Flamencas por derecho

Mujeres que han dejado su impronta en la historia del flamenco

Flamencas por derecho - Mujeres que han dejado su impronta en la historia del flamenco

Encarnación la Trinitaria, una cantaora excepcional (y III)

Durante el año 1936 Encarnación Cabello volvió con fuerza a la cartelera de la Ciudad Condal. El 8 de enero actuó en un festival celebrado en el Circo Barcelonés a beneficio del bailaor Antonio Virutas, en el que compartió cartel con lo más granado de la profesión. Rafaela la Tanguera, Conchita Borrull, Carmen Amaya, el Cojo de Málaga, el Niño de Utrera, Pena hijo, Imperio de Granada, y los tocaores Alfonso Aguilera, Niño Sabicas, Rojo el Alpargatero, Manolo Torres y Pepe Hurtado colaboraron con la causa (Noticiero Universal, 7-1-1936). Entre todos ellos “constituyó una auténtica revelación ‘La Trinitaria’, que fue especialmente aplaudida” (Noticiero Universal, 9-1-1936).

En la imagen aparecen La Tanguera, Carmen Amaya, Julia Borrull, el Viruta y el Chino (Destino, 1964).

En la imagen aparecen La Tanguera, Carmen Amaya, Julia Borrull, el Viruta y el Chino (Destino, 1964).

Unas semanas más tarde cantó en Radio Barcelona junto al Niño de Cartagena, acompañados ambos a la sonanta por Alfonso Aguilera (La Vanguardia, 26-1-1936). En el mes de mayo regresaría en dos ocasiones a la emisora, una junto a Pilar Arcos (La Vanguardia, 10-5-1936), y otra con Juanito Valderrama, Rafael de La Unión y Miguel Borrull (La Publicitat, 14-5-1936).

En febrero de 1936 actuó en el Cine Coliseo Pompeya como figura principal de un programa compuesto por dos películas, más las actuaciones del cantante Emilio Vendrell y de la “eximia artista del género andaluz LA TRINITARIA, diva del cante flamenco” (Noticiero Universal, 19-2-1936).

Durante los meses siguientes se la pudo ver con cierta frecuencia en el Circo Barcelonés, donde el 8 abril y el 14 de mayo participó en sendos festivales de ópera flamenca. El reparto del primero de ellos estaba compuesto por los cantaores “Gitanillo de Madrid, Amedia Romero, Juanito Guerrero, Tomás Chorrojumo, Ramper Flamenco, Niño Cartagena, Aldeano, Gran Fanegas” y, como cabezas de cartel, La Trinitaria, Juanito Valderrama y la Niña de Linares. El toque corría a cargo de “Alfonso Aguilera, Antonio González, Manuel Torres y Niño Sabicas”. Fuera de programa se presentó el transformista Mirco acompañado por todos los guitarristas y, como colofón, se proyectó la película Semana Santa en Sevilla y se cantaron “las típicas saetas, acompañados por una banda de tambores y cornetas” (La Vanguardia, 7-4-1936).

Petra García Espinosa, la Niña de Linares.

Petra García Espinosa, la Niña de Linares.

El segundo festival tenía como figuras estelares a la Niña de Cádiz, Rafael de La Unión, Niño de la Palma de Oro, la Trinitaria, Conchita Borrull, Juanito Valderrama y Miguel Borrull. Completaban el reparto la Niña de Chiclana, Niño de la Alhambra, Anita Maravilla, Niño de Tetuán, Ramper Flamenco, Niño de la Perla, Lolita Ruiz, Tomás Chorrojumo y Carreterito de Valencia, así como los tocaores “Rojo el Alpargatero, Alfonso Aguilera, Juanito Riera y Juan B. Pepito y Miguel Borrull” (La Vanguardia, 12-5-1936).

También en el Circo Barcelonés, el 3 de junio de 1936 Encarnación Cabello intervino en una velada artística celebrada en honor del recitador Enrique Nieto de Molina (La Vanguardia, 3-6-1936); y, ya comenzada la guerra, entre los meses de agosto y septiembre formó parte de un cuadro flamenco que compartía programa con una compañía de variedades internacionales. La Niña de Cádiz, la Tanguera, la Mendaña, la Gonzalito y Manolo Bulerías eran algunos de los artistas con los que compartía escenario (El Diluvio, 29-8-1936).

Asimismo, el 19 de septiembre colaboró en un festival organizado en el Teatro Nuevo por el Partido Nacionalista Republicano de Izquierda y el Sindicato Único de Espectáculos Públicos (C. N. T.), “en honor de la Aviación Republicana y a beneficio de las Milicias Antifascistas”. Tras la representación de la obra de estampas de actualidad ¡Tots al front!, cantaron María Teresa Planas, José María Aguilar, Emilio Vendrell y ‘La Trinitaria’, acompañada por Alfonso Aguilera (Noticiero Universal, 18-9-1936, 6).

El transformista Mirco.

El transformista Mirco.

Durante el año 1937 la prensa la sitúa en el Teatro Vigatá de Vic (L’Hora Nova, 9-9-1937) y en el Municipal de Castellón (Heraldo de Castellón, 12-10-1937) formando parte de sendos espectáculos de variedades; así como en la Fundación Albà d’Horta de Barcelona, en un festival cinematográfico organizado por la Caja de Asistencia Presidente Macià. En los entreactos de la película Sucedió una noche “actuaron los pequeños grandes artistas Encarna Aguilera, canto aragonés; María Aguilera, canzonetista; Adelina Abril, bailarina clásica; Alfonso Aguilera y Castro, guitarristas, y la Trinitaria, estrella del cante flamenco. El acto constituyó un verdadero éxito” (Full Oficial del Dilluns de Barcelona, 13-12-1937). Esta es la última ocasión en que encontramos a la cantaora anunciada junto a su marido, que falleció prematuramente en una fecha que aún desconocemos. Solo unas semanas más tarde, el 2 de enero de 1938, se presentó acompañada a la sonanta por Castro en un festival a beneficio de los soldados organizado por el semanario L’Esquella de la Torratxa en el Teatro Barcelona (La Vanguardia, 1-1-1938).

Una vez concluida la guerra civil, en 1940 la Trinitaria volvió a anunciarse en distintos festivales de ópera flamenca celebrados en la Ciudad Condal, en los que coincidió con viejos conocidos. Junto a su hermana Lola Cabello, el guitarrista Miguel Borrull, las bailaoras Julia y Concha Borrull, y los cantaores Manolo Constantina, Gran Fanegas y el Cojo de Málaga, actuó el 9 de enero en el Circo Barcelonés, en lo que se anunció como un “espectáculo cumbre de cante jondo” (Noticiero Universal, 8-1-1940). Regresó a ese mismo escenario el 30 de abril para rendir homenaje al Cojo de Málaga. También colaboraron en el festival hasta un total de sesenta artistas, entre los que destacaban el bailaor Tobalo, los cantaores Niña de Linares y Gran Fanegas, Miguel Borrull, una zambra gitana y Los Canasteros de Triana (Noticiero Universal, 29-4-1940, 8).

Lola Cabello

Lola Cabello

Asimismo, en el mes de septiembre actuó en el Teatro Olimpia junto a una compañía de ópera flamenca dirigida por el Niño de Marchena, que representó las estampas “Rosianas de Almonte” y “Puente Chiclanero”, de Luis Clavijo:

“[Estas dieron] margen a una serie de cantes y bailes que satisfacen los deseos del más entendido en el arte. De los fandanguillos, cantados por el ‘Niño de León’, ‘Alegría’ y la ‘Trinitaria’, se pasa a los bailes de Merceditas Borrull acompañada a la guitarra por su padre; después a los de Mirco e Isabelita Flores y a la zambra de Tobalo; a continuación los recitados de Enrique Romera y los cantes y bailes de Carmen del Turia; y, al final, los arpegios de Pepe ‘Marchena’” (Solidaridad Nacional, 24-9-1940).

Retomamos la pista de Encarnación Cabello tres años más tarde en la pérgola del recinto Piscinas y Deportes de Barcelona, donde se ofreció “un espectáculo de movilidad y colorido extraordinario, base de una serie de estampas regionales, cuya primera parte se denomina ‘Una noche en Andalucía’”. Bajo la dirección del maestro Paris, en él intervinieron varias decenas de artistas, entre los que cabe mencionar a los bailarines Lolita Ráez y Pepe Urbina; y, en el género flamenco, al guitarrista Flores, el cantaor ‘Niño de los Jardines’ y Maruja de Málaga. Entre otros aspectos del montaje, la crítica alabó las saetasbien cantadas” por la Trinitaria (Diario de Barcelona, 7-8-1943, 14).

El 26 de enero de 1944 se celebró en el Palacio del Arte de Barcelona un “homenaje a la canzonetista Encarnación Cabello, y con tal motivo el rapsoda Wencesla Sabalter recitó un improvisado soneto del poeta argentino E. Baldomero Gimeno, que fue muy aplaudido” (La Prensa, 27-1-1944, 4). Las últimas noticias que hemos localizado sobre la Trinitaria datan del verano de 1950 y la sitúan en Palma de Mallorca, ciudad que ya visitó en varias ocasiones a finales de los años veinte.

Mercedes Borrull (Archivo Diputación de Málaga).

Mercedes Borrull (Archivo Diputación de Málaga).

Actuó el 22 de julio en el Campo es Forti (Correo de Mallorca, 19-7-1950) y dos días más tarde, en el Teatro Olimpia, junto a una extensa compañía de arte flamenco en la que destacaba la presencia de los cantaores Eulalia Sanz, Juanito Palacios, El Soldado, el Niño de la Victoria y la Chicharra; los bailaores Conchita Torres, Manolo de Cádiz, Manuela Reyes y Paco Sevilla; y los guitarristas Niño de Utrera y Antonio González. Entre todos ellos, ocupaba un puesto privilegiado en el cartel “La Trinitaria. Primerísima figura del cante jondo” (La Almudaina, 23-7-1950); y, a juzgar por las críticas, esto no obedecía a un mero reclamo publicitario:

“Anoche en la espléndida terraza de Olimpia se reunió una ingente muchedumbre para presenciar la gran función de Ópera Flamenca […].

En verdad la concurrencia no salió defraudada del espectáculo -que ante el éxito alcanzado se repite hoy-, aplaudiendo cada intervención de los notables, algunos en grado superlativo, elementos presentados por Olimpia en el magno festival de ‘flamenquería’.

Pero por encima de todos cabe destacar la formidable actuación de la Trinitaria, la cual se vio obligada a ofrecer cuatro o cinco ‘cantosmás de los que debía ejecutar. […]

Los aficionados pudieron saciarse de arte ‘cañí’, pues de todo y en abundancia hubo en el festival de anoche, que fue un éxito sin precedentes. Todos los estilos y todas las características del ‘cante jondo’ y de la danza española tuvieron una nutrida representación. Y el público jaleó a cuantos fueron desfilando por el escenario de Olimpia. […]

La compañía de ‘ópera flamenca’ actuará también en diversos pueblos de la Isla” (La Almudaina, 25-7-1950, 8).

“Todos los números que participaron en el espectáculo lograron buen éxito, destacando especialmente ‘La Trinitaria’ que hizo alarde de buen estilo de canto, así como Juan Soto, verdadero artista de la guitarra” (La Almudaina, 26-7-1950, 7).

Encarnación Cabello, la Trinitaria, junto a una de sus nietas (Foto: Ruth Aguilera).

Encarnación Cabello, la Trinitaria, junto a una de sus nietas (Foto: Ruth Aguilera).

Durante los meses de agosto y septiembre el público de Palma de Mallorca pudo volver a disfrutar del cante de la Trinitaria, que actuó en el Salón Triana junto a un cuadro flamenco dirigido por el tocaor Juan Soto, y en el que también figuraban las bailaoras Anita Belmonte, Carmen Alarcón y hermanas Morales, entre otros artistas (Baleares, 31-8-1950; Baleares, 28-9-1950).

Una postrera referencia nos la proporciona un cartel del año 1952 que anuncia dos “grandes veladas de canto flamenco” ofrecidas los días 2 y 3 de agosto en la Bodega Apolo de Barcelona, sita en el Paralelo. En ellas intervinieron los cantaores José Córdoba Reyes, Enrique el Sevillano y la “pareja de cante jondo” formada por la Trinitaria y el Niño del Genil. Completaban el espectáculo el grupo Cantos y Bailes de España, compuesto por más de veinticinco artistas folclóricos, y el dúo de baile aragonés de Carmen Buj y Joaquín Gazulla.

Encarnación Cabello Moreno, que tuvo su último domicilio en el número 29 de la Calle Carretas, falleció el 21 de febrero de 1965 en el Hospital Clínico de Barcelona a consecuencia de un cáncer de útero, según reza en su acta de defunción. Nos ha dejado una discografía breve pero de excepcional calidad, compuesta por un total de dieciocho registros sonoros (1) grabados en la primera mitad de los años veinte con las casas Gramófono, Regal y Víctor. En la mayor parte de ellos la acompaña a la sonanta Miguel Borrull y en el resto, Alfonso Aguilera. Muy del gusto de la época, en el corpus discográfico de esta cantaora predominan claramente los fandangos, seguidos de las tarantas, malagueñas y cartageneras. También impresionó un cante por soleá, una granaína y una saeta.

La Sociedad de Pizarras ha recopilado parte de la discografía de la Trinitaria, que se puede escuchar en su canal de YouTube. Pasen y disfruten:


Notas:
(1) Se trata, en todos los casos, de discos bifaciales; dos de ellos los comparte con Rosario Núñez, la Andalucita.


Consuelo la Trianita, cantaora en un mundo de hombres (I)

Hace unos meses, el investigador Pedro Moral compartió en su canal de YouTube, Flamendro, dieciséis registros sonoros de La Trianita acompañada a la guitarra por Ramón Montoya, y aportó las referencias de diez cantes más, impresionados todos ellos en 1929 para La Voz de su Amo. Ése ha sido el acicate que me ha llevado a la hemeroteca en busca de datos que nos permitan arrojar luz sobre la vida y la trayectoria artística de esta cantaora, a quien hay que reconocer el mérito de abrirse camino en un mundo eminentemente masculino, como era el del cante flamenco en aquellos años.

Entrega de la llave de oro del cante a Manuel Vallejo. Teatro Pavón de Madrid, 5 de octubre de 1926.

Entrega de la llave de oro del cante a Manuel Vallejo

Dan testimonio de ello los carteles de la ópera flamenca, en los que, por lo general, y con la excepción de unas cuantas figuras de relevancia, están en clara minoría las mujeres y la presencia femenina suele circunscribirse al apartado del baile, que normalmente se ofrecía en el fin de fiesta.

También es muy significativa, en este sentido, la fotografía que inmortaliza el momento en que Manuel Torres hace entrega de la llave de oro del cante a Manuel Vallejo ante un nutrido grupo de artistas. Está tomada en 1926 en el Teatro Pavón de Madrid y entre sus protagonistas sólo aparece una mujer, La Trianita. Una imagen vale más que mil palabras.

Las pesquisas nos llevaron hasta la bailaora Encarnación Sánchez, la Trianita, que desarrolló una brillante carrera en los escenarios de variedades españoles durante toda la década de 1910, mas no se trata de la misma persona. La cantaora a la que nos referimos, que también eligió ese nombre artístico, se llamaba Consuelo Ródenas Oliver.

Las primeras referencias que nos ofrece la prensa sobre ella datan del año 1925 y la sitúan de gira por España junto a la Agrupación Sultanita, una troupe organizada por el empresario Vedrines en torno a la figura de su esposa, la canzonetista y estrella de variedades La Sultanita. Completaban el elenco las bailarinas Aurorita Imperio -hija del matrimonio-, Nieves Daris y María Morera; el Trío Genil, concertistas de guitarra; la pareja de bailes españoles Las Romanitas, el bailaor Lucianillo (1), los cantaores El Canario y Antonio Pozo ‘el Mochuelo’; el guitarrista Luis Yance y la cantaora Consuelo la Trianita, que en ocasiones también se anunciaba como Consuelo la Trianerita.

La Sultanita (Mundo Gráfico, 18-7-1923)

La Sultanita (Mundo Gráfico, 18-7-1923)

La compañía actuó en el mes de mayo en el Teatro Mora de Huelva y en el Salón Ramírez de Córdoba, y regresó a esta ciudad en julio para presentarse en el Teatro Stadium. En agosto pasaron por el Salón Olimpia de Écija, en septiembre por el Teatro Cervantes de Albacete y en octubre se les pudo ver en el Teatro Guerra de Lorca (Murcia). Aunque en todos estos lugares cosecharon abundantes aplausos, es la prensa lorquina la que nos ofrece una crítica más detallada sobre la actuación de Consuelo Ródenas, que fue una de las triunfadoras de la noche, lo mismo que su acompañante, Luis Yance:

“‘La Trianitacanta muy bien sus cantos flamencos, acompañada por el justamente llamado ‘mago de la guitarra’, al que se oye con delectación. […]
Todos los artistas fueron aplaudidísimos, y a todos se les hizo prolongar el programa” (La Tarde de Lorca, 16-10-1925).

“La Trianita es una cantante del llamado canto flamenco, dotada de buena voz y gusto exquisito, que canta los aires populares de la región andaluza, con estilo neto, clásico, sin esas mistificaciones y adulteraciones que vienen sufriendo los aires regionales todos, por el empeño de llevarlos al papel pautado. […]

Por eso me gusta la Trianita cantando aires andaluces no sujetos a ‘solfa’ y sobre todo, al compás de una guitarra que es el único e insustituible instrumento de estos cantos; y cuando el guitarrista es como Luis Yance, mejor, porque […] Yance es, en su género, un guitarrista de cuerpo entero” (Juan del Pueblo, La Tarde de Lorca, 17-10-1925).

El guitarrista Luis Yance.

El guitarrista Luis Yance.

En esa época, siguiendo el ejemplo del famoso concurso de Granada de 1922, proliferaron los certámenes de cante, como el celebrado en el Salón San Lorenzo de Córdoba los días 24 y 25 de agosto de 1925, con un lleno hasta la bandera. Entre los participantes se encontraba Consuelo la Trianita, que “dijo sus tarantas y fandanguillos con excelente voz y gran sentido de lo que dice, siendo muy aplaudida”. Actuó a continuación El Canario, que “cantó bien, con gusto y voz, pero hay que largarle a las coplas una mijita de salero para que la cosa resulte flamenca y graciosa”. Los acompañó a ambos Luis Yance, “que deleitó una vez más al público con su vigüela que en sus manos es una orquesta reunida. Con la guitarra de Yancer (sic) no hay quien cante mal” (La Voz, 25-8-1925).

Unos días más tarde se celebró un nuevo concurso en la Plaza de Toros de esa ciudad, en el que se disputó la Copa de Córdoba. Las bases establecían que sólo podrían presentarse artistas profesionales y que el público sería el encargado de juzgar a los participantes. “Cada espectador tiene el derecho a emitir su voto a favor del que más le haya gustado y las candidaturas […] van impresas al dorso de los billetes de entrada” (La Voz, 3-9-1925).

El cantaor Antonio Pozo, el Mochuelo.

El cantaor Antonio Pozo, el Mochuelo.

Además de El Mochuelo y el Niño de Marchena, que cantaron como invitados, concurrieron un total de seis cantaores, entre los que Consuelo Ródenas era la única mujer. El acompañamiento corrió a cargo de los guitarristas Luis Yance y El Tripa. Tras el escrutinio, resultó ganador el Niño de Tetuán, aunque hubo quien mostró su descontento, por el escaso número de votos emitidos y por considerar que los cantes ejecutados por la mayoría de los artistas -muy del gusto de la época- no gozaban de la categoría suficiente para hacerlos merecedores de ese premio:

“… De las 6.000 personas que aproximadamente había en la plaza sólo han votado 1.302.

El resultado ha sido el siguiente:

Niño de Tetuán, 655 votos; El Canario, 340; Niño de Bronce, 187; El Pena (de Sevilla), 107; La Trianita, 7, y el Niño de Valdepeñas, 6. […]

A nuestro juicio, como aficionados, el premio ‘Copa de Córdoba’ no debió concederse a ninguno de los concursantes.

Pero en todo caso […] la hubiésemos concedido al Niño de Bronce, único que dijo cantes de categoría: soleares, seguidillas y martinetes.

Fue el único flamenco del concurso. Los demás no hicieron más que entonar cantes livianos e intentar con bastante desacierto remedar los cantes de Chacón y Juan Breva. ¡Qué valor!

Concursos como éste, quitan la afición al público. Cuando éste debía ser más cuidado en una afición que renace, vienen industriales desaprensivos que, organizando una troupe de ‘cantaores’, van de pueblo en pueblo ofreciendo concursos como el presente, en el que hemos oído hasta guajiras. ¡El colmo!…” (La Voz, 8-9-1925).

El Niño de Marchena

El cantaor Niño de Marchena.

En marzo de 1926, “‘la Trianerita’, artista de mucha voz y estilo” (Las Provincias, 28-3-1926), fue contratada en el Teatro Chapí de Villena (Alicante), para cantar saetas durante la proyección de la película El niño de las monjas, de Antonio Calvache, que incluye escenas de la Semana Santa sevillana.

Durante todo el mes de mayo, se anunció en el Bar Azul de A Coruña “la cantadora de flamenco sin rival, por tarantas, Consuelito Ródenas, acompañada por el gran y conocidísimo profesor de guitarra Ramón Montoya (hijo)” (El Noroeste, 5-5-1926). En contra de lo que suele ser habitual, la prensa publicaba el programa previsto para los tres conciertos que se ofrecían cada día, “de 3 a 4, de 8 a 9 y de 10 a 12”. Ello nos da una idea del amplio repertorio que dominaba la cantaora, que resumimos a continuación (2):

Bulerías, soleares (soleares por Sevilla), bulerías por soleares, granaínas (granaína de Chacón), medias granaínas (media granaína de Chacón), fandanguillos (fandanguillos de Córdoba, por Granada, alosneros, huelvanos, marcheneros, de Cepero), malagueñas (malagueñas por la Niña de los Peines, por Levante, de Chacón), tarantas (tarantas por cartageneras, del Cojo de Málaga), caracoles, tientos, zambra gitana y jota aragonesa (El Noroeste, 5 a 28-5-1926).

Tras sus “brillantes actuaciones” en el Bar Azul, que se vio “lleno a diario”, la prensa se refería a Ramón Montoya (hijo) y Consuelo Ródenas ‘La Trianita’ como “prodigioso ‘tocaor’” y “maestra”, respectivamente, “en esa sugestiva y pintoresca modalidad del arte que se llama el ‘cante jondo’” (El Noroeste, 16-6-1926).

Petra García Espinosa, la NIña de Linares

La cantaora Petra García Espinosa, la NIña de Linares.

Una vez cumplido ese compromiso, ambos fueron contratados para intervenir en la zambra gitana incluida en el sainete El niño de oro, de José María Granada, que en los meses de junio y julio fue representado por la compañía de comedias de Aurora Redondo y Valeriano León en el Teatro Rosalía de Castro de A Coruña y en el Tamberlick de Vigo. La “célebre cantadora” obtuvo “un éxito especial [….], cantando muy bien las granadinas acompañada a la guitarra por el maestro Montoya (hijo)” (El Ideal Gallego, 15-6-1926). Asimismo, la pareja actuó a finales de junio en el Teatro Principal de Lugo, que ofrecía un programa de cine y variedades (El Progreso, 25-6-1926).

Durante el verano de 1926 La Trianita también se presentó en el Teatro Pavón de Madrid, junto a artistas como el Chato de las Ventas, Niño de Linares, José Cepero, Manuel Escacena o José Pavón (El Liberal, 27-7-1926); y en el Teatro Nuevo de Zamora, compartiendo cartel con El Macareno, el Niño de Triana, la Niña de Linares y el Niño de Tetuán, con las guitarras de Jorge López ‘Petaca’, Habichuela Chico y Manuel Bonet (Heraldo de Zamora, 31-7-1926).

Algunos cantes de Consuelo la Trianita, con la guitarra de Ramón Montoya:


Notas:
(1) Podría tratarse de Luciano Rodríguez, que más tarde adoptaría el nombre artístico de Antonio Virutas.
(2) Se transcriben las denominaciones de los estilos tal y como aparecen en la prensa.