahora le da unos pase y ya estás cumplía…’ No tuve tiempo de contestarle… Tocaban los clarines, y er toro estaba fuera… ¡Presioso, negro y con un brillo…! ‘Vamo, Soleá’ –me empujaban los torero-. Ya le he dicho que no había toreao nunca; pero yevo muchos años entre gente de coleta… Ademá soy bailarina y tiene una su mijiya de garbo… Y er bicho era tan lindo…

– ¡Y hacía un día de so…! -continúa Soledad Miralles-. Er so me influye mucho. Los días yuvioso me ponen tristona, me deprimen, pero er so… En un día de so soy yo capá de cuarquié cosa grande, y aqueya tarde hasía mucho so… Con que voy y sito ar bicho, y ér se viene pa mí y me da un metío en los muslo y me tira… Mi madre, que estaba ayí, ¡daba ca grito…! Una se da cuenta de to lo que pasa en er público. Voy, me levanto, y le grito a mi madre con mucha seriedad: ‘No te apure, mamá, que no pasa na… Este bicho me ha tocao a mí al amó propio, y no va a quear de é ni un par de sapato’. Er revorcón me yenó de rabia… ‘Veremo a ve quién pué’. Le perdí el mieo al animá y seguí toreando

– ¿Con suerte?

– Unas vese estaba en pie y otras por lo suelo, pero yo había perdió el mieo ar becerro.

– ¿Lo mató, al fin ?

– ¡Dígo! Me pusieron en la mano el estoque, se arrancó el animal… Y el estoque se queó envainao… Lo que debió sufrí er pobre…

– ¿ Aquello le desanimó ?

– ¡Quia! ¡No le digo que hasía mucho so aquella tarde! Pedí que le sacaran er estoque; me dieron otro…

– ¿Y lo mató?

Reondo cayó, sin puntiya ni na. No hay má que entrá por derecho. ¡Pobre animá!… Las do oreja y er rabo me dieron. En casa los tengo, y ar prinsipio, cuando los veía, sentía un remordimiento

– ¿Ya no?

No. ¡Yo, que no podía mata un pájaro…! Nadie sabe de lo que puede ser capá” (Estampa, 16-3-1935).

Soledad Miralles vestida de corto (Estampa, 16-3-1935)Soledad Miralles vestida de corto (Estampa, 16-3-1935)

A pesar de haber debutado como novillera poco menos que por casualidad, como ella misma acaba de relatar a su entrevistadora, Soledad Miralles parece tener muy claro adónde quiere llegar en el mundo del toreo. Su intención es renovarlo, desde un punto de vista femenino:

“- Es un bello arte. Voy a toreá. Pero no como las torera de ofisio… Er toreo femenino lo quiero creá como yo lo ‘veo’ y lo entiendo; toreo sin violensias, suave, artístico; toreo de ritmos…, femenino. Creo que asertaré a dar con é… Si fracaso lo dejaré en seguía. No quiero seguí la rutina. Aspiro a la creación de formas nuevas en er toreo. Y creo que con la ayuda der so lo conseguiré” (Estampa, 16-3-1935).

Por último, en contra de lo que ha aparecido publicado en varios medios, Soledad manifiesta su intención de compaginar el toreo con el baile y el cante. En los meses siguientes, la prensa se hace eco de sus triunfos en distintos cosos, como el de Linares:

“La gentilísima Soledad Miralles, solera y garbo de gran artista, estrella del baile flamenco, aureolada de popularidad, ha saltado de los escenarios a los cosos taurinos. Y su debut en la plaza de Linares el domingo constituyó una revelación triunfal, pues Soledad Miralles realizó con capote y muleta brillantísimas faenas, que le valieron las orejas de sus dos toros” (Mundo Gráfico, 12-6-1935).

Una carrera efímera en el mundo de los toros

Sin embargo, la suerte no siempre acompaña a Soledad en sus tardes sobre la arena. En el mes de julio se presenta en la plaza de toros de Madrid el espectáculo “cómicotaurinomusicalActualidades, en el que interviene la artista, junto a “Ramper torero con su troupe, el rejoneador en automóvil don Luis Aguado, el bailarín Morita y otras actuaciones” (El defensor de la afición, 14-7-1935). En esta ocasión, las críticas no resultan demasiado favorables para nuestra torera, ¿sería que no hacía sol?

“… la gentil bailarina Soledad Miralles salió al redondel con el ánimo de entendérselas con un becerrillo; pero no se entendieron y el público mostró su desagrado.

Con los respetos debidos, y a salvo el amor propio de la artista, me permito recomendarla desista de sus propósitos taurinos, con lo cual, en lugar de que su cuerpo garboso ruede sobre la arena sin gallardía alguna, como anoche le sucedió, bailará triunfante por los escenarios luciendo su gracia gitana y su arte depurado” (La Libertad, 21-7-1935).

Soledad, para quien mantenemos incólume nuestra admiración como eximia artista del baile gitano, lidió y mató un becerro con más voluntad que acierto” (Heraldo de Madrid, 22-7-1935).

“La bella y popular bailarina Soledad Miralles, tan sugestiva en las actividades del tablado, no alcanzó el éxito al actuar como torera que le hubieran producido, por ejemplo, unas bulerías y otras danzas flamencas. La gentil escultura de la castiza artista sufrió golpes, caídas, etc., etc., que a sus sinceros admiradores nos produjeron casi tanto daño como a ella” (La Voz, 22-7-1935).

A pesar del percance sufrido en Madrid, el espectáculo “Actualidades” continúa presentándose, con distinta suerte, en otras ciudades de España, como Manzanares o Alicante, donde Soledad Mirallestriunfó como torera en la lidia de un becerro, al que mató de una soberbia estocada. Se la ovacionó y dio la vuelta al ruedo” (El Luchador, 29-7-1935).

Soledad Miralles convaleciente tras la cogida (Crónica, 18-8-1935)Soledad Miralles convaleciente tras la cogida (Crónica, 18-8-1935)

Sin embargo, la carrera taurina de Soledad tiene los días contados. A finales de julio es embestida por un novillo, que le fractura dos costillas. Durante su convalecencia, la artista concede una entrevista al semanario Crónica, en la que anuncia su retirada de los ruedos. Su interlocutor, Juan del Sarto, insiste en destacar lo “impropio” del oficio de torera, que “no es cosa de mujeres”, y alaba el hecho de que Soledad haya recobrado “el sentido común”. Por su parte, la artista se muestra desencantada y se queja de la falta de respeto con que ha sido tratada en el mundo taurino, por su condición de mujer:

“- ¿Dónde fue eso, Sole?

– En Alcoy, mi arma, no hase todavía los veinte día.

– ¿Te vas de los toros por miedo?

– ¡Qué disparate! Me voy de los toros por pundonor profesional y por dignidad de mujer. O por desírtelo más claro: me retiro de los toros, no por los toros mismos, sino por el público de los toros, que es lo peor que yo he conosío en el mundo.

– ¿Con decisión irrevocable?

Completamente irrevocable.

Soledad Miralles, la auténtica señorita del toreo, nos cuenta detalles conmovedores de su exquisita sensibilidad femenina. Su dolor ante los sufrimientos del toro -¡uno que le salió tan güeno en Vinaroz y que lo tuvo que matar después!-, su horror ante la sangre de los bichos, que le salpicaban los vestidos, tan cuidados -mucho más de vedette de revista que de matador de toros-. Sus arrebatos de superstición: otro torete ya despenado, que al ser arrastrado por las mulillas se llevaba uno de sus claveles -con los que ella se adornaba la morena melena siempre que toreaba- enganchado en un pitón

Soledad Miralles con su sobrina Marina Heredia (Crónica, 18-8-1935)Soledad Miralles con su sobrina Marina Heredia (Crónica, 18-8-1935)

Y sobre todo, el público, ese público terrible de los cosos taurinos -el mismo que tantas ovaciones le ha prodigado cuando bailaba-, ese público que pierde toda noción de caballerosidad y delicadeza ante una mujer indefensa, porque la ve delante de un toro, dando todo lo que puede y haciendo todo lo que sabe sin tener en cuenta para nada, su condición de mujer y de artista delicadísima, en este caso particular de la Miralles.

– Así, pues -concreto-, lo que estás es desencantada, asqueada del ambiente y del público de la mal llamada fiesta nacional.

– Exacto. ¿Tú sabes lo que es ir herida a una enfermería, entre cuatro hombres, con las costillas rotas y oírse llamar las cosas que yo tuve que escuchar en esa plaza de toros de Alcoy?

– Me lo figuro. […]

Según los entendidos en cuestiones de toros, Soledad Miralles es la mejor y la que llevaba en todo el garbo de su gentil personilla verdadera esencia torera.

Por efecto de la cogida de Alcoy -ha de pasar algún tiempo todavía hasta que pueda volver a torear– pierde la Miralles unas ocho corridas.

Luego ha de cumplir contratos firmados y que no pueden anularse. Ha de torear aún en España y en América, para donde embarcará en el próximo otoño. Después se acabó. Soledad Miralles, por sensibilidad, por feminidad, por los fueros y privilegios del arte que tanto siente y que tan guardado lleva en el alma, se retirará de los toros para reintegrarse nuevamente a sus actividades de bailarina” (Crónica, 18-8-1935).

NOTA:

(1) La traducción de todos los textos extranjeros es nuestra.

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Categoría: Bailaora
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