Flamencas por derecho

Mujeres que han dejado su impronta en la historia del flamenco

Flamencas por derecho - Mujeres que han dejado su impronta en la historia del flamenco

Pepita Ramos ‘la Niña de Marchena’, una gran revelación (I)

La ciudad de Marchena ocupa un lugar destacado en el universo flamenco gracias a la labor de artistas tan relevantes como el guitarrista Melchor de Marchena o el cantaor José Tejada Martín, más conocido como Pepe Marchena o, en sus inicios, Niño de Marchena.

Aunque no tan reconocida y recordada, en el siglo XX también existió una cantaora que llevó el nombre de su pueblo por los escenarios de toda España: Pepita Ramos Martín, la Niña de Marchena, que, según Blas Vega y Ríos Ruiz (Diccionario Enciclopédico Ilustrado del Flamenco, 1988), nació en 1915 en la localidad sevillana y falleció en Caracas en 1980.

Pepita Ramos, la Niña de Marchena (Fuente: Fernando el de Triana).

Pepita Ramos, la Niña de Marchena (Fuente: Fernando el de Triana).

Su maestro, Fernando el de Triana, le dedicó estas palabras en su conocido libro Arte y artistas flamencos (1935: 190):

“De esta flamante cantadora, solo diré que posee una preciosa voz, clara y potente; y que a pesar de su juventud, tiene una afición sin límite a los cantes viejos.

De mi escuela canta la jabera y la rondeña, y dondequiera que ha cantado estos cantes se los ha premiado el público con halagüeñas ovaciones; y como reúne las cualidades que antes digo, creo que no será difícil que llegue a ocupar un buen sitio en el cante andaluz” .

Cuando se publicó la citada obra tenía Pepita veinte años de edad y ya había debutado con gran éxito ante el público sevillano. En marzo de 1934 se presentó en el Centro Cultural Tertulia el Arenal junto a su mentor, que impartió una conferencia titulada “Algunas cosas sobre cante andaluz”. La prensa le auguraba ya un prometedor futuro artístico:

“La charla de Fernando Rodríguez fue maravillosamente ilustrada por la célebre cantadora Pepita Ramos (Niña de Marchena), acompañada a la guitarra por el notable profesor don Manuel Moreno.

La Niña de Marchena posee excelentes facultades para el cante y será en breve plazo estrella luminosa preferida por todos los públicos” (El Liberal de Sevilla, 12-3-1934).

Manolo Moreno (Fuente: Fernando el de Triana)

Manolo Moreno (Fuente: Fernando el de Triana)

Unas semanas más tarde, en la madrugada del Viernes Santo y acompañada por el Niño de Villanueva, se asomó a los balcones de la Asociación de la Prensa para cantar saetas al paso de las cofradías. Su actuación no pasó desapercibida a los cronistas, que le dedicaron grandes elogios:

“… el ya famoso artista Niño de Villanueva y la bella joven Pepita Ramos (Niña de Marchena), con su linda voz y su gran estilo, que ha sido una revelación entre los mejores artistas del género, mantuvieron la nota tradicional de la saeta, y fueron objeto de calurosas ovaciones del gentío” (El Liberal de Sevilla, 31-3-1934).

“En la Asociación de la Prensa cantó, con magnífico estilo de artista grande, la agraciada joven Pepita Ramos, que escuchó ruidosas ovaciones.

Pepita Ramos fue felicitadísima por la acabada interpretación que dio a tan difícil estilo de cante. Sobre todo, se celebró el bonito timbre de voz” (ABC de Sevilla, 31-3-1934).

En el mes de abril se la pudo ver en el Teatro Cervantes de Sevilla junto a Rosarillo de Triana, Rafael Arcos, Paco Senra y el Niño de Cazalla (ABC de Sevilla, 20-4-1934); en junio actuó en el Teatro Eslava de Jerez acompañada a la guitarra por Manolo Moreno, y compartiendo cartel con el bailaor cómico-serio Paco Senra, la cantaora la Jerezanita y el tocaor Sebastián Núñez (El Guadalete, 23-6-1934); y en el mes de julio se presentó en el Teatro Portela de Sevilla de nuevo junto a Manolo Moreno y Paco Senra, además del Niño de Utrera (ABC de Sevilla, 13-7-1934).

Pepita Ramos, la Niña de Marchena (ABC de Sevilla, 6-9-1935).

Pepita Ramos, la Niña de Marchena (ABC de Sevilla, 6-9-1935).

El 28 de marzo de 1935 se celebró en el Teatro Cervantes de Sevilla una función organizada por la Asociación de la Prensa en homenaje y exaltación de las tradiciones sevillanas (ABC de Sevilla, 28-3-1935), con un programa compuesto por los siguientes números:

‒ Sinfonía.

‒ Representación del sainete Trianerías, de Muñoz Seca y Pérez Fernández, por la compañía Pacheco-González. En el segundo acto, durante el desfile de la cofradía, intervención de la banda de música de Tomares, y de los cantaores Pepita Ramos, ‘la Niña de Marchena’; Rocío Vega, ‘la Niña de la Alfalfa’; y el Niño de Villanueva, cantando saetas y campanilleros.

‒ Interpretación de las marchas “Soledad” y “Amargura” por la Banda Municipal de Música, dirigida por el maestro Castillo.

Trío Garfia de guitarra y bandurria.

Los duendes de Sevilla, creación del maestro Realito, “charla lírica de exaltación de los diferentes cantares flamencos, […] con exhibiciones de cante y baile, a cargo de depurados artistas, entre los que figuran la ‘Niña de Marchena‘, Miguel el de los Talleres, Manolo Carmona, la Romerito y otros más” (El Liberal de Sevilla, 27-3-1935).

La intervención de la Banda de Tomares “produjo gran entusiasmo en el público, al que arrancaron ovaciones clamorosas las admirables saetas entonadas por la Niña de Marchena, la Niña de la Alfalfa, la Sevillanita y el Niño de Villanueva” (ABC de Sevilla, 30-3-1935).

La Niña de la Alfalfa (El Liberal de Sevilla, 29-6-1934)

La Niña de la Alfalfa (El Liberal de Sevilla, 29-6-1934).

El rotundo éxito obtenido motivó una nueva representación del sainete Trianerías, con la intervención de la banda de música del Maestro Tejera, y de los cantaores de saetas Encarnación la Finito, la Niña de Marchena y Manuel Centeno, que “ganaron reiteradas ovaciones de la concurrencia” y “hubieron de bisar, para corresponder a las manifestaciones de entusiasmo del público” (El Liberal de Sevilla, 12-4-1935).

Durante la Semana Santa de ese año, desde la tribuna de la Asociación de la Prensa, volvió a hacer “gala de su maravillosa voz La Niña de Marchena, que dijo con sentimiento las mejores coplas saeteras de su repertorio” (ABC de Sevilla, 16-4-1935). El Domingo de Ramos cantó al paso de la cofradía de la Amargura.

“… y con decir que la calle quedaba toda en silencio para escuchar a la cada día mejor artista, está hecho su mejor elogio.

Las últimas ‘saetas’ cantadas por la Niña de Marchena al ‘Silencio Blanco’, como le dicen a San Juan de la Palma, fueron algo extraordinario” (El Liberal de Sevilla, 16-4-1935).

El Miércoles Santo, desde los mismos balcones, “volvió a lucir la maravilla de su voz”. Más tarde, a la entrada de la cofradía de San Bernardo, “alborotó al barrio con sus inimitables saetas” (ABC de Sevilla, 18-4-1935), “que tuvo que repetir muchísimas veces, entre ovaciones delirantes y en medio de un entusiasmo extraordinario” (El Liberal de Sevilla, 18-4-1935).

Juana la Macarrona (Fondos del Centro Andaluz de Documentación del Flamenco)

Juana la Macarrona (Fuente: Centro Andaluz de Documentación del Flamenco).

El Jueves Santo cantó a la cofradía de Monte-Sión y en la madrugada del Viernes Santo, de nuevo en la Asociación de la Prensa, compartió protagonismo con una de las grandes figuras del género:

“… han dicho sus mejores coplas saeteras Rocío Vega (Niña de la Alfalfa) y la Niña de Marchena. Junto al nuevo estilo de ésta, el oro viejo de Rocío. La pareja mejor en esta Semana Santa, que se recordará por mucho tiempo” (ABC de Sevilla, 20-4-1935).

“La madrugada en la calle… Saetas retorcidas, torturas de seguiriyas gitanas, requemada la voz, requemado el gesto. Y la limpia y breve saeta antigua, y la pura voz de Pepita Ramos (la Niña de Marchena), revelación de este año, que ha consagrado su naciente fama […] cantando, para los periodistas de todos los países que nos han honrado con su asistencia, saetas del mejor estilo” (ABC de Sevilla, 20-4-1935).

La “gran cantaora” marchenera culminó la semana debutando en el Cine Sierpes, donde “confirmó la fama” conquistada y “se destacó cantando por medias granadinas, fandanguillos, siguiriyas gitanas, y, finalmente, saetas. […] Con ella compartió el éxito el gran Manolo Moreno, mago de la guitarra” (ABC de Sevilla, 21-4-1935).

Asimismo, en el mes de junio intervino en una fiesta organizada en una venta sevillana por la Asociación de la Prensa para agasajar al periodista y poeta José Antonio Ochaíta, con un elenco de primera: “la genial bailaora Juana la Macarrona, la Niña de Marchena, de portentosas facultades y naciente fama; Manolo Moreno, el gran artista; el ‘Boina’ y otros elementos” (ABC de Sevilla, 7-6-1935).


La Niña de Linares, una diva del cante flamenco (II)

Una artista consolidada

A sus veintiún años, la Niña de Linares goza ya de una fama y un cartel considerables. Buena prueba de ello es la gira que realiza durante el mes de abril de 1929 junto a una compañía encabezada por dos estrellas del flamenco de la época: el cantaor Manuel Vallejo y el guitarrista Ramón Montoya. Completan el elenco el Niño de Málaga, Pedro Paso (Niño de Huelva), Juan García Hierro, el Cojo de Luque, Bernardo el de los Lobitos y, como segunda sonanta, Pepe el de la Flamenca.

Después de presentarse en el Teatro Nuevo de Zamora (El Adelanto, 11-4-1929), la troupe actúa en ciudades como Oviedo, Vigo, Lugo, Santiago de Compostela, El Ferrol, La Coruña o Vitoria (1). Las crónicas ensalzan la labor de “la ‘Niña de Linares’, que a más de su simpatía y hermosura, sabe cautivar al auditorio con su voz bien timbrada y plena de elegante flexibilidad” (Región, 17-4-1929).

La Niña de Linares (segunda por la izqda.), Barcelona, 1929. Fuente: Cathlein, La Joselito à l'Âge d'or du flamenco, París, L'Harmattan, 2013.

La Niña de Linares (segunda por la izqda.), Barcelona, 1929. Fuente: Cathlein, La Joselito à l’Âge d’or du flamenco, París, L’Harmattan, 2013.

Unos meses más tarde, Petra García se anuncia junto a otra gran compañía, la Troupe Caracol, que ofrece un espectáculo de ópera flamenca en la Plaza de Toros del Triunfo, de Granada. Los cantaores Manolo Caracol, Manuel Torre, el Cojo Luque y la Niña de ¿Lo Ve?; la bailaora La Cañí y la pareja Gómez-Ortega; y los guitarristas Niño de la Flamenca y Paco el de Paradas completan el cartel.

Entre tantas estrellas, la joven cantaora brilla con luz propia: “A ‘La Niña de Linares‘, la pareja de baile Los Gómez Ortega y el ‘Niño de Caracol’ se les extremó la buena acogida” (El Defensor de Granada, 2-9-1929).

Durante los meses siguientes, la artista sigue cosechando éxitos en distintos lugares de la geografía española. En diciembre de 1929, en el Bar Cervantes de Cartagena, se anuncia el “deseado debut de la colosal cantadora flamenca Niña de Linares. Bonita, de graciosa figura, joven y con personalidad en el cante flamenco”. La acompaña a la guitarra Blasillo de Triana (La Tierra, 19-12-1929; citado en Gelardo Navarro, 2014, p.437). (2)

Rafael Ortega y Laura Gómez (La Nación, 26-11-1929)

Rafael Ortega y Laura Gómez, los Gómez-Ortega (La Nación, 26-11-1929)

Asimismo, en marzo de 1930, Petra recibe muy buenas críticas durante su actuación en Almería:

“Anoche debutó en ‘Cervantes’ la cantadora de flamenco ‘Niña de Linares’, que obtuvo éxito, siendo muy aplaudida por el ‘respetable’.
La simpática artista cantó por varios estilos ante la insistencia del público, que hizo levantar el telón repetidas veces” (El Pueblo, 27-3-1930).

La actuación de la ‘Niña de Linares’, en Cervantes, ha levantado un poco de entusiasmo por el cante flamenco […].
Ayer descubrimos en una de esas rosas divinas que alegran nuestra existencia por las calles de la ciudad, una voz deliciosa y bonita -como ella- y un estilo finísimo de cantante ‘jonda’; y, como es natural, si antes nos inclinamos por el flamenco, ahora nos entregamos más a esa hermosa expresión del alma andaluza, en recuerdo de esta inesperada y formidable ‘cantaora’ y de este trozo de soleares, dicho graciosamente:
‘Ayer nos pilló mi padre.
A mí me tiró del pelo
y a ti te tiró a la calle’… (Diario de Almería, 30-3-1930).

En esos días, la artista también deleita al público almeriense con sus saetas: las entona en el mismo coliseo, durante la proyección del filme Rejas y votos; y, poco después, en plena calle, al paso de la procesión de la Soledad (El Mediterráneo, 19-4-1930).

El Progreso, 20-4-1929.

El Progreso, 20-4-1929.

Un nuevo astro en el firmamento flamenco barcelonés

A partir de 1930, la cantaora jienense desarrolla la mayor parte de su actividad artística en la capital catalana, que en esos años constituye un enclave flamenco importantísimo, debido a la gran cantidad de artistas de lo jondo que allí se concentran, al abrigo de los numerosos locales que florecen, sobre todo, en el Distrito V o Barrio Chino:

“… en ese distrito quinto os persiguen, implacables, obsesionantes, insistentes, las quejas desgarradas del maravilloso ‘cante jondo‘ y resuena mejor el eco agudo y doloroso de los tablados estremecidos, que se quejan, patéticos, al azotarlos con vigor unos tacones […]. Nuestros intelectuales ignoran que es precisamente en este distrito quinto donde el aspecto andaluz, sin pizca de truco, se manifiesta con crudeza terrible y con patetismo trágico, más puro acaso que en la mismísima Andalucía” (Gasch, 1932; p. 24).

Entre el 15 y el 21 de junio de ese año, en el marco de la Exposición Internacional de Barcelona, se celebra en el Pueblo Español de Montjuic la Semana Andaluza. Al calor del evento se dan cita en la Ciudad Condal distintos grupos folclóricos y un buen número de artistas flamencos procedentes de distintas localidades andaluzas, así como algunas figuras del arte jondo residentes en la capital catalana:

“… se presentarán los famosos caballistas del Rocío […] y se darán a conocer, además, cuadros tan notables como la Murga Gaditana de ‘Regadera’, el popular coro andaluz denominado ‘Los campanilleros de Bormujos’, el gran cuadro andaluz de Realito […]; el magnífico cuadro flamenco de M. Borrull, y los brillantes cuadros de ‘zambras‘ y bailes gitanos del Sacro Monte” (La Publicitat, 15-6-1930). (4)

Los caballistas del Rocío en la Semana Andaluza de Barcelona de 1930 (Brangulí, ANC).

Los caballistas del Rocío en la Semana Andaluza de Barcelona de 1930 (Brangulí, ANC).

En el grupo presentado por Borrull figura Petra García Espinosa, “verdadera maravilla y genial intérprete del cante jondo” (La Vanguardia, 6-6-1930), que “hubo de repetir varias veces sus canciones” (El Diluvio, 17-6-1930).

Además de todo lo mencionado, el 17 de junio se celebra un concurso de cante jondo en el que se disputa la Copa Barcelona 1930, con la participación de los siguientes artistas: la Niña de Santa Cruz, Carmen ‘la Lavandera‘, Juanito Valencia, María la Morena y la Niña de Linares, en la primera parte; Rosalía Faraón, la Niña de Málaga, el Niño de Lucena, el Niño de Utrera, el Niño de Hierro y el Niño de Calatrava, en la segunda. En el intermedio actúan la Zambra Gitana del Sacro Monte, que tiene como estrella principal a la mítica Anilla la de Ronda, y el cuadro andaluz del maestro Realito (La Vanguardia, 16-6-1930).

Durante los meses de verano, Petra García viaja a tierras andaluzas, para actuar en lugares como Montilla, Cádiz o Villamartín (5), y deleita a los espectadores del madrileño Cine de la Flor cantando saetas durante la proyección del filme Currito de la Cruz (La Nación, 12-8-1930). (6)

Anilla la de Ronda en la Semana Andaluza de Barcelona (Brangulí, ANC).

Anilla la de Ronda en la Semana Andaluza de Barcelona de 1930 (Brangulí, ANC).

A su regreso a la Ciudad Condal, es contratada durante varias semanas en el Edén Concert, que amplía su programa de variedades con la introducción de un cuadro flamenco. A decir de los cronistas, la artista linarense, que se anuncia como “reina de la media granadina” (El Diluvio, 9-11-1930), constituye una de las grandes atracciones del elenco:

“… un cuadro flamenco, que comienza esta noche, en el que figuran la Romerito, Rosario Moreno, Julita la Borbolla y la Niña de Linares. Todas ellas son chavalas estupendas, que cantan como mandan los cánones del cante jondo, y como van acompañadas por unos tocaores de lo más castizo, el conjunto del número queda muy bonito” (Papitu, 12-11-1931).

“El Edén Concert, señores, desde que tiene el cabaret fantástico, es una cosa seria, […]. Figúrense que el cuadro flamenco lo componen la Romerito, el Trío Gómez Ortega y la Niña de Linares, que es una niña que ríanse de su compañera la Pinta y hasta de la Santa María.
Una carabela donde un servidor se embarca, no para descubrir América, pero sí para descubrir otras cosas mucho más interesantes que el Nuevo Mundo” (Papitu, 2-12-1930).

Unos meses más tarde, Petra García colabora en un festival de cante y baile flamenco que se celebra en el Circo Barcelonés a beneficio del bailaor Manolillo la Rosa, en el que también toman parte artistas como Miguel Borrull y sus hermanas Julia y Concha, la Tanguerita, la Mendaña, el Viruta o la Macarrona (La Vanguardia, 10-2-1931).

La Tanguera, Carmen Amaya, Julia Borrull, Alberto F. Garagarza, Antonio Viruta y el Chino (Barcelona, 1933)

La Tanguera, Carmen Amaya, Julia Borrull, Alberto F. Garagarza, Antonio Viruta y el Chino (Barcelona, 1933).

En julio de 1931 se celebra una nueva Semana Andaluza en el Pueblo Español de Montjuic, con un programa similar al del año anterior. Los Caballistas del Rocío, el cuadro de baile por sevillanas del maestro Frasquillo, los Campanilleros de Utrera y la Zambra Gitana del Sacro Monte son algunos de los grupos invitados en esta ocasión. El cante jondo corre a cargo de tres grandes figuras del género: Guerrita, el Niño de Utrera y “la Niña de Linares, con su repertorio de granadinas, que obtuvo un éxito” (Hoja Oficial de la Provincia de Barcelona, 20-7-1931).

Antes de debutar a Barcelona, el elenco completo ofrece una única función en la Plaza de toros de Valencia (El Pueblo, 14-7-1931) y, tras el cierre de la Semana Andaluza, una versión reducida del espectáculo es presentada en el Teatro Parisiana de Zaragoza, donde la Niña de Linares se lleva buena parte de los aplausos:

“El plato fuerte del programa cañí estuvo a cargo de Angustias la Mejorana y María la Gazpacha, el ‘cantaor’ flamenco Francisco Gallardo, el niño de la Huerta, niño de Utrera, típico campero, la niña de Linares y ‘Guerrita’, que, cada cual en su estilo, hicieron alarde de facultades y de buen gusto en el cante.
Todos fueron ovacionados” (La Voz de Aragón, 7-8-1931).

Unas semanas más tarde, Petra García Espinosa se anuncia en el Teatro Apolo de la Ciudad Condal, como protagonista -junto a los cantaores Guerrita y Guerrita Chico– de la comedia lírica en tres actos ¡Lo que puede un fandanguillo!, original de José Belsunce y Alfonso Mata del Hierro. El Gran Fanegas, Niño de Constantina, Manolo Bulerías y Pepito Hurtado también figuran en el reparto (El Diluvio, 3-9-1931).

Las artistas del cuadro de zambras durante la Semana Andaluza de Barcelona (La Esfera, 28-6-1930)

Las artistas del cuadro de zambras durante la Semana Andaluza de Barcelona (La Esfera, 28-6-1930)

Durante los meses siguientes, el nombre de la Niña de Linares aparece con asiduidad en los carteles de distintos music halls de Barcelona y Valencia. En el Edén Concert de esta última ciudad, acompañada por el guitarrista Pepe Hurtado, “la notable cantadora de flamenco, As del cante jondo” (El Pueblo, 18-9-1931), se reparte los aplausos con la bailarina Minerva. “Todos sus admiradores acudieron a saborear sus clásicas medias granadinas, sus fandanguillos y sus milongas, que para el público ‘que tiene paladar’ son inimitables. El público salió encantado” (El Pueblo, 20-9-1931).

En octubre y noviembre de 1931, la “eminente intérprete del ‘cante jondo’”, “la más afortunada estilista del cante flamenco” (El Diluvio, 14-10-1931), hace doblete en la capital catalana: se presenta cada noche en el music hall Pompeya y, a continuación, en el cabaret Dancing Palace Pompeya. En ambos locales cosecha “entusiastas aplausos con su arte impecable en sus creaciones de cante flamenco” (El Diluvio, 29-10-1931). Tanto en los cantes que interpreta acompañada a la sonanta por Paco Aguilera como en los números de cuadro junto a las bailaoras hermanas Ortega, Petra “cada día se impone más y más con las excelencias de su arte” (El Diluvio, 25-10-1931).

En esa época, la jienense también es requerida para actuar en una comida celebrada en el Centro Andaluz de la capital catalana, que es difundida por Radio Barcelona. Con el mismo guitarrista, “la simpática artista ‘Niña de Linares’, amablemente y con el gusto y ‘sal’ con que sabe hacerlo, se cantó por varios estilos andaluces. Los aplausos fueron el final justo que su actuación motivara” (Andalucía, 11-1931). El repertorio elegido incluía “medias granadinas, ‘Milonga’ y ‘Caracoles’” (Heraldo de Almería, 15-12-1931).

Villa Rosa, años 30. En la imagen, de izquierda a derecha: Sobre el tablao, Manolo Constantina y Pepito Hurtado. Debajo: el Cojo de Málaga, una de las Mendaña (sirviéndole vino), Rosalía, Luisa, La Faraona y el hermano de Guerrita. Fuente: Archivo de Montse Madridejos

Villa Rosa, años 30. En la imagen, de izquierda a derecha: Sobre el tablao, Manolo Constantina y Pepito Hurtado. Debajo: el Cojo de Málaga, una de las Mendaña (sirviéndole vino), Rosalía, Luisa, La Faraona y el hermano de Guerrita. Fuente: Archivo de Montse Madridejos

En febrero de 1932, Petra García, con la sonanta de Pepe Hurtado, se anuncia durante varias semanas en la sala Ba-Ta-Clan de Barcelona, que ofrece un amplio programa de variedades; y en el mes de marzo la “estrella del canto andaluz” regresa al Edén Concert de Valencia, “acompañada por el mago del diapasón, El Chufa” (El Pueblo, 29-3-1932).

Unas semanas más tarde, de nuevo en la capital catalana, la artista linarense constituye la atracción principal de una verbena celebrada en el Centro Andaluz, con ‘Cruz de Mayo’ incluida. “Hubo pianillo de manubrio, baile, manzanilla y alegría desbordante, sin que faltan algunas coplas cantadas con el gusto que es habitual en la ‘Niña de Linares’” (La Vanguardia, 4-5-1932).

Durante el verano, se la puede ver en el Dancing Pavón American Bar de Valencia, donde obtiene un “éxito monumental”. Asimismo, la cantaora, “única en su género, y emperadora del cante jondo” (Las Provincias, 26-7-1932), pone la banda sonora en vivo y en directo durante la proyección de la película Rosario la Cortijera en distintas salas de cine de Barcelona y Reus.

Notas:

(1) El Teatro Campoamor de Oviedo, el Tamberlick de Vigo, el Principal y el García Barbón de Vigo, el Principal de Santiago de Compostela, el Jofre de El Ferrol, el Rosalía de Castro de La Coruña, el Principal de Lugo y el Teatro Nuevo de Vitoria son algunos de los coliseos en los que se presenta la compañía de Manuel Vallejo (Cfr. Región, 17-4-1929; El Pueblo Gallego, 19-4-1929; El Progreso, 20-4-1929; El Pueblo Gallego, 21-4-1929; El Compostelano, 20-4-1929; El Correo Gallego, 21-4-1929; El Orzán, 21-4-1929; El Progreso, 24-4-1929; Heraldo Alavés, 2-5-1929).

(2) Gelardo Navarro, José. (2014). ¡Viva la Ópera Flamenca! Flamenco y Andalucía en la prensa murciana (1900-1939). Murcia: Ediciones de la Universidad de Murcia Edit.um.

(3) Gasch, Sebastián. (1932, 2 de septiembre). “Estampa barcelonesa. La crudeza y el patetismo andaluces en el distrito quinto”. Nuevo Mundo, pp. 24-25.

(4) La traducción de todos los textos catalanes es mía.

(5) En la localidad cordobesa, comparte escenario y aplausos con la cantaora La Sevillanita (La Voz, 26-7-1930), mientras que, en las dos localidades gaditanas, forma parte de sendos programas de variedades (El Noticiero Gaditano, 2-8-1930; 26-9-1930).

(6) En el mencionado cine, Petra García se anuncia como La Lavandera hija.

(7) La película se proyecta en el Gran Cine América (La Vanguardia, 28-8-1932) y en el Gran Cine Colón de Barcelona (La Vanguardia, 30-8-1932); y en la Sala Reus, de Reus (Foment, 24-9-1932). En esta última, la cantaora entona unas saetas durante la proyección y, además, se ocupa del fin de fiesta. El acompañamiento de guitarra corre a cargo de Pepe Hurtado.


La Niña de la Alfalfa, reina de la saeta (V)

Tras largos años de estudio y dedicación al género lírico -primero a la ópera y después a la zarzuela- y a la canción, La Niña de la Alfalfa retoma de lleno la que siempre ha sido su auténtica vocación (1), el cante flamenco en general y la saeta en particular, si bien esta última siempre ha estado presente en su repertorio.

La Niña de la Alfalfa (El Liberal de Sevilla, 29-6-1934)

La Niña de la Alfalfa (El Liberal de Sevilla, 29-6-1934)

No obstante, los tiempos están cambiando y también la saeta, que se vuelve más jonda. Rocío Vega, que siempre se había distinguido por su cante tan personal, tampoco escapa a las nuevas tendencias:

“El paso de la Cofradía del Cachorro por la Campana […]; todos quieren colocarse en lugar estratégico para escuchar […] las modernas saetas por seguidillas de la Niña de la Alfalfa -sentimiento, pasión, estampa de ahora- desde los balcones de ‘la Fiambrera’” (Correo Extremeño, 23-8-1929).

“… la ‘saeta’ moderna, amplificada, lleva aires de seguidillas gitanas, o de soleares, o de bulerías, y es lágrima y sonrisa indistintamente, suspiro y arrullo […].

Ésta es la saeta y el ‘cante jondo’ de Rocío Vega, la ‘Niña de la Alfalfa’, que de nuevo […] se confirmó una vez más ante nosotros como reina de la saeta y el fandanguillo…” (T. Rabanal Brito, Correo Extremeño, 4-9-1929).

Más flamenca que nunca

En los primeros meses de 1930, “la gran estrella del cante andaluz Rocío Vega” (La Voz, 14-7-1930) actúa en Córdoba, junto a la bailarina Amparito Sánchez; y unas semanas más tarde regresa al Teatro Duque de Sevilla, con la divertida revista ‘¡Por algo será!’, de José García Rufino. En ella brilla con luz propia la artista hispalense, que canta por soleares, fandangos y saetas:

“La obra […] tuvo dos inestimables aportaciones: las soleares y saeta de la ‘Niña de la Alfalfa’, dueña más que nunca del arte que le dio fama, y las portentosas alegrías -‘desideratum’ de lo flamenco- bailadas por Antonio G. Triana, ” (ABC de Sevilla, 3-8-1930).

 

Antonio Triana

Antonio Triana

“En el cuadro que representaba un cabaret de la Exposición reapareció la gentil Rocío Vega (La Niña de la Alfalfa), que a la guitarra cantó varios fandanguillos con el más depurado estilo, siendo ovacionada calurosamente. Luego en el que simula la salida de la cofradía de San Lorenzo volvió a deleitar al auditorio, cantando ‘sus saetas’” (Don Félix, El Liberal de Sevilla, 8-3-1930). (2)

Sus compromisos de ese año también la llevan a Oliva de la Frontera (Badajoz), donde comparte cartel con la bailaora Manolita la Cañí, y a Córdoba. En esta última ciudad canta saetas junto a Manuel Centeno durante la proyección de la película Fútbol, amor y toros, de Florián Rey.

Saetera magistral

Durante la Semana Santa de 1931, el pueblo sevillano vuelve a deleitarse con el cante de su célebre paisana, cuya voz “fuertemente expresiva, de pura cadencia andaluza, de quebrados tonos flamencos, de modulaciones incomparables, […] tiene ese ‘duende’ necesario e imprescindible, para decir bien lo que decir quiere” (La Voz, 17-2-1930):

Rocío Vega, la famosa Niña de la Alfalfa, haciendo ‘un alto en el camino’ de sus ‘tournées’ por provincias, ha querido dedicar el tesoro de su voz y las galas de su estilo a las Cofradías del Viernes Santo.

Primeramente, por promesa, fue al Cristo del Calvario. Allí la aplaudieron, con el gentío que fue a admirar a la notable escultura, los ilustres hermanos Álvarez Quintero. Luego, en la calle Feria, en la madrugada, a la ‘Macarena’, cuya belleza ensalzó Rocío en varias saetas ‘escalofriantes’. Hasta el capitán de la centuria soltó la rodela y aplaudió… y con el ‘armado’ el gentío, loco de entusiasmo.

La Macarena, a su paso por el Ayuntamiento

La Macarena, a su paso por el Ayuntamiento

Por la tarde, en calle Sierpes, a la bellísima Virgen de la Soledad, de San Buenaventura, cuyos hermanos mandaron ‘parar’ en firme ante e

l gesto, la voz, el gusto, la emoción y el estilo de la Niña.

Y, finalmente, al Cachorro, en Triana, primero, y en calle Sierpes, después, dedicando la penúltima (la última, nunca) a la peregrina belleza de Nuestra Señora del Patrocinio, poniendo Rocío toda su alma en ese canto, entre profano y divino, que, como anoche, hizo poner a la gente de pie, estremecida.

La ovación fue como un homenaje a la Niña, que, agradecida, se marchó después, llorando…” (El Liberal de Sevilla, 4-4-1931).

La saeta vuelve a brotar de sus labios

Tras más de dos años en silencio -debido, entre otros motivos, a la grave crisis que se cierne sobre la Semana Santa sevillana (3)-, en la primavera de 1934 Rocío Vega reaparece en su ciudad, en una función a beneficio del actor Enrique Morillo que se celebra en el Teatro Cervantes. En el fin de fiesta, “la Niña de la Alfalfa puso la vibración intensa de sus coplas populares, todo recuerdo y risueñas esperanzas de tiempos pasados que han de volver a la realidad” (ABC de Sevilla, 13-3-1934).

La Estrella saliendo de San Jacinto en 1932

La Estrella saliendo de San Jacinto en 1932

Sólo unos días más tarde, ávida por reencontrarse con las imágenes de su devoción tras esa larga y dolorosa espera, Rocío vuelve a emocionar al pueblo sevillano con sus sentidas saetas. El Domingo de Ramos se asoma primero a los balcones del Círculo Mercantil y posteriormente, a su paso por el Ayuntamiento y ya en el arrabal trianero, dedica a la Virgen de la Estrella letras como las siguientes:

“Que España ya no es cristiana
se dijo en el banco azul;
aun siendo republicana,
aquí quien manda eres Tú,
Estrella de la mañana” (ABC de Sevilla, 30-3-1934).

“Estrella de noche y día
al Altozano llegaste
sana y salva ¡Madre mía!
por eso ya no me cabe
en mi pecho la alegría” (El Liberal de Sevilla, 29-3-1934).

Pepita Ramos, la Niña de Marchena

Pepita Ramos, la Niña de Marchena

En los días sucesivos, Rocío baja de los balcones para darse un baño de multitudes y mezclarse con sus paisanos, como en los años en que aún era una desconocida muchacha sevillana. Éstas son sus declaraciones a un periodista de El Liberal:

“… las invitaciones me llueven; pero quiero cantarle a las imágenes desde la calle, como cuando yo no era más que Rocío Vega y me iba a cantar por ahí.

Esta Semana Santa, después de dos años de pena infinita por no ver las Cofradías, es para mí de una emoción inexplicable. Me hago la ilusión de que las veo por vez primera, y que canto también mis saetas por vez primera. Además, todos los sevillanos tenemos la obligación de que esta Semana Santa sea de recuerdo imborrable” (El Liberal de Sevilla, 28-3-1934).

Su cante traspasa fronteras

Sin embargo, durante esos años de ausencia, la voz de La Niña de la Alfalfa no ha permanecido completamente en silencio, pues las emisoras de radio de distintas ciudades españolas -e incluso de Filipinas– han seguido programando algunos de sus cantes:

“… Canciones andaluzas por la señorita Rocío Vega: ‘Mariá del Rocío’, canción-soleares; ‘La Cartagenera’, canción-fandanguillo; ‘Joselillo Soleares’, canción. […] ‘Café cantante’, seguidilla gitana; ‘Zambra gitana’; ‘Soy capitana’, cuplet. Cante flamenco, con acompañamiento de guitarra” (Ondas, 12-11-1932).

“… Niña de la Alfalfa (Rocío Vega): ‘Adónde vas Paloma Blanca’ – ‘Y se acerca la Esperanza’” (La Vanguardia, Filipinas, 31-12-1932).

Cartel del sainete Trianerías

Cartel del sainete Trianerías

En marzo de 1935, Rocío acude a los estudios de Unión Radio de Sevilla para interpretar un variado programa de cante, con el que obtiene un éxito notable:

“… Actuación de Rocío Vega (Niña de la Alfalfa), que interpretará el siguiente programa: ‘Mi jaca’, Perelló y Mostazo; ‘Villancico gitano’ (bulerías), Kola, Pérez Ortiz y Gardey; ‘Rumor de guitarra’, Pérez Ortiz y Mostazo; ‘Semana Santa en Sevilla’ (marcha y saeta), Juan del Sarto y Quiroga” (ABC de Sevilla, 27-3-1935).

Poco después se la puede ver en una función organizada por la Asociación de la Prensa en el Teatro Cervantes de Sevilla, en la que la compañía de Pacheco-González representa Trianerías, de Muñoz Seca y Pérez Fernández. En el segundo acto de la obra, Rocío y otros artistas flamencos deleitan al público con sus saetas:

“Con un lleno rebosante, que daba al teatro el aire alegre y animado de las veladas solemnes, se celebró anoche en Cervantes la gran función organizada por la Asociación de la Prensa en homenaje y exaltación de las tradiciones sevillanas.

[…] La intervención en el segundo acto de la notable Banda de Tomares, consumada intérprete de Los Campanilleros, produjo gran entusiasmo en el público, al que arrancaron ovaciones clamorosas las admirables saetas entonadas por la Niña de Marchena, la Niña de la Alfalfa, la Sevillanita y el Niño de Villanueva…” (ABC de Sevilla, 30-3-1935).

 

Algunos cantes de la Niña de la Alfalfa, por cortesía de Pedro Moral:


NOTAS:
(1) “No tenía ella vocación para ello y dejó el bello canto, para dedicarse de lleno a lo suyo, a lo que le dictaba su corazón, para lo que había nacido, para ‘cantaora’ flamenca de las ‘güenas”, escribe Nicolás Callejón (La Voz, 17-2-1930).
(2) Las referencias de la prensa sevillana de 1916 a 1936 han sido localizadas por José Luis Ortiz Nuevo y se encuentran disponibles en el Centro Andaluz de Documentación del Flamenco.
(3) En 1932, debido al clima de enfrentamiento político y social imperante, las juntas de gobierno de las cofradías sevillanas toman la decisión unánime de no procesionar por las calles de la ciudad. La Hermandad de La Estrella es la única que contraviene al acuerdo adoptado y, por ese motivo, su Virgen recibe desde entonces el apelativo de ‘La Valiente’. En 1933 no sale ningún paso a la calle, ni siquiera los de la cofradía trianera.


Trini Ramos, de la Alameda a Nueva York (I)

Durante las primeras décadas del siglo XX, artistas como Pastora Imperio o Amalia Molina pasearon el nombre de España y el de Sevilla por los escenarios del mundo, y hoy ocupan un lugar destacado entre nuestras estrellas más internacionales. Sin embargo, no son las únicas que en aquella época alcanzaron la gloria allende los mares. Si hace unas semanas nos acordábamos de la malograda María Montero, ahora queremos rendir tributo, porque nos parece justo y necesario, a otra hija de Serva la Bari, la gran Trini Ramos.

Trini Ramos (The Sketch, 5-7-1922)

Trini Ramos (The Sketch, 5-7-1922)

Artista precoz

Trinidad Muñoz Blanco -nombre real de la artista- nació en Sevilla en 1904 (1) y desde pequeña se sintió atraída por el arte. Fue discípula del maestro Manuel Real, ‘Realito’, que tenía su academia en el número 51 de la calle Trajano (junto a la Alameda de Hércules, donde Trini pasó sus primeros años de vida); y, según su propio testimonio, actuó por primera vez en público a muy corta edad:

“… debuté en Sevilla a los once años. Cuando subí al escenario, mi madre, que estaba entre bastidores, me susurró: ‘Hazlo lo mejor que puedas, Trini’, y lo hice. Cantar ante un público aristocrático debía haberme puesto nerviosa, pero supongo que era demasiado joven para tener nervios” (The Sunday Post, 30-10-1921) (2).

La prensa hispalense de 1915-16 hace referencia a esas primeras actuaciones de la joven Trini Muñoz, que también se anunciaba en aquellos años como ‘Petit Fornarina’, en honor a la malograda artista Consuelo Vello (3). La Sociedad Benavente, el Salón Vigil o el Salón de Variedades son algunos de los locales sevillanos en los que se puede admirar a la precoz cancionista:

“[Sociedad Benavente] … se presentó la simpática cancionista y bailarina Trini Muñoz, siendo premiada su labor con una ovación…” (El Liberal de Sevilla, 17-10-1915) (4).

“[Sociedad Benavente] … actuó la pequeña cancionista Trini Muñoz, que también fue grandemente aplaudida” (El Liberal de Sevilla, 1-11-1915).

“[Salón Vigil, C/ Trajano, 14] Allí hemos visto a la hermosa artista de ‘varietés’ Amalia Manzano, un nutrido cuadro flamenco, al sexteto de baile La sal de Andalucía, la futura ‘estrella’ y bella muchacha la ‘cancionista’ ‘petite’ Fornarina, la pareja de baile Las Goyitas y al célebre cantador de estilo flamenco Niño Medina” (El Liberal de Sevilla, 5-2-1916).

Consuelo Vello Cano, la Fornarina

Consuelo Vello Cano, la Fornarina

A pesar de su juventud, Trini empieza ya a mostrarse como la gran artista que está llamada a ser, tanto por la impecable presentación de sus números como por el arte y la gracia con que los ejecuta. En esa etapa inicial de su carrera, la joven se dedica sobre todo a cantar, hasta que una laringitis la obliga a desarrollar su faceta de bailaora, que será la que más cultive durante toda su vida artística (5):

“Se ha despedido con gran éxito del ‘Salón de Variedades’, la notable y monísima canzonetista, Trini Muñoz, Petit-Fornarina. Tan aplaudida artista trae un lujoso vestuario y alhajas de gran valor. Canta de una manera inimitable su canción predilecta, titulada Mari, siendo ovacionada con gran entusiasmo, y teniendo que repetirla. Trini es una consumada artista, que con verdadero arte y sumo gusto, parece una muñequita, y constituye un número de varietés de los pocos que existen en esta clase de género. La sal y la gracia sevillana son patrimonio de esta preciosa chiquilla.

Esta es muy joven, una niña, y es digna de figurar en primera fila…” (La Región Extremeña, 13-7-1916).

Imparable

Durante esos años, la Petit Fornarina también se anuncia en el Café Suizo de Madrid, y en varias localidades navarras. En agosto de 1917 se la puede ver de nuevo en Sevilla, donde provoca una auténtica revolución:

“… Tan preciosa artista, que ha actuado quince días con grandes éxitos en el bonito ‘Salón Circo Victoria’ deja gratos recuerdos, pues dicha artista, que cuenta trece años de edad, es un fenómeno en el género de varietés. Su despedida fue un acontecimiento, llenándose de ‘bote en bote’ dicho Salón. Después de su predilecta canción ‘Mari’, tuvo que repetir otras, siendo ovacionada con gran entusiasmo, y llenándose el escenario de sombreros y varias palomas con cintas de los colores nacionales. Es mucha artista esta chiquilla” (La Región Extremeña, 2-8-1916).

Trini Ramos (The Sketch, 12-10-1921)

Trini Ramos (The Sketch, 12-10-1921)

En abril de 1918, la cupletista hace su presentación en el Gran Café Universal de Vitoria. En diciembre vuelve a actuar en Sevilla, en el Salón Llorens, y en febrero de 1919, en el Novedades. Durante esos años, en plena Guerra de Rif, Trini también se embarca en una gira por Marruecos que bien podría haberle costado la vida, según declara más tarde la propia artista a una publicación británica:

“Mi contrato había terminado una noche en un teatro marroquí, cuando el mánager me suplicó que me quedara dos semanas más. Como había tan pocas chicas cantantes, yo había triunfado. Al principio, no quería quedarme. De hecho, sentía un poco de nostalgia y quería regresar a Sevilla; pero después de hablarlo mucho, mi madre estuvo de acuerdo en que debería quedarme dos semanas más. Creo que debe haber sido el destino.

El resto de la compañía con la que tenía que haber viajado se marchó. Al día siguiente oímos que los moros salvajes los atacaron en cuanto salieron de la ciudad. Después se produjo una salvaje persecución a caballo y, durante el curso de la misma, una persona fue asesinada, dos fueron capturadas, probablemente con el fin de pedir un rescate, y otra resultó gravemente herida” (The Sunday Post, 30-10-1921).

Trini es profeta en su tierra sevillana

A partir de 1920, el nombre de Trini Ramos -que ya se anuncia con este apelativo- aparece con mucha más profusión en la prensa sevillana. En el mes de enero es la estrella indiscutible de dos fiestas ofrecidas por el maestro Manolo Real, para celebrar su onomástica y para agasajar a unas damas inglesas. Entre los asistentes destacan importantes personalidades de la literatura y la aristocracia, además de artistas como La Yanki, La Sevillanita o los Gómez Ortega. El toque corre a cargo del maestro de piano José Pérez y del guitarrista Currito el de la Jeroma:

“… el notable maestro José Pancho, no cesó un momento de tocar al piano todo género de bailes, desde las clásicas bulerías al más delicado vals

Manolo Real se desvivía en obsequiar a sus amigos […]. Porque, eso sí, el vino y el tabaco y los dulces serán cosas casi divinas, pero Trini Ramos, La Fornarina antes, era la concreción de todas esas casi divinidades. Anoche Trini estaba monumental. Bailó el ‘Ché, mi amigo’…” (El Liberal de Sevilla, 2-1-1920).

Trini Ramos (The New York Public Library)

Trini Ramos (The New York Public Library)

Durante los meses siguientes, la joven bailarina y cupletista sigue cosechando éxitos en su tierra, primero en el Salón Imperial y después en el Kursaal Central. La crítica destaca su estilo elegante y refinado, que huye de la chabacanería, y ve en ella a una gran estrella en potencia. Entre las artistas con las que comparte cartel destacan Dora la Cordobesita, Salud Miranda o Carmelita la Imperial:

Trini la Fornarina continúa con pleno éxito su actuación en el Salón Imperial. El público, que admira su belleza y sus muchas simpatías tanto como su arte de cupletista y bailarina, bien notable entre las de su clase, la aplaude con calor en todos sus números, que constituyen una verdadera selección.

A esta artista la anima una fuerte voluntad, que la hará triunfar fácilmente en plazo muy breve, porque tiene lo que pudiéramos decir, siguiendo la corriente de estos tiempos, ‘primera materia’” (El Liberal de Sevilla, 17-2-1920).

“Nuestra bella paisana […] es una de las artistas que pronto pasarán a la calidad de estrellas y en el Kursaal ha de ‘cerrar telón’ muy pronto, porque su arte, sus enormes simpatías y su gracia se imponen. […]

El Kursaal ha encontrado en Trini Ramos la artista de la temporada. Trini ha demostrado con sus números, finos y delicados, que las ‘varietés’ agraden a todos los concurrentes de estos salones, y que no eche de menos el público a las que, apelando a las mallas, creen agradar más” (El Liberal de Sevilla, 5-3-1920).

“… El público le hizo repetir, en medio de ruidosas ovaciones, cuantos números ejecutara.

En los diez días que Trini Ramos ha actuado en el Kursaal logró adueñarse, por su simpatía y por su arte, de la voluntad del público…

Trini Ramos recibió anoche, además de numerosos regalos de sus admiradores, inequívocas pruebas del cariño que ha logrado conquistarse” (El Liberal de Sevilla, 11-3-1920).

NOTAS:

(1) Según escribe Santiago Martín Moreno en su blog Desde mi barrio, la artista vino al mundo en la calle Lumbreras, el 13 de junio de 1904; y sus padres, oriundos de Alcalá de Guadaira, se llaman Manuel Muñoz y Carmen Blanch.

(2) La traducción de todos los textos extranjeros es mía.

(3) La cupletista madrileña Consuelo Vello Cano (1885-1915), conocida artísticamente como ‘La Fornarina’, durante su breve pero intensa carrera, cosechó grandes éxitos en los escenarios españoles y europeos.

(4) Las noticias extraídas de la prensa sevillana han sido localizadas por José Luis Ortiz Nuevo y están disponibles en el Centro Andaluz de Documentación del Flamenco (Jerez de la Frontera).

 (5) “Trini empezó siendo cantante, pero tuvo un severo ataque de laringitis y pensó que bailaría hasta que se curara. Sigue bailando desde entonces” (Buffalo Courier-Express, 20-3-1932).

 


Julia Borrull, la bailaora del dolor y el fuego (y VI)

Bailaora, maestra y empresaria

En 1929 el periodista José María Planes, de la revista Mirador, entrevista a Julia Borrull, la nueva empresaria de Villa Rosa, que ofrece algunos datos sobre su familia y rememora la mejor época del local:

Julia Borrull (Mundo gráfico, 26-7-1916)

Julia Borrull (Mundo gráfico, 26-7-1916)

Julia Borrull es, actualmente, el alma de Villa Rosa. Hija de Miguel Borrull, el fundador de la casa, es una bailarina formidable, una maestra excelente y una diplomática perfecta. En los momentos de máximo arrebato de su arte, cuando baila como un ángel ante media docena de ingleses inalterables, su ojo no se distrae y domina sobre la marcha del negocio. Es una buena capitana del barco complicado de Villa Rosa.

– ¿Usted es gitana? -le hemos preguntado.

Por la grasia de Dió

– ¿Ha nacido en…?

Valencia. Soy valenciana, como mi padre, pero criada en Sevilla. Miguel Borrull era gitano valenciano, y mi madre, gitana andaluza.

La familia Borrull ha inaugurado Villa Rosa en el año 1916. Antes había allí un café, también flamenco, que se llamaba ‘Casa Macià’.

– ¿Cuál ha sido la época más brillante de Villa Rosa? -preguntamos a Julia Borrull.

Por el Artismis… ¡Vamo! ¡Que no sé cómo se yama!

– Por el armisticio, quiere decir.

Ezo é. Por el armisticio y los do año siguiente. Por Villa Rosa ha pasao lo mejó de Barcelona y el estranjero (sic). Tenemo un nombre internacioná, ¡vamo!

– ¿Qué impresión cree que da Villa Rosa a los extranjeros?

A toos les gusta mucho. Hay que ver. Er mejó cliente é el inglés y el americano. El inglé gasta mucho y no dise na. El americano también gasta mucho, pero é má juerguista. El francé gasta poco y critica mucho. El alemán é siempre er má sorprendío.

– ¿Os encontráis bien los gitanos en Barcelona?

Que sí señó. Somo mu queríos de toos y nos encontramo como en nuestra propia sarsa” (Mirador, 28-3-1929). (1)

La Tanguera, Carmen Amaya, Julia Borrull, Alberto F. Garagarza, Antonio Viruta y el Chino (Barcelona, 1933)

La Tanguera, Carmen Amaya, Julia Borrull, Alberto F. Garagarza, Antonio Viruta y el Chino (Barcelona, 1933)

En mayo de 1929 Julia Borrull participa, junto al cuadro de Villa Rosa, en la revista Álbum de España, que se estrena con gran éxito en el teatro Goya de Barcelona, y unos días más tarde interviene en una fiesta regional que se celebra en el Pueblo Español de la Exposición.

En la primera mitad de los años treinta se puede admirar el arte de Julia en distintas salas de la ciudad condal. Junto a otros artistas de Villa Rosa, como su hermana Concha, La Tanguerita, Antonio Viruta o Regla Ortega, en febrero de 1931 la bailaora interviene en un homenaje a su colega Manolillo la Rosa que se celebra en el Circo Barcelonés, y en el que también colabora Juana La Macarrona.

En 1933, la bailaora dirige “el cuadro flamenco mejor organizado” de la ciudad condal, el del café-restaurante Tostadero. En él figuran “La Sevillanita, La Gitanilla de Albaicín, el gran bailaor Tobalo, la más cañí de las bailaoras Rafaela la Tanguera, el célebre cantaor Niño de Constantina, el mago de la guitarra Pepe Hurtado y la inmensa Julia Borrull” (El Diluvio, 19-3-1933).

Asimismo, en esa época la artista sigue colaborando en los cuadros flamencos montados por su hermano Miguel. En noviembre de 1933 ambos actúan en el teatro Nuevo, junto a Conchita Borrull, Antonio Virutas, el Niño de Constantina y Lola Cabello; y en primavera de 1934 los tres hermanos se presentan en distintos escenarios, como el Pueblo Español, el Circo Barcelonés o el Tabú Club, con un grupo en el que destacan la Niña de Linares y la Niña de Cádiz.

La zambra de Chorro Jumo

En agosto de 1934 se estrena en el teatro Poliorama de Barcelona La zambra de Chorro Jumo, una comedia de ambiente gitano escrita por Isidro Badur y Ferrán Mourelle “para lucimiento de los virtuosos de la ópera flamenca que encabezan la lista de la compañía, a saber: los ‘cantaores’ Niña de Linares, Pepita Jiménez, Niño Constantina y Niño de Lucena; las ‘bailaoras’ Julia y Conchita Borrull, La Tanguera, Micaela Lamendaña, Rocío de Triana, La Faraona, María Flores; el virtuoso de la guitarra flamenca Miguel Borrull” (La Vanguardia, 14-9-1934).

La Tanguerita en "La zambra de Chorrojumo" (Heraldo de Madrid, 31-5-1935)

Elenco de La zambra de Chorro Jumo (Heraldo de Madrid, 31-5-1935)

Durante más de un mes, la Compañía de Comedias de Arte Gitano encabezada por la Niña de Linares actúa con gran éxito en Barcelona, y posteriormente La zambra de Chorro Jumo es presentada en otras ciudades españolas, como Lugo o Madrid. En mayo de 1935 la obra sigue cosechando éxitos en el teatro Victoria de la capital.

Julia y Concha Borrull no sólo destacan por sus bailes, sino que se revelan como “notabilísimas actrices cómicas” (Heraldo de Madrid, 25-5-1935). No obstante, la prensa critica la escasa variedad de la obra en lo que al cante se refiere: “ya que se anuncia una comedia de cante gitano, convendría dar algo más que fandanguillos, porque los gitanos cantan también malagueñas, soleares, siguiriyas… Y de esto hay muy poquito” (ABC, 28-5-1935).

En esa época también puede verse a Julia Borrull en otros eventos, como el festival a beneficio del bailaor Antonio Viruta -en el Circo Barcelonés- o la fiesta andaluza de la Sala Nuevo Mundo, ambos celebrados en abril de 1935; así como en la Verbena de la Prensa que tiene lugar en los jardines de Montjuich en junio de 1936. Ahí le perdemos definitivamente la pista a esta gran bailaora, artista polifacética, y musa inspiradora de pintores y poetas como Antonio Arévalo, que le dedicó estos versos:

“A JULIA BORRULL

No sé si eres egipcia o eres mora,
pero en tu cara viven, juntamente,
los rasgos de una bayadera ardiente
y los de una odalisca soñadora.

Tu figura gentil y evocadora,
tiene el perfil de la mujer de Oriente
y corre por tus venas la candente
sangre africana, inquieta y retadora.

Entre encajes y sedas y caireles,
tu cuerpo es remolino de claveles
que al soplo de tu arte se desata;

y del abigarrado torbellino
surje (sic) el fuego inmortal y peregrino,
que hay en tus ojos, que deslumbra y mata”

(Diario de Córdoba, 2-7-1916)


NOTA:
(1) La traducción de todos los textos extranjeros es nuestra. No deja de resultar curioso que el periodista realice sus preguntas en catalán y la entrevistada conteste con un marcado acento andaluz.