Flamencas por derecho

Mujeres que han dejado su impronta en la historia del flamenco

Flamencas por derecho - Mujeres que han dejado su impronta en la historia del flamenco

Encarnación la Trinitaria, una cantaora excepcional (y III)

Durante el año 1936 Encarnación Cabello volvió con fuerza a la cartelera de la Ciudad Condal. El 8 de enero actuó en un festival celebrado en el Circo Barcelonés a beneficio del bailaor Antonio Virutas, en el que compartió cartel con lo más granado de la profesión. Rafaela la Tanguera, Conchita Borrull, Carmen Amaya, el Cojo de Málaga, el Niño de Utrera, Pena hijo, Imperio de Granada, y los tocaores Alfonso Aguilera, Niño Sabicas, Rojo el Alpargatero, Manolo Torres y Pepe Hurtado colaboraron con la causa (Noticiero Universal, 7-1-1936). Entre todos ellos “constituyó una auténtica revelación ‘La Trinitaria’, que fue especialmente aplaudida” (Noticiero Universal, 9-1-1936).

En la imagen aparecen La Tanguera, Carmen Amaya, Julia Borrull, el Viruta y el Chino (Destino, 1964).

En la imagen aparecen La Tanguera, Carmen Amaya, Julia Borrull, el Viruta y el Chino (Destino, 1964).

Unas semanas más tarde cantó en Radio Barcelona junto al Niño de Cartagena, acompañados ambos a la sonanta por Alfonso Aguilera (La Vanguardia, 26-1-1936). En el mes de mayo regresaría en dos ocasiones a la emisora, una junto a Pilar Arcos (La Vanguardia, 10-5-1936), y otra con Juanito Valderrama, Rafael de La Unión y Miguel Borrull (La Publicitat, 14-5-1936).

En febrero de 1936 actuó en el Cine Coliseo Pompeya como figura principal de un programa compuesto por dos películas, más las actuaciones del cantante Emilio Vendrell y de la “eximia artista del género andaluz LA TRINITARIA, diva del cante flamenco” (Noticiero Universal, 19-2-1936).

Durante los meses siguientes se la pudo ver con cierta frecuencia en el Circo Barcelonés, donde el 8 abril y el 14 de mayo participó en sendos festivales de ópera flamenca. El reparto del primero de ellos estaba compuesto por los cantaores “Gitanillo de Madrid, Amedia Romero, Juanito Guerrero, Tomás Chorrojumo, Ramper Flamenco, Niño Cartagena, Aldeano, Gran Fanegas” y, como cabezas de cartel, La Trinitaria, Juanito Valderrama y la Niña de Linares. El toque corría a cargo de “Alfonso Aguilera, Antonio González, Manuel Torres y Niño Sabicas”. Fuera de programa se presentó el transformista Mirco acompañado por todos los guitarristas y, como colofón, se proyectó la película Semana Santa en Sevilla y se cantaron “las típicas saetas, acompañados por una banda de tambores y cornetas” (La Vanguardia, 7-4-1936).

Petra García Espinosa, la Niña de Linares.

Petra García Espinosa, la Niña de Linares.

El segundo festival tenía como figuras estelares a la Niña de Cádiz, Rafael de La Unión, Niño de la Palma de Oro, la Trinitaria, Conchita Borrull, Juanito Valderrama y Miguel Borrull. Completaban el reparto la Niña de Chiclana, Niño de la Alhambra, Anita Maravilla, Niño de Tetuán, Ramper Flamenco, Niño de la Perla, Lolita Ruiz, Tomás Chorrojumo y Carreterito de Valencia, así como los tocaores “Rojo el Alpargatero, Alfonso Aguilera, Juanito Riera y Juan B. Pepito y Miguel Borrull” (La Vanguardia, 12-5-1936).

También en el Circo Barcelonés, el 3 de junio de 1936 Encarnación Cabello intervino en una velada artística celebrada en honor del recitador Enrique Nieto de Molina (La Vanguardia, 3-6-1936); y, ya comenzada la guerra, entre los meses de agosto y septiembre formó parte de un cuadro flamenco que compartía programa con una compañía de variedades internacionales. La Niña de Cádiz, la Tanguera, la Mendaña, la Gonzalito y Manolo Bulerías eran algunos de los artistas con los que compartía escenario (El Diluvio, 29-8-1936).

Asimismo, el 19 de septiembre colaboró en un festival organizado en el Teatro Nuevo por el Partido Nacionalista Republicano de Izquierda y el Sindicato Único de Espectáculos Públicos (C. N. T.), “en honor de la Aviación Republicana y a beneficio de las Milicias Antifascistas”. Tras la representación de la obra de estampas de actualidad ¡Tots al front!, cantaron María Teresa Planas, José María Aguilar, Emilio Vendrell y ‘La Trinitaria’, acompañada por Alfonso Aguilera (Noticiero Universal, 18-9-1936, 6).

El transformista Mirco.

El transformista Mirco.

Durante el año 1937 la prensa la sitúa en el Teatro Vigatá de Vic (L’Hora Nova, 9-9-1937) y en el Municipal de Castellón (Heraldo de Castellón, 12-10-1937) formando parte de sendos espectáculos de variedades; así como en la Fundación Albà d’Horta de Barcelona, en un festival cinematográfico organizado por la Caja de Asistencia Presidente Macià. En los entreactos de la película Sucedió una noche “actuaron los pequeños grandes artistas Encarna Aguilera, canto aragonés; María Aguilera, canzonetista; Adelina Abril, bailarina clásica; Alfonso Aguilera y Castro, guitarristas, y la Trinitaria, estrella del cante flamenco. El acto constituyó un verdadero éxito” (Full Oficial del Dilluns de Barcelona, 13-12-1937). Esta es la última ocasión en que encontramos a la cantaora anunciada junto a su marido, que falleció prematuramente en una fecha que aún desconocemos. Solo unas semanas más tarde, el 2 de enero de 1938, se presentó acompañada a la sonanta por Castro en un festival a beneficio de los soldados organizado por el semanario L’Esquella de la Torratxa en el Teatro Barcelona (La Vanguardia, 1-1-1938).

Una vez concluida la guerra civil, en 1940 la Trinitaria volvió a anunciarse en distintos festivales de ópera flamenca celebrados en la Ciudad Condal, en los que coincidió con viejos conocidos. Junto a su hermana Lola Cabello, el guitarrista Miguel Borrull, las bailaoras Julia y Concha Borrull, y los cantaores Manolo Constantina, Gran Fanegas y el Cojo de Málaga, actuó el 9 de enero en el Circo Barcelonés, en lo que se anunció como un “espectáculo cumbre de cante jondo” (Noticiero Universal, 8-1-1940). Regresó a ese mismo escenario el 30 de abril para rendir homenaje al Cojo de Málaga. También colaboraron en el festival hasta un total de sesenta artistas, entre los que destacaban el bailaor Tobalo, los cantaores Niña de Linares y Gran Fanegas, Miguel Borrull, una zambra gitana y Los Canasteros de Triana (Noticiero Universal, 29-4-1940, 8).

Lola Cabello

Lola Cabello

Asimismo, en el mes de septiembre actuó en el Teatro Olimpia junto a una compañía de ópera flamenca dirigida por el Niño de Marchena, que representó las estampas “Rosianas de Almonte” y “Puente Chiclanero”, de Luis Clavijo:

“[Estas dieron] margen a una serie de cantes y bailes que satisfacen los deseos del más entendido en el arte. De los fandanguillos, cantados por el ‘Niño de León’, ‘Alegría’ y la ‘Trinitaria’, se pasa a los bailes de Merceditas Borrull acompañada a la guitarra por su padre; después a los de Mirco e Isabelita Flores y a la zambra de Tobalo; a continuación los recitados de Enrique Romera y los cantes y bailes de Carmen del Turia; y, al final, los arpegios de Pepe ‘Marchena’” (Solidaridad Nacional, 24-9-1940).

Retomamos la pista de Encarnación Cabello tres años más tarde en la pérgola del recinto Piscinas y Deportes de Barcelona, donde se ofreció “un espectáculo de movilidad y colorido extraordinario, base de una serie de estampas regionales, cuya primera parte se denomina ‘Una noche en Andalucía’”. Bajo la dirección del maestro Paris, en él intervinieron varias decenas de artistas, entre los que cabe mencionar a los bailarines Lolita Ráez y Pepe Urbina; y, en el género flamenco, al guitarrista Flores, el cantaor ‘Niño de los Jardines’ y Maruja de Málaga. Entre otros aspectos del montaje, la crítica alabó las saetasbien cantadas” por la Trinitaria (Diario de Barcelona, 7-8-1943, 14).

El 26 de enero de 1944 se celebró en el Palacio del Arte de Barcelona un “homenaje a la canzonetista Encarnación Cabello, y con tal motivo el rapsoda Wencesla Sabalter recitó un improvisado soneto del poeta argentino E. Baldomero Gimeno, que fue muy aplaudido” (La Prensa, 27-1-1944, 4). Las últimas noticias que hemos localizado sobre la Trinitaria datan del verano de 1950 y la sitúan en Palma de Mallorca, ciudad que ya visitó en varias ocasiones a finales de los años veinte.

Mercedes Borrull (Archivo Diputación de Málaga).

Mercedes Borrull (Archivo Diputación de Málaga).

Actuó el 22 de julio en el Campo es Forti (Correo de Mallorca, 19-7-1950) y dos días más tarde, en el Teatro Olimpia, junto a una extensa compañía de arte flamenco en la que destacaba la presencia de los cantaores Eulalia Sanz, Juanito Palacios, El Soldado, el Niño de la Victoria y la Chicharra; los bailaores Conchita Torres, Manolo de Cádiz, Manuela Reyes y Paco Sevilla; y los guitarristas Niño de Utrera y Antonio González. Entre todos ellos, ocupaba un puesto privilegiado en el cartel “La Trinitaria. Primerísima figura del cante jondo” (La Almudaina, 23-7-1950); y, a juzgar por las críticas, esto no obedecía a un mero reclamo publicitario:

“Anoche en la espléndida terraza de Olimpia se reunió una ingente muchedumbre para presenciar la gran función de Ópera Flamenca […].

En verdad la concurrencia no salió defraudada del espectáculo -que ante el éxito alcanzado se repite hoy-, aplaudiendo cada intervención de los notables, algunos en grado superlativo, elementos presentados por Olimpia en el magno festival de ‘flamenquería’.

Pero por encima de todos cabe destacar la formidable actuación de la Trinitaria, la cual se vio obligada a ofrecer cuatro o cinco ‘cantosmás de los que debía ejecutar. […]

Los aficionados pudieron saciarse de arte ‘cañí’, pues de todo y en abundancia hubo en el festival de anoche, que fue un éxito sin precedentes. Todos los estilos y todas las características del ‘cante jondo’ y de la danza española tuvieron una nutrida representación. Y el público jaleó a cuantos fueron desfilando por el escenario de Olimpia. […]

La compañía de ‘ópera flamenca’ actuará también en diversos pueblos de la Isla” (La Almudaina, 25-7-1950, 8).

“Todos los números que participaron en el espectáculo lograron buen éxito, destacando especialmente ‘La Trinitaria’ que hizo alarde de buen estilo de canto, así como Juan Soto, verdadero artista de la guitarra” (La Almudaina, 26-7-1950, 7).

Encarnación Cabello, la Trinitaria, junto a una de sus nietas (Foto: Ruth Aguilera).

Encarnación Cabello, la Trinitaria, junto a una de sus nietas (Foto: Ruth Aguilera).

Durante los meses de agosto y septiembre el público de Palma de Mallorca pudo volver a disfrutar del cante de la Trinitaria, que actuó en el Salón Triana junto a un cuadro flamenco dirigido por el tocaor Juan Soto, y en el que también figuraban las bailaoras Anita Belmonte, Carmen Alarcón y hermanas Morales, entre otros artistas (Baleares, 31-8-1950; Baleares, 28-9-1950).

Una postrera referencia nos la proporciona un cartel del año 1952 que anuncia dos “grandes veladas de canto flamenco” ofrecidas los días 2 y 3 de agosto en la Bodega Apolo de Barcelona, sita en el Paralelo. En ellas intervinieron los cantaores José Córdoba Reyes, Enrique el Sevillano y la “pareja de cante jondo” formada por la Trinitaria y el Niño del Genil. Completaban el espectáculo el grupo Cantos y Bailes de España, compuesto por más de veinticinco artistas folclóricos, y el dúo de baile aragonés de Carmen Buj y Joaquín Gazulla.

Encarnación Cabello Moreno, que tuvo su último domicilio en el número 29 de la Calle Carretas, falleció el 21 de febrero de 1965 en el Hospital Clínico de Barcelona a consecuencia de un cáncer de útero, según reza en su acta de defunción. Nos ha dejado una discografía breve pero de excepcional calidad, compuesta por un total de dieciocho registros sonoros (1) grabados en la primera mitad de los años veinte con las casas Gramófono, Regal y Víctor. En la mayor parte de ellos la acompaña a la sonanta Miguel Borrull y en el resto, Alfonso Aguilera. Muy del gusto de la época, en el corpus discográfico de esta cantaora predominan claramente los fandangos, seguidos de las tarantas, malagueñas y cartageneras. También impresionó un cante por soleá, una granaína y una saeta.

La Sociedad de Pizarras ha recopilado parte de la discografía de la Trinitaria, que se puede escuchar en su canal de YouTube. Pasen y disfruten:


Notas:
(1) Se trata, en todos los casos, de discos bifaciales; dos de ellos los comparte con Rosario Núñez, la Andalucita.


Gabrielita la del Garrotín, reina de los bailes de chufla (VI)

En junio de 1926 Gabriela Clavijo se presentó en el Teatro Nuevo de Zamora integrada en una troupe de “baile flamenco y cante jondo” en la que compartía cartel con los tocadores Jorge López ‘Petaca’ y Manuel Bonet; los cantaores Pepe el Mexicano, La Lavandera, Niño de Alcalá, El Mochuelo y Manuel Escacena; y el bailaor serio―cómico Ramironte (Heraldo de Zamora, 1926: 2). De nuevo en Madrid, en el mes de septiembre “la Gabriela, reina del ‘baile por chufla’”, intervino en un certamen de cante flamenco celebrado en el Teatro Fuencarral con un elenco cuajado de estrellas de lo jondo, en el que sobresalían Antonio Chacón, El Canario, la Niña de Linares, el Chato de las Ventas o el Niño de Marchena (La Voz, 1926a: 3).

Petra García Espinosa, la NIña de Linares

Petra García Espinosa, la Niña de Linares

También de reconocido prestigio eran los artistas con los que alternó Gabrielita en varios conciertos de cante y baile flamenco ofrecidos en el Monumental Cinema de la capital entre los meses de septiembre y octubre de ese año. El cante corrió a cargo de don Antonio Chacón, Manuel Centeno, la Niña de Linares, el Chato de las Ventas, Angelillo, el Americano, el Canario de Madrid, la Trianita y la Lavandera, entre otras figuras, con las sonantas de Ramón Montoya, Jorge López, Enrique Mariscal, Marcelo Molina y Manuel Martell. El baile lo pusieron Gabrielita, Estampío, Alfonsina, Goyita Herrero y Ramironte (ibidem, 1926b; ibidem, 1926c; ibidem, 1926d).

Nos encontramos ya en la época de florecimiento y expansión de la ópera flamenca, que convirtió el cante en un fenómeno de masas y lo llevó a los teatros y plazas de toros de toda España. Aunque no fuese el plato principal, en ese tipo de espectáculos también tenía cabida el baile y en ellos encontró Gabriela Clavijo un buen filón para seguir viviendo de su arte. En 1927 fue contratada por el empresario Vedrines para realizar una gira por ciudades como Valladolid, Jerez de la Frontera, Córdoba, Cádiz, Constantina (Sevilla) o Madrid (El Noticiero Sevillano, 1927a: 6; El Guadalete, 1927: 1; La Voz, 1927: 13; El Defensor de Granada, 1927: 1; El Noticiero Sevillano, 1927b: 2; ABC, 1927: 38).

Angelillo (La Voz de Aragón, 7-6-1929).

Angelillo (La Voz de Aragón, 7-6-1929).

La compañía estaba compuesta por una veintena de artistas, entre los que cabe mencionar a la Niña de Linares, el Canario, Antonio García Chacón, el Niño de la Flor, el Niño de las Marianas II, el Chato de las Ventas, el Canario de Madrid y el Niño de Coín, con la intervención estelar del Cojo de Málaga en el Salón Rodrigo de Constantina (El Noticiero Sevillano, 1927b: 2). Marcelo Molina, Jorge López, Victoria de Miguel y Manuel Bonet se ocuparon de la parte musical y, en lo que respecta al arte de Terpsícore, aparte de la intervención de Carmen la Flamenca y Aurorita Imperio, merece la pena destacar la presencia de La Coquinera, toda una institución en el baile por alegrías, así como el predominio de lo cómico, encarnado en “Estampío, creador del baile ‘El picaor’, La Gabrielita, bailadora por ‘chufla’” (ibidem, 1927a: 6) y “el gran Ramironte (bailador cómico-serio)” (El Guadalete, 1927: 1). Ésta fue precisamente la parte del espectáculo que más atrajo la atención de algunos cronistas: “Del llamado cuadro flamenco sólo nos distrajo algo la ‘Gabrielita’ con su baile por chufla y el veterano ‘Estampío’” (La Voz, 1927: 13).

Antonio Escribano recoge un interesante testimonio de la guitarrista Victoria de Miguel, que nos permite hacernos una idea sobre la singularidad del baile de la Clavijo: “De la Gabrielita recuerda con admiración que era una bailaora que practicaba un estilo muy peculiar, entremezclando en su firme ritmo y compás volteretas y extrañas posturas, bailando las bulerías en ocasiones tumbada en el suelo” (1990: 209).

Gabrielita la del Garrotín (Shadowland, septiembre de 1921)

Gabrielita la del Garrotín (Shadowland, septiembre de 1921)

Una vez concluida esta gira con la troupe Vedrines, a su regreso a la capital de España, durante el verano de 1927 Gabriela participó en varios conciertos flamencos ofrecidos en salas como el Cine Madrid o el Monumental Cinema (El Liberal, 1927: 4; La Libertad, 1927a: 7), junto a artistas como el Chato de Valencia, el Pescadero, Guerrita, Antonio García Chacón, el Americano, el Niño de Alcalá, el Niño de Utrera, Niño Medina o Manuel Vallejo en el cante; y Carlota Ortega, José Linares, Estampío o Ramironte en el baile.

Asimismo, intervino en el Certamen Nacional de Cante Flamenco en el que se disputó la Copa Monumental Cinema 1927, con el concurso de figuras de lo jondo de la categoría del Niño Gloria, el Niño de los Lobitos, Angelillo o Antonio Rengel, acompañados por las sonantas de Ramón Montoya, Carlos Montoya y Niño Sabicas; y, en el cuadro de baile, la enorme Juana la Macarrona (La Libertad, 1927b: 2).

Fue una época de gran actividad para Gabriela Clavijo, que también formó parte del elenco de la gran fiesta de cante y baile incluida en el segundo acto del sainete El niño de oro, de José María Granada, con motivo de su reposición en el Teatro de la Latina. La parte vocal corrió a cargo de la Niña de Linares, Carmen la Lavandera, el Niño de los Lobitos y el Sevillanito, con las guitarras de José Hijosa y Jorge López, y el baile recayó en exclusiva sobre “La Gabrielita (reina de la chufla)” (Heraldo de Madrid, 1928: 6).

Juana la Macarrona (Fondos del Centro Andaluz de Documentación del Flamenco)

Juana la Macarrona (Centro Andaluz de Documentación del Flamenco)

Asimismo, actuó en varios conciertos de ópera flamenca ofrecidos en el Cine Pardiñas, donde volvió a coincidir con Bernardo el de los Lobitos y Estampío (La Voz, 1928a: 6); y en la fiesta granadina del Sacromonte con la que culminó el concurso de cante jondo celebrado en el Teatro de la Latina y al que concurrieron los cantaores Niña de Chiclana, el Americano, Niña de Linares, la Lavandera, el Mochuelo, el Chata, el Chato de las Ventas, el Canario de Colmenar, el Niño de la Huerta y Guerrita, acompañados por las sonantas de Marcelo Molina, Román García y Luis Yance. El cuadro de baile tuvo un claro componente cómico, con la presencia de Ramironte, Acha Rovira y Gabrielita la del Garrotín (La Voz, 1928b: 6).

Durante el verano de 1928 la bailaora se embarcó en una nueva gira a las órdenes de Vedrines, con una compañía de ópera flamenca todavía más excepcional, si cabe, que la del año anterior, pues llevaba en sus filas a don Antonio Chacón, la Niña de los Peines, Manuel Vallejo, José Cepero, Guerrita, el Niño de los Lobitos, el Chato de las Ventas y el Niño de Sevilla, escoltados por los guitarristas Ramón Montoya, Luis Yance, Manuel Martell y Manuel Bonet. El reparto se completaba con un cuadro de zambra gitana integrado por los bailaores Frasquillo, la Quica, Gabrielita, Carmen Vargas, Carmelita Borbolla, Estampío, El Tobalo, Acha Rovira, Manolita la Macarena y los seis gitanillos de la Cava de Triana. Esta troupe se presentó en ciudades como Granada, Cádiz o Badajoz (El Defensor de Granada, 1928: 1; El Noticiero Gaditano, 1928: 2; Correo Extremeño, 1928: 8).

Carmelita Borbolla (hija). Foto de Carmen de la Borbolla Triano

Carmelita Borbolla hija (Foto: Carmen de la Borbolla Triano).

Entre los meses de septiembre y octubre de 1928, la singular artista actuó en Valencia, Madrid, Córdoba y Jerez de la Frontera (El Pueblo, 1928: 3; La Voz, 1928c: 7; ibidem, 1928d: 2; El Guadalete, 1928a: 3), también bajo la batuta de Vedrines, aunque junto a un elenco diferente: los cantaores Manuel González ‘Guerrita’, Manuel Blanco ‘El Canario’, Manuel Carrera ‘El Sevillanito’, Juan García ‘Hierro’ y Emilio ‘el Faro’; los guitarristas Jorge López y Manuel Bonet; y al baile, “La Gabrielita, graciosa ‘bailaora’ por ‘chufla’, y los cuatro gitanillos de la Cava de Triana” (La Voz, 1928c: 7).

Merece la pena destacar que en el anuncio del espectáculo en la Plaza de Toros de Valencia sólo aparecen tipográficamente resaltados ―en negrita y con un cuerpo de letra mayor― los nombres de Guerrita y Gabrielita (El Pueblo, 1928: 3); y que el diario El Guadalete (1928a: 3), cuando anuncia su presentación en Jerez, menciona en primer lugar a “La Gabrielita, graciosísima bailarina”, lo cual nos da una idea de su protagonismo en el conjunto. De hecho, según la crónica publicada en este último periódico, ella fue uno de los artistas que más aplausos cosecharon:

… El programa se cumplió en todas sus partes, siendo muy celebrada la labor de todos los que en él intervinieron y de manera muy especial la de Guerrita El Niño de Cartagena, que cantó cosas de su tierra y fandanguillos con extraordinarias facultades y sentimiento.

Gustó asimismo el graciosísimo trabajo de La Gabrielita y Los cuatro gitanillos de la Cava de Triana, que son unos chiquillos ágiles y habilísimos, conocedores de toda la gama del baile gitano (ibidem, 1928b: 3).

Elenco de La hija de Juan Simon. Gabrielita, tercera por la izquierda en la fila de abajo (Heraldo de Madrid, 23-5-1930).

Elenco de La hija de Juan Simon (Heraldo de Madrid, 23-5-1930).

Durante el año 1929 la prensa nos aporta escasas referencias sobre la actividad de Gabriela Clavijo, salvo las relativas a sus actuaciones en el Teatro Chueca de Madrid, junto a un elenco de ópera flamenca en el que destaca la presencia de Estampío, y de los cantaores Niño de Almadén, Chaconcito y Pena hijo (Heraldo de Madrid, 1929: 2); y en el Cine Parisiana de Zaragoza, con Angelillo, el Americano, la Niña de Chiclana y Emilio el Faro, entre otros artistas (La Voz de Aragón, 1929: 10). Sin embargo, las crónicas de 1930 informan sobre su participación en dos piezas teatrales, la comedia lírica Nobleza gitana y el drama La hija de Juan Simón, que se insertan en ese nuevo género, tan en boga en aquel momento, en el que se mezclan la acción dramática, la copla y el flamenco.


Referencias:

ABC (1927, 1 de abril). “Maravillas”, p. 38.

Correo Extremeño (1928, 14 de agosto). “Plaza de Toros de Badajoz”, p. 8.

El Defensor de Granada (1927, 23 de febrero). “Teatrales”, p. 1.

El Defensor de Granada (1928, 28 de julio). “El concierto de ópera flamenca”, p. 1.

El Guadalete (1927, 5 de febrero). “Teatro Eslava”, p. 1.

El Guadalete (1928, 13 de octubre). “Teatro Villamarta”, p. 3.

El Guadalete (1928, 14 de octubre). “Teatro Villamarta”, p. 3.

El Liberal (1927, 20 de julio). “Gacetillas”, p. 4.

El Noticiero Gaditano (1928, 6 de agosto). “En el Parque Genovés”, p. 2.

El Noticiero Sevillano (1927, 19 de enero). “Ópera flamenca”, p. 6.

El Noticiero Sevillano (1927, 13 de marzo). “Concierto de cante ‘jondo’”, p. 2.

El Pueblo (1928, 8 de septiembre) “Plaza de Toros”, p. 3.

Escribano, Antonio (1990). Y Madrid se hizo flamenco. Madrid: El Avapiés.

Heraldo de Madrid (1928, 22 de febrero). “Gaceta teatral madrileña”, p. 6.

Heraldo de Madrid (1929, 15 de febrero). “¡¡Acontecimiento!! en Chueca”, p. 2.

Heraldo de Zamora (1926, 9 de junio) “Nuevo Teatro”, p. 2.

La Libertad (1927, 20 de mayo). “Concierto de ópera flamenca”, p. 7.

La Libertad (1927, 11 de septiembre). “Certamen nacional de cante flamenco”, p. 2.

La Voz (1926, 3 de septiembre). “Certamen de cante flamenco en Fuencarral”, p. 7.

La Voz (1926, 4 de septiembre). “Monumental Cinema”, p. 7.

La Voz (1926, 11 de septiembre). “Monumental Cinema”, p. 6.

La Voz (1926, 4 de octubre). “Monumental Cinema”, p. 7.

La Voz (1927, 22 de febrero). “Gran Teatro: ¿Una sesión de cante y baile flamenco?”, p. 13.

La Voz (1928, 9 de mayo). “Pardiñas”, p. 6.

La Voz (1928, 9 de junio). “Latina”, p. 6.

La Voz (1928, 11 de septiembre). “Ópera flamenca”, p. 7.

La Voz (1928, 21 de septiembre). “Salón San Lorenzo”, p. 2.

La Voz de Aragón (1929, 8 de junio). “Teatro-Cine Parisiana”, p. 10.


Consuelo la Trianita, cantaora en un mundo de hombres (y III)

En 1929 la prensa nos vuelve a ofrecer noticias sobre la Consuelo Ródenas, que seguía anunciándose en los carteles junto a los artistas de mayor prestigio en el género jondo. En el mes de marzo actuó durante una semana en el madrileño Teatro de Price, integrada en una compañía de ópera flamenca que llevaba como primeras figuras a la Niña de los Peines y Ramón Montoya.

Pastora Pavón, la Niña de los Peines

Pastora Pavón, la Niña de los Peines.

El Niño de Marchena, Chaconcito, Guerrita, Pena hijo, Emilio ‘el Faro’, El Pescadero, Villarrubia, el Gran Luquitas, el Catalán, el Niño Almendro, la Niña de Écija y la Trianita completaban el elenco de cantaores; y Luis Yance, Serapio Gutiérrez, Marcelo Molina y Julio Álamo, el de tocaores. En una de las funciones se entregó a Pepe Marchena la medalla de oro en memoria de don Antonio Chacón (Heraldo de Madrid, 11-3-1929).

De allí pasó al Cine Latina para ofrecer dos conciertos flamencos junto al Niño de Jerez, Ángel Penalva, el Niño de Hierro, Diego Moreno ‘Personita’, el Chato de las Ventas, Chaconcito y ‘Pena’ hijo, con el toque de Marcelo Molina, Luis Maravillas y Manolo de Badajoz (ABC, 17-3-1929). En abril debutó en la sala Ba-Ta-Clan de Barcelona, que la anunció como “la renombrada y colosal cantaora de flamenco La Trianita, diva del cante flamenco, […] acompañada a la guitarra por el notable y aplaudido profesor Serapio Gutiérrez” (El Diluvio, 21-4-1929).

En el otoño de 1929 actuó durante un mes en el Edén Concert de Valencia, que ofrecía un programa compuesto por treinta artistas de variedades, tres “vice-estrellas” y dos estrellas: la bailaora Pilar Molina y “la insustituible emperadora del género andaluz y flamenco Trianita, acompañada por el mago de la guitarra señor Gutiérrez” (El Pueblo, 30-10-1929). La gacetillas se refirieron a ella como la “insustituible creadora de su arte flamenco” (El Pueblo, 3-11-1929), “la mejor cantadora de flamenco vista en Valencia” (El Pueblo, 7-11-1929), “la deseada S. M. la Trianita, reina del cante flamenco” (El Pueblo, 11-12-1929) o la “única rival de la Niña de los Peines” (El Pueblo, 20-12-1929).

Anuncio de discos de la Trianita (Heraldo de Madrid, 8-1-1930).

Anuncio de discos de la Trianita (Heraldo de Madrid, 8-1-1930).

También en esa época, La Voz de su Amo anunció la “adquisición valiosísima de dos nuevos nombres”, Consuelo Ródenas y Manuel Vallejo, y su incorporación al grupo de “sus exclusivos […] con los más grandes artistas del ‘cante’ andaluz” (Heraldo de Madrid, 16-12-1929). El Niño de Marchena, el Niño del Museo, Angelillo, Cepero y Pena hijo ya se encontraban en esa selecta nómina de cantaores, que impresionaban sus placas de pizarra con el acompañamiento musical de Ramón Montoya. En su catálogo del mes de enero de 1930, la casa discográfica definía a la Trianita con estas palabras:

“… cantadora inimitable y genial intérprete del arte flamenco.

La voz extensa y vibrante de esta artista modula con las inflexiones más expresivas el típico estilo del ‘cantegitano. Entre los aficionados a él son famosas las ‘tarantas’, ‘peteneras’, ‘fandangos’ y ‘granadinas’ que ‘La Trianita’ dice de modo inimitable” (Heraldo de Madrid, 8-1-1930).

Entre los años 1929 y 1930, Consuelo Ródenas grabó trece discos bifaciales que contenían un total de veintiséis cantes, según los datos que aporta Pedro Moral en su canal Flamendro. En la selección de estilos, muy del gusto de la época en que reinaba la ópera flamenca, predominan claramente los fandangos (siete cantes). También hay malagueñas (dos), tarantas (dos), granaínas (uno), medias granaínas (dos), verdiales (uno), peteneras (dos), caracoles (uno), soleares (uno), seguiriyas (uno) y saetas (cuatro), además de dos cuplés.

¡Córdoba, la sultana!

Tras el clamoroso éxito del espectáculo La copla andaluza, que alcanzó el medio millar de representaciones en el Teatro Pavón de Madrid, proliferaron los estrenos de obras en las que un argumento sencillo servía de excusa para el lucimiento de un grupo de cantaores flamencos.

Anuncio de ¡Córdoba, la sultana!, en la plaza de toros de Badajoz (Correo Extremeño, 16-5-1930).

Anuncio de ¡Córdoba, la sultana!, en la plaza de toros de Badajoz (Correo Extremeño, 16-5-1930).

En esa línea, en marzo de 1930 se estrenó en el mismo coliseo ¡Córdoba, la sultana!, un “poema andaluz en tres actos, original de Salvador Mauri y Antonio Prada” (La Libertad, 25-3-1930) que fue llevado a escena por la compañía teatral de Carlos Martín Baena. Durante los quince días que permaneció en cartel fueron pasando por su elenco figuras como el Niño del Museo, el Sevillanito, el Niño de Almadén, la Niña de Chiclana, el Niño Gloria y hasta la mismísima Niña de los Peines.

En el mes de mayo la obra se llevó a la Plaza de Toros de Badajoz con un cuadro flamenco renovado, en el que destacaba la presencia de los cantaores Diego Moreno ‘el Personita’, Consuelo Ródenas ‘La Trianita’, “la intérprete del ‘Alma Andaluza’”, el Niño de la Puerta del Ángel y Manuel Parrondo ‘Macareno’, con la sonanta del Niño Sabicas (Correo Extremeño, 16-5-1930).

Aunque estaba previsto dar una única representación, el gran éxito obtenido obligó a ofrecer una segunda. “Los artistas muy bien acoplados. La parte musical y cantable [rayó] a extraordinaria altura” (Correo Extremeño, 17-5-1930). Unos días más tarde, la agrupación se presentó en Teatro La Torre de Alburquerque (Badajoz).

Durante el verano de 1930, La Trianita regresó al Edén Concert de Valencia, que seguía ofreciendo un nutrido programa de variedades, y después se presentó en el Teatro Principal de Almansa (Albacete), compartiendo cartel con los cantaores Juan Valencia ‘El Tafacto’, Paco ‘El Forneret’ y Personita, y con el guitarrista Antonio Vargas. “Los dos primeros cumplieron nada más que regularmente con su cometido, pero en cambio la actuación de ‘La Trianita’ y ‘Personita’ dejó altamente satisfecha a la afición, la cual les prodigó delirantes ovaciones” (El Defensor de Albacete, 31-7-1930).

Manuel Vallejo

Con Diego Moreno ‘Personita’ volvió a coincidir en febrero de 1931, cuando actuaron juntos en el Café de la Concha de Gijón, acompañados a la sonanta por Jorge López, ‘Petaca’. Las gacetillas reflejaron el “imponderable éxito de La Trianita, estrella de la canción, portadora del alma andaluza, única competidora de Pastora Imperio” (La Prensa, 1-2-1931), lo cual parece indicar que la cantaora también cultivaba con gusto el género de la canción española.

Nuevos éxitos en Madrid

Durante la primavera y el verano de ese año se pudo ver a Consuelo Ródenas en distintos coliseos de Madrid. En el mes de marzo participó en cuatro espectáculos de ópera flamenca que se ofrecieron en el Cine Pardiñas y en el Metropolitano. Completaban el reparto los cantaores Manuel Vallejo, el Niño de Berlanga, Miguel el de los Talleres, el Niño de Cazalla, El Almendro, Pavón y Personita, y los guitarristas Ramón Montoya, Habichuela y Nogales (La Voz, 25-3-1931).

También intervino en una función de cine y variedades a beneficio de los obreros parados que se celebró en el mes de mayo en el Cinema Chamberí, donde mostró su posicionamiento político cantando fandangos republicanos junto a Personita, con Carlos Verdeal a la bajañí (La Libertad, 24-5-1931).

En junio participó en un festival organizado por la Casa Central de Andalucía en el Teatro Calderón, que consistió en un concierto a cargo de varios cantantes líricos, el estreno un entremés cómico-flamenco escrito por Salvador Roldán y, como broche final, la intervención de la genial cantaora y cancionista Amalia Molina. La Trianita, El Viejo de Córdoba, Paco el de Córdoba, Personita y Rojo de Salamanca fueron los encargados de ilustrar con su cante la mencionada obra, con el toque de Luis López ‘Maravilla’ (La Época, 6-6-1931).

Amalia Molina

Amalia Molina

En los meses de verano actuó como fin de fiesta en el Teatro Pavón con la sonanta de Sabicas (Heraldo de Madrid, 8-7-1931) y se presentó en el Teatro de la Comedia, que ofrecía un programa de variedades en el que no faltaba “su miaja de cante por la inconmensurable artista La Trianita, acompañada de la guitarra del profesor Revuelta” (El Imparcial, 31-7-1931).

Asimismo, intervino en la verbena del Sindicato de Actores que, con el título de Fiesta de la Manzanilla, fue celebrada en la zona de recreos de El Retiro. Entre las muchas atracciones programadas se encontraba un “cuadro andaluz por los eminentes artistas Paco Mazaco, Niño de Almadén, Niño de Quesada, Isabelita la de Jerez y la Trianita. Maestros guitarristas: Manolo el de Badajoz, Niño Pérez y Pepe el de Badajoz” (La Voz, 7-8-1931).

La única referencia que nos brinda la hemeroteca en el año 1932 se refiere a una denuncia interpuesta por Consuelo Ródenas ante la policía por la sustracción de “dos sombreros valorados en 132 pesetas” durante un viaje en el coche de línea que iba desde A Coruña hasta El Ferrol (El Progreso, 20-2-1932).

Por tierras valencianas

Durante los años 1933 y 1934, la prensa sitúa a la Trianita actuando en distintas salas de Valencia. En el mes de enero regresó una vez más, con la categoría de estrella, al Edén Concert y durante su estancia en el mismo, participó en un festival celebrado en el Circo España a beneficio de la colonia de verano para los hijos de los obreros sin trabajo. La acompañó a la sonanta Juanito Fenollosa, ‘Chufa’ (La Correspondencia de Valencia, 24-1-1933).

La guitarrista Victoria de Miguel. Fuente: Escribano Ortiz, Y Madrid se hizo flamenco, 1990.

La guitarrista Victoria de Miguel. Fuente: Escribano Ortiz, Y Madrid se hizo flamenco, 1990.

En mayo “la sin par intérprete de canciones andaluzas” (¡Tararí!, 11-5-1933) actuó en el Teatro Apolo junto a un cuadro formado por los cantaores Niño de la Huerta, Niño de Cartagena, Niño de Alcalá, Niño de Cazalla, Niña del Patrocinio y Canario de Madrid, con las guitarras de Antonio Vargas, Victoria de Miguel y Juanito Fenollosa (Las Provincias, 11-5-1933).

El 25 de octubre se celebró en ese mismo coliseo un concurso de cante flamenco para la adjudicación de la Copa Valencia 1933, por la que compitieron los siguientes cantaores: “Niño de la Estrella, Veganito de Jerez, Juanito Carbonell, Niño del Brillante, Niño de los Corrales, Pepe Marchenera, Niño de Levante, Niño de Sevilla, Niño de la Alegría, Canario del Alba, Lorencín de Madrid, Juan Lozano ‘Niño de Cartagena’” (La Correspondencia de Valencia, 25-10-1933). El toque de guitarra corrió a cargo de Miguel Ruiz, Salvador Moreno, Francisco Molina, Ramón Bustamante y Francisco Agustí ‘El Ros‘, y la Trianita actuó fuera de concurso, como cantaora invitada.

En mayo de 1934 intervino en una función a beneficio de la orquesta cubana Lecuona que tuvo lugar en el Teatro Ruzafa, donde compartió cartel con artistas como la bailarina La Yankee o la cancionista Anita Sevilla (Las Provincias, 30-5-1934); y en septiembre debutó en el Edén Concert de Madrid.

La última noticia que nos ofrece la hemeroteca sobre Consuelo Ródenas data del mes de octubre de 1938 y la sitúa actuando en el Cine Hollywood de Madrid, que, tras la película, ofrecía un fin de fiesta con Isabel Berlanga, Paco el Lorquino, Angelita Ramos, Carmen Numantini, Dolores del Río, Carmen Flores y la Trianita (La Libertad, 23-10-1938).

Hasta aquí nos han traído las pesquisas sobre la figura de esta cantaora, a quien, además de sus innegables cualidades artísticas, hay que reconocer el mérito de haber sido capaz de abrirse camino en un mundo copado por los varones.

Algunos cantes de Consuelo la Trianita, con la guitarra de Ramón Montoya:


Consuelo la Trianita, cantaora en un mundo de hombres (I)

Hace unos meses, el investigador Pedro Moral compartió en su canal de YouTube, Flamendro, dieciséis registros sonoros de La Trianita acompañada a la guitarra por Ramón Montoya, y aportó las referencias de diez cantes más, impresionados todos ellos en 1929 para La Voz de su Amo. Ése ha sido el acicate que me ha llevado a la hemeroteca en busca de datos que nos permitan arrojar luz sobre la vida y la trayectoria artística de esta cantaora, a quien hay que reconocer el mérito de abrirse camino en un mundo eminentemente masculino, como era el del cante flamenco en aquellos años.

Entrega de la llave de oro del cante a Manuel Vallejo. Teatro Pavón de Madrid, 5 de octubre de 1926.

Entrega de la llave de oro del cante a Manuel Vallejo

Dan testimonio de ello los carteles de la ópera flamenca, en los que, por lo general, y con la excepción de unas cuantas figuras de relevancia, están en clara minoría las mujeres y la presencia femenina suele circunscribirse al apartado del baile, que normalmente se ofrecía en el fin de fiesta.

También es muy significativa, en este sentido, la fotografía que inmortaliza el momento en que Manuel Torres hace entrega de la llave de oro del cante a Manuel Vallejo ante un nutrido grupo de artistas. Está tomada en 1926 en el Teatro Pavón de Madrid y entre sus protagonistas sólo aparece una mujer, La Trianita. Una imagen vale más que mil palabras.

Las pesquisas nos llevaron hasta la bailaora Encarnación Sánchez, la Trianita, que desarrolló una brillante carrera en los escenarios de variedades españoles durante toda la década de 1910, mas no se trata de la misma persona. La cantaora a la que nos referimos, que también eligió ese nombre artístico, se llamaba Consuelo Ródenas Oliver.

Las primeras referencias que nos ofrece la prensa sobre ella datan del año 1925 y la sitúan de gira por España junto a la Agrupación Sultanita, una troupe organizada por el empresario Vedrines en torno a la figura de su esposa, la canzonetista y estrella de variedades La Sultanita. Completaban el elenco las bailarinas Aurorita Imperio -hija del matrimonio-, Nieves Daris y María Morera; el Trío Genil, concertistas de guitarra; la pareja de bailes españoles Las Romanitas, el bailaor Lucianillo (1), los cantaores El Canario y Antonio Pozo ‘el Mochuelo’; el guitarrista Luis Yance y la cantaora Consuelo la Trianita, que en ocasiones también se anunciaba como Consuelo la Trianerita.

La Sultanita (Mundo Gráfico, 18-7-1923)

La Sultanita (Mundo Gráfico, 18-7-1923)

La compañía actuó en el mes de mayo en el Teatro Mora de Huelva y en el Salón Ramírez de Córdoba, y regresó a esta ciudad en julio para presentarse en el Teatro Stadium. En agosto pasaron por el Salón Olimpia de Écija, en septiembre por el Teatro Cervantes de Albacete y en octubre se les pudo ver en el Teatro Guerra de Lorca (Murcia). Aunque en todos estos lugares cosecharon abundantes aplausos, es la prensa lorquina la que nos ofrece una crítica más detallada sobre la actuación de Consuelo Ródenas, que fue una de las triunfadoras de la noche, lo mismo que su acompañante, Luis Yance:

“‘La Trianitacanta muy bien sus cantos flamencos, acompañada por el justamente llamado ‘mago de la guitarra’, al que se oye con delectación. […]
Todos los artistas fueron aplaudidísimos, y a todos se les hizo prolongar el programa” (La Tarde de Lorca, 16-10-1925).

“La Trianita es una cantante del llamado canto flamenco, dotada de buena voz y gusto exquisito, que canta los aires populares de la región andaluza, con estilo neto, clásico, sin esas mistificaciones y adulteraciones que vienen sufriendo los aires regionales todos, por el empeño de llevarlos al papel pautado. […]

Por eso me gusta la Trianita cantando aires andaluces no sujetos a ‘solfa’ y sobre todo, al compás de una guitarra que es el único e insustituible instrumento de estos cantos; y cuando el guitarrista es como Luis Yance, mejor, porque […] Yance es, en su género, un guitarrista de cuerpo entero” (Juan del Pueblo, La Tarde de Lorca, 17-10-1925).

El guitarrista Luis Yance.

El guitarrista Luis Yance.

En esa época, siguiendo el ejemplo del famoso concurso de Granada de 1922, proliferaron los certámenes de cante, como el celebrado en el Salón San Lorenzo de Córdoba los días 24 y 25 de agosto de 1925, con un lleno hasta la bandera. Entre los participantes se encontraba Consuelo la Trianita, que “dijo sus tarantas y fandanguillos con excelente voz y gran sentido de lo que dice, siendo muy aplaudida”. Actuó a continuación El Canario, que “cantó bien, con gusto y voz, pero hay que largarle a las coplas una mijita de salero para que la cosa resulte flamenca y graciosa”. Los acompañó a ambos Luis Yance, “que deleitó una vez más al público con su vigüela que en sus manos es una orquesta reunida. Con la guitarra de Yancer (sic) no hay quien cante mal” (La Voz, 25-8-1925).

Unos días más tarde se celebró un nuevo concurso en la Plaza de Toros de esa ciudad, en el que se disputó la Copa de Córdoba. Las bases establecían que sólo podrían presentarse artistas profesionales y que el público sería el encargado de juzgar a los participantes. “Cada espectador tiene el derecho a emitir su voto a favor del que más le haya gustado y las candidaturas […] van impresas al dorso de los billetes de entrada” (La Voz, 3-9-1925).

El cantaor Antonio Pozo, el Mochuelo.

El cantaor Antonio Pozo, el Mochuelo.

Además de El Mochuelo y el Niño de Marchena, que cantaron como invitados, concurrieron un total de seis cantaores, entre los que Consuelo Ródenas era la única mujer. El acompañamiento corrió a cargo de los guitarristas Luis Yance y El Tripa. Tras el escrutinio, resultó ganador el Niño de Tetuán, aunque hubo quien mostró su descontento, por el escaso número de votos emitidos y por considerar que los cantes ejecutados por la mayoría de los artistas -muy del gusto de la época- no gozaban de la categoría suficiente para hacerlos merecedores de ese premio:

“… De las 6.000 personas que aproximadamente había en la plaza sólo han votado 1.302.

El resultado ha sido el siguiente:

Niño de Tetuán, 655 votos; El Canario, 340; Niño de Bronce, 187; El Pena (de Sevilla), 107; La Trianita, 7, y el Niño de Valdepeñas, 6. […]

A nuestro juicio, como aficionados, el premio ‘Copa de Córdoba’ no debió concederse a ninguno de los concursantes.

Pero en todo caso […] la hubiésemos concedido al Niño de Bronce, único que dijo cantes de categoría: soleares, seguidillas y martinetes.

Fue el único flamenco del concurso. Los demás no hicieron más que entonar cantes livianos e intentar con bastante desacierto remedar los cantes de Chacón y Juan Breva. ¡Qué valor!

Concursos como éste, quitan la afición al público. Cuando éste debía ser más cuidado en una afición que renace, vienen industriales desaprensivos que, organizando una troupe de ‘cantaores’, van de pueblo en pueblo ofreciendo concursos como el presente, en el que hemos oído hasta guajiras. ¡El colmo!…” (La Voz, 8-9-1925).

El Niño de Marchena

El cantaor Niño de Marchena.

En marzo de 1926, “‘la Trianerita’, artista de mucha voz y estilo” (Las Provincias, 28-3-1926), fue contratada en el Teatro Chapí de Villena (Alicante), para cantar saetas durante la proyección de la película El niño de las monjas, de Antonio Calvache, que incluye escenas de la Semana Santa sevillana.

Durante todo el mes de mayo, se anunció en el Bar Azul de A Coruña “la cantadora de flamenco sin rival, por tarantas, Consuelito Ródenas, acompañada por el gran y conocidísimo profesor de guitarra Ramón Montoya (hijo)” (El Noroeste, 5-5-1926). En contra de lo que suele ser habitual, la prensa publicaba el programa previsto para los tres conciertos que se ofrecían cada día, “de 3 a 4, de 8 a 9 y de 10 a 12”. Ello nos da una idea del amplio repertorio que dominaba la cantaora, que resumimos a continuación (2):

Bulerías, soleares (soleares por Sevilla), bulerías por soleares, granaínas (granaína de Chacón), medias granaínas (media granaína de Chacón), fandanguillos (fandanguillos de Córdoba, por Granada, alosneros, huelvanos, marcheneros, de Cepero), malagueñas (malagueñas por la Niña de los Peines, por Levante, de Chacón), tarantas (tarantas por cartageneras, del Cojo de Málaga), caracoles, tientos, zambra gitana y jota aragonesa (El Noroeste, 5 a 28-5-1926).

Tras sus “brillantes actuaciones” en el Bar Azul, que se vio “lleno a diario”, la prensa se refería a Ramón Montoya (hijo) y Consuelo Ródenas ‘La Trianita’ como “prodigioso ‘tocaor’” y “maestra”, respectivamente, “en esa sugestiva y pintoresca modalidad del arte que se llama el ‘cante jondo’” (El Noroeste, 16-6-1926).

Petra García Espinosa, la NIña de Linares

La cantaora Petra García Espinosa, la NIña de Linares.

Una vez cumplido ese compromiso, ambos fueron contratados para intervenir en la zambra gitana incluida en el sainete El niño de oro, de José María Granada, que en los meses de junio y julio fue representado por la compañía de comedias de Aurora Redondo y Valeriano León en el Teatro Rosalía de Castro de A Coruña y en el Tamberlick de Vigo. La “célebre cantadora” obtuvo “un éxito especial [….], cantando muy bien las granadinas acompañada a la guitarra por el maestro Montoya (hijo)” (El Ideal Gallego, 15-6-1926). Asimismo, la pareja actuó a finales de junio en el Teatro Principal de Lugo, que ofrecía un programa de cine y variedades (El Progreso, 25-6-1926).

Durante el verano de 1926 La Trianita también se presentó en el Teatro Pavón de Madrid, junto a artistas como el Chato de las Ventas, Niño de Linares, José Cepero, Manuel Escacena o José Pavón (El Liberal, 27-7-1926); y en el Teatro Nuevo de Zamora, compartiendo cartel con El Macareno, el Niño de Triana, la Niña de Linares y el Niño de Tetuán, con las guitarras de Jorge López ‘Petaca’, Habichuela Chico y Manuel Bonet (Heraldo de Zamora, 31-7-1926).

Algunos cantes de Consuelo la Trianita, con la guitarra de Ramón Montoya:


Notas:
(1) Podría tratarse de Luciano Rodríguez, que más tarde adoptaría el nombre artístico de Antonio Virutas.
(2) Se transcriben las denominaciones de los estilos tal y como aparecen en la prensa.


Lolita Astolfi, cuando el baile se convierte en sentimiento (y VI)

Su intervención en la fiesta flamenca celebrada en casa de Federico Villanueva en abril de 1934 fue una de las últimas actuaciones de Reglita Astolfi, que en octubre de ese año abandonó los escenarios para contraer matrimonio con el periodista del diario La Nación Luis Muñoz Lorente. El enlace tuvo lugar en Villa Astolfi, el chalet de su hermana, y comparecieron como testigos el propio Villanueva y grandes personalidades del mundo teatral, como los hermanos Álvarez Quintero o Jacinto Guerrero (La Nación, 4-10-1934). De la breve carrera artística de Regla merece la pena destacar su intervención en la película El Patio de los Naranjos, dirigida en 1926 por Guillermo Hernández Mir, autor de la novela homónima.

Varias imágenes de El patio de los naranjos (1926)

Varias imágenes de El Patio de los Naranjos (1926)

Bailaora de cuerpo entero

En una segunda fiesta celebrada a principios de mayo en el domicilio de Villanueva, Lolita Astolfi también mereció grandes elogios y, a juzgar por la crónica de ABC, podría decirse que encarnaba el que, según la gran Pastora Imperio, debía ser el prototipo de baile femenino. “Los brazos hay que arquearlos con majestad, porque hay que bailar con ellos tanto como con los pies. El arte y el salero tienen que ser también cosa de arriba. ¡Si el flamenco hay que bailarlo hasta con los ojos!”, sentaba cátedra la veterana artista en las páginas de la revista Estampa (9-6-1934).

“En el cuerpo menudito de esta bailarina se encierra el alma y la gracia de Andalucía toda. Lolita Astolfi expresa, cuando baila, el ritmo mismo de la música. Y no baila únicamente con sus pies y con las ondulaciones de su cuerpo; baila con todo: con el alma, con la boca, con los ojos, hasta con la punta de la nariz…” (ABC, 8-5-1934).

En una tercera fiesta ofrecida por Villanueva en el mes de junio para agasajar a sus amistades del cuerpo diplomático, “acompañada a la guitarra por el concertista Castro, […] bailó tangos serranos, soleares, mango cubano y otros muchos bailes, a petición de los invitados, que no cesaron de aplaudirla (sic) y de alabar su arte” (Ahora, 5-6-1934).

Lolita Astolfi, por Walken.

Lolita Astolfi, por Walken.

Zarzuela, sainetes, variedades…

En esa época, Lolita también prestó su colaboración en distintos festivales benéficos, como el organizado por el Consejo Superior de Protección de Menores en el Círculo de Bellas Artes, donde “bailó, con su estilo, inconfundible, dos danzas de Albéniz y una talaverana” (La Nación, 25-6-1934); y a partir del mes de julio empezó a presentarse con cierta frecuencia en el Teatro Coliseum de Madrid, que tenía como empresarios a Juanito Carcellé y Jacinto Guerrero. De este último es la partitura de Colores y barro, una zarzuela con libreto de los Álvarez Quintero que contenía un número de baile titulado “La Giraldilla” creado expresamente para su paisana. La obra se estrenó en dicho teatro en septiembre de 1934 y Lolita Astolfi estuvo “magnífica”:

“Su única intervención sorprendió al público. Un baile femeninamente español y andaluz, de esos que sabe ella bailar con singular maestría. El silencio de la sala durante el taconeo de la bailarina fue roto con una ovación estruendosa de apoteosis, que volvió a sonar cuando la Astolfi terminó de bisar el alegre número…” (La Nación, 5-9-1934).

Lolita Astolfi

Lolita Astolfi

En el mes de octubre se repuso en el Coliseum el sainete arrevistado El sobre verde, con libreto de Jiménez de Paradas y música del maestro Guerrero. En esta nueva versión de la obra destacaba la presencia de Pastora Imperio, así como la inclusión de tres números nuevos, entre ellos un danzón cubano que fue interpretado por Lolita “de manera inolvidable” (Heraldo de Madrid, 3-10-1934).

En febrero de 1935, la Astolfi se presentó en el Teatro Principal de Zaragoza junto al tenor Juan García y un elenco de variedades internacionales. Allí “se hizo admirar, como siempre, por el ritmo, la gracia, la plasticidad y, en suma, el arte con que da vida y expresión a todas sus interpretaciones” (La Voz de Aragón, 9-2-1935). La acompañó a la guitarra Teodoro Castro. Poco después intervino en el sainete Alma de Dios, de Carlos Arniches y Enrique García Álvarez, que se llevó a escena en el Coliseum en una función a beneficio de las colonias infantiles.

En abril regresó al Circo Barcelonés, compartiendo cartel con la cupletista Ofelia de Aragón, y la prensa la elogió por haber “perfeccionado su arte ‘cañí’ adornándolo con nuevos matices y cambiantes, con nuevos colores y luces, pero conservando siempre aquella espontaneidad inimitable” (El Diluvio, 19-4-1935). En su afán de crecer y asumir nuevos desafíos, unas semanas más tarde se presentó en el Teatro Principal de Palencia junto al tenor José Luis Coca, la soprano Consuelo Obregón y el pianista Carlos Arijita.

Lolita Astolfi (Mundo Gráfico, 10-1-1934)

Lolita Astolfi (Mundo Gráfico, 10-1-1934)

En la primera parte del programa, los dos cantantes interpretaron varios fragmentos de obras líricas; la segunda fue un “recital de Lolilta Astolfi (en sus creaciones), con intermedios de concierto de Arijita”; y la tercera, compuesta por varias canciones, concluyó con el dúo “La del manojo de rosas”, de Sorozábal, bailado por Lolita Astolfi y cantado por Coca y Obregón (El Día de Palencia, 5-6-1935). La sevillana estuvo “muy rítmica, muy exacta y muy segura de cuanto interpretó. […] Todos rivalizaron en su admirable actuación y para todos hubo numerosos y bien merecidos aplausos” (El Día de Palencia, 7-6-1935).

Durante el verano de 1935 Lolita deleitó con sus bailes al público de San Sebastián, Biarritz y San Juan de Luz, e intervino en la verbena de la prensa celebrada en la Playa de Madrid, junto a artistas como Anita Sevilla, Muguet, el Niño de Marchena o una jovencísima Carmen Amaya. Asimismo, durante la primera quincena de septiembre fue cabeza de cartel en el Teatro de la Comedia, honor que compartió con la cupletista Carmen Flores. Las crónicas ensalzaron su elegancia, su personalidad y su “estilo propio, de bailarina de casta, de genio, de carácter, […] que une a la justeza del ritmo la más depurada escuela” (La Nación, 31-8-1935). En la función de su beneficio, artistas como Conchita Piquer o el tenor Juan García quisieron arroparlas, y la Flores y la Astolfi vivieron una noche memorable:

Lolita Astolfi (Mundo Gráfico, 7-6-1933)

Lolita Astolfi (Mundo Gráfico, 7-6-1933)

Carmen Flores se superó a sí misma […].

Lolita Astolfi, como nunca. Es artista porque lo es. Del baile, de la mímica. No hace falta que cante, que diga lo que siente. Todo lo dice con sus pies y sus brazos y sus ojos llenos de expresión y su boca llena de alegría. Acompañada a la guitarra por Juan García y por Teodoro Castro, interpretó a maravilla la canción ‘El delantal de la china’. Al terminar, el público la hizo salir dos, tres, cinco veces, y le pidió reiteradamente que repitiera el número. […]

Terminó el espectáculo. Eran las dos de la madrugada y el público seguía en sus asientos, aplaudiendo sin cesar a Carmen Flores y Lolita Astolfi, que lloraban de alegría, ante la entusiasta despedida…” (La Nación, 10-9-1935).

Cartel de Lolita Astolfi (Biblioteca Virtual de Madrid)

Cartel de Lolita Astolfi (Biblioteca Virtual de Madrid)

Artista con mayúsculas

Unas semanas más tarde, el periodista Sebastià Gasch le dedicaba un artículo en la revista Mirador, en el que ponderaba su calidad artística y su enorme poder de transmisión con frases como éstas:

“La función de beneficio y despedida de esta artista –artista de verdad, porque si ser artista quiere decir armonizar una clara inteligencia y una exquisita sensibilidad, la Astolfi alcanza como pocas este equilibrio- fue un acontecimiento memorable. […]

Lolita Astolfi es artista. Ya lo hemos dicho. Y una gran artista. Pero, ¿es bailarina? Aunque se anuncie como tal, creemos que no. Porque la Astolfi no baila. […] Lolita Astolfi, más que bailar, expresa. […]

Los brazos, por tanto, juegan en el arte de Lolita Astolfi un papel importante. Los brazos, las castañuelas y el rostro con esos ojos tan elocuentes y esa boca tan llena de alegría. Porque ésta es la trinidad con la que esta artista expresa sus sentimientos, sus emociones, sus deseos…

Lolita Astolfi (La Nación, 14-12-1934)

Lolita Astolfi (La Nación, 14-12-1934)

Ello quiere decir que los movimientos de brazos, juegos de la fisonomía y repiqueteo de castañuelas no son un fin en sí, como en la danza verdadera, sino que son un medio para expresar la emoción que la música ha causado a la artista. […]

Y el fin, la emoción, es también de primera. Porque esta niña tiene sentimiento para dar y para vender. Se emociona y sabe expresar su emoción con medios emocionantes” (Mirador, 26-9-1935).

En el otoño de 1935 emprendió una gira por Castilla, Andalucía y Marruecos junto a la cantante de tangos Tania y el compositor argentino Disdépolo. A su regreso a Madrid, participó en la Fiesta del Sainete, organizada por la Asociación de la Prensa en el Teatro Ideal, e intervino en la ópera Carmen, que fue llevada a escena en el Teatro Calderón con la contralto María Falliani y el tenor Miguel Fleta en los papeles principales. Lolita Astolfi “llenó con su arte magnífico la escena” (La Nación, 1-2-1936) y “prestó” a la danza gitana “carácter puro de gracia agarena y ‘chic’ personal y estimable -en el gesto, en la actitud, en el traje- que le valió una calurosa salva de aplausos” (La Nación, 22-1-1936).

Lolita Astolfi (Ahora, 1-2-1936)

Lolita Astolfi (Ahora, 1-2-1936)

Durante su estancia en el Calderón también actuó en la gran fiesta lírica de la Asociación de la Prensa. Con Pablo Sorozábal al frente de la orquesta, bailó dos danzas: el preludio del cuarto acto de Carmen y el pasacalle de la zarzuela La del manojo de rosas. “¡Qué prodigio de armonía y ritmo el de esta bailarina! ¡Qué talento en el arte de tocar las castañuelas y en de dibujar curvas airosas con el cuerpo! Lolita Astolfi y el maestro Sorozábal escucharon una gran ovación” (ABC, 31-1-1936).

Asimismo, durante los primeros meses del año 1936 trabajó en dos nuevas películas producidas por CIFESA. La reina mora, basada en la zarzuela homónima con libreto de los Álvarez Quintero y partitura de José Serrano, fue dirigida por Eusebio Fernández Ardavín, y protagonizada por María Arias, Raquel Rodrigo, Pedro Terol y José Gil. La Astolfi interpretaba “una danza nueva, original, de puro sabor árabe” (Cine Sparta, 28-3-1936), para la cual se había inspirado durante su reciente viaje por el norte de África. La cinta fue estrenada en octubre de 1937.

Lolita Astolfi en El genio alegre

Lolita Astolfi en El genio alegre

En El genio alegre, también a partir de una obra de los Álvarez Quintero, Lolita no sólo se mostró “genial como bailarina” sino que además fue una auténtica “revelación como actriz” (Cinegramas, 19-7-1936). Concha Catalá, Antonio Vico, Leocadia Alba y Rosita Díaz fueron algunos de sus compañeros de reparto, bajo la dirección de Fernando Delgado.

El estallido de la guerra civil obligó a parar el rodaje en exteriores, que sólo pudo ser retomado tras el fin de la contienda. El filme se estrenó en diciembre de 1939, demasiado tarde para Lolita Astolfi, que había fallecido en San Sebastián el último día de 1938 a consecuencia de un shock operatorio.