Flamencas por derecho

Mujeres que han dejado su impronta en la historia del flamenco

Flamencas por derecho - Mujeres que han dejado su impronta en la historia del flamenco

Custodia Romero, la Venus gitana del baile flamenco (V)

Durante el año 1928, la Venus de Bronce sigue cosechando éxitos en los coliseos de Madrid y provincias, triunfos que comparte con algunas de las grandes figuras del género de variedades. En el Teatro Avenida de Madrid vuelve a coincidir con Pastora Imperio, Conchita Piquer, Pilar López y Carmen Flores.

Custodia Romero (La Unión Ilustrada, 22-10-1926). BNE.

Custodia Romero (La Unión Ilustrada, 22-10-1926). BNE.

Junto a esta última también se presenta en Zamora, donde “por la novedad y el artístico trabajo que actualmente presentan, […] brillan con resplandores propios” (Heraldo de Zamora, 30-6-1928). A su regreso a la capital se anuncia en el Teatro de la Latina, donde se reparte los aplausos con Luisita Esteso. Durante su actuación en esta sala se celebra en su honor una Fiesta de Sacromonte, en la que toman parte las cantaoras Carmen la Lavandera y la Niña de Linares, entre otros artistas (La Libertad, 11-7-1928).

A mediados de septiembre debuta en el Kursaal Central de Sevilla, que inaugura su temporada de otoño con un lleno “imponente” (El Noticiero Sevillano, 16-9-1928). La viajera francesa Jacqueline Bertillon (1) nos deja una interesante crónica de la actuación de Custodia, que interviene en último lugar, tras el cuadro flamenco y unas bailarinas francesas de cancán:

“Aparece por fin, esta Venus de Bronce, y es una salva, un trueno de aplausos por parte de los sevillanos, que son casi un millar. La Venus de bronce, Custodia Romero, es una joven muy hermosa de aspecto noble y puro. Su expresión casta contrasta con los bailes cada vez más voluptuosos y seductores que ejecuta ante nosotros. Nunca hemos visto nada parecido; y, como todos los asistentes, estamos locas de entusiasmo, ante tanta belleza. Baila ocho o diez alegrías, fandangos, tangos, etc., con ocho o diez trajes diferentes; las sevillanas, incluso nosotras, le pedimos que las repita. Es necesario que, rota por el cansancio y la emoción de estas danzas donde ha dado todo su ser -más que su ser, pues ha revelado a la mujer que aún no ha nacido-, venga a pedir misericordia. El público sólo acepta irse tranquilizado por la idea de que volverá a verla bailar mañana, pasado mañana y todos los días sucesivos…” (Peugeot-revue, febrero de 1929).

Custodia Romero (Nuevo Mundo, 22-7-1927). BNE.

Custodia Romero (Nuevo Mundo, 22-7-1927). BNE.

En el mes de octubre -y tal vez no sea casual- Custodia Romero llega a París para debutar en el music hall Empire, junto a un elenco de variedades internacionales. Asimismo, es contratada por Madame Bertillon para actuar en una velada íntima celebrada en su domicilio de la Avenue Marceau. Los asistentes quedan prendados del arte de la bailaora, que actúa acompañada por el guitarrista Carlos Montoya y el pianista Raúl Laynez:

“La maravillosa bailarina gitana de Sevilla, Custodia Romero, ejecutó diferentes bailes gitanos y andaluces que tuvieron un enorme éxito. En efecto, en París rara vez se ve bailar con un respeto tan puro de la tradición y del carácter español. No sólo la plástica y la técnica de la Srta. Custodia Romero son de un arte perfecto, sino que su expresión, a la vez tan orgullosa y cautivadora, extiende sobre todos sus bailes ese fuego y esa fiebre que se respiran en Sevilla. A los asistentes les ha gustado particularmente un baile con mantilla y vestido de volantes que, empezando con una deslumbrante canción española cantada por la Srta. Custodia Romero, terminó con un toque endiablado de castañuelas. Se le dio la ovación que ella merecía y que no es más que la confirmación por el público parisino del éxito que conquista cada día la Srta. Custodia Romero en Sevilla, donde es considerada como una de las mejores bailarinas de España” (Comoedia, 5-11-1928).

Custodia Romero (La Esfera, 8-1-1927), BVPH.

Custodia Romero (La Esfera, 8-1-1927), BVPH.

Nuevos contratos la retienen durante varios meses en París. En diciembre, acompañada por los mismos músicos, pone el broche de oro a una recepción ofrecida en el Lyceum-Club por la duquesa viuda d’Uzès:

“Para terminar, la espléndida gitana de Sevilla, Custodia Romero, acompañada por el guitarrista Montoya y la pianista Laynez, ejecutó tres bailes, cada uno más maravilloso que los otros. El último que bailó, vestida de gitana, con el pelo suelto, recordaba asombrosamente a la heroína de Pierre Louys en La Femme et le Pantin. Este espectáculo ha desencadenado el entusiasmo del público muy escogido que asistía a la fiesta” (Comoedia, 11-12-1928).

Unas semanas más tarde interviene en una velada celebrada en la Union Interalliée, junto a un nutrido elenco de artistas internacionales, entre los que destaca la joven bailarina Lolita Mas. Hasta la prensa española se hace eco de su triunfo:

“… apareció en el tablado la figura gitana de Custodia Romero. Primero en el fandanguillo El antequerano, de Esper y Morera; luego en Cueva gitana, del maestro Romero, mostró toda la gracia y toda la seducción de sus danzas sensuales […] obtuvo una entusiasta y prolongada ovación de este elegante público parisiense” (Monte-Cristo, Blanco y Negro, 13-1-1929).

Custodia Romero actuando en París (Blanco y Negro, 13-11-1929). Archivo ABC.

Custodia Romero actuando en París (Blanco y Negro, 13-11-1929). Archivo ABC.

En París celebra la Nochebuena junto a otras bailarinas españolas, como Carmen Montaño y Pilar Calvo, y recibe el nuevo año actuando en el local ‘Henry’, sito en la Place Gaillon (Le Gaulois, 21-12-1928). Ya de vuelta en Madrid, en el mes de febrero interviene en el beneficio que se ofrece en el Teatro Pavón a Pascual Guillén y Antonio Quintero, autores de la comedia “La copla andaluza”, con motivo de su centésima representación. Tras interpretar sus castizos bailes, recibe una “estrepitosa ovación” (El Liberal, 6-2-1929). También se la puede ver en otros coliseos, como el Maravillas o el Circo Price.

A finales de marzo “La copla andaluza” es llevada a escena en el Teatro Victoria de Barcelona por la compañía de Vicente Mauri (2), con Custodia Romero, Guerrita y Angelillo como estrellas principales. Durante dos semanas la “reina gitana de la danza” recibe “atronadores aplausos” (La Vanguardia, 9-4-1929) y el día de su despedida se celebra “un grandioso concierto, tomando parte La Trinitaria, El Americano, […] y los eminentes tocaores Niño de la Bulería, Juanito Dorado, Paco Aguilera y Miguel Borrull” (Hoja Oficial de la Provincia de Barcelona, 15-4-1929).

Una vez cumplido este compromiso, la Venus de Bronce sigue cosechando éxitos en Madrid y provincias (3), bien como fin de fiesta tras las proyecciones cinematográficas, bien junto a otros artistas de variedades internacionales. El 20 de mayo se la puede ver en una fiesta celebrada en el Círculo de Bellas Artes de la capital en honor de la Asociación pro Sociedad de Naciones. El programa consta de una primera parte lírica, a cargo del tenor Sr. Rojo y de la soprano Josefina Blanch, tras la cual Laura de Santelmo y Custodia Romero deleitan al respetable con sus bailes y canciones españolas con acompañamiento de guitarra (Heraldo de Madrid, 21-5-1929).

Custodia Romero y Laura de Santelmo en el Círculo de Bellas Artes (Nuevo Mundo, 31-5-1929). BNE.

Custodia Romero y Laura de Santelmo en el Círculo de Bellas Artes (Nuevo Mundo, 31-5-1929). BNE.

El 5 de julio presta su concurso en un festival organizado en el Retiro por la comisión del monumento al capitán D. Ramón Jordán de Urríes, caído en la guerra colonial en el Protectorado de Marruecos (Heraldo de Madrid, 5-7-1929). Una semana más tarde, en el mismo lugar, interviene con gran éxito en la verbena del Círculo de la Unión Mercantil e Industrial (Heraldo de Madrid, 17-7-1929). El hecho de ser requerida para tantos eventos da testimonio de su gran popularidad y también de su generosidad.

En esos días se llevan a cabo los preparativos para la celebración, también en los Jardines del Buen Retiro, de la verbena del Sindicato de Actores, destinada a recaudar fondos para “el socorro económico a la vejez de los compañeros jubilados” (La Nación, 19-7-1929). Como miembro de su Comité Femenino, la bailaora está implicada activamente en la causa y, junto a otras artistas, se persona en las redacciones de distintos periódicos para promocionar el evento, que tiene lugar el 27 de julio. En el programa figura un “cuadro de cante y baile flamenco” integrado por “Custodia Romero, Mariquita Linares, Dolores Ortega, Rita Ortega, Niña de Chiclana, Niño de la Flor y los afamados profesores de guitarra Manolo el de Badajoz y Pepe el de Badajoz” (Heraldo de Madrid, 24-7-1929).

En el mes de agosto también colabora desinteresadamente en una verbena a beneficio del Instituto Cervantes (Heraldo de Madrid, 13-8-1929) y obtiene “uno de sus más resonantes triunfos” en el Teatro Fuencarral. “Si sus números andaluces, mixtos de cuplé y baile, fueron celebrados, pues en ellos puso su arte inimitable, dándoles la gracia y el color de su tierra bendita, sus soberbias danzas gitanas acabaron de caldear el público chamberilero, que la hizo objeto de las más entusiastas ovaciones” (El Liberal, 16-8-1929).

Comité Femenino del Sindicato de Actores Custodia Romero aparece sentada. (Mundo Gráfico, 17-7-1929). BNE.

Comité Femenino del Sindicato de Actores Custodia Romero aparece sentada. (Mundo Gráfico, 17-7-1929). BNE.

Debuta unas semanas más tarde en el Teatro Vital Aza de Málaga, compartiendo cartel con el humorista Manolo Vico y con la cancionista Asunción Muñoz, y obtiene “un éxito rotundo sobre todo bailando por alegrías a la guitarra”. El público le aplaude “con verdadero entusiasmo” y el cronista celebra que se mantenga fiel a su estilo de siempre, “sin dejarse influenciar por el exotismo ambiente”. Como la gran Pastora, sigue cultivando “los bailes gitanos”, aunque los concibe y ejecuta de una manera diferente: “lo que en ‘La Reina Cañí’ es pasión y voluptuosidad, expresión del libre instinto, es en esta muchacha ritmo y cadencia” (Santy, La Unión Mercantil, 12-9-1929).


Notas:
(1) Mme. Bertillon realiza un viaje París-Gibraltar ida y vuelta a bordo de su Peugeot 5 cv, acompañada por su hermana. En su crónica, muestra su sorpresa ante la buena educación del público del Kursaal:
“Por la noche, vamos al café cantante. Estamos un poco impresionadas. Nos han hablado en París de estos lugares misteriosos y peligrosos: las mujeres, nos han dicho, no pueden ir solas bajo ningún concepto; si infringieran esta norma, se expondrían a los peores peligros. Por tanto, mi hermana y yo nos aventuramos con paso tímido en el Kursaal: una gran sala, con una galería, un escenario, y numerosas mesas rodeadas de sillas, en la zona donde se encontrarían las butacas de nuestros music-halls. Los tranquilos consumidores nos hacen sitio inmediatamente y nos tratan con la galantería más respetuosa. Un camarero acude presto. Pedimos una modesta gaseosa; nos cuesta una peseta. Por esta peseta disfrutamos de un espectáculo por el que habríamos pagado alegremente cien” (Peugeot-revue, febrero de 1929).
La traducción de todos los textos franceses es mía.
(2) En el Teatro Pavón de Madrid fue presentada por la compañía cómico-dramática de Fernando Porredón y tenía como estrellas principales a los cantaores Manuel Centeno y Jesús Perosanz. Ahora se presenta con un elenco renovado.
(3) En el Teatro de La Latina de Madrid, en el Cine Parisiana de Zaragoza, en el Salón Pradera de Valladolid, en el Teatro Liceo de Salamanca, en el Infanta Isabel de Madrid y en el Principal de Zamora, entre otros.


CRÓNICA – II Cabildo Flamenco “Archidona tiene nombre de mujer” – Día II

Diálogo entre Rocío Márquez y La Tremendita

La segunda jornada del II Cabildo Flamenco “Archidona tiene nombre de mujer” comenzó con un encuentro entre dos de las cantaoras flamencas con mayor proyección en la actualidad, la onubense Rocío Márquez y la trianera Rosario la Tremendita, que entablaron un ameno e interesantísimo debate sobre diversas cuestiones relacionadas con su modo de entender y abordar el proceso de creación artística.

El primer tema que trataron fue su relación con los letras, la necesidad que ambas sienten de contar aquello que han vivido y con lo que se identifican. Para Rocío, “el texto es una vía más para encontrarte como artista y ver qué es lo que quieres decir”. Rosario, que confesó haber llegado a ese mismo punto de una forma mucho más inconsciente, considera “muy importante “contar la verdad de hoy y que el flamenco siga emocionando”, porque “no tiene ningún sentido que, trabajando con un ordenador, estemos hablando de arar el campo”.

Foto: Paco Lobato

Foto: Paco Lobato

Precisamente en esa coherencia reside para la onubense el significado de la palabra pureza, “si es que existe alguno”, en “ser auténtico con lo que uno es y con lo que ha vivido”, y lo ilustró cantando su versión del “Romance a Córdoba” de Pepe Marchena, con letra del poeta Antonio Orihuela.

A continuación, las dos artistas conversaron sobre su modo de acercarse al cante: dos búsquedas diferentes que convergen en un mismo punto. Para la Tremendita no tiene ningún sentido escuchar una grabación y hacer una copia exacta. Ella necesita trabajar la armonización, jugar con el bajo, la guitarra, el cajón, o darle la vuelta al cante por soleá, comenzando por el final, y nos lo demostró con un ejemplo práctico, que arrancó los oles de auditorio.

Foto: Paco Lobato.

Foto: Paco Lobato.

Rocío, por su parte, se vale del conocimiento adquirido en el transcurso de sus investigaciones sobre la técnica vocal para realizar una búsqueda mucho más consciente, con el fin de sacar el máximo partido a la infinidad de posibilidades que le ofrece su voz y que redundan en una gran libertad expresiva. No obstante, la artista confesó que la importancia de esa conciencia es relativa, porque al final “lo mental va por un lado y el corazón va por otro”.

Tras regalar al auditorio una ronda de abandolaos con el acompañamiento de Rosario a la percusión, surgió el tema del posicionamiento político y el compromiso con el arte, que va más allá de las letras y los textos. Ambas artistas destacaron la importancia del estudio, aunque Rocío declaró haber sentido una resistencia inicial “porque en el flamenco hay veces que está mal visto, hay veces que se nos penaliza mucho y se nos da una caña brutal”.

Foto: Paco Lobato

Foto: Paco Lobato

La Tremendita refrendó las palabras de su compañera, afirmando que “para poder ejecutar los cantes hay que estudiarlos, de verdad”, entendiéndolos, dándoles su carácter; hay que realizar una búsqueda “más o menos inconsciente, en el cuarto de tu casa o en el bar o donde sea, pero al final estás estudiando”. En su opinión, el duende, la inspiración o como quiera llamarse, no surge de manera espontánea, sino que es fruto de largas horas de trabajo y de un compromiso.

También se habló sobre los tópicos, los estereotipos y los miedos que nos limitan, y sobre el eterno debate en torno a lo que es y lo que no es flamenco. Según Rocío, “si al final caemos en algo que reconocemos, entonces todo está bien, el problema es cuando el resultado no lo tenemos catalogado”, pero es bueno que exista el intercambio y que se desarrollen nuevos lenguajes, porque ello demuestra que el flamenco está vivo.

Foto: Paco Lobato

Foto: Paco Lobato

En la misma línea, Rosario considera positivo que exista diversidad de corrientes y de propuestas, desde las más tradicionales y ortodoxas hastas las mas contemporáneas y vanguardistas, y defiende la libertad, tanto de los artistas como del público, para identificarse con lo que más les guste.

Para la trianera, el flamenco “es una manera de entender la vida, y el que es flamenco va a coger una bandurria y va a ser flamenco, y el que no lo es, cante por soleá, por malagueña o por granadina, no lo va a ser, porque no hay una búsqueda, no hay unos códigos ni hay un entendimiento”… y para muestra, la mariana que nos regalaron las dos, armonizada con el bajo de la Tremendita.

A los postres

En el ciclo de presentaciones literarias, el miércoles fue el turno del investigador morisco Juan Diego Martín Cabeza, que presentó el libro Estética de lo jondo. Poesía y pintura de Francisco Moreno Galván, basado en su tesis doctoral y editado en 2018 por la Universidad de Sevilla.

El texto aborda en profundidad la figura y la obra del pintor y poeta de La Puebla de Cazalla Francisco Moreno Galván, que, veinte años después de su fallecimiento, continúa siendo un gran referente en la estética flamenca, en lo que se refiere tanto a la iconografía como a los textos.

Foto: Paco Lobato

Foto: Paco Lobato

Las creaciones de Moreno Galván brotaban de un anhelo constante de libertad, como persona y como artista. Su pintura flamenca, de influencia picassiana, buscaba superar los manidos tópicos costumbristas, mientras que sus letras, basadas en la realidad de su pueblo y del momento histórico que le tocó vivir, ofrecieron a cantaores como José Menese, Miguel Vargas o Diego Clavel, un valioso caudal con el que expresar su verdad, muy al hilo de lo que exponían Rocío Márquez y la Tremendita en la sesión matinal.

Tras una etapa en Madrid, en la que frecuentó el Tablao Zambra y alternó con grandes artistas de lo jondo, tras la llegada de la democracia, Moreno Galván regresó a su pueblo, donde emprendió una gran labor de recuperación de la cultura y la estética popular.

Foto: Paco Lobato

Foto: Paco Lobato

Juan Diego Martín, su sobrino-nieto, además de todo lo mencionado, destacó la gran generosidad y calidad humana de Francisco, su gran sensibilidad y su entrega incondicional al flamenco, y celebró el que sus textos sigan gozando de una gran vitalidad, en la voz de los artistas de hoy.

Leonor Leal, la conjunción de la danza y la palabra

En el apartado “Flamenco a escena”, la bailaora Leonor Leal presentó “El lenguaje de las líneas”, una conferencia bailada en la que reflexionó sobre el proceso de creación coreográfica y, ante la escasez de escritos en los que sean las propias bailaoras quienes aborden estas cuestiones, la jerezana esbozó algunas pinceladas de la que sería su propia filosofía de la danza.

Buena parte de su intervención giró en torno a la importancia de las imágenes. ¿Qué ve la bailaora mientras baila? Mucho más de lo que a priori pudiera imaginar, pues por su mente transitan mil y una instantáneas, que ha ido recopilando, a veces de manera inconsciente, y que resultan fundamentales a la hora de transmitir la verdad de su danza.

Estas imágenes se vuelven imprescindibles a la hora de enseñar: las manos como palomas, los brazos que se mueven con densidad, como si estuvieran dentro de un bote de miel, o las vueltas de la bailaora bajando sobre su propio eje, como el agua que gira antes salir por el desagüe del fregadero…

Foto: Paco Lobato

Foto: Paco Lobato

Leonor también habló de sus referentes, como Antonia Mercé “La Argentina”, artista polifacética donde las haya, que también sintió la necesidad de expresar por medio de la palabra sus teorías sobre el baile; y reflexionó sobre el estado actual del aprendizaje de la danza, que, por mediación de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, en ocasiones se ve reducido a un mero intercambio de pasos por euros. En opinión de la bailaora, ése es el punto al que no se debe llegar, puesto que la cercanía y el contacto directo con los maestros no puede ser sustituido por ninguna máquina.

Tras su excelente disertación, ilustrada por ella misma con pinceladas de su baile elegante, delicado y siempre preciso, la jerezana ofreció un ejemplo práctico de la importancia de todas “esas líneas que nos conectan en el tiempo, a las personas, en el cuerpo”… y lo hizo recuperando, junto al guitarrista Tino van der Sman, una farruca creada por ambos hace más de una década, que en su día tuvo para ellos un especial significado tanto a nivel personal como profesional, y dándole una nueva vida.

Flamenco en clave de humor

El broche final de la jornada, dentro del ciclo “Nocturnos”, lo puso la representación de la obra “Por la íntima gloria de mi mare”, a cargo de la bailaora Asunción Pérez “La Choni” y el actor Juanjo Macías, con el cante de Alicia Acuña y la guitarra de Raúl Cantizano.

El espectáculo, que cuenta ya con una larga trayectoria de éxitos, está protagonizado por dos mujeres de bandera, la joven Estrellita -Choni-, talentosa bailaora en ciernes, y su madre -Juanjo Macías-, vieja gloria de los tablaos convertida para la ocasión en conferenciante.

Foto: Paco Lobato

Foto: Paco Lobato

En un momento en que está tan de moda la fusión, esta obra representa la simbiosis perfecta entre el arte flamenco más clásico y el teatro, con una elevada dosis de humor. Ésa es la clave en que el gaditano, que estuvo auténticamente sembrao, abordó temas que ya habían sido tratados en este II Cabildo, como la importancia del estudio -yo tengo amigos que leen y los trato igual que a cualquier persona-, o determinadas situaciones a las que han tenido que enfrentarse las flamencas en épocas pretéritas: antiguamente las mujeres eran guitarristas, hasta que el flamenco se profesionalizó, y los hombres se quedaron con la guitarra y con el dinero; la bata de cola se inventó para dejar a la mujer quieta y convertirla en florero; la cachucha era un baile que se consideraba pecaminoso porque las mujeres lo bailaban descalzas…

Foto: Paco Lobato

Foto: Paco Lobato

La Choni-Estrellita, que ilustró con su baile las teorías de su madre, deslumbró al público con su técnica depurada, su gran capacidad de transmisión y su extraordinaria vis cómica. Fue dulce en la guajira con abanico. Sedujo en las alegrías, y se despojó del mantón, los peines y hasta los zapatos, en un alarde de libertad. Sentó cátedra con su baile enjundioso en la farruca. Se desmelenó en la zambra y terminó alzándose desafiante para reclamar el aplauso del público.