Flamencas por derecho

Mujeres que han dejado su impronta en la historia del flamenco

Flamencas por derecho - Mujeres que han dejado su impronta en la historia del flamenco

Pepita Ramos ‘la Niña de Marchena’, una gran revelación (y II)

Durante el verano de 1935 Pepita Ramos recorrió buena parte de la geografía española junto a una compañía de ópera flamenca organizada por el empresario Alberto Montserrat e integrada por algunos de los artistas flamencos más prominentes del momento, a saber:

‒ Al cante, la Niña de los Peines, Pepita Sevilla ‘la Jerezanita’, Pepita Ramos ‘la Niña de Marchena’, Pepe Pinto, el Americano, Canalejas, Peluso, Guerrita y Conchita Aguilar.
‒ Al toque, Manuel Delgado, Antonio Moreno, Esteban de Sanlúcar y Niño Ricardo.
‒ El cómico José María Pavón, Regadera.

Pepita Ramos, la Niña de Marchena (Ahora, 28-4-1936).

Pepita Ramos, la Niña de Marchena (Ahora, 28-4-1936).

El grupo debutó el cuatro de julio en el madrileño Circo de Price (ABC, 3-7-1935) y en los días siguientes se presentó en el Teatro Circo Villar de Murcia (Levante Agrario, 25-6-1935), en la plaza de toros de Cartagena (El Noticiero, 3-7-1935), en el Tiro Nacional de Almería (Crónica Meridional, 7-7-1935), en el coso taurino de Alicante (El Luchador, 11-7-1935) y en el Teatro Olympia de Barcelona (La Vanguardia, 12-7-1935).

De nuevo en la capital de España, el dieciséis de julio se les pudo ver en la plaza de toros, con la colaboración del cantaor Pepito Alconera y el bailaor Frasquillo (La Voz, 15-7-1935). A continuación pusieron rumbo a tierras andaluzas, con parada en el coso albaceteño (Diario de Albacete, 17-7-1935).

Actuaron en el Teatro El Norte de Jaén (Yerga Lancharro, Candil nº 78), en la plaza de toros de Córdoba (La Voz, 25-7-1935), en el Teatro Villamarta de Jerez (El Guadalete, 2-5-1935), en el coso taurino de Cádiz (Diario de Cádiz, 4-8-1935), en la Plaza de Toros del Triunfo de Granada (El Defensor de Granada, 7-8-1935) y en la Maestranza de Sevilla (El Liberal de Sevilla, 17-8-1935), antes de regresar al Circo de Price (Heraldo de Madrid, 20-8-1935).

Pastora Pavón, la Niña de los Peines

Pastora Pavón, la Niña de los Peines.

Durante la gira, Pepita Ramos se anunció en distintos lugares como la “nueva estrella andaluza” y su labor fue destacada por algunos medios. El Luchador de Alicante, entre los artistas no conocidos por aquellos lares, hizo referencia a “Pepita Sevilla y la Niña de Marchena, contadores (sic), como ahora se estila, 100 por 100” (11-7-1935). El Diario de Cádiz también subrayó la presencia de la artista marchenera (4-8-1935) y, tras su paso por capital andaluza, el ABC de Sevilla le dedicó estas palabras:

“Merece especial mención la joven artista Pepita Ramos (Niña de Marchena), que fue la revelación de la pasada Semana Santa en Sevilla. Pepita sigue con paso firme su carrera. Una voz bellísima, un estilo personal y el impulso de su juventud, son factores de su legítimo triunfo, que cada día se va afirmando más. Muchos y entusiastas aplausos de los buenos aficionados premiaron la labor de Pepita Ramos” (18-8-1935).

Unas semanas más tarde, ese mismo diario publicó su retrato con el siguiente pie de foto: “En las representaciones de arte flamenco que se han dado recientemente en Price, se ha distinguido notablemente como ‘cantaora’ esta ‘Niña de Marchena’” (6-9-1935).

A principios de octubre Alberto Montserrat presentó en el Circo de Price una nueva troupe compuesta por “los divos del cante Niña de Marchena, Peluso, Niño de Fregenal, Canalejas, Los Gitanillos de la Cava y otras figuras del género” (ABC, 2-10-1935), como las cantaoras Encarnita Díaz y la Duquesita, los guitarristas Manolo Moreno y Esteban de Sanlúcar, y el cómico Regadera.

Pepita Ramos, la Niña de Marchena (ABC de Sevilla, 5-5-1936).

Pepita Ramos, la Niña de Marchena (ABC de Sevilla, 5-5-1936).

Durante los meses siguientes el grupo también actuó en el Teatro Eslava de Jerez de la Frontera (El Guadalete, 20-10-1935), en el Teatro Dindurra de Gijón (La Prensa, 21-11-1935), en el Coliseo Albia de Bilbao (¡Tararí!, 28-14-1935) y en el Teatro Circo Barcelonés de la Ciudad Condal (La Vanguardia, 11-12-1935). La prensa gijonesa dedicó estas palabras a la joven cantaora:

Niña de Marchena, es una estrella andaluza de nueva creación y poderosa y propia luz. Alumna del viejo y gran maestro Fernando el de Triana, lleva su escuela depurada en la jabera y la rondeña, y como tiene una preciosa voz, clara y potente y una gran afición, es la artista que más rápidamente ha subido, habiendo sido consagrada recientemente” (La Prensa, 21-11-1935).

El día de Navidad la compañía llevó a escena en el Teatro Eslava de Jerez el espectáculo Al pie de la Giralda, obra del periodista y poeta sevillano Manuel G. Álvarez-Franco, que “[n]o es una comedia flamenca ni el tan cansado desfile de cantador tras cantador, sino unas estampas sevillanas de fino estilo […], en la (sic) que se contiene cuanto de típico existe en esta bendita tierra” (El Guadalete, 24-12-1935). El montaje, “altamente cómico”, estaba dividido en un prólogo y tres actos: “1º Estando en el Altozano.- 2º El barrio de Santa Cruz. 3º La alegría del patio andaluz” (La Voz, 14-1-1936).

El reparto original de cantaores y guitarristas se vio reforzado con la incorporación del cómico Revoltoso; las bailaoras la Romerito, la Trianera, María de la Cruz y la Gaditana, los actores Antonio Benavides, Juan García y Antonio Bernal, y las actrices Juanita Ramos, Sara García y Rocío de la Vega.

Durante el mes de enero de 1936 la obra se representó en el Circo de Price (Heraldo de Madrid, 8-1-1936), en el Gran Teatro de Córdoba (La Voz, 14-1-1936), en el Teatro Isabel la Católica de Granada (Noticiero Granadino, 17-1-1936) y en el Cervantes de Sevilla (ABC de Sevilla, 25-1-1936). El diario madrileño El Debate destacó la actuación de la “‘Niña de Marchena’, cantadora de estilo y elegancia” (11-1-1936).

Carmen Amaya (Crónica, 4-8-1935).

Carmen Amaya (Crónica, 4-8-1935).

En febrero de ese año, acompañada por su inseparable Manolo Moreno, Pepita Ramos colaboró en una función benéfica celebrada en el Cine Esperanza de Sevilla (ABC de Sevilla, 26-2-1936). De nuevo en Madrid, en primavera siguió cosechando éxitos en Price (Ahora, 28-4-1936) y en el Teatro de la Zarzuela, donde formó parte de un nutrido elenco de variedades en el que destacaba la presencia de figuras como Carmen Amaya o Miguel de Molina (El Sol, 3-5-1936). A principios de julio actuó en el Salón San Lorenzo de Córdoba junto al Niño del Museo, María la Faraona, el Niño de Azuaga, Tomasa Moreno, Juanita Ramos, Manolo Moreno y Antonio el del Lunar (La Voz, 8-7-1936).

Durante la Guerra Civil, varias noticias sitúan a la Niña de Marchena y su guitarrista en el Teatro Municipal de Castellón, donde trabajaron en los meses de julio y noviembre de 1937, formando parte de sendos espectáculos de variedades (Heraldo de Castellón, 13-8-1937; 22-11-1937). En abril de 1938 se presentaron en el Teatro Máiquez de Cartagena (Cartagena Nueva, 22-4-1938) y en agosto, en el Murcia Park (El Liberal de Murcia, 24-8-1938).

Antonia Ponce, la Niña de Marchena (Fuente: José Gelardo, ¡Viva la ópera flamenca!).

Antonia Ponce, la Niña de Marchena (Fuente: José Gelardo, ¡Viva la ópera flamenca!).

Una vez finalizada la contienda, en octubre de 1939, “la célebre cantadora NIÑA DE MARCHENA, con bulerías de su creación, acompañada a la guitarra por Patena (hijo)”, y compartiendo cartel con el cantaor Niño del Museo y la bailaora Tomasa Moreno (Boinas Rojas, 25-10-1939), se anunció en el Teatro Lara de Málaga; y durante la Semana Santa de 1941 “cantó saetas a la Virgen de la Amargura” desde el local de la Asociación de la Prensa de Sevilla (Hoja Oficial del Lunes, 7-4-1941).

Durante los años cincuenta y sesenta encontramos nuevas noticias sobre la Niña de Marchena, mas entendemos que pueden hacer referencia a Antonia Ponce, una cantaora que, según Blas Vega y Ríos Ruiz (Diccionario Enciclopédico Ilustrado del Flamenco, 1988), “[v]ivió de niña en Lorca (Murcia), donde ganó un primer concurso Juvenil de cante. En los primeros años cincuenta, obtiene otro en el programa radiofónico Fiesta en el aire, pasando a cantar en diversos espectáculos flamencos”.

En su canal de YouTube, la Sociedad de Pizarras recoge una decena de cantes impresionados por Pepita Ramos para la casa Regal-Columbia con la guitarra de Manolo Moreno. El hecho de que en uno de los temas aparezcan las palmas de Carmen Amaya nos lleva a pensar que probablemente fuesen registrados en el año 1936, fecha en que los tres artistas coincidieron trabajando en el Teatro de la Zarzuela de Madrid, puesto que tras el estallido de la Guerra Civil la bailaora comenzó un largo periplo por América, de donde no regresó hasta 1947.


Pepita Ramos ‘la Niña de Marchena’, una gran revelación (I)

La ciudad de Marchena ocupa un lugar destacado en el universo flamenco gracias a la labor de artistas tan relevantes como el guitarrista Melchor de Marchena o el cantaor José Tejada Martín, más conocido como Pepe Marchena o, en sus inicios, Niño de Marchena.

Aunque no tan reconocida y recordada, en el siglo XX también existió una cantaora que llevó el nombre de su pueblo por los escenarios de toda España: Pepita Ramos Martín, la Niña de Marchena, que, según Blas Vega y Ríos Ruiz (Diccionario Enciclopédico Ilustrado del Flamenco, 1988), nació en 1915 en la localidad sevillana y falleció en Caracas en 1980.

Pepita Ramos, la Niña de Marchena (Fuente: Fernando el de Triana).

Pepita Ramos, la Niña de Marchena (Fuente: Fernando el de Triana).

Su maestro, Fernando el de Triana, le dedicó estas palabras en su conocido libro Arte y artistas flamencos (1935: 190):

“De esta flamante cantadora, solo diré que posee una preciosa voz, clara y potente; y que a pesar de su juventud, tiene una afición sin límite a los cantes viejos.

De mi escuela canta la jabera y la rondeña, y dondequiera que ha cantado estos cantes se los ha premiado el público con halagüeñas ovaciones; y como reúne las cualidades que antes digo, creo que no será difícil que llegue a ocupar un buen sitio en el cante andaluz” .

Cuando se publicó la citada obra tenía Pepita veinte años de edad y ya había debutado con gran éxito ante el público sevillano. En marzo de 1934 se presentó en el Centro Cultural Tertulia el Arenal junto a su mentor, que impartió una conferencia titulada “Algunas cosas sobre cante andaluz”. La prensa le auguraba ya un prometedor futuro artístico:

“La charla de Fernando Rodríguez fue maravillosamente ilustrada por la célebre cantadora Pepita Ramos (Niña de Marchena), acompañada a la guitarra por el notable profesor don Manuel Moreno.

La Niña de Marchena posee excelentes facultades para el cante y será en breve plazo estrella luminosa preferida por todos los públicos” (El Liberal de Sevilla, 12-3-1934).

Manolo Moreno (Fuente: Fernando el de Triana)

Manolo Moreno (Fuente: Fernando el de Triana)

Unas semanas más tarde, en la madrugada del Viernes Santo y acompañada por el Niño de Villanueva, se asomó a los balcones de la Asociación de la Prensa para cantar saetas al paso de las cofradías. Su actuación no pasó desapercibida a los cronistas, que le dedicaron grandes elogios:

“… el ya famoso artista Niño de Villanueva y la bella joven Pepita Ramos (Niña de Marchena), con su linda voz y su gran estilo, que ha sido una revelación entre los mejores artistas del género, mantuvieron la nota tradicional de la saeta, y fueron objeto de calurosas ovaciones del gentío” (El Liberal de Sevilla, 31-3-1934).

“En la Asociación de la Prensa cantó, con magnífico estilo de artista grande, la agraciada joven Pepita Ramos, que escuchó ruidosas ovaciones.

Pepita Ramos fue felicitadísima por la acabada interpretación que dio a tan difícil estilo de cante. Sobre todo, se celebró el bonito timbre de voz” (ABC de Sevilla, 31-3-1934).

En el mes de abril se la pudo ver en el Teatro Cervantes de Sevilla junto a Rosarillo de Triana, Rafael Arcos, Paco Senra y el Niño de Cazalla (ABC de Sevilla, 20-4-1934); en junio actuó en el Teatro Eslava de Jerez acompañada a la guitarra por Manolo Moreno, y compartiendo cartel con el bailaor cómico-serio Paco Senra, la cantaora la Jerezanita y el tocaor Sebastián Núñez (El Guadalete, 23-6-1934); y en el mes de julio se presentó en el Teatro Portela de Sevilla de nuevo junto a Manolo Moreno y Paco Senra, además del Niño de Utrera (ABC de Sevilla, 13-7-1934).

Pepita Ramos, la Niña de Marchena (ABC de Sevilla, 6-9-1935).

Pepita Ramos, la Niña de Marchena (ABC de Sevilla, 6-9-1935).

El 28 de marzo de 1935 se celebró en el Teatro Cervantes de Sevilla una función organizada por la Asociación de la Prensa en homenaje y exaltación de las tradiciones sevillanas (ABC de Sevilla, 28-3-1935), con un programa compuesto por los siguientes números:

‒ Sinfonía.

‒ Representación del sainete Trianerías, de Muñoz Seca y Pérez Fernández, por la compañía Pacheco-González. En el segundo acto, durante el desfile de la cofradía, intervención de la banda de música de Tomares, y de los cantaores Pepita Ramos, ‘la Niña de Marchena’; Rocío Vega, ‘la Niña de la Alfalfa’; y el Niño de Villanueva, cantando saetas y campanilleros.

‒ Interpretación de las marchas “Soledad” y “Amargura” por la Banda Municipal de Música, dirigida por el maestro Castillo.

Trío Garfia de guitarra y bandurria.

Los duendes de Sevilla, creación del maestro Realito, “charla lírica de exaltación de los diferentes cantares flamencos, […] con exhibiciones de cante y baile, a cargo de depurados artistas, entre los que figuran la ‘Niña de Marchena‘, Miguel el de los Talleres, Manolo Carmona, la Romerito y otros más” (El Liberal de Sevilla, 27-3-1935).

La intervención de la Banda de Tomares “produjo gran entusiasmo en el público, al que arrancaron ovaciones clamorosas las admirables saetas entonadas por la Niña de Marchena, la Niña de la Alfalfa, la Sevillanita y el Niño de Villanueva” (ABC de Sevilla, 30-3-1935).

La Niña de la Alfalfa (El Liberal de Sevilla, 29-6-1934)

La Niña de la Alfalfa (El Liberal de Sevilla, 29-6-1934).

El rotundo éxito obtenido motivó una nueva representación del sainete Trianerías, con la intervención de la banda de música del Maestro Tejera, y de los cantaores de saetas Encarnación la Finito, la Niña de Marchena y Manuel Centeno, que “ganaron reiteradas ovaciones de la concurrencia” y “hubieron de bisar, para corresponder a las manifestaciones de entusiasmo del público” (El Liberal de Sevilla, 12-4-1935).

Durante la Semana Santa de ese año, desde la tribuna de la Asociación de la Prensa, volvió a hacer “gala de su maravillosa voz La Niña de Marchena, que dijo con sentimiento las mejores coplas saeteras de su repertorio” (ABC de Sevilla, 16-4-1935). El Domingo de Ramos cantó al paso de la cofradía de la Amargura.

“… y con decir que la calle quedaba toda en silencio para escuchar a la cada día mejor artista, está hecho su mejor elogio.

Las últimas ‘saetas’ cantadas por la Niña de Marchena al ‘Silencio Blanco’, como le dicen a San Juan de la Palma, fueron algo extraordinario” (El Liberal de Sevilla, 16-4-1935).

El Miércoles Santo, desde los mismos balcones, “volvió a lucir la maravilla de su voz”. Más tarde, a la entrada de la cofradía de San Bernardo, “alborotó al barrio con sus inimitables saetas” (ABC de Sevilla, 18-4-1935), “que tuvo que repetir muchísimas veces, entre ovaciones delirantes y en medio de un entusiasmo extraordinario” (El Liberal de Sevilla, 18-4-1935).

Juana la Macarrona (Fondos del Centro Andaluz de Documentación del Flamenco)

Juana la Macarrona (Fuente: Centro Andaluz de Documentación del Flamenco).

El Jueves Santo cantó a la cofradía de Monte-Sión y en la madrugada del Viernes Santo, de nuevo en la Asociación de la Prensa, compartió protagonismo con una de las grandes figuras del género:

“… han dicho sus mejores coplas saeteras Rocío Vega (Niña de la Alfalfa) y la Niña de Marchena. Junto al nuevo estilo de ésta, el oro viejo de Rocío. La pareja mejor en esta Semana Santa, que se recordará por mucho tiempo” (ABC de Sevilla, 20-4-1935).

“La madrugada en la calle… Saetas retorcidas, torturas de seguiriyas gitanas, requemada la voz, requemado el gesto. Y la limpia y breve saeta antigua, y la pura voz de Pepita Ramos (la Niña de Marchena), revelación de este año, que ha consagrado su naciente fama […] cantando, para los periodistas de todos los países que nos han honrado con su asistencia, saetas del mejor estilo” (ABC de Sevilla, 20-4-1935).

La “gran cantaora” marchenera culminó la semana debutando en el Cine Sierpes, donde “confirmó la fama” conquistada y “se destacó cantando por medias granadinas, fandanguillos, siguiriyas gitanas, y, finalmente, saetas. […] Con ella compartió el éxito el gran Manolo Moreno, mago de la guitarra” (ABC de Sevilla, 21-4-1935).

Asimismo, en el mes de junio intervino en una fiesta organizada en una venta sevillana por la Asociación de la Prensa para agasajar al periodista y poeta José Antonio Ochaíta, con un elenco de primera: “la genial bailaora Juana la Macarrona, la Niña de Marchena, de portentosas facultades y naciente fama; Manolo Moreno, el gran artista; el ‘Boina’ y otros elementos” (ABC de Sevilla, 7-6-1935).


La Quica, maestría y temperamento (I)

“Esta mujer, de rostro moreno y esbelta figura, viste con irreprochable propiedad el traje de flamenca, dando la sensación de pertenecer a la más depurada raza cañí, aunque no es gitana.

Sin duda alguna es la bailadora de más temperamento que se conoce hoy y de las que mejor saben llevar las batas de cola y el pañolillo de Manila” (1).

Así describe Fernando el de Triana a Francisca González Martínez, bailaora sevillana nacida en 1905 y conocida artísticamente como “La Quica”. En su ciudad natal, esta artista se inicia en el mundo de la danza en la academia del maestro Otero y debuta junto a Antonio de Triana en el Salón Imperial (2).

Francisca González, La Quica

Francisca González, La Quica

Más tarde se une, tanto en la vida como en el arte, a Francisco León, Frasquillo, con quien abre una academia de baile en el Corral del Cristo, en la sevillana calle Pedro Miguel. La pareja también actúa en distintos escenarios, como el del antiguo Salón Olimpia, en la calle Amor de Dios (3).

De gira por España junto a Frasquillo

A finales de la década de los veinte, La Quica y Frasquillo emprenden una gira por España junto a una compañía de ópera flamenca en la que figuran algunos de los mayores artistas del momento, y de todos los tiempos, tales como Antonio Chacón, la Niña de los Peines o Manuel Vallejo.

Durante el verano de 1928, el grupo se presenta en ciudades como Valencia, Córdoba, Cádiz o Badajoz. En El Noticiero Gaditano podemos leer los nombres que componen el elenco:

“Anoche se celebró en el Parque Genovés un grandioso concierto de cante flamenco.

El programa estaba confeccionado con los mejores elementos flamencos que existen en España.

Los artistas que tomaron parte fueron don Antonio Chacón, ‘pontífice del cante jondo’, Niña de los Peines, Manuel Vallejo, José Cepero, Guerrita, Chato de las Ventas, Bernardo el de los Lobitos, y el Niño de Sevilla.

Los tocadores de guitarra eran Ramón Montoya, Luis Yance, Manuel Martell y Manuel Bonet.

Figuró un numeroso cuadro de zambra gitana compuesto por Carmen Vargas, Juan Sánchez (Estampío), Frasquito, Rovira, El Tobalo, La Quica, Carmelita Borbolla, Los seis gitanos de la Cava de Triana, Lolita Almería, Manolita la Macarena y La Gabrielita.

Se interpretaron soleares, fandangos, seguidillas, tangos, malagueñas.

Lograron distinguirse la Niñas (sic) de los Peines, Cepero, Guerrita, Montoya y Estampío que fueron ovacionados en sus ‘artes’.

Los demás fueron igualmente aplaudidos” (6-8-1928).

El cantaor Antonio Chacón

El cantaor Antonio Chacón

En los años siguientes, La Quica participa en distintos cuadros flamencos encabezados por Frasquillo. Así, por ejemplo, en julio de 1931 se presenta en la plaza de toros de ValenciaEl alma de Andalucía”, un

espectáculo compuesto por varias escenas, entre ellas una de sevillanas, dirigida por el maestro Frasquillo y en la que toman parte las siguientes bailaoras:

“Pepa La Carbonera, Rosario La Gitana, Asunción La Belmontina, Carmela la Periget, Lola la Periget Chica, Teresa La Serrana, María la Granadina, Antoñita La Cartujana, María la Faraona, Antonia la Faneta y Paca González, La Quica” (La Correspondencia de Valencia, 14-7-1931).

En el cartel también destacan artistas como los cantaores Guerrita o La Minerita, y una zambra gitana del Sacromonte dirigida por Angustias la Emperadora y las hermanas Gazpacha.

De Sevilla a Madrid, con parada en Córdoba

En 1933, la familia formada por La Quica y Frasquillo se traslada a Madrid, con el fin de impulsar la carrera artística de su hija Mercedes, que, a sus once años de edad, comienza a despuntar como una gran bailaora en potencia.

En junio de 1934, el cuadro familiar actúa en Córdoba al menos en dos ocasiones. Les acompaña a la guitarra Antonio Álvarez:

“Sobre un tablado, al aire libre, aparece un cuadro flamenco con la prosopopeya de ritual; allí están La Quica, su niña La Quica hija, Frasquillo y el concertista mago de la guitarra Antonio Álvarez. Comienza a oírse el rasgueo de aires gitanos, se hace un silencio devoto en la concurrencia y La Quica, que baila maravillosamente, y Frasquillo, que es un maestrazo del género, bordan farrucas, alegrías y bulerías gitanas entre palmas, jaleos y olés que marcan el ritmo.

Después Mercedita, la pequeña flamenquilla, se levanta, se estira, avanza, alza los brazos como Pastora, se retuerce y baila como una miniatura de ‘La Macarrona’ o de ‘La Malena’, insuperablemente” (El Sur, 23-6-1934).

Mercedes León, hija de La Quica

Mercedes León, hija de La Quica

“Anoche, en el Kiosco ‘Duque de Rivas’, tuvo lugar un espectáculo muy ambientado y típico cordobés.

En primer lugar, Merceditas León, hizo una gran exhibición de su arte, arte puro castizo andaluz.

La Quica bailó como nunca: hizo a ‘grosso modo’ unas interpretaciones magníficas del baile cañí, que saturó el ambiente perfumado de los jardines de La Victoria de colorido.

Mientras tanto, Antonio Álvarez rasgueaba su guitarra, agarena, haciendo sonar primorosamente sus cuerdas en preciosa melodía: se dejaba oír un fandanguillo, una malagueña, un dulce suspiro andaluz; mientras Frasquillo zapateaba en el tablado con rabia, con fuerza tal y brío tan certero que, a pesar que creíamos iba a resultar pesado, al contrario, daba matices a la melodía que Álvarez interpretaba” (La Voz, 3-7-1934).

Nueva compañía y academia de bailes

En diciembre de ese mismo año, La Quica, Frasquillo y su hija Mercedes visitan la redacción del Heraldo de Madrid, donde ofrecen una pequeña actuación. Además, el maestro expone los motivos que les han llevado a instalarse en la capital de España y presenta a los integrantes de su nueva compañía:

“Ahora hacía tiempo que [Frasquillo] vivía retirado voluntariamente en su casa de Sevilla, bailando sólo ‘para los amigos’ cuando sentía ganas de un ratito de juerga.

Pero he aquí que el flamenco se da un día cuenta exacta de que su hija Merceditas es, a los once años, toda una magnífica bailarina en capullo. La chiquilla siente la vocación irresistible del baile andaluz. Y el padre […] vuelve por ella a la lucha. Hay que hacerle un nombre a Mercedes León, porque ‘la niña lo merese’. Y viene a Madrid con ella, y con su mujer, ‘bailaora’ también, y de las buenas: Francisca González, ‘la Quica’, y Rafael Cruz, un mocito ‘bailaor’ discípulo suyo, que armará también el alboroto cualquier día. Les acompañan en la jira (sic) y en los tablaos el buen ‘cantaor’ ‘Bernardo el de los Lobitos’ y un ‘tocaor’ que sabe lo que hay que saber en lo de tocar la ‘sonanta’: Manuel Bonet” (Heraldo de Madrid, 5-12-1934).

La Quica, Mercedes León y Frasquillo en su visita al Heraldo de Madrid (5-12-1934)

La Quica, Mercedes León y Frasquillo en su visita al Heraldo de Madrid (5-12-1934)

Poco después, la pareja abre una nueva academia de baile en el número 5 de la plaza General Vara del Rey, en pleno Rastro madrileño, donde continúan con la labor docente que ya venían desarrollando en Sevilla. Al mismo tiempo, el cuadro flamenco dirigido por Frasquillo, del que forman parte tanto La Quica como su hija Mercedes, se anuncia con frecuencia en distintos locales, sobre todo de la capital.

Así, en los primeros meses de 1935 encontramos al grupo en el Circo Price, en la sala Casablanca o en el Teatro Martín; y en el mes de junio participan en la fiesta-homenaje a Fernando el de Triana, organizada por La Argentina en el Teatro Español. La Quica, Frasquillo y su hija figuran entre los artistas más destacados de la noche:

“Si grandes fueron las ovaciones que se prodigaron a Pericet y su cuadro […], no fueron menos cálidas y entusiásticas las que se tributaron […] al estupendo cuadro de baile flamenco del famoso maestro Francisco León ‘Frasquillo’. Tanto éste como su mujer, ‘La Quica’, y su hija Merceditas León […], Rafael Cruz, y el célebre ‘bailaor’ antiguo ‘El Estampío’, monopolizaron, puede decirse, los mejores y más reiterados aplausos de la noche” (Heraldo de Madrid, 24-6-1935).


NOTAS:
(1) RODRÍGUEZ GÓMEZ, Fernando (el de Triana), Arte y artistas flamencos, Sevilla, 1935.
(2) Datos proporcionados por José Luis Navarro García en su obra Historia del baile flamenco, Vol. 2, Sevilla, Signatura, 2009.
(3) Datos aportados por el bailaor Enrique el Cojo, en una entrevista publicada por el diario ABC de Sevilla, el 21-4-1981.


Paca Aguilera, digna sucesora de la Trini de Málaga (I)

Francisca Aguilera Domínguez, conocida en el mundo del flamenco como Paca Aguilera, nace el 15 de enero de 1877 en la localidad malagueña de Ronda, en el seno de una familia numerosa. Ella es la décima de 14 hermanos, entre los que destaca la figura de María (1), nacida en 1872, que toca la guitarra y es quien la introduce en el mundo artístico. Junto a ella debuta en varios cafés cantantes de su ciudad natal, como ‘El Forno’, ‘El Pollo’ o ‘La Primera de Ronda’.

La cantaora Paca Aguilera

La cantaora Paca Aguilera

En torno a 1887, la familia se traslada a Sevilla. Allí aparecen empadronados, en 1895, el padre, Nicolás Aguilera Villalva (jornalero, viudo, de 54 años de edad) y cinco de sus hijos: Juan y Rosario (ambos de 14 años), Salvador (11 años), Cristóbal (10 años), y Francisca, de 16 años de edad, soltera y dedicada a “su casa”. Tienen su residencia en la calle Santa Rufina, número 12.

De Sevilla a Málaga

Otra etapa importante de la vida profesional de Paca Aguilera transcurre en la capital malagueña, en cuyo café de Chinitas debuta el 29 de agosto de 1896. Según reza en el cartel del espectáculo, que nos transcribe Eusebio Rioja, la cantaora forma parte de un cuadro andaluz en el que también figuran los siguientes artistas:

“CUADRO ANDALUZ
Tocador de guitarra.- El distinguido profesor
CARLOS SÁNCHEZ

BAILADORAS.- Las célebres y simpáticas Antonia y Josefa Ruedas (de Sevilla), la notable y aplaudida Lola Torozio, conocida por la Roteña chica (de Cádiz) y la simpática Milagro Gallardo (de Sanlúcar de Barrameda), desconocidas de este público.

CANTADORAS.- La célebre cantadora por Malagueñas Trinidad Martín (La Trini de Málaga) y la renombrada y simpática Paca Aguilera (de Jerez), no conocida del público malagueño”.

A pesar de las erratas que contiene el cartel, merece la pena destacar la presencia de las bailaoras Antonia, Josefa y Milagros Gallardo Rueda, “Las Coquineras”, y de la famosa cantaora malagueña Trinidad Navarro, “La Trini”. Con esta última coincide Paca Aguilera en varias ocasiones. Eusebio Rioja ofrece algunas referencias periodísticas sobre distintas estancias de ambas artistas en el malagueño Café de España:

“En el café de ‘España’ […] las distinguidas Srtas. Paca Aguilera y la célebre Trini cantan por malagueñas acompañadas a el (sic) piano por el eminente profesor D. Carlos Sánchez, haciendo las delicias del elegante público que concurre diariamente a aplaudirlas” (El Crepúsculo, 8-8-1896)

“Función para esta noche. Debut de la célebre cantadora por malagueñas señorita Paca Aguilera acompañada del reputado profesor de guitarra D. Carlos Sánchez y de la no menos celebrada cantadora del mismo género conocida por la ‘Trini’” (La Unión Mercantil, 22-7-1897).

En esta segunda ocasión, las dos artistas coinciden durante todo un mes. El contacto prolongado con su paisana pudo permitir a Paca Aguilera conocer en profundidad los cantes por malagueñas de la Trini, de los que es considerada la más fiel transmisora. Según Fernando el de Triana, la artista rondeña “copió el cante de la Trini con tanta exactitud, que en ciertos momentos y detalles de los cantes no le faltaba más que llamarse Trinidad”.

Trinidad Navarro, la Trini de Málaga

Trinidad Navarro, la Trini de Málaga

Sin embargo, Paca Aguilera fue mucho más que una simple imitadora de la famosa artista malagueña. Los discos que dejó grabados nos permiten hacernos una idea de su gran calidad y personalidad artística. Según distintos autores, también dominaba los cantes de su tierra rondeña, además de otros muchos palos tales como las soleares, seguiriyas, tangos, peteneras, guajiras y cantes de Levante, e incluso creó una malagueña propia a partir de las de su maestra.

Los primeros registros sonoros de Paca Aguilera, realizados en cilindros de cera, datan de finales del siglo XIX. De hecho, la cantaora rondeña puede considerarse pionera en el uso de las recién llegadas tecnologías de grabación. Buena muestra de ello nos da un anuncio publicado en septiembre de 1900, con el que el “Bazar Fonográfico” de la malagueña calle Larios promociona un “fonograma de flamenco impresionado por Paca Aguilera, Adela Escaño, ‘Mochuelo’, ‘Canario Chico’, acompañados a la guitarra por Manuel López y Joaquín ‘el hijo del ciego’. Sevillanas, Tangos, Polos, Soleares, Malagueñas, etc.” (3)

Y Paca conquistó Madrid

Tras sus triunfos en Andalucía, la ya célebre cantaora se traslada definitivamente a la capital de España, donde es muy bien acogida por el público de las principales salas de espectáculos. En 1901 El Imparcial informa sobre la actuación en el Teatro Tívoli de “la sin rival cantadora en su género Paca Aguilera”, que participa en “un gran concierto de cante y baile flamenco, organizado por el reputado compositor y guitarrista en este género D. Rafael Marín” (1-5-1901).

En septiembre de 1902, la prensa sitúa a la artista en el Salón de Actualidades, donde permanece hasta febrero del año siguiente y recibe grandes elogios por parte de la crítica, que se refiere a ella como una de las principales figuras del flamenco:

“Hoy, lunes, habrá dos debuts importantes: El primero será el de la célebre cantaora flamenca Paca Aguilera, reputada como la mejor de España […].

Ambos números llamarán seguramente la atención, por su mérito extraordinario” (El País, 22-9-1902).

“Tres éxitos ruidosos ha habido esta semana llamados a llenar durante mucho tiempo este lindo Salón-Concert. […]

También ha sido objeto de grandes aplausos la famosa cantadora Paca Aguilera, que no tiene rival en su género” (El Liberal, 26-9-1902).

NOTAS:

(1) Pocos datos se conocen sobre la guitarrista María Aguilera. José Luis Jiménez Sánchez reproduce el siguiente anuncio, publicado en La Unión Mercantil el 3-4-1904: “Dª María Aguilera Domínguez, profesora de guitarra de género andaluz y baile de sevillanas, da lecciones a domicilio y en su casa. Trinidad 72. Módicos precios”.

(2) RODRÍGUEZ GÓMEZ, Fernando (Fernando el de Triana), Arte y artistas flamencos, Madrid, Imprenta Helénica, 1935.

(3) Información recogida por José Gelardo Navarro y José Luis Ortiz Nuevo (Coords.) en El eco de la memoria. El flamenco en la prensa malagueña de los siglos XIX y principios del XX, Diputación de Málaga.


Rafaela Valverde, la Tanguera, reina de la farruca y el garrotín (I)

“Esta sin par artista del baile alegre reúne todas las cualidades que hacen falta para ejecutar con inimitable gracia el garrotín, la farruca, el tango y la bulería. Figura, gesto picaresco, gracejo en sus inimitables y rítmicas contorsiones, facilísima ejecución de pies y todo lo necesario para destacarse eminentemente en esos bailes, que en sí son pequeños, reúne esta notabilísima artista”.

Rafaela Valverde, la Tanguerita (1911)

Rafaela Valverde, la Tanguerita (Revista Letras y Figuras, 1911)

La virtuosa artista a la que dedica estas palabras Fernando el de Triana (1) no es otra que Rafaela Valverde Díaz, nacida en Ciudad Real, de madre almeriense, en torno a 1896 y conocida en el mundo del espectáculo como “La Tanguerita” o “La Tanguera”. Aunque son pocos los datos biográficos que se conocen de ella, la hemeroteca nos da buena cuenta de sus triunfos artísticos, que se remontan a los primeros años del siglo XX.

Sus primeros triunfos en Madrid

Fernando el de Triana también nos ofrece alguna información sobre sus comienzos artísticos en los cafés cantantes de la época. Según el artista sevillano, la Tanguerita “se presentó en Madrid, en el café de la Encomienda, bailando el garrotín, que copió de Pastora Imperio, y a pesar de sus once años ya se vio que Rafaelita llegaría a ser artista grande”.

Posteriormente pasó al café de la Marina y más tarde al de Naranjeros, hasta que fue contratada para trabajar en el Kursaal como artista de variedades. “Alternó en aquella época con la Argentina, la Argentinita, la Preciosilla, Raquel y Tina Meller, y desde allí salió consagrada con el remoquete de la Tanguerita”.

La primera referencia periodística que encontramos sobre esta bailaora se remonta al mes de abril de 1909, en que La Correspondencia de España anuncia su actuación en el Teatro Nuevo de Madrid, junto a Lola la madrileña, entre otros números de variedades.

En julio de ese mismo año, el Eco de Cartagena la sitúa en el Pabellón Olympia de esa ciudad murciana y en abril de 1910, la encontramos de nuevo en la capital de España, concretamente en el Royal Kursaal, donde comparte cartel con Tina Meller.

“Entre los debuts que hubo anoche en aquel teatro de varietés, siempre concurrido, uno de ellos, el de la bailarina llamada Tanguerita, produjo extraordinario entusiasmo, por tratarse de una artista notable y que destaca entre las de su clase.

Con justicia se la llama la Reina del garrotín. En este baile, tan popularizado, es una maravilla.

El público la colmó de aplausos” (La Correspondencia de España, 19-4-1910).

En los meses siguientes, La Tanguerita se presenta en otras salas de la capital, como el Teatro Madrileño o Lo Rat Penat. La prensa de la época se hace eco de los triunfos de quien ya es considerada, sin lugar a dudas, “la reina del garrotín”.

“Madrileño.- El debut de la llamada con justicia la reina del garrotín y farruca, la Tanguerita, ha sido de extraordinario éxito, como no recordamos otro, obligándola el numeroso público a repetir tan gitanos bailes, que son netos, castizos, andaluces y que tanto entusiasmaron a todos” (La Correspondencia de España, 10-5-1910).

Anuncio de La Tanguerita (Eco Artístico, 5-6-1912)

Anuncio de La Tanguerita (Eco Artístico, 5-6-1912)

Éxitos por toda España

En el mes de septiembre, Rafaela Valverde actúa “con éxito extraordinario” (La Unión Ilustrada, 4-9-1910) en el malagueño Salón Novedades, y a continuación marcha a Barcelona, donde se presenta en distintas salas, como el Alcázar Español, el Teatro Gayarre o el Cine Moderno. Las gacetillas no escatiman en elogios para “La Tanguerita, reina del baile español ‘Garrotín-Farruca’; gracia, chic, agilidad, pura sangre andaluza” (La Vanguardia, 12-12-1910).

Por esas fechas, Rafaela también debuta en el Teatro Imperio de la ciudad condal, donde se estrena Alma de Dios y “baila […] la interesante Farruca de dicha obra la célebre e inimitable bailarina LA TANGUERITA” (La Vanguardia, 14-12-1910), que constituye toda una atracción, a juzgar por el modo en que la prensa resalta tipográficamente su nombre. Por La Veu de Catalunya sabemos que “la Reina del garrotín y la Farruca [sólo actúa en esta sala] cinco días, por tener que salir para Canarias, ventajosamente contratada” (8-12-1910). (2)

Tras pasar las fiestas navideñas y recibir el nuevo año actuando en el Salón Imperial de Melilla, en marzo de 1911 Rafaela Valverde se presenta de nuevo en Barcelona; y, posteriormente, en Reus y Castellón, donde es “continuamente aplaudida en sus bailes gitanos” (Eco Artístico, 15-3-1911).

En el mes de mayo, la artista llega a Sevilla, una de las capitales del flamenco, que también termina rendida a sus pies:

“Un gran triunfo ha conseguido en el teatro del Duque, de Sevilla, Rafaela Valverde La Tanguerita, comprendiendo el público que es una artista de nota, cuyo trabajo fino y delicado hay que admirar. […]

La Tanguerita tiene contratos pendientes para Almería y Melilla.

La Empresa del Trianón Palace también ha pedido proposiciones a dicha artista” (El Heraldo Militar, 13-5-1911).

Anuncio de La Tangueria (Eco Artístico, 25-12-1912)

Anuncio de La Tangueria (Eco Artístico, 25-12-1912)

En su regreso al Salón Imperial de Melilla, Rafaela Valverde vuelve a cosechar grandes aplausos con “sus aires gitanos”, que “son constantemente ovacionados”. Siguiendo la estela de otras grandes bailaoras, como Trinidad la Cuenca o Salud Rodríguez, La Tanguerita se muestra innovadora en su vestuario, en el que tienen cabida tanto los pantalones como los clásicos trajes de faralaes. El telegrama del Rif ofrece algunos detalles sobre la actuación de la bailaora:

La Tanguerita abandonó anoche el pantalón de talle y el marsellés andaluz, presentándose con el clásico traje de concierto de la bailarina española.

La notable artista gustó tanto o más que las noches anteriores, escuchando muchos aplausos” (El telegrama del Rif, 3-6-1911).

“Se despide también esta noche la simpáticaTanguerita’, la cual ha cumplido como buena, oyendo a diario muchos aplausos con que se ha premiado su artística labor” (El telegrama del Rif, 5-6-1911).

Ese mismo verano, “la sin rival y aplaudidísima bailarina La Tanguerita” se presenta en Cartagena y Zaragoza, donde es muy bien acogida:

“Con gran éxito ha debutado en el salón cinematográfico ‘El Brillante’, situado en el muelle de Alfonso XII, la elegante bailarinaLa Tanguerita’ que es verdaderamente una notabilidad en esta clase de género.

Baila con muchísima gracia y todos los bailables que ejecuta tienen que repetir forzosamente, obligada por los aplausos del numeroso público que asiste a las secciones de este popular salón” (<em>Eco de Cartagena</em>, 29-7-1911).

Su gira continúa por ciudades como Bilbao y Castellón. La prensa no para de elogiar la labor de esta artista, considerada ya “una de las mejores bailarinas españolas” (Eco Artístico, 5-9-1911).

Castellón, Teatro Principal.- […] También debutó la bailarina reina de los bailes gitanos, La Tanguerita, llamando poderosamente la atención del público por su ligereza en los variados bailes que ejecuta; siendo también muy aplaudida” (Eco Artístico, 5-10-1911).

Una artista consolidada

Rafaela Valverde, la Tanguerita

Rafaela Valverde, la Tanguerita

En noviembre de 1911, Rafaela Valverde es una de las aclamadas artistas que actúan en el Palacio de Cristal de Valencia, junto a otras estrellas de variedades como La Aretina o Josefina Cola. Unos meses más tarde, en febrero de 1912, “la famosísima bailarina” La Tanguerita se presenta en el madrileño Teatro Romea, y allí coincide con las aclamadas Tórtola Valencia y Pilar Monterde.

En marzo de ese mismo año, la bailaora regresa a tierras levantinas, concretamente a Utiel (Valencia), donde comparte cartel con La Requenita. Las dos “obtienen a diario ovaciones sin cuento. Arte, elegancia, hermosura campean en ambas artistas, que garantizan el éxito de cualquier Empresa y el agrado de todos los públicos” (Eco Artístico, 25-3-1912).

NOTAS:

(1) TRIANA, Fernando el de, Arte y artistas flamencos, 1935.

(2) La traducción de todos los textos extranjeros es nuestra.