Flamencas por derecho

Mujeres que han dejado su impronta en la historia del flamenco

Flamencas por derecho - Mujeres que han dejado su impronta en la historia del flamenco

Lolita Astolfi, cuando el baile se convierte en sentimiento (III)

Tras “confirmar su categoría de primera bailarina” (La Acción, 15-7-1922) en el Olympia de París, Lolita Astolfi pasó el mes de julio de 1922 actuando en distintos teatros madrileños, como el Ideal Rosales o el de la Latina. En el primero estrenó con gran éxito la fantasía bailable “Al volver a España”, compuesta en exclusiva para ella por el maestro Ángel Ortiz de Villajos. Las crónicas destacaron “su gracilidad y valentía en el ritmo que atrae la atención del espectador” (La Unión Ilustrada, 30-7-1922).

Lolita Astolfi (La Semana Gráfica, 11-11-1922)

Lolita Astolfi (La Semana Gráfica, 11-11-1922)

Nuevo repertorio

En agosto se presentó durante quince días en el Balneario de Cádiz, con repertorio renovado, lujoso decorado propio y exquisito vestuario. La noche de su debut ofreció los siguientes bailes:

“… el ‘fandanguillo‘, que hubo de repetir porque el público no se considera satisfecho con verlo una vez; el número de presentación con lujosísimo traje realzado con la luz del foco potente que se ha instalado para esta actuación; un ‘tango‘, con sobresaliente por unanimidad, a las actitudes y soltura; ‘El alma de Astolfi‘, en que hay que apreciar principalmente el lenguaje de aquellos ojazos negros, brillantes, y por último, la jota, valiente y ligera…” (El Noticiero Gaditano, 11-8-1922).

Al día siguiente añadió el número “Nativa del Faraón”, prodigio de gesto y actitudes” (El Noticiero Gaditano, 12-8-1922). El “Fandanguillo”, que en unas crónicas se apellida “de Almería” y en otras “de Ronda”, fue uno de los bailes más apreciados tanto por el público como por la crítica:

“… ayer presentó de nuevo una linda página musical, El Fandanguillo de Ronda, en el que está para comérsela.
Se trata de una preciosa melodía, instrumentada por un experto, en cuyas notas vibra el alma andaluza, con sus alegrías y sus penas, y la música en algunos pasajes semeja un lamento y en otros es viva y alegre. […]
Lolita hace de este número, como su creadora, lo que quiere.
Tiene un taconeado de unos minutos y unos giros acompasados y difíciles, en los que podemos asegurar que no habrá quien lo supere.
Se aprecia también que ella ha puesto toda su inspiración y talento artístico, al servicio de esta inspirada página musical, y se la contempla absolutamente abstraída en su genial trabajo.
El público prorrumpió en una clamorosa ovación a la terminación del número, obligándola a saludar repetidas veces” (El Noticiero Gaditano, 23-8-1922).

Anuncio de Lolita Astolfi (Eco Artístico, 30-5-1923)

Anuncio de Lolita Astolfi (Eco Artístico, 30-5-1923)

También arrancó muchos olés su interpretación del tango, acompañada a la guitarra por el maestro Antonio Gómez, sobrino de Habichuela. La noche de su despedida, a modo de fin de fiesta improvisado, el escenario se convirtió en un café cantante, en el que no faltaron las sevillanas ni las clásicas cañas de manzanilla. Componían el cuadro Lolita Astolfi, su hermana Reglita, Loli Beltrán y Herminia López, ataviadas con mantones de espuma y acompañadas a la sonanta por el citado tocador (El Noticiero Gaditano, 25-8-1922).

A su regreso a Madrid reapareció en el Ideal Rosales con otra creación exclusiva del maestro Ortiz de Villajos, el cuplé bailado Su Majestad el Fandango”, que “interpretó con su arte y su inspiración inigualados” (La Voz, 28-10-1922). Según su propio testimonio, éste era uno de sus números favoritos: “Mis danzas y bailes son andaluces clásicos. Tengo preferencia por ‘Ese es mi tango‘ y por ‘S. M. el Fandango‘” (La Semana Gráfica, 11-11-1922).

Sumando éxitos, en Madrid y provincias

A sus dieciocho años de edad, Lolita Astolfi era ya una artista imprescindible en la cartelera madrileña. Durante el mes de enero de 1923 fue contratada para hacer el fin de fiesta en el Teatro Lara, que ofrecía un programa de comedias y sainetes, y en marzo se convirtió en la atracción principal del Circo Price, que buscaba así hacer valer su título de “Catedral de las Variedades”: “Esta linda muñeca, verdadera ‘estrella‘ de varietés […] presta a los bailes y danzas que ejecuta, la mayoría netamente españolas, un encanto y un esprit de elegancia, con su linda figura y el encanto de su rostro, no superado por ninguna” (La Correspondencia de España, 14-3-1923).

Lolita Astolfi y Pepita Lláser (La Voz de Castilla, 27-11-1923)

Lolita Astolfi y Pepita Lláser (La Voz de Castilla, 27-11-1923)

Su siguiente compromiso la llevó al Teatro Alfonso XIII de Melilla, donde compartió cartel con artistas como las hermanas Garay o la versátil Pepita Lláser. Allí cosechó “éxitos clamorosos y rotundos” (El Telegrama del Rif, 7-4-1923). “En todos los bailes puso de relieve su arte maravilloso de genial artista, pero especialmente en el titulado ‘Su majestad el fandango‘, del que hizo un asombrosa creación, capaz de ser imitada por ninguna otra artista” (El Telegrama del Rif, 11-4-1923). También fueron muy apreciados los números que interpretó junto a la Lláser: “la danza gitana, en la que se mostró la inmensa artista” (El Telegrama del Rif, 15-4-1923), o la farruca con acompañamiento de guitarra.

A su regreso a Madrid volvió a llenar de admiradores la sala de Romea, donde demostró que seguía siendo “una de las pocas bailarinas delicadas que tenemos y se aparta de la vulgar taconeadora de tablados. Con gracia, sin perder la línea en ningún momento, bailando con ganas, entregándose al público por completo” (La Correspondencia de España, 18-5-1923). Durante el verano repartió su arte por las costas de España, del Casino de San Sebastián al Balneario Victoria de Cádiz, donde mostró una nueva faceta de su arte: “obtuvo un triunfo loco en el cupléEl Sanguango‘ y resonantes ovaciones en todos cuantos bailables interpretó” (El Noticiero Gaditano, 17-8-1923).

Lolita Astolfi (Nuevo Mundo, 12-12-1924)

Lolita Astolfi (Nuevo Mundo, 12-12-1924)

Pepita, Lolita y Pilar

En otoño recaló en el Teatro Moderno de Salamanca, compartiendo cartel y escenario con otras dos grandes figuras del género de variedades: Pilar López y Pepita Lláser. Con su arte exquisito y personalísimo, Lolita, “una de las reinas más unánimemente reconocidas del baile castizo, español, flamenco” (El Adelanto, 27-11-1923), conquistó al auditorio con “sus creaciones Alma de Astolfi, Así es mi tango y La coleta, terminando con un precioso número titulado, ¡Tóo gitano!, que bailó primorosamente, mientras Pepita Llacer lo cantó” (El Adelanto, 28-11-1923).

Tras las actuaciones individuales, el programa terminaba con un número conjunto, denominado “Cuadro flamenco”, que consistía en la recreación de una fiesta andaluza en un patio adornado con farolillos y cañas de manzanilla:

Lolita Astolfi, con ceñido vestido blanco de flecos y ancho sombrero negro, bajo el que brillaban con fuerza inusitada sus negros y grandes ojos, salió bailando al rasguear de las guitarras, un tango, en el que es imposible poner más arte, más sentimiento y más facultades.
Las ovaciones que arrancó Lolita Astolfi fueron delirantes, siendo aclamada repetidas veces.
Pepita Lláser cantó con gran estilo y magnífica voz unas malagueñas y Fandanguillos de Almería, que le valieron muchos aplausos.
Pilarcita López fue la bellísima gitana que con su Farruca, bailada maravillosamente, obtuvo un triunfo ruidoso y unos aplausos admirativos y entusiastas. ¡Muy bien, magníficamente bien bailada, Pilarcita!
A todo esto no faltaba en las escenas ni la copla del tocaor, ni los olés y jaleos propios del caso.
La alegría y animación no decayó un instante, dando así la verdadera sensación de una fiesta andaluza.
Los guitarristas Ángel Salinero, Eleuterio Rodríguez, Domingo Hernández y Félix Alejo, estuvieron muy afortunados, y el espectáculo gustó extraordinariamente” (El Adelanto, 28-11-1923).

Lolita Astolfi (Mundo Gráfico, 17-12-1924)

Lolita Astolfi (Mundo Gráfico, 17-12-1924)

¡Quien no vio Sevilla!

En febrero de 1924 Lolita Astolfi, “la estrella del baile […] que hace de cada danza un poema de bellezas plásticas” (La Correspondencia de España, 5-2-1924), regresó al Teatro Romea de Madrid convertida en una “bailarina y bailaora ya en plena granazón”, que “ha acertado a modernizar, sin degenerarlo, el casticismo de los bailes flamencos, […] imprimiéndoles un estilo peculiar, armónico y gentil” (El Noticiero Sevillano, 8-2-1924). Llevaba en su repertorio un nuevo número de estreno, el bailable “¡Quien no vio Sevilla!”, creado para ella por Manuel Gordillo y Pepe Lozano, que constituyó un nuevo triunfo:

“… la Astolfi es distinta a las demás; y ese algo que le caracteriza, (alma, sólo alma, mejor mil veces que la técnica para llegar al corazón del público), es lo que nos hizo estremecer cuando, mientras la orquesta ataca los compases de una marcha fúnebre, Lolita llorosa, simula presenciar el paso del Señor del Gran Poder, para después, reír ebria de contento al escuchar las picadas notas de una sevillana
¡Y es que en aquel momento, por el rostro de la Astolfi, era Sevilla entera la que lloraba y reía!…” (La Unión Ilustrada, 17-2-1924).

Para celebrar el éxito obtenido con “¡Quien no vio Sevilla!”, el pintor Julio Romero de Torres, el escritor José María Granada y el músico Emilio López del Toro, entre otras personalidades, organizaron un banquete en Villa Rosa en honor de la bailaora y de los autores de la partitura. Ante los dos centenares de artistas y admiradores que asistieron al evento, “Lolita, emocionadísima, casi no pudo hablar; pero sus ojos, esos ojos que dicen más que todas las palabras del mundo, reflejaban la satisfacción íntima que la invadía… Y es que hasta esa noche, Lolita Astolfi no se había dado cuenta de lo muchísimo que en Madrid se la quiere y admira” (La Unión Ilustrada, 24-2-1924).

Lolita Astolfi (La Unión Ilustrada, 2-8-1925)

Lolita Astolfi (La Unión Ilustrada, 2-8-1925)

En una entrevista concedida al periodista Rafael Solís durante su actuación en Madrid, confesaba no tener tiempo para nada que no fuese su arte, y declaraba su amor incondicional a su tierra y a los bailes más clásicamente andaluces:

“-¿…?
-Me violenta mucho alejarme de España. Quiero tanto a mi tierra, que cuando estoy fuera de ella estoy apenada y triste. Prefiero, aunque pierda dinero, trabajar entre los míos.
-¿Qué opinión tiene usted del baile moderno?
-Que hay que aceptarlo de momento; pero que no subsistirá. Donde esté lo nuestro, que se quite todo lo extraño importado de otros países.
Cuando yo salgo a escena y en la orquesta se oye una malagueña, o unas soleares, o un fandanguillo, o un tango, yo pongo mi alma en el baile. Todos mis sentimientos los coloco allí, y hasta no me fatigo: bailo con gusto y con ilusión. Cuando tengo que danzar a los compases de un fox o de un simmil lo hago porque soy artista y me debo a un público que paga; pero sin poner entusiasmo alguno en el trabajo…” (Heraldo de Madrid, 6-2-1924).


Isabelita Ruiz, la gran estrella jerezana del baile (V)

En octubre de 1925 puede verse de nuevo a Isabel Ruiz en España, en ciudades como Guadalajara o Alicante, y en noviembre regresa a las tablas del teatro Romea de Madrid. En la ‘catedral de las variedades’ obtiene “un resonante éxito, bailando con su estilo personalísimo zambras, tangos, ‘fox’, etc., sobresaliendo en el lindo bailable español de Vicente Romero, ‘Glorias de mi tierra’” (La Libertad, 12-11-1925).

Isabelita Ruiz (Comoedia, 8-1-1925)

Isabelita Ruiz (Comoedia, 8-1-1925)

A su regreso de París, la jerezana vuelve a brillar con luz propia. Seduce al auditorio madrileño con sus ricas ‘toilettes’, que “son de una originalidad y elegancia extraordinarias” (El Imparcial, 13-11-1925), y “con su arte mago hace que el público la haga bailar hasta diez y doce de sus grandes creaciones” (El Imparcial, 18-11-1925).

Nueva tournée por provincias

Poco después, “la ‘estrella’ de las bailarinas” (El Orzán, 27-11-1925) emprende una nueva y exitosa gira por el norte de España. Actúa en La Coruña, Santiago de Compostela, Zamora, Bilbao y Gijón, entre otras ciudades. En el teatro Dindurra de esta última localidad, con motivo de su beneficio, Isabelita Ruiz presenta el siguiente repertorio de baile y canciones:

“1º Regiones españolas (baile).
2º ¡Hay que ver! (cuplé).
Fandanguillo de Almería (baile).
4º Nerón, foxt (baile).
5º Francesita (cuplé-tango). […]
6º ¡Vaya por usted! (baile)” (La Prensa, 9-2-1926).

En diciembre de 1926, la jerezana debuta en el teatro Ortiz de Murcia, junto a la cupletista Mercedes Serós y la bailarina Carmen Flores. Su presentación constituye todo un “acontecimiento artístico”. No en vano, “reúne Isabelita Ruiz las principales cualidades para el triunfo: rítmica figura, belleza extraordinaria, suprema elegancia y una presentación fastuosa” (Levante Agrario, 5-12-1926).

Todos sus números son muy aplaudidos, especialmente el denominado ‘El sombrero cordobés’ y el fandanguillo de Almería, del que artista hace “una verdadera creación. Ese es el verdadero fandanguillo: sin afectaciones, sin esos paseítos grotescos” (Levante Agrario, 11-12-1926).

Isabelita Ruiz (portada de Mundo Gráfico, 6-1-1926)

Isabelita Ruiz (portada de Mundo Gráfico, 6-1-1926)

Grandes éxitos junto a Tina de Jarque

En la primavera de 1927 “debuta en Romea la escultural y bella bailarina de elegancias supremas Isabelita Ruiz, cuyos bailes luminosos y artísticos son siempre un acontecimiento total” (El Imparcial, 3-4-1926). Completa el programa la vedette Tina de Jarque.

La jerezana presenta nuevos números, marca de la casa, con los que obtiene abundantes aplausos, especialmente con el baile titulado ‘Murmullos de la Alhambra’.

“Esta artista, creadora del género mimo-coreográfico, que ahora se lleva, une a su belleza poco común un donaire y ligereza graciosa, que la hacen dar un interés y encanto especiales, que tiene al público, pendiente tanto de su baile como de su gesto” (La Libertad, 4-4-1926).

En esa época también se puede ver a Isabelita, “la escultura que baila” (La Opinión, 30-4-1926), junto a Tina de Jarque, en otros teatros madrileños, como el Maravillas o el de La Latina. Asimismo, la bailarina jerezana participa en distintos eventos, como un homenaje dedicado a los aviadores del Plus Ultra, que se celebra en el teatro del Centro, o una fiesta en honor de los reyes de España que tiene lugar en la Embajada de Italia.

En este último acontecimiento, Isabelita “dio la nota española del programa, bailando varias de sus más celebradas danzas” (La Época, 7-6-1926), como ‘Gloria de mi tierra’ o ‘Fiesta en la tribu’, e interpretando canciones como ‘El sombrero cordobés’. Además de estos, la jerezana incluye en su repertorio otros números menos castizos, como el charlestón.

Tina de Jarque e Isabelita Ruiz (ABC, 30-4-1926)

Tina de Jarque e Isabelita Ruiz (ABC, 30-4-1926)

En septiembre de 1926 Isabel Ruiz realiza una nueva y fugaz visita a la capital francesa, mientras su filme Destino cosecha éxitos y buenas críticas en las salas de cine españolas. A partir del mes de noviembre puede verse de nuevo a la jerezana en los teatros madrileños y, unas semanas más tarde, también en otras ciudades.

Bailaora, cancionista y estrella consolidada

A finales de año, Isabel debuta en el teatro Duque de Rivas de Córdoba junto a la bailarina Angelita Resall y la cancionista de aires andaluces Pepita Llácer, aunque sin duda “la estrella [del programa era] Isabelita Ruiz, que con su arte exquisito cautivó al público, bailando, entre otros números, unas alegrías, acompañada a la guitarra por el señor Campillo” (La Voz, 26-12-1926).

“Como final de programa la ‘estrellaIsabelita Ruiz añadió nuevos lauros a los conseguidos en noches anteriores. […]

Su figura interesante se desenvuelve en un marco de lujo y fastuosidad, que presta a sus bailes estilistas y originales, una novedad de fantástica policromía.

Ya baile al compás de la orquesta, ya sea la guitarra (por ‘alegrías’) la que marque el ritmo de sus danzas, siempre su cuerpo, de imponderable belleza, se mueve con movimientos armónicos e inverosímiles.

Y baila Isabelita como quien practica un rito con fervoroso entusiasmo, que lleva novedades en cada exhibición” (La Voz, 28-12-1926).

En 1927, la jerezana vuelve a triunfar en los teatros Romea y Maravillas de Madrid, y continúa paseando su arte por distintos puntos de la geografía española, mientras que su nombre sigue apareciendo en los papeles de todo el mundo. Así, en el mes de octubre, el rotativo australiano News (13-10-1927) publica una fotografía de la artista con el siguiente pie: “Isabelita Ruiz. Actriz española que arrojó su pulsera a un torero”. (1)

Isabelita Ruiz (portada de La Unión Ilustrada, 6-12-1925)

Isabelita Ruiz (portada de La Unión Ilustrada, 6-12-1925)

A estas alturas de su carrera, Isabel Ruiz es una artista más que consolidada, toda una estrella, que “baila mejor que nunca” (La Voz, 29-12-1926) y también destaca como cancionista. Su repertorio incluye tanto “unas castizas ‘alegrías’, prodigiosamente bailadas a la guitarra” (ABC, 14-1-1927) como “los famosos ‘fandanguillos’ de Huelva, que son, sin duda, la cumbre de su arte” (El Orzán, 1-4-1927) o “un originalísimo y ultramoderno baile del maestro Sanna, denominado ‘Charles claque’” (ABC, 15-1-1927), números todos ellos interpretados con gran elegancia y estilo. De hecho, su afición por las danzas extranjeras no le impide seguir interpretando con maestría los clásicos bailes españoles:

“El estilo peculiar de Isabelita es esencialmente nacional. Aun cuando vaya a buscar fuera la caricatura del charlestón para hacer una creación afortunada, siempre sus méritos se acusarán notoriamente en el género español, por ella sentido y expresado como la más grande de las bailarinas” (La Prensa, 11-3-1927).

Una artista moderna y abierta a nuevos estilos

En una entrevista concedida al periodista José Montero Alonso para la revista Mundo Gráfico en diciembre de 1927, Isabel explica por qué ha decidido diversificar su repertorio:

“- ¿Qué género de bailes prefiere usted hacer, Isabelita?

– Los españoles. Y dentro de los españoles, los andaluces, claro…

– Usted hace, sin embargo, bailes exóticos, modernos…

– Sí. Lo quiere el público. Estamos en la fiebre del charles, y no hay modo de substraerse a ella.

– Ahora incluye usted también canciones en su repertorio…

– Sí. Es por esa misma razón. El público quiere variedad, cosas distintas en una misma artista. Un número solo de bailes fatiga al público nuestro actual. Vea cómo todas las bailarinas han ido recurriendo a la canción: Pastora, Argentinita… Lo busca la gente, créame.

– ¿Ha observado usted, en los años que lleva trabajando, algún cambio en los gustos del público?

– Sí. Antes sentía y comprendía mejor el baile, en lo que este tiene de arte y de belleza. Ahora busca, ante todo, algo más… alegre, a base de pantorrillas y de buena figura. Que la artista baile bien o mal es secundario. Lo interesante es que sepa enseñar bien las piernas…” (Mundo Gráfico, 14-12-1927). (2)

Isabelita Ruiz (Nuevo Mundo, 15-4-1927)

Isabelita Ruiz (Nuevo Mundo, 15-4-1927)

Asimismo, Isabel expresa su deseo de estrenarse en una nueva faceta artística, la de la revista, e informa al periodista sobre sus planes profesionales más inmediatos:

“- ¿Y de proyectos?

– Acaso vaya, dentro de muy poco, a Alemania dos o tres meses. Me ofrecen un contrato muy ventajoso… Y después a América

– ¿Una ausencia larga?

– Sí. Unos tres años. Quisiera empezar por la América del Sur y llegar hasta los Estados Unidos, donde tengo verdaderos deseos de bailar…” (Mundo Gráfico, 14-12-1927).


NOTAS:
(1) La traducción de todos los textos extranjeros es nuestra.
(2) En esa misma entrevista, Isabel manifiesta que, a pesar de su incursión en otras modalidades más modernas, sigue teniendo claro cuál debe ser la esencia del baile:

“- ¿Qué es, a su juicio, lo más importante del baile?
– El braceo. Saber dar a los brazos vida y movimiento y expresión es lo principal. Yo, en realidad, bailo poco de pies; lo que verdaderamente cuido son los brazos…” (Mundo Gráfico, 14-12-1927).