Flamencas por derecho

Mujeres que han dejado su impronta en la historia del flamenco

Flamencas por derecho - Mujeres que han dejado su impronta en la historia del flamenco

Encarnación la Trinitaria, una cantaora excepcional (y III)

Durante el año 1936 Encarnación Cabello volvió con fuerza a la cartelera de la Ciudad Condal. El 8 de enero actuó en un festival celebrado en el Circo Barcelonés a beneficio del bailaor Antonio Virutas, en el que compartió cartel con lo más granado de la profesión. Rafaela la Tanguera, Conchita Borrull, Carmen Amaya, el Cojo de Málaga, el Niño de Utrera, Pena hijo, Imperio de Granada, y los tocaores Alfonso Aguilera, Niño Sabicas, Rojo el Alpargatero, Manolo Torres y Pepe Hurtado colaboraron con la causa (Noticiero Universal, 7-1-1936). Entre todos ellos “constituyó una auténtica revelación ‘La Trinitaria’, que fue especialmente aplaudida” (Noticiero Universal, 9-1-1936).

En la imagen aparecen La Tanguera, Carmen Amaya, Julia Borrull, el Viruta y el Chino (Destino, 1964).

En la imagen aparecen La Tanguera, Carmen Amaya, Julia Borrull, el Viruta y el Chino (Destino, 1964).

Unas semanas más tarde cantó en Radio Barcelona junto al Niño de Cartagena, acompañados ambos a la sonanta por Alfonso Aguilera (La Vanguardia, 26-1-1936). En el mes de mayo regresaría en dos ocasiones a la emisora, una junto a Pilar Arcos (La Vanguardia, 10-5-1936), y otra con Juanito Valderrama, Rafael de La Unión y Miguel Borrull (La Publicitat, 14-5-1936).

En febrero de 1936 actuó en el Cine Coliseo Pompeya como figura principal de un programa compuesto por dos películas, más las actuaciones del cantante Emilio Vendrell y de la “eximia artista del género andaluz LA TRINITARIA, diva del cante flamenco” (Noticiero Universal, 19-2-1936).

Durante los meses siguientes se la pudo ver con cierta frecuencia en el Circo Barcelonés, donde el 8 abril y el 14 de mayo participó en sendos festivales de ópera flamenca. El reparto del primero de ellos estaba compuesto por los cantaores “Gitanillo de Madrid, Amedia Romero, Juanito Guerrero, Tomás Chorrojumo, Ramper Flamenco, Niño Cartagena, Aldeano, Gran Fanegas” y, como cabezas de cartel, La Trinitaria, Juanito Valderrama y la Niña de Linares. El toque corría a cargo de “Alfonso Aguilera, Antonio González, Manuel Torres y Niño Sabicas”. Fuera de programa se presentó el transformista Mirco acompañado por todos los guitarristas y, como colofón, se proyectó la película Semana Santa en Sevilla y se cantaron “las típicas saetas, acompañados por una banda de tambores y cornetas” (La Vanguardia, 7-4-1936).

Petra García Espinosa, la Niña de Linares.

Petra García Espinosa, la Niña de Linares.

El segundo festival tenía como figuras estelares a la Niña de Cádiz, Rafael de La Unión, Niño de la Palma de Oro, la Trinitaria, Conchita Borrull, Juanito Valderrama y Miguel Borrull. Completaban el reparto la Niña de Chiclana, Niño de la Alhambra, Anita Maravilla, Niño de Tetuán, Ramper Flamenco, Niño de la Perla, Lolita Ruiz, Tomás Chorrojumo y Carreterito de Valencia, así como los tocaores “Rojo el Alpargatero, Alfonso Aguilera, Juanito Riera y Juan B. Pepito y Miguel Borrull” (La Vanguardia, 12-5-1936).

También en el Circo Barcelonés, el 3 de junio de 1936 Encarnación Cabello intervino en una velada artística celebrada en honor del recitador Enrique Nieto de Molina (La Vanguardia, 3-6-1936); y, ya comenzada la guerra, entre los meses de agosto y septiembre formó parte de un cuadro flamenco que compartía programa con una compañía de variedades internacionales. La Niña de Cádiz, la Tanguera, la Mendaña, la Gonzalito y Manolo Bulerías eran algunos de los artistas con los que compartía escenario (El Diluvio, 29-8-1936).

Asimismo, el 19 de septiembre colaboró en un festival organizado en el Teatro Nuevo por el Partido Nacionalista Republicano de Izquierda y el Sindicato Único de Espectáculos Públicos (C. N. T.), “en honor de la Aviación Republicana y a beneficio de las Milicias Antifascistas”. Tras la representación de la obra de estampas de actualidad ¡Tots al front!, cantaron María Teresa Planas, José María Aguilar, Emilio Vendrell y ‘La Trinitaria’, acompañada por Alfonso Aguilera (Noticiero Universal, 18-9-1936, 6).

El transformista Mirco.

El transformista Mirco.

Durante el año 1937 la prensa la sitúa en el Teatro Vigatá de Vic (L’Hora Nova, 9-9-1937) y en el Municipal de Castellón (Heraldo de Castellón, 12-10-1937) formando parte de sendos espectáculos de variedades; así como en la Fundación Albà d’Horta de Barcelona, en un festival cinematográfico organizado por la Caja de Asistencia Presidente Macià. En los entreactos de la película Sucedió una noche “actuaron los pequeños grandes artistas Encarna Aguilera, canto aragonés; María Aguilera, canzonetista; Adelina Abril, bailarina clásica; Alfonso Aguilera y Castro, guitarristas, y la Trinitaria, estrella del cante flamenco. El acto constituyó un verdadero éxito” (Full Oficial del Dilluns de Barcelona, 13-12-1937). Esta es la última ocasión en que encontramos a la cantaora anunciada junto a su marido, que falleció prematuramente en una fecha que aún desconocemos. Solo unas semanas más tarde, el 2 de enero de 1938, se presentó acompañada a la sonanta por Castro en un festival a beneficio de los soldados organizado por el semanario L’Esquella de la Torratxa en el Teatro Barcelona (La Vanguardia, 1-1-1938).

Una vez concluida la guerra civil, en 1940 la Trinitaria volvió a anunciarse en distintos festivales de ópera flamenca celebrados en la Ciudad Condal, en los que coincidió con viejos conocidos. Junto a su hermana Lola Cabello, el guitarrista Miguel Borrull, las bailaoras Julia y Concha Borrull, y los cantaores Manolo Constantina, Gran Fanegas y el Cojo de Málaga, actuó el 9 de enero en el Circo Barcelonés, en lo que se anunció como un “espectáculo cumbre de cante jondo” (Noticiero Universal, 8-1-1940). Regresó a ese mismo escenario el 30 de abril para rendir homenaje al Cojo de Málaga. También colaboraron en el festival hasta un total de sesenta artistas, entre los que destacaban el bailaor Tobalo, los cantaores Niña de Linares y Gran Fanegas, Miguel Borrull, una zambra gitana y Los Canasteros de Triana (Noticiero Universal, 29-4-1940, 8).

Lola Cabello

Lola Cabello

Asimismo, en el mes de septiembre actuó en el Teatro Olimpia junto a una compañía de ópera flamenca dirigida por el Niño de Marchena, que representó las estampas “Rosianas de Almonte” y “Puente Chiclanero”, de Luis Clavijo:

“[Estas dieron] margen a una serie de cantes y bailes que satisfacen los deseos del más entendido en el arte. De los fandanguillos, cantados por el ‘Niño de León’, ‘Alegría’ y la ‘Trinitaria’, se pasa a los bailes de Merceditas Borrull acompañada a la guitarra por su padre; después a los de Mirco e Isabelita Flores y a la zambra de Tobalo; a continuación los recitados de Enrique Romera y los cantes y bailes de Carmen del Turia; y, al final, los arpegios de Pepe ‘Marchena’” (Solidaridad Nacional, 24-9-1940).

Retomamos la pista de Encarnación Cabello tres años más tarde en la pérgola del recinto Piscinas y Deportes de Barcelona, donde se ofreció “un espectáculo de movilidad y colorido extraordinario, base de una serie de estampas regionales, cuya primera parte se denomina ‘Una noche en Andalucía’”. Bajo la dirección del maestro Paris, en él intervinieron varias decenas de artistas, entre los que cabe mencionar a los bailarines Lolita Ráez y Pepe Urbina; y, en el género flamenco, al guitarrista Flores, el cantaor ‘Niño de los Jardines’ y Maruja de Málaga. Entre otros aspectos del montaje, la crítica alabó las saetasbien cantadas” por la Trinitaria (Diario de Barcelona, 7-8-1943, 14).

El 26 de enero de 1944 se celebró en el Palacio del Arte de Barcelona un “homenaje a la canzonetista Encarnación Cabello, y con tal motivo el rapsoda Wencesla Sabalter recitó un improvisado soneto del poeta argentino E. Baldomero Gimeno, que fue muy aplaudido” (La Prensa, 27-1-1944, 4). Las últimas noticias que hemos localizado sobre la Trinitaria datan del verano de 1950 y la sitúan en Palma de Mallorca, ciudad que ya visitó en varias ocasiones a finales de los años veinte.

Mercedes Borrull (Archivo Diputación de Málaga).

Mercedes Borrull (Archivo Diputación de Málaga).

Actuó el 22 de julio en el Campo es Forti (Correo de Mallorca, 19-7-1950) y dos días más tarde, en el Teatro Olimpia, junto a una extensa compañía de arte flamenco en la que destacaba la presencia de los cantaores Eulalia Sanz, Juanito Palacios, El Soldado, el Niño de la Victoria y la Chicharra; los bailaores Conchita Torres, Manolo de Cádiz, Manuela Reyes y Paco Sevilla; y los guitarristas Niño de Utrera y Antonio González. Entre todos ellos, ocupaba un puesto privilegiado en el cartel “La Trinitaria. Primerísima figura del cante jondo” (La Almudaina, 23-7-1950); y, a juzgar por las críticas, esto no obedecía a un mero reclamo publicitario:

“Anoche en la espléndida terraza de Olimpia se reunió una ingente muchedumbre para presenciar la gran función de Ópera Flamenca […].

En verdad la concurrencia no salió defraudada del espectáculo -que ante el éxito alcanzado se repite hoy-, aplaudiendo cada intervención de los notables, algunos en grado superlativo, elementos presentados por Olimpia en el magno festival de ‘flamenquería’.

Pero por encima de todos cabe destacar la formidable actuación de la Trinitaria, la cual se vio obligada a ofrecer cuatro o cinco ‘cantosmás de los que debía ejecutar. […]

Los aficionados pudieron saciarse de arte ‘cañí’, pues de todo y en abundancia hubo en el festival de anoche, que fue un éxito sin precedentes. Todos los estilos y todas las características del ‘cante jondo’ y de la danza española tuvieron una nutrida representación. Y el público jaleó a cuantos fueron desfilando por el escenario de Olimpia. […]

La compañía de ‘ópera flamenca’ actuará también en diversos pueblos de la Isla” (La Almudaina, 25-7-1950, 8).

“Todos los números que participaron en el espectáculo lograron buen éxito, destacando especialmente ‘La Trinitaria’ que hizo alarde de buen estilo de canto, así como Juan Soto, verdadero artista de la guitarra” (La Almudaina, 26-7-1950, 7).

Encarnación Cabello, la Trinitaria, junto a una de sus nietas (Foto: Ruth Aguilera).

Encarnación Cabello, la Trinitaria, junto a una de sus nietas (Foto: Ruth Aguilera).

Durante los meses de agosto y septiembre el público de Palma de Mallorca pudo volver a disfrutar del cante de la Trinitaria, que actuó en el Salón Triana junto a un cuadro flamenco dirigido por el tocaor Juan Soto, y en el que también figuraban las bailaoras Anita Belmonte, Carmen Alarcón y hermanas Morales, entre otros artistas (Baleares, 31-8-1950; Baleares, 28-9-1950).

Una postrera referencia nos la proporciona un cartel del año 1952 que anuncia dos “grandes veladas de canto flamenco” ofrecidas los días 2 y 3 de agosto en la Bodega Apolo de Barcelona, sita en el Paralelo. En ellas intervinieron los cantaores José Córdoba Reyes, Enrique el Sevillano y la “pareja de cante jondo” formada por la Trinitaria y el Niño del Genil. Completaban el espectáculo el grupo Cantos y Bailes de España, compuesto por más de veinticinco artistas folclóricos, y el dúo de baile aragonés de Carmen Buj y Joaquín Gazulla.

Encarnación Cabello Moreno, que tuvo su último domicilio en el número 29 de la Calle Carretas, falleció el 21 de febrero de 1965 en el Hospital Clínico de Barcelona a consecuencia de un cáncer de útero, según reza en su acta de defunción. Nos ha dejado una discografía breve pero de excepcional calidad, compuesta por un total de dieciocho registros sonoros (1) grabados en la primera mitad de los años veinte con las casas Gramófono, Regal y Víctor. En la mayor parte de ellos la acompaña a la sonanta Miguel Borrull y en el resto, Alfonso Aguilera. Muy del gusto de la época, en el corpus discográfico de esta cantaora predominan claramente los fandangos, seguidos de las tarantas, malagueñas y cartageneras. También impresionó un cante por soleá, una granaína y una saeta.

La Sociedad de Pizarras ha recopilado parte de la discografía de la Trinitaria, que se puede escuchar en su canal de YouTube. Pasen y disfruten:


Notas:
(1) Se trata, en todos los casos, de discos bifaciales; dos de ellos los comparte con Rosario Núñez, la Andalucita.


Encarnación la Trinitaria, una cantaora excepcional (I)

Encarnación Cabello Moreno nació en 1907 en el barrio malagueño de la Trinidad, del que tomó su nombre artístico. Lo mismo que su hermana Lola, fue una artista precoz, y a los diecisiete años ya se anunciaba en los teatros de su ciudad y de varias localidades del norte de África. La referencia más temprana que hemos hallado en la hemeroteca data del 17 de mayo de 1924 y la sitúa en el Casino Real de Melilla. Allí se ofreció una velada en la que, tras una conferencia del doctor Emilio Granados sobre puericultura e higiene, y un juguete cómico titulado Tocino de cielo, hubo “cante jondo” a cargo de “la aventajada cantadora de flamenco, tan conocida del público melillense, señorita Encarnación Cabello ‘La Trinitaria’” (El Telegrama del Rif, 17-5-1924).

Encarnación Cabello, la Trinitaria (Foto: Ruth Aguilera).

Encarnación Cabello, la Trinitaria (Foto: Ruth Aguilera /Editada por Sergio García).

Dos meses más tarde la encontramos en el Palais-Mondial de Orán, junto a un “notable cuadro de varietés procedente del Teatro Lara de Málaga, e integrado por los siguientes artistas: la canzonetista de aires regionales Paz Gutiérrez, el excéntrico cómico el Canela, la bailarina Rosalito Correa y los cantaores el Fanegas y la Trinitaria, “imitadora del Cojo de Málaga”, acompañados por las sonantas de Juan Torres y José Brotons (L’Écho d’Oran, 14-7-1924).

En el mes de diciembre de ese mismo año, “la cantante de flamenco y aires regionales la ‘Trinitaria’ debutó con franco éxito” en el Café Lion d’Or de Almería, compartiendo cartel con los bailarines Sevillanita y Trío Romero (Diario de Almería, 9-12-1924). Este anuncio nos la muestra como una artista versátil, en cuyo repertorio no solo tenía cabida el cante jondo, sino que también cultivaba los aires regionales, algo muy habitual entre las artistas de variedades de la época.

A partir del año 1925, la prensa la sitúa principalmente en Barcelona, ciudad donde se instaló y desarrolló la mayor parte de su carrera, lo mismo que su hermana Lola Cabello. En el mes de mayo debutó en el Teatro Nuevo de la Ciudad Condal una compañía de revistas y espectáculos internacionales que estrenó en nuestro país la obra ¡Fiat Lux!, con libreto y cantables de los Valverde y Puche, y música del maestro París. Se trataba de un ambicioso montaje, que no escatimaba en vestuario y congregó a cien artistas en escena. En el reparto destacaban nombres como los de Luxenti, Carmen Vicente, Hermanos Morales, Luis Fabregat, Gloria Pujol, Encarnación Alegre o “la cantadora de aires flamencos ‘la Trinitaria’” (La Vanguardia, 2-5-1925).

Lola Cabello (El Diluvio, 1-8-1934).

Lola Cabello (El Diluvio, 1-8-1934).

Unas semanas más tarde se inauguró en el Circo Barcelonés una temporada de cuatro días (1) de cante flamenco dirigida por el guitarrista Juanito el Dorado. El programa comenzaba con la representación de dos sainetes (2) por la compañía de Enrique Pitcher, seguidos de un espectáculo de cante jondo que tenía como figura principal a José Sepero (sic), acompañado a la sonanta por Ángel Baeza. Completaban el plantel Encarnación Cabello ‘la Trinitaria’, Julio Aznar ‘Niño de Linares’ y José Martínez ‘Pituiti’ (La Vanguardia, 28-5-1925).

La prensa de 1926 solo nos aporta un anuncio del music-hall Pompeya, que ofrecía un programa de vodevil y varietés, más un cuadro flamenco integrado por La Safe, Niño Tobalo, Pepita Ibelty, las hermanas Chicharra, Manuel Constantina, Juanito Relámpago y la Trinitaria (El Diluvio, 8-7-1926). Sin embargo, la de 1927 deja constancia de la intensa activador de la artista, tanto en Barcelona como en otras ciudades. En el mes de enero intervino en un certamen de cante y baile andaluz celebrado en el Teatro Talía, con el siguiente elenco:

Carmencita la Gitana (3), Lola la Camisona, Hermanas Chicharras y Micaela la Mendaña, bailaoras

Regla Ortega La Pato, Carmen Guerrero (sic) La Joselito (notables artistas)

Alfredo Genelty, José de la Subiela (bailaores)

Antonio Viruta (sin rival bailaor flamenco)

Mariana La Camisona y Encarnación La Trinitaria, cantaoras

Lola La Malagueña popular cantaora gitana

Joselito de Cádiz, Manuel Constantina, José París, premio de Honor del Circo Barcelonés, y Niño Almadén

Julio Aznar premio de Honor en Cádiz y Almería

Niño Medina (as del cante jondo), premio primero en los concursos de Huelva y Granada […]

José Cepero El poeta del cante jondo […]

José Martínez ‘Pituiti’, Manuel Domínguez, Paco Aguilera, Juanito Relámpago y Pepito Hurtado (tocaores) (profesores de fama acreditada)” (Noticiero Universal, 4-1-1927).

Carmen la Joselito (Le Journal, 5-6-1933).

Carmen la Joselito (Le Journal, 5-6-1933).

Un mes más tarde, “La Gran Trinitaria, imitadora de los cantos de Marchena”, actuó en el Teatro Oberón de Castellón junto a los cantaores Alfonso Aguilera (4), Niño de la Trinidad, Niña Constantina y Niño Linares; los bailaores Juan Castelló y Hermanas Chicharra; y los guitarristas Francisco Giménez ‘Ros’ y Francisco O quino (sic) (Heraldo de Castellón, 11-2-1927).

De vuelta en la Ciudad Condal, durante el mes de marzo Encarnación Cabello se presentó en el Circo Barcelonés y en el Gran Teatro España junto a un cuadro flamenco dirigido por el guitarrista Miguel Borrull, y en el que también figuraban, entre otros artistas, las bailaoras Julia y Concha Borrull, Rafaela la Tanguera, Carmen la Huelvana y Rosalía la Flamenca, los bailaores Manuel de la Rosa y Tobalo, y los cantaores Niño de la Perla, Niño de Constantina, Alfonso Aguilera ‘Niño de Málaga’ y Luis Soriano ‘Cabrerillo de Linares’, que se presentaba por primera vez en Barcelona (El Diluvio, 23-3-1927; Noticiero Universal, 28-3-1927).

La Trinitaria regresó al Circo Barcelonés en el mes de mayo para intervenir en una serie de funciones de cante jondo en las que de nuevo compartía protagonismo con el Niño de la Perla, como artistas más destacados del elenco. Completaban el cuadro los cantaores Niño del Albaicín, Niño Constantina, Juan Barea, Gitanillo, Diego el Africanito, Enrique García ‘Niño de Triana’, José Alcaraz ‘Murcianito’, Vicente el Loro y Alfonso Aguilera ‘Niño de Málaga’; acompañados por los tocaores José Revuelta, Paco Aguilera, Eduardo Salmerón, Pepe Hurtado y Miguel Borrull (El Diluvio, 4-5-1927; El Diluvio, 18-5-1927).

Rafaela la Tanguera (dcha.), en el Villa Rosa de Barcelona

Rafaela la Tanguera (dcha.), en el Villa Rosa de Barcelona

A finales de junio, algunos de los artistas mencionados se trasladaron a Palma de Mallorca para intervenir en un certamen de cante, baile y toque flamenco celebrado en el Teatro Balear, que fue todo un éxito:

Numeroso público se congregó anoche en el coliseo del Ensanche para deleitarse con la anunciada función de canto y baile flamenco, que transcurrió animadísima, colmando los deseos de los aficionados reunidos más exigentes.

Entre los ‘cantadores’ sobresalieron por su estilo Vicente ‘El Loro’, Juan Barea ‘Niño de la Perla’ y, especialmente, el ‘Chato Valencia’ […].

También cosecharon aplausos Alfonso Aguilera, ‘Niño de Madrid’ ‒que cantó fuera de programa‒ y la cantadora ‘La Trinitaria’ (5).

En la segunda parte fue presentado un cuadro flamenco formado por ‘Niña Gómez’, Carmen ‘La Joselito’ ‒estupenda bailarina ésta‒ Conchita Borrull y Manolo La Rosa que fue celebradísimo.

Miguelito Borrull hizo prodigios con la guitarra […].

Asimismo fue aplaudido Juan Relámpago” (El Día, 23-6-1927).

En octubre de ese mismo año volvemos a encontrar a la cantaora en la capital balear, en esta ocasión en el Cine Oriental, donde se proyectaba la película muda Malvaloca. Con el acompañamiento de una banda de trompetas y tambores, “las saetas fueron cantadas por la notable tonadillera malagueña Encarnación La Trinitaria, que fue muy aplaudida” (El Día, 21-10-1927).

Conchita Borrull (centro) en el cuadro del Villa Rosa de Valencia (Semana Gráfica, 23-4-1932).

Conchita Borrull (centro) en el cuadro del Villa Rosa de Valencia. Detrás del brazo de ella, con sombrero, se ve a Alfonso Aguilera (Semana Gráfica, 23-4-1932).

Los éxitos cosechados en las mencionadas actuaciones la convirtieron en una artista muy popular. Ello se puso de manifiesto en el verano de 1928, cuando regresó a la isla para actuar en la plaza de toros junto a una troupe flamenca organizada por el guitarrista Juanito el Dorado que, aunque afincado en Barcelona, era natural de Palma de Mallorca. Completaban el reparto los cantaores Chato de Valencia, Niño de Lucena, Niño de Vallecas y Cojo de Málaga como figura principal; las bailaoras Micaela la Mendaña, Leonor y Concha Chicharra; y los guitarristas Pedro el Palmesano y Alfonso Aguilera (El Día, 27-7-1928). Una de las sorpresas de la noche la dio “‘La Trinitaria’, popular cantadora, muy conocida de nuestro público y que se ‘destapó’ al final con la famosa bulería del ‘Loro de Santa Clara’, que cantó prodigiosamente, inspiradísima, de modo tal que quizás no logre repetirlo…” (El Día, 29-7-1928, 2).

En el mes de octubre volvió a anunciarse en el Circo Barcelonés, donde Juanito el Dorado organizó un concurso de cante jondo para señoras, con la participación estelar de cuatro cantaoras, arropadas por varios cantaores y guitarristas:

Catalina Muñoz. Nueva en Barcelona y de gran voz

Lola Cabello. La popular de la radio

La Trinitaria. La reina de los discos

La Lavandera. La estilista de Juan Breva

y los notables cantadores Miguel Algabeño, Niño de Sevilla, Sebastián Cantares, El Sevillanito, el gran Fanegas y los guitarristas, El Rizao, Jaime el Leridano y Alfonso Aguilera” (El Diluvio, 2-10-1928).

Durante las dos semanas que permaneció en el Circo Barcelonés, Encarnación Cabello viajó a L’Hospitalet de Llobregat para colaborar en un festival celebrado en el Cine Marte por la Asociación Taurina Lagartito “a beneficio de las víctimas de la catástrofe del teatro de Novedades, de Madrid, y del polvorín de Cabrerizas Bajas, de Melilla”. También prestaron su concurso distintos artistas procedentes de otros teatros de la capital catalana, como el cantaor Fanegas (La Vanguardia, 9-10-1928).

Miguel Borrull Giménez

Miguel Borrull Giménez

En los meses siguientes, de nuevo bajo la batuta de Juanito el Dorado, la Trinitaria regresó en varias ocasiones al coliseo de la Calle de Montserrat. El 15 de noviembre intervino en un concurso de cante jondo dedicado a los oficiales y marinos de la Escuadra Española que se encontraban de visita en el puerto de Barcelona. En él tomaron parte “los notables cantadores Niño Caracol, Francisco Algabeño, Niño membrillo (sic), El Lucerito, Alfonso Aguilera (6), Niño Cartagena, el célebre Fanegas y las notables cantadoras Lola Cabello, La Trinitaria y Niña Sevilla”, que se disputaron la Copa Circo Barcelonés. El toque de guitarra corrió a cargo de Pituiti, Rojo el Alpargatero y Juanito el Dorado (El Diluvio, 14-11-1928).

El 5 de diciembre de 1928 y el 4 de enero de 1929 se celebraron dos nuevos festivales flamencos que tuvieron como figura protagonista al cantaor Guerrita. Completaban el reparto el Niño del Perchel, el Niño Membrillo, Lola Cabello, la Trinitaria, Fosforito, Alfonso Aguilera o las hermanas Chicharra, entre otros artistas (La Vanguardia, 5-12-1928; La Vanguardia, 3-1-1929).


Notas:

(1) Se ofrecieron dos sesiones de tarde más una nocturna cada día.

(2) Durante los días que duró la actuación del cuadro flamenco de Juanito Eldorado se ofrecieron las obras El organiste de Solana, El contrabando, Les dos roses, El asistente del coronel.

(3) Así se anunciaba en sus inicios una jovencísima Carmen Amaya.

(4) En 1925 se celebró en el Teatro Circo Barcelonés un concurso de cante y baile flamenco en el que uno de los premios recayó sobre el cantaor aficionado Alfonso Aguilera (El Diluvio, 1-5-1925), que en 1927 se anuncia en distintos locales de la Ciudad Condal como el Niño de Málaga. A partir de 1928 empieza a aparecer en los carteles el guitarrista Alfonso Aguilera, compañero artístico y sentimental de la Trinitaria, por lo que cabe preguntarse si se trata de la misma persona.

(5) Durante su actuación en Palma de Mallorca, Encarnación Cabello era publicitada como “la reina del estilo” (El Día, 21-6-1927).

(6) Se anuncia aquí de nuevo como cantaor, no como guitarrista.


Gabrielita la del Garrotín, reina de los baile de chufla (I)

“En el principio fue la fiesta,
el flujo que alimenta la alegría del gozo”
(Ortiz Nuevo, 1996: 19)

Los bailes de chufla

El flamenco es un extraordinario medio de expresión que, desde sus orígenes, ha permitido al ser humano manifestar toda una gama de sentimientos que van desde la alegría hasta la tragedia. Ha estado presente en las celebraciones y en las fiestas, y la seriedad inherente a los estilos más solemnes siempre ha sabido convivir con el humor. Sirva como ejemplo el testimonio aportado por Luis Suárez Ávila sobre la función ofrecida en 1867 en el Teatro Principal de Jerez, en la que Curro Dulce “aparece anunciado para cantar la soleá, el jaleo y la viudita que bailaría Mingoli ―Mangoli―, remedando a un tonto. […] se trata, sin duda, de una chuflilla, con el apoyo literario del romance infantil tan conocido de La viudita del conde Laurel” (2004: 15).

Concha la Carbonera (Foto de Antonio Esplugas, ANC)

Concha la Carbonera (Foto de Antonio Esplugas, ANC)

Fernando el de Triana, en su conocida obra Arte y artistas flamencos, también describe los números cómicos que se desarrollaban en el sevillano Café del Burrero, protagonizados por la bailaora Concha la Carbonera y su “comadre” La Escribana, sobrenombre del cantaor José León. “Esta pareja […] no pensaba más que en la chufla y en divertirse cuanto más, mejor, alegrándose con todo lo que fuera destruirse la naturaleza” (1979: 108). Asimismo, el autor hace referencia a las parodias representadas por todos los artistas del cuadro, que iban desde la formación de una comparsa de bandoleros hasta la lidia de un becerrillo aderezada con unos diálogos de lo más hilarantes.

La Carbonera destacaba especialmente en el baile por tangos, un estilo bastante propicio para el desarrollo de la vis cómica. Da testimonio de ello Salvador Rueda (1886: 1), que describe con todo lujo de detalles una actuación de la bailaora en el Burrero:

Y mientras truena este abigarrado laberinto de exclamaciones, Concha va y viene, cumpliendo todas las demandas, ya poniendo unas banderillas a los pliegues del aire, ya llevándose la mano a la mejilla para entonar el pregón de las flores; bien pisando, llena de melindres, la araña; ahora imitando al gallo en su quiriquiquí y en sus desplegamientos de alas; tan pronto anunciando, sin salirse del canto, ‘los boquerones’; a las voces diciendo que ‘lleva la rosa y la rosa mosqueta y las flores de tóoos colores’; y siempre intercalando al repertorio de habilidades, repiques de puntería y golpes de tacón, yéndose serenamente hacia atrás, corriendo luego hacia adelante, haciendo desgoznes de caderas, con los que finge muecas ridículas el polisón, y sosteniendo, siempre imperturbable sobre su peinado, un airoso chambergo pedido a un circunstante, que es como el noble y glorioso birrete del doctorado.

Pepa y Pichiri bailando el tango (Le Monde Illustré, 31-8-1889)

Pepa y Pichiri bailando el tango (Le Monde Illustré, 31-8-1889)

Esa comicidad, con un componente erótico, también estaba presente en los tangos bailados por Antonio de la Rosa ‘Pichiri’ formando pareja con Pepa, bailaora de San Fernando, durante su actuación en la Exposición Universal de París de 1889, con un número que dejó impactados a los franceses. Así lo describieron las crónicas:

Pepa, una mujer muy alegre, con una mirada sorprendentemente lasciva; es muy pícara […]. Muy guasona […]. Para bailar se planta sobre la oreja un sombrero de hombre; después, con Pichiri, comienza un baile que todo París querrá ver. Si he comprendido bien este tango, Pepa llama a Pichiri para que venga, cantándole un cuplé ―¡Y qué cuplé!― y ejecutando, ante sus ojos extasiados, una danza del vientre especial.

[…] Me han traducido una de las frases del cuplé, y esto es lo que ella canta:
‘Me encanta el salchichón, cuando es bien grande’.

No profundicemos más. Y a cada nueva frase, a cada nueva rotación de su trasero, Pichiri la bendice y se acerca, como mordido por un intenso deseo… (Intérim, 1889: 4) (1).

Pichiri y Pepa la de San Fernando (Fotos: BNF)

Pichiri y Pepa la de San Fernando (Fotos: BNF)

Aparte de la travesura y el erotismo que se desprenden de los testimonios anteriores, existe otro elemento común a muchos de los artistas que se han especializado en el baile cómico, como es la vinculación entre la chufla y el toreo. En este sentido, es obligado mencionar a la famosa Trinidad Cuenca, que en el último tercio del siglo XIX triunfó en los escenarios de medio mundo con un número que imitaba todas las suertes de una corrida de toros, y que no estaba exento de guasa (cfr. Ortiz Nuevo et al., 2016). Unas décadas más tarde, el jerezano Juan Sánchez Valencia, ‘Estampío’, ideó el baile del picador, que le reportó fama y no pocos imitadores. Así lo contaba él mismo a la periodista Luisa Carnés (1935: 25) en la revista Estampa:

El baile del picaor es un baile creación mía. Lo inventé una noche que tenía dos copas en el cuerpo. Había estao por la tarde a los toros y había visto un picaor con mucha pata. Conque, aquella noche, en el teatro, me dio por imitar al picaor que había visto en la plaza, y me puse a dar unos pasos y a hasé como que sitaba a un toro invisible. ‘¡Upi! ¡Toro!’ Y comensé a yamar a los peones: ‘¡Mantalombra! ¡Estampío! ¡Mantamojá! ¡Chorrojumo!’ Y la gente se entusiasmó con aquello, y me aplaudió mucho, y la Prensa se ocupó de mi nuevo baile. Y hubo muchos que me lo imitaron

En la década de 1910 se anunciaba en el Teatro Romea de Madrid “el graciosísimo ‘Estampío’, en un baile de chufla, parodia de un picador” (La Correspondencia de España, 1911a: 6). Sin embargo, ésta no era su única especialidad. Fernando el de Triana lo definió como un “artista grande, de la vieja solera del baile flamenco” (1979: 236), que destacó por su excelente zapateado y por su inimitable juego de brazos.

Trinidad Cuenca (Foto de Antonio Esplugas, ANC)

Trinidad Cuenca (Foto de Antonio Esplugas, ANC)

Sí se dedicaron de lleno al baile de chufla Juan Martínez, conocido como Don Jenaro el Feo, y Mariano Figueroa, apodado Churri el Bonito, que triunfaron en esa misma época en los escenarios de variedades. El primero de ellos alcanzó gran notoriedad con sus canciones y bailes excéntricos, sus parodias e imitaciones, y muy especialmente con su garrotín cómico, que ejecutaba “con un cencerro como dije de la cadena” (La Unión Ilustrada, 1922: 13). Asimismo, impresionó para la casa Odeón un garrotín y unos tientos (Mundo Gráfico, 1915: 28).

Churri el Bonito, que también había probado suerte en los toros antes de dedicarse al baile, se anunciaba como “cantante-bailarín excéntrico” (La Correspondencia de España, 1911b: 6) y “buen bailador jocoso de baile flamenco” (Noticiero Turolense, 1911: 3) que destacaba por su dominio del zapateado. A principios de los años treinta llegó a compartir cartel con una jovencísima Carmen Amaya en el Circo Barcelonés (El Diluvio, 1932: 3).

Sin ánimo de extendernos demasiado en este apartado, merece la pena destacar también la labor de figuras como Paco Senra, Acha Rovira o Ramironte, cuyos nombres aparecen con frecuencia en los carteles de la ópera flamenca. Los tres coincidieron con Gabriela Clavijo en distintas ocasiones.

Don Jenaro el Feo (Diana, 31-5-1911)

Don Jenaro el Feo (Diana, 31-5-1911)

A Senra se refería la prensa como “célebre y gracioso bailaor cómico flamenco en chufla” (El Tiempo, 1928: 3). Probablemente fuese uno de los imitadores de los que hablaba Estampío, pues en más de una ocasión deleitó al público con su “baile por chufla, interpretando el muñeco y el picaor” (Diario de Córdoba, 1929: 2). En los años treinta recorrió las plazas de toros españolas junto al famoso caricato Regadera y la Banda Taurina Sevillana, con un espectáculo en el que Charlot, Don Bartolo y el propio Paco Senra hacían el papel de toreros cómicos (El Liberal de Sevilla, 1932: 3).

Tanto Acha Rovira como Pedro Ramírez, ‘Ramironte’, explotaron la doble vertiente del baile cómico-serio. El primero lo mismo bailaba por farrucas que realizaba “parodias del flamenco” (El Noticiero Sevillano, 1929a: 3) o conquistaba al auditorio con sus “deliciosas piruetas” (ibidem, 1929b: 2). El segundo hacía “las delicias del público con su comicidad” (Heraldo de Madrid, 1930: 3) y era designado “el ‘as’ de la gracia flamenca” (La Libertad, 1930: 9).

Churri el Bonito (Eco Artístico, 25-9-1910)

Churri el Bonito (Eco Artístico, 25-9-1910)

Notas y referencias:

(1) La traducción de todos los textos extranjeros es mía.

Carnés, Luisa (1935, 8 de junio). “El final de los flamencos”. Estampa, pp. 21-25.

Diario de Córdoba (1929, 28 de febrero). “Los espectáculos”, p. 2.

El Liberal de Sevilla (1932, 19 de marzo). “Los contratos de ‘Regadera’”, p. 3.

El Noticiero Sevillano (1929, 11 de agosto). “Concierto de cante flamenco en La Pañoleta”, p. 3.

El Noticiero Sevillano (1929, 15 de agosto). “En la Plaza de toros”, p. 2.

El Tiempo (1928, 11 de diciembre). “Teatro Ortiz”, p. 3.

Heraldo de Madrid (1930, 17 de junio). “El nuevo cuadro flamenco de cantaores actores obtiene un gran éxito en ‘La hija de Juan Simón’”, p. 3.

Intérim (1889, 15 de julio). “Les Gitanas de Grenade”. Gil Blas, pp. 3-4.

La Correspondencia de España (1911, 23 de abril). “Gacetillas”, p. 6.

La Correspondencia de España (1911, 6 de noviembre). “Gacetillas”, p. 6.

La Libertad (1930, 18 de junio). “Correo de teatros”, p. 9.

La Unión Ilustrada (1922, 22 de marzo). “Bulerías”, p. 13.

Mundo Gráfico (1915, 21 de abril). “El teatro en casa”, p. 28.

Noticiero Turolense (1911, 12 de diciembre). “Gacetillas”, p. 3.

Ortiz Nuevo, José Luis (1996). Alegato contra la pureza. Barcelona: Libro PM.

Ortiz Nuevo, José Luis, Cruzado, Ángeles y Mora, Kiko (2016). La Valiente. Trinidad Huertas la Cuenca. Sevilla: Libros con Duende.

Rueda, Salvador (1886, 5 de junio). “La bailadora de café”. El Defensor de Granada, p. 1.

Suárez Ávila, Luis (2004). “Jaleos, gilianas, versus bulerías”. Revista de Flamencología 20 (X): 3-18.

Triana, Fernando el de (1979). Arte y artistas flamencos. Fernán Núñez: Demófilo. (Original publicado en 1935).


Pepita Ramos ‘la Niña de Marchena’, una gran revelación (y II)

Durante el verano de 1935 Pepita Ramos recorrió buena parte de la geografía española junto a una compañía de ópera flamenca organizada por el empresario Alberto Montserrat e integrada por algunos de los artistas flamencos más prominentes del momento, a saber:

‒ Al cante, la Niña de los Peines, Pepita Sevilla ‘la Jerezanita’, Pepita Ramos ‘la Niña de Marchena’, Pepe Pinto, el Americano, Canalejas, Peluso, Guerrita y Conchita Aguilar.
‒ Al toque, Manuel Delgado, Antonio Moreno, Esteban de Sanlúcar y Niño Ricardo.
‒ El cómico José María Pavón, Regadera.

Pepita Ramos, la Niña de Marchena (Ahora, 28-4-1936).

Pepita Ramos, la Niña de Marchena (Ahora, 28-4-1936).

El grupo debutó el cuatro de julio en el madrileño Circo de Price (ABC, 3-7-1935) y en los días siguientes se presentó en el Teatro Circo Villar de Murcia (Levante Agrario, 25-6-1935), en la plaza de toros de Cartagena (El Noticiero, 3-7-1935), en el Tiro Nacional de Almería (Crónica Meridional, 7-7-1935), en el coso taurino de Alicante (El Luchador, 11-7-1935) y en el Teatro Olympia de Barcelona (La Vanguardia, 12-7-1935).

De nuevo en la capital de España, el dieciséis de julio se les pudo ver en la plaza de toros, con la colaboración del cantaor Pepito Alconera y el bailaor Frasquillo (La Voz, 15-7-1935). A continuación pusieron rumbo a tierras andaluzas, con parada en el coso albaceteño (Diario de Albacete, 17-7-1935).

Actuaron en el Teatro El Norte de Jaén (Yerga Lancharro, Candil nº 78), en la plaza de toros de Córdoba (La Voz, 25-7-1935), en el Teatro Villamarta de Jerez (El Guadalete, 2-5-1935), en el coso taurino de Cádiz (Diario de Cádiz, 4-8-1935), en la Plaza de Toros del Triunfo de Granada (El Defensor de Granada, 7-8-1935) y en la Maestranza de Sevilla (El Liberal de Sevilla, 17-8-1935), antes de regresar al Circo de Price (Heraldo de Madrid, 20-8-1935).

Pastora Pavón, la Niña de los Peines

Pastora Pavón, la Niña de los Peines.

Durante la gira, Pepita Ramos se anunció en distintos lugares como la “nueva estrella andaluza” y su labor fue destacada por algunos medios. El Luchador de Alicante, entre los artistas no conocidos por aquellos lares, hizo referencia a “Pepita Sevilla y la Niña de Marchena, contadores (sic), como ahora se estila, 100 por 100” (11-7-1935). El Diario de Cádiz también subrayó la presencia de la artista marchenera (4-8-1935) y, tras su paso por capital andaluza, el ABC de Sevilla le dedicó estas palabras:

“Merece especial mención la joven artista Pepita Ramos (Niña de Marchena), que fue la revelación de la pasada Semana Santa en Sevilla. Pepita sigue con paso firme su carrera. Una voz bellísima, un estilo personal y el impulso de su juventud, son factores de su legítimo triunfo, que cada día se va afirmando más. Muchos y entusiastas aplausos de los buenos aficionados premiaron la labor de Pepita Ramos” (18-8-1935).

Unas semanas más tarde, ese mismo diario publicó su retrato con el siguiente pie de foto: “En las representaciones de arte flamenco que se han dado recientemente en Price, se ha distinguido notablemente como ‘cantaora’ esta ‘Niña de Marchena’” (6-9-1935).

A principios de octubre Alberto Montserrat presentó en el Circo de Price una nueva troupe compuesta por “los divos del cante Niña de Marchena, Peluso, Niño de Fregenal, Canalejas, Los Gitanillos de la Cava y otras figuras del género” (ABC, 2-10-1935), como las cantaoras Encarnita Díaz y la Duquesita, los guitarristas Manolo Moreno y Esteban de Sanlúcar, y el cómico Regadera.

Pepita Ramos, la Niña de Marchena (ABC de Sevilla, 5-5-1936).

Pepita Ramos, la Niña de Marchena (ABC de Sevilla, 5-5-1936).

Durante los meses siguientes el grupo también actuó en el Teatro Eslava de Jerez de la Frontera (El Guadalete, 20-10-1935), en el Teatro Dindurra de Gijón (La Prensa, 21-11-1935), en el Coliseo Albia de Bilbao (¡Tararí!, 28-14-1935) y en el Teatro Circo Barcelonés de la Ciudad Condal (La Vanguardia, 11-12-1935). La prensa gijonesa dedicó estas palabras a la joven cantaora:

Niña de Marchena, es una estrella andaluza de nueva creación y poderosa y propia luz. Alumna del viejo y gran maestro Fernando el de Triana, lleva su escuela depurada en la jabera y la rondeña, y como tiene una preciosa voz, clara y potente y una gran afición, es la artista que más rápidamente ha subido, habiendo sido consagrada recientemente” (La Prensa, 21-11-1935).

El día de Navidad la compañía llevó a escena en el Teatro Eslava de Jerez el espectáculo Al pie de la Giralda, obra del periodista y poeta sevillano Manuel G. Álvarez-Franco, que “[n]o es una comedia flamenca ni el tan cansado desfile de cantador tras cantador, sino unas estampas sevillanas de fino estilo […], en la (sic) que se contiene cuanto de típico existe en esta bendita tierra” (El Guadalete, 24-12-1935). El montaje, “altamente cómico”, estaba dividido en un prólogo y tres actos: “1º Estando en el Altozano.- 2º El barrio de Santa Cruz. 3º La alegría del patio andaluz” (La Voz, 14-1-1936).

El reparto original de cantaores y guitarristas se vio reforzado con la incorporación del cómico Revoltoso; las bailaoras la Romerito, la Trianera, María de la Cruz y la Gaditana, los actores Antonio Benavides, Juan García y Antonio Bernal, y las actrices Juanita Ramos, Sara García y Rocío de la Vega.

Durante el mes de enero de 1936 la obra se representó en el Circo de Price (Heraldo de Madrid, 8-1-1936), en el Gran Teatro de Córdoba (La Voz, 14-1-1936), en el Teatro Isabel la Católica de Granada (Noticiero Granadino, 17-1-1936) y en el Cervantes de Sevilla (ABC de Sevilla, 25-1-1936). El diario madrileño El Debate destacó la actuación de la “‘Niña de Marchena’, cantadora de estilo y elegancia” (11-1-1936).

Carmen Amaya (Crónica, 4-8-1935).

Carmen Amaya (Crónica, 4-8-1935).

En febrero de ese año, acompañada por su inseparable Manolo Moreno, Pepita Ramos colaboró en una función benéfica celebrada en el Cine Esperanza de Sevilla (ABC de Sevilla, 26-2-1936). De nuevo en Madrid, en primavera siguió cosechando éxitos en Price (Ahora, 28-4-1936) y en el Teatro de la Zarzuela, donde formó parte de un nutrido elenco de variedades en el que destacaba la presencia de figuras como Carmen Amaya o Miguel de Molina (El Sol, 3-5-1936). A principios de julio actuó en el Salón San Lorenzo de Córdoba junto al Niño del Museo, María la Faraona, el Niño de Azuaga, Tomasa Moreno, Juanita Ramos, Manolo Moreno y Antonio el del Lunar (La Voz, 8-7-1936).

Durante la Guerra Civil, varias noticias sitúan a la Niña de Marchena y su guitarrista en el Teatro Municipal de Castellón, donde trabajaron en los meses de julio y noviembre de 1937, formando parte de sendos espectáculos de variedades (Heraldo de Castellón, 13-8-1937; 22-11-1937). En abril de 1938 se presentaron en el Teatro Máiquez de Cartagena (Cartagena Nueva, 22-4-1938) y en agosto, en el Murcia Park (El Liberal de Murcia, 24-8-1938).

Antonia Ponce, la Niña de Marchena (Fuente: José Gelardo, ¡Viva la ópera flamenca!).

Antonia Ponce, la Niña de Marchena (Fuente: José Gelardo, ¡Viva la ópera flamenca!).

Una vez finalizada la contienda, en octubre de 1939, “la célebre cantadora NIÑA DE MARCHENA, con bulerías de su creación, acompañada a la guitarra por Patena (hijo)”, y compartiendo cartel con el cantaor Niño del Museo y la bailaora Tomasa Moreno (Boinas Rojas, 25-10-1939), se anunció en el Teatro Lara de Málaga; y durante la Semana Santa de 1941 “cantó saetas a la Virgen de la Amargura” desde el local de la Asociación de la Prensa de Sevilla (Hoja Oficial del Lunes, 7-4-1941).

Durante los años cincuenta y sesenta encontramos nuevas noticias sobre la Niña de Marchena, mas entendemos que pueden hacer referencia a Antonia Ponce, una cantaora que, según Blas Vega y Ríos Ruiz (Diccionario Enciclopédico Ilustrado del Flamenco, 1988), “[v]ivió de niña en Lorca (Murcia), donde ganó un primer concurso Juvenil de cante. En los primeros años cincuenta, obtiene otro en el programa radiofónico Fiesta en el aire, pasando a cantar en diversos espectáculos flamencos”.

En su canal de YouTube, la Sociedad de Pizarras recoge una decena de cantes impresionados por Pepita Ramos para la casa Regal-Columbia con la guitarra de Manolo Moreno. El hecho de que en uno de los temas aparezcan las palmas de Carmen Amaya nos lleva a pensar que probablemente fuesen registrados en el año 1936, fecha en que los tres artistas coincidieron trabajando en el Teatro de la Zarzuela de Madrid, puesto que tras el estallido de la Guerra Civil la bailaora comenzó un largo periplo por América, de donde no regresó hasta 1947.


Lolita Astolfi, cuando el baile se convierte en sentimiento (y VI)

Su intervención en la fiesta flamenca celebrada en casa de Federico Villanueva en abril de 1934 fue una de las últimas actuaciones de Reglita Astolfi, que en octubre de ese año abandonó los escenarios para contraer matrimonio con el periodista del diario La Nación Luis Muñoz Lorente. El enlace tuvo lugar en Villa Astolfi, el chalet de su hermana, y comparecieron como testigos el propio Villanueva y grandes personalidades del mundo teatral, como los hermanos Álvarez Quintero o Jacinto Guerrero (La Nación, 4-10-1934). De la breve carrera artística de Regla merece la pena destacar su intervención en la película El Patio de los Naranjos, dirigida en 1926 por Guillermo Hernández Mir, autor de la novela homónima.

Varias imágenes de El patio de los naranjos (1926)

Varias imágenes de El Patio de los Naranjos (1926)

Bailaora de cuerpo entero

En una segunda fiesta celebrada a principios de mayo en el domicilio de Villanueva, Lolita Astolfi también mereció grandes elogios y, a juzgar por la crónica de ABC, podría decirse que encarnaba el que, según la gran Pastora Imperio, debía ser el prototipo de baile femenino. “Los brazos hay que arquearlos con majestad, porque hay que bailar con ellos tanto como con los pies. El arte y el salero tienen que ser también cosa de arriba. ¡Si el flamenco hay que bailarlo hasta con los ojos!”, sentaba cátedra la veterana artista en las páginas de la revista Estampa (9-6-1934).

“En el cuerpo menudito de esta bailarina se encierra el alma y la gracia de Andalucía toda. Lolita Astolfi expresa, cuando baila, el ritmo mismo de la música. Y no baila únicamente con sus pies y con las ondulaciones de su cuerpo; baila con todo: con el alma, con la boca, con los ojos, hasta con la punta de la nariz…” (ABC, 8-5-1934).

En una tercera fiesta ofrecida por Villanueva en el mes de junio para agasajar a sus amistades del cuerpo diplomático, “acompañada a la guitarra por el concertista Castro, […] bailó tangos serranos, soleares, mango cubano y otros muchos bailes, a petición de los invitados, que no cesaron de aplaudirla (sic) y de alabar su arte” (Ahora, 5-6-1934).

Lolita Astolfi, por Walken.

Lolita Astolfi, por Walken.

Zarzuela, sainetes, variedades…

En esa época, Lolita también prestó su colaboración en distintos festivales benéficos, como el organizado por el Consejo Superior de Protección de Menores en el Círculo de Bellas Artes, donde “bailó, con su estilo, inconfundible, dos danzas de Albéniz y una talaverana” (La Nación, 25-6-1934); y a partir del mes de julio empezó a presentarse con cierta frecuencia en el Teatro Coliseum de Madrid, que tenía como empresarios a Juanito Carcellé y Jacinto Guerrero. De este último es la partitura de Colores y barro, una zarzuela con libreto de los Álvarez Quintero que contenía un número de baile titulado “La Giraldilla” creado expresamente para su paisana. La obra se estrenó en dicho teatro en septiembre de 1934 y Lolita Astolfi estuvo “magnífica”:

“Su única intervención sorprendió al público. Un baile femeninamente español y andaluz, de esos que sabe ella bailar con singular maestría. El silencio de la sala durante el taconeo de la bailarina fue roto con una ovación estruendosa de apoteosis, que volvió a sonar cuando la Astolfi terminó de bisar el alegre número…” (La Nación, 5-9-1934).

Lolita Astolfi

Lolita Astolfi

En el mes de octubre se repuso en el Coliseum el sainete arrevistado El sobre verde, con libreto de Jiménez de Paradas y música del maestro Guerrero. En esta nueva versión de la obra destacaba la presencia de Pastora Imperio, así como la inclusión de tres números nuevos, entre ellos un danzón cubano que fue interpretado por Lolita “de manera inolvidable” (Heraldo de Madrid, 3-10-1934).

En febrero de 1935, la Astolfi se presentó en el Teatro Principal de Zaragoza junto al tenor Juan García y un elenco de variedades internacionales. Allí “se hizo admirar, como siempre, por el ritmo, la gracia, la plasticidad y, en suma, el arte con que da vida y expresión a todas sus interpretaciones” (La Voz de Aragón, 9-2-1935). La acompañó a la guitarra Teodoro Castro. Poco después intervino en el sainete Alma de Dios, de Carlos Arniches y Enrique García Álvarez, que se llevó a escena en el Coliseum en una función a beneficio de las colonias infantiles.

En abril regresó al Circo Barcelonés, compartiendo cartel con la cupletista Ofelia de Aragón, y la prensa la elogió por haber “perfeccionado su arte ‘cañí’ adornándolo con nuevos matices y cambiantes, con nuevos colores y luces, pero conservando siempre aquella espontaneidad inimitable” (El Diluvio, 19-4-1935). En su afán de crecer y asumir nuevos desafíos, unas semanas más tarde se presentó en el Teatro Principal de Palencia junto al tenor José Luis Coca, la soprano Consuelo Obregón y el pianista Carlos Arijita.

Lolita Astolfi (Mundo Gráfico, 10-1-1934)

Lolita Astolfi (Mundo Gráfico, 10-1-1934)

En la primera parte del programa, los dos cantantes interpretaron varios fragmentos de obras líricas; la segunda fue un “recital de Lolilta Astolfi (en sus creaciones), con intermedios de concierto de Arijita”; y la tercera, compuesta por varias canciones, concluyó con el dúo “La del manojo de rosas”, de Sorozábal, bailado por Lolita Astolfi y cantado por Coca y Obregón (El Día de Palencia, 5-6-1935). La sevillana estuvo “muy rítmica, muy exacta y muy segura de cuanto interpretó. […] Todos rivalizaron en su admirable actuación y para todos hubo numerosos y bien merecidos aplausos” (El Día de Palencia, 7-6-1935).

Durante el verano de 1935 Lolita deleitó con sus bailes al público de San Sebastián, Biarritz y San Juan de Luz, e intervino en la verbena de la prensa celebrada en la Playa de Madrid, junto a artistas como Anita Sevilla, Muguet, el Niño de Marchena o una jovencísima Carmen Amaya. Asimismo, durante la primera quincena de septiembre fue cabeza de cartel en el Teatro de la Comedia, honor que compartió con la cupletista Carmen Flores. Las crónicas ensalzaron su elegancia, su personalidad y su “estilo propio, de bailarina de casta, de genio, de carácter, […] que une a la justeza del ritmo la más depurada escuela” (La Nación, 31-8-1935). En la función de su beneficio, artistas como Conchita Piquer o el tenor Juan García quisieron arroparlas, y la Flores y la Astolfi vivieron una noche memorable:

Lolita Astolfi (Mundo Gráfico, 7-6-1933)

Lolita Astolfi (Mundo Gráfico, 7-6-1933)

Carmen Flores se superó a sí misma […].

Lolita Astolfi, como nunca. Es artista porque lo es. Del baile, de la mímica. No hace falta que cante, que diga lo que siente. Todo lo dice con sus pies y sus brazos y sus ojos llenos de expresión y su boca llena de alegría. Acompañada a la guitarra por Juan García y por Teodoro Castro, interpretó a maravilla la canción ‘El delantal de la china’. Al terminar, el público la hizo salir dos, tres, cinco veces, y le pidió reiteradamente que repitiera el número. […]

Terminó el espectáculo. Eran las dos de la madrugada y el público seguía en sus asientos, aplaudiendo sin cesar a Carmen Flores y Lolita Astolfi, que lloraban de alegría, ante la entusiasta despedida…” (La Nación, 10-9-1935).

Cartel de Lolita Astolfi (Biblioteca Virtual de Madrid)

Cartel de Lolita Astolfi (Biblioteca Virtual de Madrid)

Artista con mayúsculas

Unas semanas más tarde, el periodista Sebastià Gasch le dedicaba un artículo en la revista Mirador, en el que ponderaba su calidad artística y su enorme poder de transmisión con frases como éstas:

“La función de beneficio y despedida de esta artista –artista de verdad, porque si ser artista quiere decir armonizar una clara inteligencia y una exquisita sensibilidad, la Astolfi alcanza como pocas este equilibrio- fue un acontecimiento memorable. […]

Lolita Astolfi es artista. Ya lo hemos dicho. Y una gran artista. Pero, ¿es bailarina? Aunque se anuncie como tal, creemos que no. Porque la Astolfi no baila. […] Lolita Astolfi, más que bailar, expresa. […]

Los brazos, por tanto, juegan en el arte de Lolita Astolfi un papel importante. Los brazos, las castañuelas y el rostro con esos ojos tan elocuentes y esa boca tan llena de alegría. Porque ésta es la trinidad con la que esta artista expresa sus sentimientos, sus emociones, sus deseos…

Lolita Astolfi (La Nación, 14-12-1934)

Lolita Astolfi (La Nación, 14-12-1934)

Ello quiere decir que los movimientos de brazos, juegos de la fisonomía y repiqueteo de castañuelas no son un fin en sí, como en la danza verdadera, sino que son un medio para expresar la emoción que la música ha causado a la artista. […]

Y el fin, la emoción, es también de primera. Porque esta niña tiene sentimiento para dar y para vender. Se emociona y sabe expresar su emoción con medios emocionantes” (Mirador, 26-9-1935).

En el otoño de 1935 emprendió una gira por Castilla, Andalucía y Marruecos junto a la cantante de tangos Tania y el compositor argentino Disdépolo. A su regreso a Madrid, participó en la Fiesta del Sainete, organizada por la Asociación de la Prensa en el Teatro Ideal, e intervino en la ópera Carmen, que fue llevada a escena en el Teatro Calderón con la contralto María Falliani y el tenor Miguel Fleta en los papeles principales. Lolita Astolfi “llenó con su arte magnífico la escena” (La Nación, 1-2-1936) y “prestó” a la danza gitana “carácter puro de gracia agarena y ‘chic’ personal y estimable -en el gesto, en la actitud, en el traje- que le valió una calurosa salva de aplausos” (La Nación, 22-1-1936).

Lolita Astolfi (Ahora, 1-2-1936)

Lolita Astolfi (Ahora, 1-2-1936)

Durante su estancia en el Calderón también actuó en la gran fiesta lírica de la Asociación de la Prensa. Con Pablo Sorozábal al frente de la orquesta, bailó dos danzas: el preludio del cuarto acto de Carmen y el pasacalle de la zarzuela La del manojo de rosas. “¡Qué prodigio de armonía y ritmo el de esta bailarina! ¡Qué talento en el arte de tocar las castañuelas y en de dibujar curvas airosas con el cuerpo! Lolita Astolfi y el maestro Sorozábal escucharon una gran ovación” (ABC, 31-1-1936).

Asimismo, durante los primeros meses del año 1936 trabajó en dos nuevas películas producidas por CIFESA. La reina mora, basada en la zarzuela homónima con libreto de los Álvarez Quintero y partitura de José Serrano, fue dirigida por Eusebio Fernández Ardavín, y protagonizada por María Arias, Raquel Rodrigo, Pedro Terol y José Gil. La Astolfi interpretaba “una danza nueva, original, de puro sabor árabe” (Cine Sparta, 28-3-1936), para la cual se había inspirado durante su reciente viaje por el norte de África. La cinta fue estrenada en octubre de 1937.

Lolita Astolfi en El genio alegre

Lolita Astolfi en El genio alegre

En El genio alegre, también a partir de una obra de los Álvarez Quintero, Lolita no sólo se mostró “genial como bailarina” sino que además fue una auténtica “revelación como actriz” (Cinegramas, 19-7-1936). Concha Catalá, Antonio Vico, Leocadia Alba y Rosita Díaz fueron algunos de sus compañeros de reparto, bajo la dirección de Fernando Delgado.

El estallido de la guerra civil obligó a parar el rodaje en exteriores, que sólo pudo ser retomado tras el fin de la contienda. El filme se estrenó en diciembre de 1939, demasiado tarde para Lolita Astolfi, que había fallecido en San Sebastián el último día de 1938 a consecuencia de un shock operatorio.