Flamencas por derecho

Mujeres que han dejado su impronta en la historia del flamenco

Flamencas por derecho - Mujeres que han dejado su impronta en la historia del flamenco

La Joselito, el alma de Andalucía en París (IV)

La bailaora española Carmen Gómez, que se dio a conocer ante el público parisino de la mano de La Argentina, en poco tiempo se ha revelado como una estrella que brilla con luz propia, y que encarna la esencia de lo más típicamente español, a juzgar por las palabras que le dedica la crítica francesa:

La Joselito, en quien descubrimos, la pasada temporada, en un recital de bailes populares andaluces mezclados con cantos regionales de un sabor extraño, una artista que utiliza su arte con una inteligencia sin igual y una sensibilidad vibrante, se ha impuesto como una nueva estrella del baile español. A decir verdad, muy pocos especialistas, incluso entre aquéllos cuya virtuosidad es incontestable, tienen el privilegio de iniciarnos con una intuición tan directa en las más secretas sutilezas de estos pequeños dramas o poemas. La Joselito, que sin duda domina su oficio, nos parece como una nueva encarnación, desprovista de amaneramiento pero de un espíritu adorablemente femenino, de la ardiente España” (Le Figaro, 5-12-1931).

Joselito es la España misma, con su ímpetu, su frenesí y su ‘elegancia’” (Le Figaro, 23-1-1932).

Carmen Gómez, La Joselito

Carmen Gómez, La Joselito

La presencia de Carmen es cada vez más solicitada en las mejores salas parisinas, así como en otros países. En febrero de 1932, la prensa suiza anuncia la actuación, en el Cine Métropole de Lausana, de una artista “de gran clase”, “la célebre bailaora andaluza La Joselito y su guitarrista Juan Relámpago, en sus maravillosos números de bailes y cantes españoles y andaluces” (Gazette de Lausanne, 19-2-1932).

Ha nacido una estrella en la Ópera de París

Unos meses más tarde tiene lugar un hito fundamental en la carrera de La Joselito, que se presenta con gran éxito en uno de los escenarios más emblemáticos de París, el de la Ópera. Ante el entonces Presidente de la República Francesa, Albert Lebrun, Carmen se estrena como coreógrafa con un montaje basado en la obra La ilustre fregona de Cervantes, en el que ella misma interpreta el papel de ‘Carmencita’. Su antiguo maestro, Antonio de Bilbao, que se encuentra casualmente en la capital francesa, la felicita personalmente por su magnífica ejecución del zapateado.

Ataviada con un elegante traje gris y negro, y sobre un escenario que reproduce el antiguo café Kursaal de Sevilla, La Joselito sabe complacer al público francés, hasta tal punto que la obra vuelve a ponerse en cartel en varias ocasiones. La prensa española se hace eco de este triunfo:

“En el teatro de la Ópera acaba de obtener un gran éxito una joven bailarina española, la Joselito, interpretando el papel que el pasado año desempeñó Laura de Santelmo en ‘La ilustre fregona’, del maestro Laparra. La Joselito es una artista de recia personalidad, que ya ha actuado con brillantez y suceso en diversos escenarios de París, y que ahora acaba de ser consagrada por lo mejor de la crítica francesa y en la catedral magna de la gran Ópera. La Joselito baila con un brío y un empuje que arrebata a los públicos, aunque sean tan finos y exigentes como el de la Ópera” (Heraldo de Madrid, 7-5-1932).

La conquista de Argel

Tras el exitoso estreno de La ilustre fregona, “la seductora bailaora y cantaora española” viaja a Argel, acompañada de su guitarrista de cabecera, Juan Relámpago, y de la pianista Ady Leyvastre, para ofrecer varias “Galas de bailes españoles”.

La Joselito durante uno de sus espectáculos

La Joselito durante uno de sus espectáculos

La prensa de la ciudad colonial exalta la figura de La Joselito, a quien sitúa en un nivel superior al de la Argentina, por su baile ardiente, considerado la más pura expresión del alma de Andalucía:

La Joselito se situó en el primer puesto, en París, cuando bailó en la Ópera Cómica con la Argentina. Su éxito había sido tan rotundo que al público le pareció extraño que la célebre bailarina no dudara en presentar a su lado, aun a riesgo de eclipsarla, a una intérprete de tal categoría, y los críticos no dejaron de felicitarla por esta prueba de amor al arte que ofreció.

Sin embargo, el género de la Joselito es totalmente diferente […]. ‘Mientras que la Argentina […] representa un arte superior, inteligente y aristocrático, muy elaborado y muy clásico, Carmen Joselito, en cuyas venas corre sangre plebeya, baila con una fogosidad, una brutalidad y una pasión cuya intensidad y sinceridad son su gran valor. También su belleza. Hay que tomarla como es, con su fuerte olor a fruta salvaje. Ella encarna de maravilla el baile popular, simple y violento, del sur de España. Su recital de cantes y bailes andaluces ha obtenido un éxito triunfal” (L’Écho d’Alger, 4-5-1932).

“El baile sacude a La Joselito como un hipo casi doloroso: una convulsión de la espina dorsal que sube bruscamente y sacude los hombros. La Joselito ejecuta bien ese golpe violento de la parte delantera del pie, en el que el tacón no toca el suelo; su cadera se lanza hacia un lado; sus pasos saben comerse el tablado, patalear, terminar con una especie de baile ecuestre […]. La Joselito, en una palabra, se distingue por su brío, su vitalidad. Es una auténtica andaluza” (L’Écho d’Alger, 6-5-1932).

La Joselito (L'Echo d'Alger, 4-5-1932)

La Joselito (L’Echo d’Alger, 4-5-1932)

Bailaora hasta la punta de los dedos […], la Srta. Carmen Joselito usa poco la estilización y la transposición. Su coreografía fogosa, alegre, espasmódica, se mantiene pura de toda edulcoración […]. El equilibrio perfecto de su cuerpo se pliega dócilmente ante las más leves órdenes del ritmo. A veces impaciente, a veces enfadada, a veces ondulante, como una flor demasiado pesada para su tallo, imita con arrebato o languidez el eterno gesto de amor o de religión que es el principio común de todos los bailes, expresiones del instinto y de la inspiración populares” (L’Écho d’Alger, 10-5-1932).

Nuevos éxitos junto a Ady Leyvastre

Tras conquistar al público argelino, en junio de 1932 La Joselito retoma las representaciones de La ilustre fregona en la Ópera de París. Durante ese verano la artista también encuentra tiempo para participar en una fiesta benéfica a favor de una asociación infantil y presentarse en el Ciclo Internacional de la Danza de París, como siempre, con gran éxito: “para la sesión de cierre, la Joselito, rival de Carmen bailando en honor de don José” (Le ménestrel, 9-6-1932).

Ese mismo verano, en el Casino María Cristina de Le Havre, “La Joselito evocó muy bien, con gracia y soltura, los cautivadores bailes andaluces, acompañados de música española, al piano, por una joven y excelente artista: la Srta. Ady Leyvastre. La Joselito fue aclamada y tuvo que repetir su Zapateado, Cádiz, acompañada por el guitarrista de talento Juan Relámpago” (Le ménestrel, 8-9-1932).

La pianista Ady Leyvastre junto a su marido, Jacques Serres

La pianista Ady Leyvastre junto a su marido, Jacques Serres

La fulgurante carrera de la bailaora española no pasa desapercibida en España, cuya prensa sigue de cerca los pasos de una de sus artistas más internacionales. En el mes de noviembre, el Heraldo de Madridno escatima en elogios para Carmen Gómez, al tiempo que nos pone al día de sus últimas novedades:

“Que La Joselito ha hecho hablar de España a los escritores galos más que Cervantes.
Que decir La Joselito en París es decir flamenquería, baile, canto popular. […]
Que en El amor brujo de Falla, La Joselito embrujó al público con sus bulerías.
Que La Joselito lleva ya seis recitales, ella sola, en París, y ha batido los récords de taquilla.
Que La Joselito anuncia su séptimo recital en el teatro de Champs Elysées. Que la fecha elegida es el 8 de noviembre, y a estas horas no queda una localidad en el ‘control’.
Que en las farrucas, zapateados y alegrías le acompaña a la guitarra Relámpago […]” (2-11-1932).

Como anuncia el Heraldo de Madrid, en noviembre de 1932 La Joselito ofrece un recital de bailes españoles en el Teatro de los Campos Elíseos, acompañada por la pianista Ady Leyvastre y su inseparable guitarrista Juan Relámpago. La crítica francesa, una vez más, destaca la calidad y pureza de esta artista, llena de “gracia, entusiasmo y pasión” (Le petit Parisien, 16-11-1932), así como el virtuosismo de su zapateado:

“El secreto de La Joselito consiste en permanecer fiel a la más pura tradición del baile popular de Andalucía y, en este preciso terreno, mostrar una extraordinaria calidad. Antes que nada, ella es de su tierra; y éste no es para mí el rasgo menos valioso de una artista; en segundo lugar, es ella misma, lo cual confiere a sus bailes locales un acento particular por su impulso, su agilidad, su brío voluntario y obstinado, y su velocidad comparable a la de los banderilleros. […]

[el] zapateado con el que triunfa la Joselito es un auténtico ejercicio de repiqueteo sobre un tambor cuadrado de madera puesto a ras del suelo; el cuerpo apenas se mueve y tampoco las piernas; pero se oye a los piececitos golpear el suelo acompasadamente con una variedad infinita de movimientos y graduaciones […]” (La semaine à Paris, 18-11-1932).

Carmen Gómez, La Joselito, en la última etapa de su vida

Carmen Gómez, La Joselito, en los años 90

La Joselito, elevada ahora a la categoría de las más grandes vedettes del baile español, se mantiene fiel a las tradiciones, a las que sirve con una gran personalidad. […] Sus cantes y su baile tienen un profundo acento de verdad […]. Joselito baila para ella, para nosotros; el temblor de sus piernas y la gracia enamorada de sus gestos dicen toda la alegría ardiente de vivir […]. Ella es verdaderamente irresistible” (Le Figaro, 28-11-1932).

 

Dos cantes de La Joselito, por cortesía de Pedro Moral:

NOTA: La traducción de todos los textos extranjeros es nuestra.

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Categoría: Bailaora, Cantaora

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