En junio de 1939 la Venus de Bronce interpreta “sus mejores bailes” en una verbena española que se celebra en el Palacio de Carlos V de Granada (Patria, 7-6-1939). Unas semanas más tarde, junto a Rafael Ortega, presenta en el Coliseo San Andrés de Córdoba su espectáculo “Luces de España”, en el que también participan artistas de la categoría de Manolo Caracol y Melchor de Marchena.
“La labor personal de Custodia Romero y Rafael Ortega, en la interpretación de la ‘danza del fuego‘, del ‘Amor brujo‘, de Falla, fue algo admirable de armonía y arte. Lo mismo en ‘Los claveles‘ y en una danza-canción. Los admirables artistas escucharon merecidas ovaciones en esta parte.
Final de programa, fue la interpretación por todos los artistas que integran la compañía de variedades del poema andaluz ‘Romería del Rocío‘, estampa castiza de nuestra Andalucía, con sus ‘cantes’ y bailes. En ella lució aún más el arte incopiable de los dos ‘calés’ de más reconocida fama: La Venus de bronce, y el gran bailarín…” (Azul, 18-7-1939, p. 13).

Custodia Romero (Crónica, 1-11-1931). BNE.
En el mes de agosto, con el mismo éxito, presenta su espectáculo en un festival benéfico organizado por el Sindicato Provincial Textil y del Vestido en el Teatro San Fernando de Sevilla:
“Después de varios números de bailes interpretados por Rafael Ortega y Custodia Romero, el espectáculo finalizó con la interpretación de la copla escenificada ‘La toná de la fragua‘, en la que tomó parte todo el citado elenco artístico, que, como siempre, produjo el desbordamiento del entusiasmo del público, que ante las constantes ovaciones se vio obligado a bisar algunos números, cantando Caracol algunos de sus inimitables fandanguillos” (Hoja Oficial de los Lunes, 28-8-1939).
Durante los años siguientes se mantiene la colaboración artística entre Custodia Romero, Rafael Ortega y Manolo Caracol. Varias décadas después, Lola Flores aún recuerda con nitidez la fecha exacta en que se presentó junto a ellos en el Teatro Villamarta de Jerez, “en el espectáculo ‘Luces de España’. Fue el martes 10 octubre de 1939. Conservo un grato recuerdo de aquel día” (Diario de Burgos, 6-2-1972). En marzo de 1940 la compañía -en la que también figuran Rita Ortega, Caracol padre y Esteban de Sanlúcar– obtiene un sonado éxito en el Teatro Cervantes de Sevilla. Llama especialmente la atención la escena escenificada “Camino del Rocío”:
“Y mientras Custodia Romero y Rafael Ortega descifran con sus giros, y pasos, y actitudes, todo el misterio del ‘baile jondo‘, unas veces, liviano, otras, Niño Caracol, a los sones de la guitarra de Esteban de Sanlúcar -guitarra que también sabe cantar-, nos va dando una lección de fandangos, algunos de ellos, prendidos, en su último tercio, con graves y extraños ecos de ‘saetas’.
Otra vez Cervantes ha podido gustar -como en solemnes acontecimientos- del fabuloso cartel de ‘No hay billetes’” (Hoja Oficial de los Lunes, 4-3-1940).

Custodia Romero en portada de la revista Crónica, 17-6-1934. BNE.
En abril se presentan en Barcelona, contratados por Montserrat, y a partir del mes de mayo la Venus de Bronce comienza una nueva andadura con la empresa Circuitos Carcellé, que la presenta en Zamora -junto a una zambra gitana del Sacromonte-, Guadalajara y en el Teatro de la Zarzuela de Madrid, entre otros lugares.
A finales de 1940 se integra en la compañía de Pastora Imperio, de nuevo junto a Rafael Ortega y Manolo Caracol. En el elenco también figuran los guitarristas Niño Pérez y Miguel Marchena, así como diversas atracciones de variedades. En diciembre actúan en el Teatro Cervantes de Granada y en el Gran Teatro de Córdoba con sus “escogidas estampas escenificadas, de las que hay que destacar ‘La Toná de la Fragua’ y el ‘Canto a la Soleá’ […]. Y como final, asistimos a un ‘Bautizo gitano’, en el que hubo salero, rumbo y la gracia peculiar de estos grandes artistas. El numeroso público premió la meritoria labor de todos y cada uno de ellos con calurosas ovaciones” (Azul, 20-12-1940). En enero de 1941 son muy ovacionados en el Gran Teatro Cervantes de Sevilla y en marzo se presentan en el Circo Barcelonés.
Tras varios años apartada de los escenarios, en abril de 1944 la encontramos actuando en el Teatro Maravillas de Madrid, con una compañía de “varietés y arte ‘cañí’” encabezada por la actriz y cantante Raquel Rodrigo. En el programa destaca “la maravilla de estética y buena danza de Custodia Romero”, que también canta con gran estilo, acompañada por el “arte exquisito de Ramón Montoya” (Hoja Oficial del Lunes, 10-4-1944).

Custodia Romero (Crónica, 3-12-1933). BNE.
En el otoño de 1945, la Venus de Bronce anuncia su intención de regresar a las tablas y organiza un concurso, dotado con un premio de 500 pesetas, para poner nombre a su nuevo espectáculo. El ganador resulta ser el novillero Miguel Carrillo y el título seleccionado, “Bronce fundido” (ABC, 18-10-1945). Una vez concluidos los preparativos necesarios, en febrero de 1946 debuta en el Gran Teatro de Córdoba con su nueva compañía, compuesta por Rafael Ortega, el cantaor Canalejas de Puerto Real, el bailaor Miguel de los Reyes, el cantante Enrique Rodri-Mur y una veintena de aristas más. El espectáculo consiste en una sucesión de estampas costumbristas y folclóricas, escritas por Castellano y Del Campo, y musicadas por el maestro García. Cuando se presentan en el Teatro Cervantes de Sevilla, obtienen excelentes críticas:
“Bronce fundido
Rara vez en un espectáculo de esta naturaleza se logra una armonía tan perfecta entre los distintos elementos que lo integran […].
Custodia Romero, bellísima y en pleno dominio de los secretos del canto y del baile, continúa siendo la sugestiva y atrayente Venus de Bronce, desbordante de simpatía y de hechizo gitano. Tuvo par en la señera figura del arte ‘cañí’, que es Rafael Ortega, quien por extensión cultivó también felizmente otros aspectos de las variedades. Ambos artistas fueron objeto de grandes ovaciones y se vieron obligados a repetir los números en que asociaron su fructífera colaboración” (ABC de Sevilla, 14-3-1946).

Custodia Romero.
Unos meses más tarde, Custodia emprende una gira por el norte de España para presentar su nuevo montaje, “Bronce y marfil”, creado por Vicente Vila-Belda y el maestro Latorre. Rafael Ortega ya no figura en los carteles. El público de ciudades como Vigo o Pontevedra abarrota los teatros y hace “bisar diversos números del espectáculo de arte flamenco, estilizado y fino” (La Noche, 24-6-1946). Aunque no hemos podido conocer más detalles sobre el desarrollo de esta obra, varias fuentes afirman que con ella la bailaora “recorrió en triunfo toda Europa y América” (Cifra, ABC, 7-3-1974).
La última referencia periodística que hemos podido localizar la sitúa actuando en el Teatro Fontalba de Madrid, en la presentación de “Danza-Teatro” por la compañía del bailarín José Toledano, con un programa “compuesto por escenificaciones de nuestras danzas, sobre números de Falla, Albéniz, Malates, Quiroga, Monreal, Granados, Turina, Navas y Carnicer. Se repitieron algunos bailables que valieron a sus intérpretes calurosos aplausos del público que llenaba la sala…” (ABC, 31-1-1952).

Custodia Romero (Estampa, 28-2-1928). BNE.
Una bailaora norteamericana llamada Inesita, que llegó a España en 1953 para estudiar flamenco, nos deja un valioso testimonio sobre el tiempo en que convivió con Custodia Romero en su domicilio de la Gran Vía de Madrid:
“Era primavera y ya hacía calor. Cuando fui a su apartamento, […] me dijo que podía alquilar la habitación de invitados por unas 50 pesetas al día. Eso eran alrededor de 500 pesetas por mes. Era una habitación sencilla y sólo había un baño en el apartamento. Me gustaba la idea de quedarme con una bailarina española. Custodia era una hermosa mujer de origen andaluz de Jerez de la Frontera (sic). Su apariencia era como la de una de esas muñecas disfrazadas que se vendían en las tiendas de toda España para los turistas. […] Vista en su conjunto, daba una imagen de control y autoridad. Su tez impecable tenía color de aceituna y, con una nariz aguileña y una boca bien formada con dientes perfectos, parecía el epítome de la bailaora andaluza sobre la que se lee en Virgin Spain de Waldo Frank, que describió a la bailarina andaluza como una figura de diosa, en realidad, un tipo matriarcal.
A menudo, a última hora de la mañana entraba en el apartamento cantando fandangos. Parecía feliz y contenta. Se la conocía como la Venus de Bronce y todavía evocaba esa imagen.
Tenía una criada, un ama de llaves que era cocinera y sirvienta en general. […] También tenía otro inquilino en la casa, un joven estudiante de medicina puertorriqueño…” (1)
Al final de su vida, Custodia Romero se instala en La Carolina (Jaén), donde tiene algunos familiares. Allí fallece el 6 de marzo de 1974, en su domicilio de la Calle Santa Teresa, a consecuencia de una trombosis cerebral.
…
Nota:
(1) “Staying with Custodia Romero in Madrid”, Flamenco-Inesita.
La traducción es mía. Según el testimonio de esta bailaora, el apartamento en que vivía Custodia se lo había comprado su novio.