Flamencas por derecho

Mujeres que han dejado su impronta en la historia del flamenco

Flamencas por derecho - Mujeres que han dejado su impronta en la historia del flamenco

Doña Pilar López… o simplemente Pilar (VI)

Tras actuar en distintos teatros y salas de Madrid, como el Palacio de la Música, el Circo Price, el Gine Génova o la Sala Barceló, en febrero de 1933 la Orquesta Lecuona viajó a tierras andaluzas para presentar en Cádiz, Sevilla, Córdoba, Almería y Granada un repertorio típicamente cubano, en el que no faltaban las “danzas negroides, con sus bailes de ñáñigos, las rumbas, los danzones, las canciones criollas lánguidas y melódicas, las estridencias musicales de la música kabalí” (Diario de Almería, 15-3-1933).

La compañía de Lecuona (El Cantábrico, 30-3-1933).

La compañía de Lecuona (El Cantábrico, 30-3-1933).

La estrella principal del elenco, Pilar López, cantó y bailó “con suma elegancia y arte supremo” (ibidem) números que van desde los romances populares de García Lorca hasta composiciones de Albéniz o el famoso pasacalle de la revista Las Leandras, con los que cosechó abundantes aplausos en el Cine Municipal de Cádiz:

“Bellísima mujer y notable artista, Pilar desde el primer número ‘Los cuatro muleros’, se conquistó el aplauso fervoroso del público, premio bien ganado por las excelencias de su arte exquisito y la gentileza y gracia que imprimió a la canción, netamente española, con bien logrados bailables de puro sabor andaluz. La prodigiosa ejecución hizo prorrumpir en unánimes y atronadoras palmadas al auditorio, obligando a Pilar a saludar varias veces.

Y tras Andalucía –pasión, fogosidad, ruido, alegría- ‘Aragón’, de Albéniz, y Pilar demuestra su supremo arte pasando de una región a otra en perfecta y pura encarnación de ambas modalidades regionales.

Y en los restantes números, todos bellos y ejecutados primorosamente, Pilar demostró ante el público gaditano que es una artista digna de ser admirada y aplaudida.

En el ‘Pasacalles de los Nardos’, de Alonso, se supera en gracia y armonía y el ‘punteado’ arranca sonidos preciosos y su voz melodiosa, dulce, realzan las bellezas de esta canción-danza española.

Rotundo, definitivo, el éxito de Pilar” (El Noticiero Gaditano, 9-2-1933).

La Orquesta Lecuona (Ahora, 21-1-1933).

La Orquesta Lecuona (Ahora, 21-1-1933).

Nueva gira con la Orquesta Lecuona

Una vez concluida su gira andaluza, la troupe de Lecuona emprendió un nuevo periplo por el norte, con paradas en Santander, Torrelavega, Oviedo y León, donde ofreció algunos de sus números más emblemáticos, como la canción ‘Siboney’, el baile ‘Mamá Inés’ o el pregón del manisero.

Asimismo, actuó “con su personalidad propia la conocida ‘estrellaPilar, que aunque superpuesta, digámoslo así, al cuadro, no sólo no desentona, sino que acapara para ella una gran parte de los muchos aplausos” (La Voz de Asturias, 8-4-1933). No en vano, “posee el secreto de nuestros bailes a las mil maravillas; tiene una movilidad asombrosa y una justeza de muy buen gusto” (La Región, 29-3-1933):

Pilar, acompañada por el notable pianista, y director de la orquesta, Armando Orefiche, bailó de un modo admirable un fandanguillo, una jota y un capricho, de Granados. La espléndida mujer, que cada día está más guapa, recordó a su hermana en los pasos de baile y en la deliciosa voz con que cantó el romance, de García Lorca, ‘Los cuatro muleros’. Después hizo las consabidas concesiones de su arte, y bailó el vals de ‘Su noche de bodas’ y el pasacalle de ‘Los nardos’. Lo mismo en lo primero que en lo segundo, la hermosa Pilar fue muy aplaudida” (El Cantábrico, 29-3-1933).

Compañía de Bailes Españoles de la Argentinita

Los grandes éxitos cosechados junto a la agrupación cubana no fueron óbice para que, en el mes de abril, Pilar López pusiera fin a esa etapa y acudiera a la llamada de su hermana, la Argentinita, que contó con ella para su recién creada Compañía de Bailes Españoles. En el elenco también figuraban los bailaores Rafael Ortega y Antonio Triana, y tres viejas glorias del baile gitano rescatadas para la ocasión: Juana la Macarrona, Magdalena Seda ‘la Malena’ y Fernanda Antúnez.

El elenco de El amor brujo (1933).

Elenco de El amor brujo (1933).

La primera obra que representaron fue una nueva versión de El amor brujo, que se estrenó el 10 de junio en el Teatro Falla de Cádiz, en una función de gala en honor del creador de la partitura, en la que también se homenajeó a un grupo de marinos franceses. La parte musical corrió a cargo de la Orquesta Bética de Cámara, fundada por el propio Falla y dirigida por Ernesto Halffter. Fontanals, Bartolozzi y Ontañón firmaron la escenografía y el vestuario. El día 11 de junio se dieron dos funciones de despedida, en las que, tras la primera suite de El sombrero de tres picos, de Falla, se representó El amor brujo y, a continuación, se ofreció un concierto de cantes y bailes, con un programa diferente en cada una de las sesiones.

En la de las siete de la tarde, con un quinteto de la Orquesta Bética, la Argentinita interpretó la Danza de la vida breve, Cubana y Seguidillas murcianas; Pilar López, la Danza de la Molinera, de El sombrero de tres picos, y la Danza número 1 de La vida breve; y Antonio Triana, la Farruca de El sombrero de tres picos, obras todas de Manuel de Falla. En la sesión de las diez y media de la noche, la Argentinita interpretó en solitario piezas de Lorca, Navarro, Albéniz, el Padre Soler, Gombao, Chueca y Font, acompañada al piano por Manuel Navarro.

La obra fue muy bien acogida tanto por el público como por la crítica. El enviado especial del Heraldo de Madrid, Miguel Pérez Ferrero, dedicó grandes elogios a la protagonista, y también tuvo buenas palabras para su hermana:

“Así se alzó en su cátedra, que la esperaba, La Argentinita… Venir de dar la vuelta al Mundo triunfalmente. Venir a Cádiz y salir de Cádiz a dar una nueva vuelta; pero con los delirantes aplausos de los suyos haciéndole el son. Eso es lo que La Argentinita […] ha logrado de un golpe en una tarde de cielo azul.
[…] la revelación anunciada en Pilar López, esa otra gran bailarina de primer plano, se ha cumplido” (Heraldo de Madrid, 14-6-1933).

Heraldo de Madrid, 16-6-1933

Heraldo de Madrid, 16-6-1933

De Cádiz a la Villa y Corte

Tras superar con creces la prueba de fuego que suponía debutar en la Tacita de Plata, la compañía se trasladó al Teatro Español de Madrid, donde actuó desde el 15 hasta el 18 de junio con un programa similar y una acogida, igualmente, extraordinaria. El espectáculo resultó muy novedoso, pues en España “‘El amor brujo’ danzado íntegramente desde la primera nota hasta la última, como una inmensa danza llena de variedad y sin dejar su unidad un solo instante, no se había visto nunca” (El Sol, 16-6-1933). La versión primigenia, estrenada por Pastora Imperio en 1915, contenía partes habladas y partes cantadas; y el ballet creado por la Argentina diez años más tarde no llegaría a España hasta 1934.

Llamó profundamente la atención la intervención de la Macarrona, la Malena y la Fernanda (1), con su “arte viejo y sublime como las pinturas de Altamira, rupestre, antidiluviano, hiperestésico. Al lado del cual, el arte de Encarnación López, de Pilar López, es la gracia, la sal fina, el aroma de jazmín, la brisa en la callejuela sevillana, la luna en la esquina”, y si la Argentinita dio buena muestra de su genio creador, “Pilar es el capullo, todo gracia y aroma, que en su papel de Lucía y en la ‘Danza de la molinera’ hizo cosas preciosas” (El Sol, 16-6-1933).

A sus veintiséis años de edad, Pilar López atesoraba ya una brillante trayectoria, en la que había demostrado una extraordinaria versatilidad, lejos de contentarse con ser una mera copia de su hermana, y en ello hacía hincapié María Teresa León:

“Cuando un ‘bailaor’ famoso entró en una casa de gitanos alguien le pidió que bailase para un niño de cinco años. El gitano bailó. El niño quiso imitarle. ‘No; cuando dentro de unos días te acuerdes de lo que yo he bailado lo bailarás tú’. Así pasó con Pilar López. Pilar recoge las lecciones y las canta y las baila en el recuerdo, recreadas, propias, dentro además de su belleza…” (Heraldo de Madrid, 23-6-1933).

Pilar López y Rafael Ortega en El amor b.rujo (Heraldo de Madrid, 23-6-1933)

Pilar López y Rafael Ortega en El amor brujo (Heraldo de Madrid, 23-6-1933)

Tournée por España

Tras su presentación oficial en Madrid, la Compañía de Bailes Españoles de la Argentinita emprendió una gira por provincias. A finales de junio se presentó en el Cinema Goya de Zaragoza y a principios de julio debutó en el Teatro Principal de Valencia, con algunos cambios en el programa, como la sustitución de la suite de El sombrero de tres picos por la revisión orquestal de Manuel de Falla de la obertura de El barbero de Sevilla, de Rossini. El acompañamiento de los bailes y canciones de la segunda parte corrió a cargo del quinteto de la Orquesta Bética y del guitarrista Pepe de Badajoz.

Entre los números más destacados, cabe mencionar ‘Los cuatro muleros’, bailado por Pilar López y Rafael Ortega:

“‘Pilar’ es como su hermana la estilización más complicada de las esencias puras del baile. […] cada temporada baila mejor y es más artista. En ‘Los cuatro muleros’, de García Lorca, y en ‘Sones de Asturias’, de López Navarro, reveló la comprensión y la gracia sutil con que acierta a expresar el fondo de la canción” (La Voz de Aragón, 28-6-1933).

En un artículo titulado “Descubrimiento de Pilar”, el periodista Serafín Adame la definió como “una bailarina de raza, temperamental, absoluta”, incluso más interesante que su famosa hermana:

“Y hay, sobre todo, Pilar. Yo sé bien, Encarna, que usted no se ha de sentir celosa con esta afirmación: Pilar es, hoy en día, más interesante que la misma ‘Argentinita’. ¿Verdad que no se ofrende usted, Encarna?
[…] Lo es y lo sigue siendo [una niña]. Pero, entonces como ahora, su hermana Pilar bailaba de una manera prodigiosa, Encarna. […] los brazos de Pilar están siempre ni muy altos ni muy bajos, ni muy atrás ni demasiado adelante… quiebra la cintura con donaire espontáneo… repiquetea los pies siempre a tiempo, y es toda ella, en todo momento, carne viva escapada de bronce inmortal de Mariano Benlliure.

Es necesario descubrir a Pilar. […] Vedla (sic) esos ‘Cuatro muleros’ […]; admiradla en las ‘chuflas’ de su baile por alegrías y congratulaos cuantos sois amantes del baile español tan clásico y tan moderno” (Crónica Meridional, 30-6-1933).


NOTAS:
(1) Hubo quien aplaudió la resurrección “del auténtico baile gitano en la sucesión -entre faraónica y goyesca- de las ‘alegrías’ finales, incorporadas con milagrosa inspiración lazárica por esas tres glorias viejas” y también de Rafael Ortega, “que fue ovacionado al bailar con Pilar la ‘Farruca’ de Falla y tuvieron que repetirla, y el fino bailador Triana…” (Heraldo de Madrid, 16-6-1933).


Doña Pilar López… o simplemente Pilar (V)

Durante los meses de julio y agosto de 1931, la compañía de comedias de Eulogio Velasco actuó durante una larga temporada en el Teatro Circo de Zaragoza y visitó por unos días el Teatro Olympia de Huesca. Las obras que llevaron a escena son las ya mencionadas Cock-tail de amor, Flores de lujo y Las bellezas del mundo.

En todas ellas mostró Pilar López sus dotes de “bailarina de alta calidad […], lo mismo en su danza criolla, que en el baile español” (La Voz de Aragón, 13-8-1931). Entre sus números más destacados también cabe mencionar el “Tango rivalidad, magistralmente bailado por la Caballé, Pilar y Sacha [Goudine]” en Cock-tail de amor (La Voz de Aragón, 30-7-1931).

Las chicas de la Compañía Velasco preparándose para salir a escena (Crónica, 4-10-1931).

Las chicas de la Compañía Velasco preparándose para salir a escena (Crónica, 4-10-1931).

Durante su estancia en tierras aragonesas, concedió una entrevista que Pablo Cistué de Castro tituló “Pilar, bailarina española”, por ser ésa su gran especialidad:

“[bailarina española] lo es eminentemente, por la traza y el garbo de su cuerpo, por la mirada gitana de sus ojos garzos, por el repertorio de sus bailes y por la ejecución de los mismos.

Mirada de fuego, de ensoñación y picardía, brazos que se trenzan y retuercen como serpientes, brusca transición de escorzos, sobre las inamovibles caderas de ánfora, y pies diminutos que expresan en síntesis estilista toda la melodía del baile. Ésta es Pilar.

También se manifiesta su españolismo neto en su charla rápida e imaginativa y en la constante inquietud y nerviosismo de sus ademanes” (La Voz de Aragón, 2-8-1931).

En sus respuestas, ella reconoció su predilección por los bailes de la tierra, manifestó sentirse a gusto en su nueva faceta de vedette de revista, e incluso realizó alguna confesión de tipo más personal:

“-¿Le gusta la danza clásica y el ballet?
-Sí; pero yo no cultivo sino el baile español, o lo que es lo mismo, el baile de todas las regiones de España.
-¿Figuró siempre en cuadros de varietés?
-Siempre, hasta que en diciembre del año último ingresé en la Compañía de Velasco.
-¿Está usted contenta del cambio de género?
-Sí; porque si bien se mira, el cambio para mí es muy relativo, ya que no he tenido que violentar mi trabajo. Casi todo lo que hago en la revista son bailes apropiados a mi temperamento y a mi educación artística, y hasta en una de aquéllas se ha intercalado un baile mío, de los que antes hacía. Por otra parte, me parece que trabajo menos, lo hago más fácilmente y con menos miedo.

Pilar López (La Tierra, 7-1-1933).

Pilar López (La Tierra, 7-1-1933).

[…]
-Y usted, ¿no está enamorada?
-No. He tenido mis pequeños flirts, pero nada más. No me fío de los hombres. ¡Oye una tantas cosas a las compañeras! Empezaré a enamorarme así que decreten el divorcio.
-Eso se llama prevenir” (Pablo Cistué de Castro, La Voz de Aragón, 2-8-1931).

Nuevo rumbo: regreso a las varietés

A pesar de mostrarse satisfecha con su nueva faceta de vedette de revista, al final del verano Pilar López se desvinculó de la Compañía Velasco y en octubre de 1931 emprendió una gira junto a la bailarina Antoñita Torres, con paradas en Albacete, Murcia, Alicante y Cartagena. Hay quienes alabaron esta decisión, pues “con su arte tiene bastante y […] con su buen gusto” (El Luchador, 20-10-1931).

No en vano se trataba de una artista enormemente versátil, que “con igual facilidad canta unas guajiras que baila un fandanguillo” (Diario de Alicante, 22-10-1931), y “entusiasma a los hombres sin escandalizar a las mujeres” (Cartagena Nueva, 24-10-1931). En los distintos teatros que visitó, “cantó irreprochablemente, matizándolos con su espiritualidad artística, escogidos números regionales y modernos” (Levante Agrario, 20-10-1931), e interpretó bailes a la guitarra acompañada por maestros como el albaceteño Rafael del Valle.

Antoñita Torres (Nuevo Mundo, 8-3-1929).

Antoñita Torres (Nuevo Mundo, 8-3-1929).

Pilar López recibió el año 1932 actuando en el Kursaal Internacional de Sevilla, que ofrecía un amplio programa de flamenco y variedades. Llamaron especialmente la atención, por su novedad, varios números de su repertorio:

“La bellísima artista […] ha introducido una innovación admirable que gusta grandemente a los aficionados a las varietés.
El danzón cubanoManís‘, de la revista cinematográfica ‘Cinópolis’; la ‘Marcha de los Granaderos‘, de ‘El Desfile del Amor’ y el ‘one step‘ de ‘Su noche de bodas’, fueron, entre otros, los números que entusiasmaron al numeroso público que llenaba por completo […] la elegante sala del Kursaal. La reaparición de Pilar en Sevilla puede considerarse como uno de sus mayores éxitos en su vida artística” (El Noticiero Sevillano, 30-12-1931).

Un redactor de El Noticiero Sevillano, que firmaba como Cha-Lao, le dedicó un extenso artículo, en el que ensalzaba todas las características que hacían del suyo un arte perfecto, aunque carente de emoción o jondura:

“El público que frecuenta las salas de baile de Sevilla aplaude estas noches con entusiasmo desmedido a la artista Pilar. ¿Es Pilar una gran artista? […].

Pilar reúne […] todos los elementos físicos para ser una gran bailarina, una formidable bailarina. Porque, además de la gracia física del cuerpo, domina la agilidad de los pies, de la cintura y de los brazos. Y en esto radica precisamente la catástrofe de esta maravillosa mujer: en que tiene todo lo preciso para su arte. Y nada más.

Pilar López

Pilar López

Una danzarina debe conocer mejor que ningún otro mortal la densidad del misterio. Ellas son las interpretadoras de los valores supremos del alma: Odio, muerte, gracia, amor. […] No esperemos esto en Pilar: ella es lo que se ve allí, en el plano de visión, sin honduras ni interrogaciones. Una perfección de línea, una gentil mujer llena de deseo de bailar, pero sin lograr asir la onda sutilísima de la emoción. Las únicas danzas de Pilar que están cerca de la realidad anímica del baile, son las rumbas, porque, claro, son los temas de un alma más simple y elemental. La rumba sólo es el sentido, el deseo de la carne.

A pesar de estas apreciaciones, nosotros aplaudimos siempre a Pilar. Ella está llena de los más encendidos deseos artísticos: observa con cuidado la buena fuente de Antonia Mercé; viste sus bailes con una finura y primor desacostumbrados; y hasta nos sorprende a veces con momentos -la copla de los cuatro muleros– de un rango artístico insuperable. […]
Pero sin misterio, sin hondura” (Cha-Lao, El Noticiero Sevillano, 12-1-1932).

El 20 de enero Pilar López actuó en el Teatro Metropolitano de Madrid, en la fiesta de proclamación de Miss España, compartiendo cartel con la bailaora Lolita Astolfi, el barítono Marcos Redondo y el payaso Ramper; y en el mes de marzo retomó su gira con Antoñita Torres, con quien se presentó en ciudades como Zamora, Lugo o Salamanca. Las dos artistas cosecharon grandes éxitos, tanto en sus actuaciones individuales como en “un número de conjunto muy moderno y bien presentado” (Heraldo de Zamora, 23-3-1932).

Pilar López (El Eco de Valdepeñas, 22-10-1928).

Pilar López (El Eco de Valdepeñas, 22-10-1928).

Asimismo, Pilar, en sus nuevas “creaciones de agradabilísima modernidad”, dio “exquisitas muestras de un amplio temperamento artístico. Destaquemos entre la lista de ‘couplets’ ‘Mosaico cubano‘ y ‘Los cuatro muleros‘, […] que valió […] el aplauso cerrado de la concurrencia” (ibidem).

Con Lecuona y su orquesta cubana

Durante el verano de 1932, se presentó junto al bailarín excéntrico Tito en ciudades como Oviedo, Santander o Castro Urdiales; y en otoño comenzó una nueva etapa artística junto al pianista y compositor cubano Ernesto Lecuona, autor de canciones tan conocidas como ‘Siboney’ o ‘El manisero’.

Después de triunfar durante varios meses en el Teatro Paramount de Los Ángeles y en el Teatro Encanto de La Habana, Lecuona llegó a España en el mes de octubre acompañado por una orquesta de once músicos (1), además de las cantantes Maruja González y Carmen Burguete, el tenor Miguel de Grandy, los bailarines Cristina Pereda, Grecia Dorado y Armando Mario (La Libertad, 12-10-1932).

La agrupación debutó en el Teatro Fígaro de Madrid, donde ofreció un programa compuesto por números tradicionales cubanos y composiciones inspiradas en el folclore de la isla. En el mes de noviembre, con la incorporación de Pilar López, emprendieron una gira por el norte de España, con paradas en Zaragoza, San Sebastián, Burgos, Palencia, Barcelona, Huesca y Soria.

La Orquesta Lecuona a su llegada a Madrid (Heraldo de Madrid, 24-10-1932).

La Orquesta Lecuona a su llegada a Madrid (Heraldo de Madrid, 24-10-1932).

En todos esos lugares mereció grandes elogios el trabajo de la orquesta, que “interpreta con una instrumentación tan acertada, como original, guajiras, danzones y rumbas” (El Diario Palentino, 17-11-1932). Entre todos los componentes del elenco, llamó especialmente la atención “la gran bailarina Pilar, que personifica el ritmo” (El Diluvio, 30-11-1932); “se le aplaudieron mucho todas sus intervenciones que son de corte bien distinto y sin embargo, hechas con un dominio grande” (La Tierra, 8-1-1932).

Esa diferencia de estilo no fue óbice para que los números conjuntos resultaran altamente atractivos:

“Las canciones son dulces, las danzas están bien cuidadas encontrando la música felices intérpretes como Lecuona y Orefiche que lo mismo manejan el saxofón, el violín o el jazz, que el piano, en donde hacen celebradas filigranas interpretando a compositores españoles de primera fila, mientras la canzonetista española ‘Pilar‘ hace sonar sus castañuelas profanando quizá algunos trozos musicales pero mostrando a cada momento sus buenas facultades para la canción y la danza” (Diario de Burgos, 16-11-1932).

La prensa destacó las “excelentes cualidades coreográficas” de la artista, que “a todas las danzas españolas les da un estilo personal, y a las canciones la gracia de un arte sutil y españolísimo. En todas ellas fue muy ovacionada, así como los profesores que la acompañaban en dos pianos” (La Voz de Aragón, 5-11-1932). La noche de su despedida de Zaragoza, se ofreció como novedad “el número de los nardos de ‘Las leandras‘, cantado y bailado superiormente por Pilar” (La Voz de Aragón, 8-11-1932).


NOTA:
(1) La orquesta estaba “integrada por los profesores Agustín y Gerardo Bruguera, Guillermo Henández, Enrique López Rivero, Tomás Ríos, Antonio Vázquez, Joaquín del Río, Eduardo Barrenechea, Jorge Domínguez, Armando Orefiche y Daniel González” (La Voz de Aragón, 5-11-1932).
Fue en esa época cuando Pilar López conoció a Tomás Ríos, que más tarde se convirtió en su marido.


Doña Pilar López… o simplemente Pilar (IV)

Cuando el año 1930 tocaba a su fin, Pilar López emprendió una nueva aventura artística, como vedette de la compañía de revistas de Eulogio Velasco. Así lo anunciaba la prensa:

“PILAR ABANDONA LAS VARIEDADES
Pilar López, la hermana menor de la ‘Argentinita’, ha decidido abandonar las variedades y dedicarse de lleno a la revista, para lo cual tiene aceptado un contrato de ingreso en la Compañía Velasco” (Gran Sport, 9-12-1930).

Pilar Lopez (Mundo Gráfico, 14-1-1931).

Pilar Lopez (Mundo Gráfico, 14-1-1931).

En aquel momento el elenco de la troupe estaba compuesto por más de una veintena de actores y actrices -entre ellos, Carmen Andrés, Raquel Albéniz, María Caballé, Angelita Durán, Arturo Castro y José Moncayo-, una pareja de bailes españoles –Antonio de Bilbao y Julia Verdiales-, tres primeras bailarinas -Juanita Oya, Julita Bilbao y Elena Escrivá-, una pareja de bailes clásicos –Sacha Goudine y Paquita Garrido-, una bailarina excéntrica –Miss Dolly-, una jazz-band dirigida por Rafael Arroyo y treinta segundas tiples.

Contaba además con un director artístico –Eulogio Velasco-, un director de escena -Jesús Navarro- y dos maestros directores y concertadores -Julián Benlloch y Enrique Navarro- (Diario de Burgos, 17-11-1930). Además de Pilar López, en los meses siguientes se fueron incorporando artistas como las bailarinas Pyl y Myl o la canzonetista Cándida Suárez.

Eulogio Velasco junto a las girls, tramoyistas y algunas figuras de su compañía (Crónica, 18-1-1931).

Eulogio Velasco junto a las girls, tramoyistas y algunas figuras de su compañía (Crónica, 18-1-1931).

En la ciudad del Turia

El 28 de noviembre Pilar debutó en el Teatro Apolo de Valencia con la Compañía Velasco, que llevó a escena la revista Las bellezas del mundo, con libreto de Antonio Paso y Tomás Borrás, y música de Soutullo y Vert. La obra gustó mucho, por su variedad y colorido:

“A base de simular un concurso de bellezas han compuesto los autores 16 cuadros, presentados con fastuosidad en decorado y vestuario […], donde se evocan con ingenio y propiedad tipos, países, costumbres y bailes, un conjunto cosmopolita, en que la mejor parte se la lleva lo nuestro, lo español, pues si la partitura se mantiene equilibrada, en punto a tipismo, alegría y bellezas melódicas, los libretistas consiguen afirmar su personalidad y características como ‘La señorita Miau’, ‘El Sacro Monte‘ y el cabaretEl Molan Ble‘. Éste fue, sin duda, el mejor acierto, subrayado por el público con estrepitosos aplausos.

La música […] fue celebradísima, particularmente un chotis […], el mosaico de bailes y cantos cubanos, el charlestón, el pasodoble de ‘Laschevaliers’, el número de las campesinas y los bailes orientales, la bacanal y otros” (El Pueblo, 2-12-1930).

El público tributó “calurosas ovaciones […] a la bailarina y cantante Pilar” (ibidem), que obtuvo un “éxito escandaloso” (Heraldo de Madrid, 3-12-1930).

La vedette y bailarina Pilar (Crónica, 18-1-1931).

La vedette y bailarina Pilar (Crónica, 18-1-1931).

Durante las seis semanas que la Compañía Velasco permaneció en Valencia, el programa se fue renovando, con el estreno de diferentes obras. El 12 de diciembre se llevó a escena la revista ¡Adelante, señores, pasen ustedes!, con libreto de Pérez Fernández y Muñoz Seca, y música de los maestros Roig y Rosillo; y una semana más tarde llegó el turno de Las aventuras de Jorge Sand, “revista-narración, para niños y mayores sin malicia” (Las Provincias, 22-11-1931) con texto de Luis Fernández de Sevilla y Anselmo C. Carreño y música de Soriano y Benlloch. Para la ocasión se estrenaron originales decorados de Burmann y elegante vestuario confeccionado por la casa García Estelles de Madrid según figurines de Rafael Arroyo y Narciso Díaz.

El 29 de diciembre representaron la zarzuela La Cursilona, de Muñoz Seca y Pérez Fernández con música de Fuentes y Navarro; y el sainete El Niño me retira, de los hermanos Ávarez Quintero, con música del maestro Calleja. Por último, el 2 de enero de 1931 escenificaron Morena y sevillana, un “conflicto cómico-lírico-conyugal, mitad sainete, mitad revista”, de Paso y Borrás, con música del maestro Luna (Las Provincias, 2-1-1931).

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Pilar López con un atuendo no muy flamenco (Edén Concert Royal Artistic Agency, Institut del Teatre).

Una de las últimas noches de actuación de la compañía en Apolo, durante la representación de Las bellezas del mundo, el público se llevó una agradable sorpresa:

“En el momento en que comenzaba el cuadro del ‘cabaret‘ se presentó en escena inopinadamente ‘La Argentinita‘, que habiendo llegado al teatro, no quiso esperar a que cayera el telón para saludar a sus amigos y compañeros María Caballé, Moncayo y demás. Ocupó una de las mesitas como si fuera una de las vicetiples que formaban parte del conjunto del cuadro, pero parte del público la reconoció y le tributó una cariñosa ovación, que repitió cuando la hermana de la Argentinita, y popular bailarina Pilar, hizo su número” (Las Provincias, 2-1-1931).

En la Villa y Corte

Tras despedirse del público valenciano, el 9 de enero la Compañía Velasco debutó en el Teatro Reina Victoria de Madrid con la revista Las bellezas del mundo, que siguió cosechando éxitos. La crítica elogió la labor de Pilar, que fue una de las figuras más destacadas de la noche:

“… la bellísima estrella de varietés, se ha revelado como vedette de revista de condiciones excepcionales. Su elegante figura, su fino arte coreográfico, y una voz de timbre grato y agradable, le proporcionaron un triunfo muy merecido, que ha de acrecentar cada día hasta conquistar el puesto de honor que de derecho le corresponde” (Heraldo de Madrid, 9-1-1931).

María Caballé, Margarita Carvajal y Angelita Durán en la revista "Cock-tail de amor" (La Nación, 28-1-1931).

María Caballé, Margarita Carvajal y Angelita Durán en la revista Cock-tail de amor (La Nación, 28-1-1931).

El 28 de enero se estrenó Cock-tail de amor, con libreto de Fernández Sevilla, y música de Benlloch y Soriano. En realidad no se trataba de una nueva revista, sino de una versión reformada de Las aventuras de Jorge Sand. A pesar de la simplicidad de la historia, “de ingenuo corte, sencilla y rectilínea, sin literatura y sin complicaciones”, y del “verdor tan subido” de algunos chistes (La Época, 28-1-1931), la obra tuvo una buena recepción, por la espectacularidad de la puesta en escena, con fastuoso decorado de Burmann y “rica profusión de telas y plumas” (La Nación, 28-1-1931), y por lo pegadizo de la música:

“… las combinaciones de luz y los maravillosos desfiles eran alegría constante de los ojos, una música oportuna y agradable había de ofrecer el necesario complemento, música en la que, junto a la graciosa inspiración de los números ligeros, no faltaban instantes de cierto empeño, como el del mercado oriental y el de la danza del fuego, que produjeron, naturalmente, la mejor impresión” (ibidem).

Entre otros artistas, llamó especialmente la atención “Pilar, con su arte personalísimo, exclusivo y elegante” (La Voz, 27-1-1931), con su “gracia rítmica” (El Sol, 28-1-1931), que junto a Sacha Goudine dio “extraordinario relieve al aspecto coreográfico” (La Nación, 28-1-1931). De hecho, suyos fueron algunos de los números que tuvieron que ser bisados a petición del público:

“La partitura, copiosa, inspirada y jugosa, es pródiga en números de público. Se repitieron el número de las frutas, cantado por la Carvajal; el ‘joropo’, danza americana, bailada por Pilar; el ‘Yes-yes’, encomendado a la Carvajal; un bailable de Pilar y Sacha; las Irlandesas, delicada canción, donde María Caballé obtiene un éxito personal; ‘Claveles de España’, bailado por Pilar, y un dueto cómico de graciosa factura, donde están saladísimos Carmen Andrés y Pepe Moncayo” (Heraldo de Madrid, 28-1-1931).

Imagen de la revista Flores de lujo (Heraldo de Madrid, 20-3-1931).

Imagen de la revista Flores de lujo (Heraldo de Madrid, 20-3-1931).

El siguiente estreno de la compañía, ya en el mes de marzo, fue Flores de lujo, una comedia musical de José Juan Cadenas con partitura de José Forns, que supo atraer tanto al público femenino, por su lujosa presentación -con vestuario de Max Weldy, y decorados de Morale y Asensi-, como al masculino, por lo exiguo de los trajes:

“Puede irse a la revista sólo para ver la enorme cantidad de preciosos trajes, medios trajes, cuartos de trajes, que lucen las muy abundosas y bellas muchachitas del Reina Victoria; para ver algunos de los trucos escenográficos, como el del gran muñeco, verdaderamente de gran bulto espectacular, o el ballet de La mujer y el diablo.

Esto ya se aproxima, o casi coincide con la idea que tengo de la revista: lujo, fausto, bellas telas, lo más translúcidas, someras y brillantes posible, sobre, o al lado, o enfrente de satinadas y ebúrneas carnes femeninas. De todo ello hay en Flores de lujo” (La Voz, 20-3-1931).

Por la costa mediterránea

En el mes de abril, la compañía actuó unos días en el Teatro de la Zarzuela de Madrid. Después regresó al Apolo de Valencia, y pasó por Castellón y Alicante, en cuyo Teatro Principal llevó a escena, entre otras, la revista Adelante, señores: ¡pasen ustedes!, que fue muy criticada por su contenido erótico: “Ni gracia en el diálogo, ni originalidad ni decencia, ni lo que hay que tener. En la sicalipsis, aunque Muñoz Seca crea otra cosa, también puede haber decencia, pero para eso hace falta un buen gusto que, desgraciadamente, anda escaso” (El Luchador, 29-5-1931).

Pilar López (Muchas Gracias, 17-1-1931).

Pilar López (Muchas Gracias, 17-1-1931).

Sin embargo, diferentes cronistas coincidieron en destacar los bailes de Pilar López como los números más sobresalientes de la obra:

“Rosillo, nuestro compositor, con Roig ha compuesto una partitura graciosa de la que destacan la bulería y un charlestón, muy bien bailado por Pilar y Sacha Gudine…” (ibidem).

“… destacan los números de ‘La bulería’ y el foxUltra Canela’, dando ocasión a que María Caballé, las Carvajal, Durán y ‘Pilar’ capitaneando a las disciplinadas girls de Velasco en unas graciosas evoluciones nos recrearan con su arte y sus morbideces” (Diario de Alicante, 29-5-1931).

A principios de junio la Compañía Velasco debutó en el Teatro Cómico de Barcelona, donde permaneció casi dos meses, en los que llevó a escena con gran éxito las obras Flores de lujo, ¡Adelante, señores, pasen ustedes!, Cock-tail de amor, Las bellezas del mundo y Morena y sevillana. El 24 de julio se celebró una función de honor a beneficio de la vedette y bailarina Pilar.


Doña Pilar López… o simplemente Pilar (III)

Durante el otoño de 1925 Pilar López visitó, junto a la Argentinita, distintas ciudades españolas como Vitoria, Alicante o Murcia. Las acompañaban un pianista y un guitarrista, e incluso llevaban a su propio director de orquesta. Durante su actuación en el Central Cinema de Alicante, con un caché de 2.000 pesetas entre las dos, ofrecieron un repertorio variado, del que merece la pena reseñar el dueto “El caimán” (El Luchador, 21-11-1925).

Pilar brilló como cupletista y también en su interpretación de otros números mucho más internacionales:

“La estrella tiene ahora su satélite, que es su hermanita Pilar, notable artista, bella mujer. En todo su repertorio se destaca notablemente, sobre todo, en ese número exótico, fino y gracioso titulado We have bannanas to day (hoy tenemos bananas). Para ella fueron las primeras ovaciones. Vaya una telonera de postín en todo.
Hoy nos estrenará Pilar un precioso cuplé de Luis de Tapia titulado ‘De largo’.
El éxito, como presagiábamos, ha sido definitivo” (El Luchador, 20-11-1925).

Pilar López (La Esfera, 3-4-1926)

Pilar López (La Esfera, 3-4-1926)

La prensa murciana resaltó la “moralidad y buen gusto” de las dos hermanas. Asimisimo, reconoció la notable transformación experimentada por Pilar, que “en el lapso de tiempo que ha transcurrido desde que estuvo aquí ha aprendido y progresado mucho, muchísimo, tanto que hoy es una artista acabada, hecha, que canta, dice y está en la escena con la seguridad y el aplomo de las consagradas” (La Verdad, 29-11-1925). En una entrevista concedida días más tarde a Agustín Iniesta, la Argentinita también se mostraba muy contenta por los avances de su hermana: “Hace tres años que debutó y tanto ella como el público y yo estamos mutuamente satisfechos” (La Verdad, 2-12-1925).

Estrella de varietés

Durante los años siguientes, Pilar López siguió cosechando triunfos en los teatros de variedades de toda España, en los que compartió cartel con bailaoras de la categoría de Custodia Romero o Carmen Vargas, y con artistas de otras muchas disciplinas. La prensa la calificaba de estrella y seguía destacando su arte, su simpatía, su elegancia, su lujosa presentación, su gusto exquisito, su armoniosa voz y, sobre todo, sus excelentes dotes para el baile.

En febrero de 1927 obtuvo en el Teatro Romea de Madrid “un éxito tan grande como merecido. […] Entre las «estrellas» jóvenes, esta artista sobresale con vigoroso relieve propio” (Nuevo Mundo, 4-2-1927). Uno de los mayores elogios se lo dedicó Juan Ferragut al compararla con su excelsa hermana: “Pilar, bailarina y cancionista, es como un reflejo de la Argentinita, si atenuado en cuanto al dinamismo, al nervio y a la gracia creadora, resplandeciente en el equilibrio dichoso de la juventud y la belleza” (Muchas Gracias, 11-2-1927).

Pilar López (La Esfera, 3-4-1926)

Pilar López (La Esfera, 3-4-1926)

Unos meses más tarde, a su paso por el Teatro Ruzafa de Valencia y el Cine Ideal de Alicante, siguió cosechando triunfos y alabanzas:

“Con las flores del arte y la belleza que son sus danzas y sus cuplés, ella perfumó el escenario y llenó de emoción todos los corazones… Tiene Pilar la gracia españolísima de la Argentinita, la elegancia divina de las bailarinas griegas, la sugestión picante y desfalleciente de Andalucía… Pronto Pilar Argentinita será única…” (La Correspondencia de Valencia, 9-6-1927).

“Hoy, Pilar […] puede ir sola, se basta para llenar un programa. Es una canzonetista mejor que muchas que son más que eso y pasan por estrellas. Es, además una superior bailarina, una estrella coreográfica verdad” (El Luchador, 18-7-1927).

En una entrevista concedida en esos días a Mario Arnold -que él tituló “Pilar, la bailarina de los ojos brujos”-, contó varias anécdotas y desveló algunos de sus gustos: la literatura de Palacio Valdés y Blasco Ibáñez, las películas de Lon Chaney, la música clásica de Beethoven, las obras teatrales de Benavente y los hermanos Quintero… (La Correspondencia de Valencia, 9-7-1927).

Y Pilar siguió afianzando su puesto entre las grandes, con su arte depurado y su dominio de las tablas (Levante Agrario, 29-10-1927), dejando patente que poseía “todas las condiciones y la categoría de Encarnación López” pero con “otro atractivo, el de la ingenuidad de unos doce años, aunque tiene veinte” (Diari de Granollers, 1-2-1928).

Pilar López (La Esfera, 21-1-1927)

Pilar López (La Esfera, 21-1-1927)

En su afán por seguir aprendiendo e innovando, hacía gala de una gran versatilidad. Lo mismo se la podía ver bailando un charlestón y un vertiginoso vals en el Teatro Maravillas de Madrid (La Libertad, 11-9-1927), que mostraba su lado más flamenco en el Principal Palace de Barcelona, acompañada a la guitarra por el profesor Antonio Álvarez (El Diluvio, 8-2-1928).

Primera vedette de ‘Cosmópolis’

En el verano de 1929, Pilar López entró a formar parte, como vedette principal, de la Compañía Hispano Americana de Blancos y Negros “Cosmópolis”, compuesta por un amplio elenco de artistas internacionales: el bailarín negro Paul Rood, las bailarinas Sotto Sisters (bailes modernos) y Hermanas Pipiolas (bailes españoles), el trovador americano Ziur, el humorista y transformista Rafael Arcos, la orquesta de blancos y negros Crombet Deswal Jazz y el quinteto cubano Kabedda Pictures.

En el mes de agosto comenzaron una gira por España que los llevó a recorrer numerosas ciudades, como Barcelona, Bilbao, San Sebastián, Vitoria, Oviedo, Burgos, Zamora, Salamanca, Zaragoza, Lérida, Huesca, Cáceres, Badajoz, Córdoba, Écija y Sevilla, para culminar en el mes de diciembre en el Teatro de la Zarzuela de Madrid.

Pilar López (Correo Extremeño, 29-11-1929)

Pilar López (Correo Extremeño, 29-11-1929)

La “indiscutible ‘estrella’” (Heraldo Madrid, 29-8-1929) del espectáculo no era otra que Pilar, que “sale a escena y ya tiene medio éxito conquistado, con su belleza y simpatía. Luego, a medida que interpreta su programa, se adueña de la sala, especialmente en los bailes que marcan su sello personalísimo” (La Voz de Asturias, 15-9-1929). De hecho, una de sus grandes virtudes, según la crítica, es “su buen gusto en toda clase de bailes, especialmente en alguno de pura esencia cañí a pesar de su técnica modernísima” (La Voz de Aragón, 8-11-1929).

Mas su repertorio coreográfico, además de esos “bailes a la guitarra” (El Noticiero Sevillano, 21-12-1929), también abarcaba otros géneros. Junto al resto de sus compañeros, Pilar intervenía en distintos números de conjunto, con música cubana o de jazz:

“La orquesta White and Black’s es sencillamente notable por sus raros instrumentos y por la agradable y estruendosa (valga la paradoja) música de blancos y negros que hoy priva en Europa. Ejecutaron diversos números, algunos de los cuales fueron bailados por las ‘girl’s‘, Pilar, Deswal y el exótico Morit’z, que es un bailarín formidable.

En la primera parte se presentó un número de conjunto de ambiente típicamente cubano, en el que intervino toda la Compañía y finalizó el espectáculo con otro conjunto, la popular canción ‘Constantinopla’, dirigida humorísticamente por Rafael Arcos y bailada en el mismo sentido por todos los artistas, correspondiendo al baile típico de cada país” (Diario de Córdoba, 6-12-1929).

Además de una prodigiosa bailarina, Pilar López era una excelente cancionista que “dice y canta con exquisito arte y afinación” canciones cubanas y de jazz, acompañándose al piano como “una consumada maestra (Diario de Córdoba, 6-12-1929), o forma parte de un ‘jazz’ como pianista (La Voz de Aragón, 8-11-1929).

Pilar López (Las Provincias, 2-6-1929)

Pilar López (Las Provincias, 2-6-1929)

Por méritos propios, había conseguido alcanzar un puesto de honor en el olimpo de las variedades, en un momento en que, según Álvaro Retana (1), éstas se encuentran en decadencia, debido en parte a la desaparición de las grandes figuras de antaño -por edad, por matrimonio o por encontrarse de gira en el extranjero-, y a las excesivas exigencias económicas de las figuras emergentes, que hacían que el género ya no resultase rentable para muchos empresarios:

Pilar para nada necesita que se le anuncie en programas y carteles como hermana de la Argentinita, pues nada tiene que envidiarle a ella, ha llegado a la cumbre de este arte difícil de las variedades, hoy tan decaído, para brillar con luz propia como una ‘estrella‘ de primera magnitud” (Diario de Córdoba, 6-12-1929).

“… Pilar. Siempre guapa, siempre artista, su exquisita sensibilidad ha conseguido una adaptación del género moderno de varietés, tan discreta, tan selecta, que ha sabido deslindar cuanto en él existe de arte de aquella otra parte que pudiera rozar los linderos de la modernidad” (La Voz, 7-12-1929).

La agrupación Cosmópolis recibió el año 1930 actuando en el Teatro de la Zarzuela de Madrid, con la intervención de la Argentinita como artista invitada. “Las dos hermanas se unieron en un último número final para bailar unas sevillanas muy aplaudidas” (La Voz, 7-1-1930). A finales de marzo la prensa anunció una nueva gira de la compañía por Portugal y norte de España, aunque sólo hemos logrado documentar su actuación en el Splendid-Casino de Argel (L’Écho d’Argel ,25-4-1930).

Encarnación López, La Argentinita

Encarnación López, La Argentinita

Durante los meses de verano, ya desligada de la troupe Cosmópolis, Pilar se presentó en distintos teatros madrileños, como Romea y Chueca, y también en Santander y Soria, junto a un nuevo elenco de variedades en el que destacaba la presencia de la polifacética Luisita Esteso, la bailarina negra Miss Topsy y el bailarín exótico Moritz, entre otras atracciones. El espectáculo que ofrecieron en el Casino del Sardinero “gustó mucho, sobre todo ella, que hizo una enormidad de cosas variadas para satisfacer al público, que no se cansaba de aplaudirla (sic)” (El Cantábrico, 11-9-1930).


NOTAS:
(1) “El género de las variedades, tan pujante a principios de siglo, entró en decadencia a mediados de los años veinte, debido en parte al agotamiento de las estrellas -unas dejaban los escenarios por edad, por matrimonio o por otros motivos; y otras se encontraban de gira por el extranjero-, por lo que sólo quedaban ‘cuatro o cinco estrellas sobresalientes que no eran suficientes en cantidad para realizar largas temporadas de arte frívolo.
Y las que surgían, dicho sea sin ánimo de molestar a ninguna, no llenaban en cantidad, ni en calidad, los huecos de las diosas mayores del género’” (Álvaro Retana, “El arte frívolo en España”, Ahora, 24-11-1935).

“El prestigio del arte frívolo radicaba en la baratura del acceso a los templos y en la frescura y juventud de las sacerdotisas. […]
Pero, cuando estas buenas chicas mimadas por el éxito empezaron a ajamonarse y a subir sus sueldos, y los empresarios para poder contratarlas se vieron precisados a elevar el precio de las localidades, sobrevino un descontento general que hizo imposible el negocio para todos” (Álvaro Retana, La Unión Ilustrada, 24-6-1923).


Doña Pilar López… o simplemente Pilar (II)

Aunque desde los ocho años frecuentó los escenarios de la mano de su hermana Encarnación, fue a los catorce cuando Pilar López decidió dedicarse al arte de manera profesional, compaginando esta actividad con su formación académica. Así lo contaba la propia artista a Florencia Ortiz para el diario Lanza décadas más tarde:

“A los 14 años yo no sé qué sentí en mí. Llamé a mi hermana y la (sic) expuse claramente mi deseo de dedicarme a la danza. Me escuchó como una madrecita y no se opuso. Que era mi temor. Claro que accedió a ello, con la condición de que yo por los inviernos me reintegrase al colegio y a mis estudios” (Lanza, 7-7-1956).

Pilar López (Taraí, 25-10-1930)

Pilar López (Tararí, 25-10-1930)

En octubre de 1921, Pilarcita se anunció en el Teatro Romea de Madrid, en cuyo programa de variedades destacaba la presencia de las cancionistas Pilar Osiris y Ofelia de Aragón, y de la gran Antonia Mercé, la Argentina. Aunque en esta ocasión no la acompañaba Encarna, su parentesco ya era suficiente tarjeta de presentación:

“… Había un primeur, una novedad: Pilarcita López, una graciosa artista llena de promesas […]. La nueva bailarina es hermana de la Argentinita, y sigue con mucha gracia sus huellas. Tiene una linda figura, y un arte fogoso y juvenil, en que hay ya mucha seguridad” (La Época, 18-10-1921).

En el mes de diciembre actuó en una fiesta a beneficio de la Cruz Roja organizada por la embajadora de Inglaterra, Lady Isabella Howard, en el Hotel Palace, a la que asistieron la reina Victoria Eugenia y la infanta Isabel. Tanto la cancionista Luisa Vila como Pilarcita López, “oyeron muchos aplausos y fueron obsequiadas con preciosos ramos de flores” (El Imparcial, 18-12-1921).

Durante el verano de 1922, una vez concluido el curso escolar, acompañó a la Argentinita en algunas de sus actuaciones. Juntas se presentaron en ciudades como Bilbao, San Sebastián, Avilés o Logroño; y pasaron las fiestas navideñas actuando con gran éxito en el Salón Imperial de Sevilla.

Encarnación López, la Argentinita (Institut del Teatre).

Encarnación López, la Argentinita (Institut del Teatre).

Durante los meses de enero y febrero de 1923 se las pudo ver en el Teatro Cervantes de Granada, en el Eslava de Jerez y en el Principal de Sanlúcar de Barrameda. Las crónicas granadinas dedicaron grandes elogios a Pilar, que demostró estar a la altura de su maestra, por la perfección con que ejecutó sus bailes y dijo sus cuplés, por el lujo de su presentación… “Aquí sí se puede decir con razón aquello de ‘dichoso aquél que a los suyos se parece'” (El Noticiero Granadino, 20-1-1923).

Volar en solitario

Tras la gira andaluza, las dos hermanas separaron sus caminos y Pilar empezó a anunciarse sólo con su nombre de pila, tal vez en un intento de hacer valer sus propios méritos. Mas ambas cosas no eran incompatibles, y la prensa destacó sus virtudes, sin dejar de mencionar su vínculo con Encarnación.

En marzo triunfó en el Teatro Maravillas de Madrid, donde compartió cartel con artistas como María Tubáu, Consuelito Hidalgo o Luisa Vila, y de allí pasó al Teatro-Casino de Guadalajara. La crítica le auguraba “grandes triunfos, pues tiene verdadero temperamento de artista. No puede ocultar que es hermana de la inimitable Argentinita” (Eco Artístico, 31-3-1923).

En el mes de julio actuó en el Ideal Rosales de Madrid, y cantó y bailó con mucho arte y gracia en una comida celebrada en la Embajada de Francia, a la que asistieron los reyes. En agosto conquistó al público del Salón Toreno de Oviedo, que admiró especialmente sus números de baile, y en septiembre alternó con la cancionista y cantaora Emilia Benito en el Circo Price.

Emilia Benito (Antonio Esplugas, Arxiu Nacional de Catalunya).

Emilia Benito (Antonio Esplugas, Arxiu Nacional de Catalunya).

En noviembre regresó al Teatro Maravillas, compartiendo cartel con la cantante Cándida Suárez y la bailarina Isabelita Ruiz. A sus dieciséis años, Pilar se presentaba “más hecha, más perfecta, más artista“, y ocupaba ya “un puesto preeminente en su arte vario y elegante” (La Acción, 3-11-1923), como demostró unas semanas más tarde en el Teatro Moderno de Salamanca.

Allí se anunció junto a la cancionista Pepita Lláser y la bailaora Lolita Astolfi, y deleitó al auditorio con su variado repertorio de danzas y canciones. “El cuplé frívolo, alegre, y el baile en todas sus formas, tienen en Pilarcita López la más genial intérprete” (El Adelanto, 27-11-1923).

El programa estaba compuesto por las actuaciones individuales de cada una de las artistas y concluía con un número de conjunto. En la primera parte, “Pilarcita López [cantó] La rubia de Maxim, Pekín Park, Robe Pierre y un chotis en el que, dicho sea de paso, lució un mantón de Manila riquísimo” (El Adelanto, 28-11-1923).

El número final, titulado ¡Tóo gitano!, consistía en una fiesta flamenca. El escenario se convirtió en “un patio andaluz, con luces, farolillos, tocaores, cañas de manzanilla, mujeres bonitas, bailaoras y cantaoras de flamenco” (El Adelanto, 28-11-1923). Con las sonantas de Ángel Salinero, Eleuterio Rodríguez, Domingo Hernández y Félix Alejo, Pepita Lláser cantó unas sevillanas para que bailaran sus compañeras. Después, “Pilarcita López fue la bellísima gitana que con su Farruca, bailada maravillosamente, obtuvo un triunfo ruidoso y unos aplausos admirativos y entusiastas. ¡Muy bien, magníficamente bien bailada, Pilarcita!” (El Adelanto, 28-11-1923).

Lolita Astolfi (Fundación Juan March)

Lolita Astolfi (Fundación Juan March)

En marzo de 1924, Pilar obtuvo un sonado triunfo en el Teatro Guerrero Mendoza de la localidad murciana de Abarán. El cronista del diario El Tiempo la calificó de artista “prodigiosa“, de “exquisitez depurada“, y vio en ella otras muchas virtudes:

“… el encanto de su garganta de cristal, […] su dicción maravillosa, […] la expresión acabada de sus gestos, […] la aristocracia de sus movimientos, […] ‘ese algo‘, en fin, oculto y misterioso que sólo ella posee, como un don por el cielo concedido que la eleva, en carroza de triunfo a las más altas cumbres del arte. […] Algo encierra su persona que encanta y que fascina, algo que produce inacabable borrachera de placer” (El Tiempo, 12-3-1924).

Bailarina, cantante, pianista…

Tras actuar en el Teatro Rey Alfonso y en el Maravillas de Madrid, en el mes de mayo regresó a Murcia -en esta ocasión, al Teatro Ortiz de la capital-, como directora de una compañía de variedades internacionales en la que destacaba la bailarina Vera Wratislava. Llevaba un espléndido decorado y lujoso vestuario; y, como se esperaba, demostró ser “una bailarina excelente; tiene agilidad y sabe unir a los compases de la orquesta los movimientos rítmicos de su cuerpo gentilísimo” (El Tiempo, 24-5-1924).

Aunque gustó mucho como cancionista, por su “agradable y melodiosa voz” (El Tiempo, 24-5-1924) y por el sentimiento que puso en sus canciones, tanto el público como la crítica disfrutaron más viéndola danzar. Varios periodistas le dieron un mismo consejo: dejar de anunciarse como hermana de la Argentinita, pues “Pilar López es un ‘astro’ con luz propia, que no necesita ese título para arrancar el elogio y el aplauso” (El Liberal de Murcia, 25-5-1924).

Encarnación López, la Argentinita (Institut del Teatre)

Encarnación López, la Argentinita (Institut del Teatre)

De hecho, cuando volvieron a compartir escenario, en el mes de julio, en el Teatro Pereda de Santander, “Pilar no deslució junto a su hermana” (El Cantábrico, 29-7-1924), pues “lleva ya la ‘marca de fábrica‘ en sus bailes y canciones” (La Atalaya, 31-7-1924). Unas semanas más tarde, en una función aristocrática celebrada en La Granja, mostró una nueva faceta, la de pianista, acompañando a los bailes de la Argentinta (La Libertad, 10-9-1924).

Progresa adecuadamente

A su regreso al Teatro Maravillas de Madrid, en el mes de septiembre, eran evidentes sus progresos:

Pilar, la hermanita de Argentinita, avanza a paso firme a colocarse ‘casi’ a nivel de su excepcional hermana. Tiene una bonita voz, frasea mucho mejor que la temporada anterior, viste muy bien y, sobre todo, es una formidable bailarina. Además, tiene juventud, belleza y simpatía. ¿Se puede pedir más?” (La Libertad, 19-9-1924).

Pilar López (La Esfera, 3-4-1926)

Pilar López (La Esfera, 3-4-1926)

En enero de 1925, tras volver a encandilar al público murciano, debutó en el Teatro Romea de Madrid en sustitución de Encarna. Ante el gran parecido con esta última, la prensa le recomendó buscar la diferenciación, puesto que sus extraordinarias cualidades le auguraban un prometedor futuro:

Pilar tiene, por encima de todo, una admiración rayana en idolatría por Encarnita […]. Realmente, como la Naturaleza les ha dotado de una voz muy parecida, hay canciones que, si cerramos los ojos, creeríamos oír a la Argentinita. Por esta razón aconsejaremos a la bella y simpática Pilarín que huya del repertorio de su hermana.

Canta con una gran afinación, tiene voz bastante extensa, simpatía personal y viste con mucho gusto, y, siguiendo la escuela de la familia, baila como se debe bailar, con la severidad del rito, con el dominio de una consumada bailarina y consciente de su arte” (La Libertad, 22-1-1925).

“… es una de nuestras artistas jóvenes […] que están mejor en escena y de las que podemos esperar mucho. Cada vez que la vemos actuar, encontramos en ella algo que no vimos en su actuación anterior, un nuevo detalle de artista ‘cara’ que nos hace concebir risueñas y halagadoras esperanzas.

PILAR es hoy por hoy, una excelente artista, pero muy pronto ha de ser de las primeras” (La Unión Ilustrada, 1-2-1925).

En el mes de abril falleció su madre y en mayo se presentó junto a la cupletista Paquita Garzón en el Salón Novedades de Palencia, con un repertorio que “comprende tanto las danzas clásicas y evocadoras como esas otras bailables, cuyo ritmo conjuntado con los motivos melódicos de la música, hace de ellos una parte integrante de la partitura, que la cumplimenta y le da más vida y expresión” (El Diario Palentino, 15-5-1925).