Flamencas por derecho

Mujeres que han dejado su impronta en la historia del flamenco

Flamencas por derecho - Mujeres que han dejado su impronta en la historia del flamenco

Encarnación ‘La Malagueñita’, salero y elegancia a partes iguales (III)

En mayo de 1911, La Malagueñita debuta en el Salón Novedades de Valencia. La “excelente artista alcanza cada día que pasa mayores triunfos y es aplaudida frenéticamente en cuantas secciones toma parte” (Eco Artístico, 5-6-1911), hasta el punto que la empresa decide prorrogar su contrato. De allí pasa al Salón Farrusini de Zaragoza, donde no es peor recibida:

“Encarnación Hurtado, ‘La Malagueñita’, en su reaparición obtuvo un personal e indescriptible éxito; las aclamaciones a la genial creadora del baile flamenco fueron incesantes; el entusiasmo, un verdadero frenesí. Se anuncia su beneficio para muy pronto, y es de esperar en esta fiesta, dadas sus grandes simpatías, un acontecimiento artístico, coronado por miles de obsequios de sus infinitos admiradores. El celebrado recientemente en el Salón Novedades, de Valencia, fue en extremo halagador, por sus triunfos y por los presentes recibidos” (Eco Artístico, 25-6-1911).

Encarnación Hurtado, La Malagueñita (Eco Artístico, 25-5-1911)

Encarnación Hurtado, La Malagueñita (Eco Artístico, 25-5-1911)

La Malagueñita reina en Cataluña

Durante el verano se puede ver a Encarnación en ciudades como Tortosa, Pamplona y Barcelona. En la ciudad condal, “la reina del baile andaluz” (La Vanguardia, 28-8-1911) actúa en distintas salas, como Buena Sombra, Poliorama o el music hall del Parque Saturno.

Durante el otoño, “la fenomenal bailarina Encarnación Hurtado, ‘La Malagueñita’” sigue conquistando al público catalán. Se anuncia durante varias semanas en el Edén Concert de Barcelona, donde es “ovacionadísima todas las noches con absoluta justicia. ¡Vaya una agilidad de pinreles que tiene Encarnacioncita!” (Eco Artístico, 5-10-1911). Allí comparte cartel, entre otras artistas, con La Argentinita. La prensa no escatima en elogios para resaltar sus méritos:

“Edén Concert.- Del numeroso programa de este Concierto se destaca la colosal figura coreográfica Encarnación Hurtado ‘La Malagueñita’, a la que el público en masa aplaude frenéticamente” (Eco Artístico, 25-9-1911).

“Edén Concert.- […] Encarnación Hurtado (La Malagueñita), que cada vez que pisa la tablas nos creemos transportados al país de los boquerones” (Eco Artístico, 15-10-1911).

“Edén Concert.- La Malagueñita, que al parecer, se ha empadronado en este music-hall, es ovacionada como el primer día; y es que la criatura se trae un movimiento de piernas que ni un ciclista” (Eco Artístico, 5-12-1911).

Encarnación López, La Argentinita

Encarnación López, La Argentinita

En esa época, la artista malagueña también se deja ver en otras ciudades de la zona, como Reus:

“Para hoy sábado anuncia el acreditado salón Kursaal de Reus dos debuts importantes: la célebre bailarina Encarnación Hurtado ‘La Malagueñita’, artista de moda en Barcelona, la reina en su género, pues de ella se ocupa a diario la prensa de la capital de Cataluña, ensalzándola, y aun no tanto como se merece, pues se trata de un prodigio, de una verdadera notabilidad en su género […]” (Diario de Reus, 4-11-1911).

Encarnación conquista al público británico

En enero de 1912, se estrena con gran éxito en el teatro Alhambra de Londres, situado en Leicester Square, el espectáculo Carmen, un ballet-pantomima basado en la famosa obra de Bizet. Los papeles estelares corresponden a María La Bella, que encarna a la protagonista, y a La Malagueñita, que deslumbra con sus danzas andaluzas al público británico. La prensa local llama especialmente la atención sobre el número de baile ejecutado por Encarnación sobre una mesa:

Éxito de las bailarinas españolas en ‘Carmen

Con sólo unas cuantas reservas, el nuevo ballet ‘Carmen’, ofrecido anoche en el Alhambra, cumplió la promesa que había hecho en los ensayos de ser una de las producciones escénicas más elaboradas y suntuosamente pintorescas organizadas por el Sr. Alfred Moul. Las cinco escenas en que se divide el espectáculo están impregnadas por la atmósfera real de España e ilustran con eficacia la bien conocida historia de pasión y venganza contada por el novelista francés.

Se nos presenta a auténticos bailarines de Madrid, Barcelona y Sevilla, que visten la mantilla, juegan con sus admiradores y caminan como sólo saben hacerlo las mujeres españolas.

El baile sobre una mesa ofrecido en la tercera escena por la recién descubierta estrella ‘La Malagueñita’ tiene muy poco que ver con la historia de ‘Carmen’, y aunque sin duda ilustra un estilo de baile hasta ahora desconocido en Londres, nos impacta, como extranjeros, con una nota tal vez demasiado exótica.

Encarnación Hurtado, La Malagueñita (Eco Artístico, 5-3-1914)

La Malagueñita (Eco Artístico, 5-3-1914)

La parte principal fue admirablemente representada por la señorita María la Bella, mientras que el Sr. Volvert y el Sr. Agoust, en los papeles de Don José y Escamillo respectivamente, demostraron una vez más que son artistas con gran talento para la mímica” (London Daily News, 25-1-1912). (1)

Tras varias semanas de representaciones, la prensa sigue incitando al público a asistir al teatro Alhambra:

“Cuando, para cambiar, deseen pasar una tarde variada y divertida, prueben el gran y espectacular ballet ‘Carmen’ en el Alhambra. ¿Pueden imaginar los bailes españoles, el juego desenfrenado de los trajes españoles, la marcha de los toreros, matadores, picadores y banderilleros – todos los favoritos de la plaza de toros, divinamente ataviados? ¿Pueden imaginar el encanto de la Señorita María La Bella y La Malagueñita, con sus bailes con castañuelas, y los bailes de los estudiantes, y todos los otros bailes con el brillo, el colorido y la belleza de España? No creo que puedan, porque incluso yo que lo he visto sólo puedo recordar vagamente sus muchas características” (The Cornishman, 29-2-1912).

El espectáculo, que destaca por su carácter auténticamente español, permanece en cartel hasta el mes de mayo. Incluso los papeles franceses se ocupan del mismo en varias ocasiones, y ponen de relieve la actuación de sus estrellas principales, María la Bella y La Malagueñita:

“Es un auténtico triunfo para el simpático director del Alhambra, el Sr. Maül, el haber eclipsado a los espectáculos más maravillosos de estos últimos años, y haberse superado a sí mismo, el haber extraído de Carmen, de Bizet, un ballet que es una auténtica maravilla.

La parte coreográfica, por otro lado, sólo merece alabanzas. Carmen está bailada e interpretada a las mil maravillas por María La Bella, que no sólo es una bailarina hecha y derecha, sino también una actriz de talento. Entre todas las estrellas que dan vida ante nuestros ojos a las más seductoras tradiciones de la danza española, hay que citar a la Malagueñita, sacerdotisa del baile flamenco, tan bella como graciosa […]” (Le Figaro, 24-2-1912).

El teatro Alhambra de Londres

El teatro Alhambra de Londres

“Como siempre, la dirección del Alhambra ha hecho maravillas; es bullicioso, multicolor y sorprendente; Alias se ha superado, es una orgía de color y de luz. Hay espectáculos que se dicen españoles y que no lo son en absoluto; éste es español y medio; es Sevilla misma transportada a Leicester Square […].

Auténticos bailarines españoles terminan de darnos la ilusión completa. La señorita María la Bella es una Carmen pura sangre y la sangre española no miente, es de plata auténtica. Otra bailarina no menos bella y no menos ágil, de contoneos lascivos, es la Malagueñita. Después están las gitanas y los gitanos de cabellos tan negros, que son luminosos, y de ojos brillantes de deseos abrazados; ella ejecutan los flamencos más inquietantes y las sevillanas con más embrujo. Ante tal espectáculo, el espíritu es transportado lejos, bien lejos de las nieblas y los malos tiempos” (Comoedia, 25-2-1912).


NOTA:
(1) La traducción de todos los textos extranjeros es nuestra.


Encarnación ‘La Malagueñita’, salero y elegancia a partes iguales (I)

Si pensamos en bailaoras malagueñas, la primera que se nos viene a la mente es la genial Trinidad ‘La Cuenca’ (1857-1890), a quien en su día dedicamos varias entradas. Trinidad destacó por su baile típicamente masculino, que ejecutaba vestida de hombre, algo totalmente inusual en aquella época. El número que le dio fama internacional sin duda fue el baile del torero, que consistía en imitar, una por una, las distintas suertes del toreo.

Trinidad Cuenca (The National Police Gazette, New York, 28-7-1888)

Trinidad Cuenca (The National Police Gazette, Nueva York, 28-7-1888)

A principios del siglo XX empieza a conquistar los escenarios una paisana de La Cuenca, que adopta el nombre artístico de “La Malagueñita”, y que también sorprende por ser una de las primeras en ejecutar bailes típicamente masculinos, como la farruca o el garrotín, vestida con pantalones.

Las primeras referencias que encontramos sobre esta artista, llamda Encarnación Hurtado, aluden a su debut en el madrileño teatro de Novedades, el día 3 de enero de 1906. La prensa menciona a la artista como “Encarnación, la Malagueñita, bailadora gitana de tientos y tarantas” (Heraldo de Madrid, 1-1-1906) o “La Malagueñita, bailadora de tarantas” (La Época, 3-1-1906). En el cartel también figuran famosas cupletistas de la época, como La Fornarina o La Chelito.

Sin embargo, Encarnación no sólo destaca en el baile por tarantas. Unas semanas más tarde, en el mismo salón, se anuncia una nueva actuación de “la notable bailarina española ‘La Malagueñita’, que es una especialidad en las danzas orientales y en los bailes gitanos” (La Correspondencia de España, 26-2-1906).

Una brillante carrera en la España y Portugal

A finales de marzo, Encarnación Hurtado se presenta en el teatro de la Zarzuela, entre un nutrido elenco de artistas de variedades en el que también figura la Fornarina; y ya en el mes de abril marcha a Lisboa junto a la compañía de zarzuela cómica española, que debuta en el teatro de Doña Amelia. El cuerpo de baile lo completan las hermanas Esmeraldas, la Tarifeña y la Trianita.

Encarnación Hurtado, La Malagueñita (Eco Artístico, 6-5-1911)

Encarnación Hurtado, La Malagueñita (Eco Artístico, 6-5-1911)

Tras regresar a Madrid para protagonizar, junto a Pastora Imperio, el cuadro ‘Una fiesta andaluza’ sobre las tablas del Central Kursaal, La Malagueñita sigue actuando en la capital portuguesa, suponemos que con éxito, pues la presentación de la artista en el Salón Concert Actualidades madrileño, previsto para principios de julio, ha de posponerse debido a la ampliación del contrato de la artista en Lisboa:

“Salón Concert Actualidades.- […] iba a debutar otra artista también famosa. Es la singular bailarina ‘La Malagueñita’, creadora de los bailes gitanos La farruca y El garrotín, que debutará el día 2 del próximo julio” (Heraldo de Madrid, 29-6-1906).

“Salón Concert Actualidades.- […] El debut de la popular Malagueñita […] ha tenido que ser aplazado unos días, por haberle prorrogado el contrato la Empresa del teatro donde actúa ahora en Lisboa” (Heraldo de Madrid, 5-7-1906).

En el cartel del Actualidades también figuran artistas como La Argentina, Amparito Muñoz o Las Esmeraldas. La esperada presentación de La Malagueñita es todo un éxito:

“Salón Concert Actualidades.- Desde el jueves viene actuando allí una artista notabilísima, la bailaora andaluza Encarnación, la Malagueñita, creadora de los bailes gitanos La farruca y El garrotín, que popularizó ella en Madrid durante la pasada campaña de invierno, cuando tanto vuelo se dio al género de varietés.

La Malagueñita ha hecho una creación de los dos citados bailes.

Es la artista graciosa y esbelta, que ha sabido sorprender los secretos mágicos de la danza andaluza con toda su riqueza de cadencias y ritmos voluptuosos que la caracterizan.

En ninguno de sus movimientos hay asomos de obscenidad ni de mal gusto. Por el contrario, respira su meritísima labor en todos momentos un arte y una delicadeza, que hacen de la simpática bailadora la típica cultivadora del clásico baile gitano.

El público la aplaude con entusiasmo, y es lo mejorcito que hemos visto en aquél Salón” (Heraldo de Madrid, 15-7-1906).

Consuelo Bello Cano, la Fornarina

Consuelo Bello Cano, la Fornarina

En otoño de 1906, Encarnación Hurtado se presenta en locales como el Salón Variedades de Zaragoza o el Teatro Circo Barcelonés. En primavera de 1907 se puede ver en el Kursaal madrileño -donde “logró un buen éxito con sus bailes gitanos” (La Época, 1-4-1907)- y en el Teatro de Verano de Alicante a “‘La Malagueñita’, bailarina española graciosa en extremo, y con una flexibilidad y ‘movilidad’ de cintura ‘emocionantes’” (La Correspondencia de Alicante, 20-5-1907).

En este último coliseo coincide de nuevo con La Fornarina, así como con el cantaor Sebastián Muñoz, Gayarre chico, y el guitarrista Pascual Aguilar. Tanto la cupletista como la bailaora son muy apreciada por el público alicantino:

“Teatro de Verano. […] La inimitable cupletista ‘La Fornarina’ es delirantemente ovacionada por el público cada vez que sale a escena. […]

Aunque cultivando distinto género, pues una canta y la otra baila, La Malagueñita no le va en zaga a La Fornarina en gracia, simpatía y desenvoltura. Esta bella artista con sus graciosas genialidades y sus picarescas iniciativas es muy celebrada y aplaudida por el público” (El Graduador, 5-6-1907).

Tras el éxito cosechado en Alicante, La Malagueñita se presenta en el salón Novedades de Valencia, junto a distintas artistas de variedades como La Trigueñita o Bella Raquel.

Rumbo a Cuba

Unos meses más tarde, la prensa la sitúa en La Habana. La revista española El arte del teatro, en la sección dedicada a la capital cubana, publica las siguientes informaciones:

“Encarnación Hurtado ‘La Malagueñita’ es de todas las variedades de Payret la más atrayente, valiosa y aplaudida. Bajita, delgada, trigueña, simpática, con mucho donaire y mucha sal, ejecuta sus números coreográficos con bastante acierto” (12-1-1908). (1)

“En Payret, Martí y Actualidades, que se ven favorecidos por numerosísimo público, triunfan los Ash, notabilísimos bailarines, La Malagueñita, la Españolita, Coralito, Toreski, la Monterde y Conchita Soler” (1-2-1908).

La Malagueñita (Mundo Ilustrado, 22-8-1909; foto publicada por J.L. Navarro en el blog El eco de la memoria)

La Malagueñita (Mundo Ilustrado, 22-8-1909; foto publicada por J.L. Navarro en el blog El eco de la memoria)

A partir del mes de junio, Encarnación pasa al teatro Albisu, también en La Habana. La prensa local destaca sus buenas cualidades para el baile flamenco, que la hacen cosechar abundantes aplausos. Veamos algunos de los elogios que le dedica el diario El Mundo (2):

“Es La Malagueñita una bailarina de excelente estilo y mucha agilidad y que conoce al dedillo todos los bailes españoles” (El Mundo, 8-6-1908).

“La Malagueñita, que hace esculturas al minuto con su propia carne […] se arrancó anoche por todo lo alto y todo lo bajo en Albisu bailándose unas cositas flamencas de mucho arrastre […].

La Malagueñita sabe dónde le aprieta el compás y, como es garbosa a más no poder, se mete en las entretelas del corazón del público que no se cansa de aplaudirla” (El Mundo, 9-6-1908).

“En Albisu recogió palmas y celebraciones ayer La Malagueñita que no se deja echar la zancadilla por nadie en lo atañadero a dar al Tango lo suyo” (El Mundo, 10-6-1908).


NOTAS:
(1) Referencia aportada por José Luis Navarro en su artículo “La Malagueñita en La Habana”, publicado en el blog ‘El Eco de la Memoria’. Según el autor, tanto ésta como el resto de referencias que presenta, extraídas del diario cubano El Mundo, se deben a José Luis Ortiz Nuevo.
(2) Todas las referencias de la prensa cubana han sido localizadas por José Luis Ortiz Nuevo y reproducidas por José Luis Navarro en el artículo antes mencionado.


Adela Cubas, una guitarrista hecha a sí misma (y II)

Recorriendo España junto a Antonio Hernández

En marzo de 1913, la revista Diana (Cádiz) anuncia un nuevo número de variedades:

“El notabilísimo bandurrista D. Antonio Hernández, tan aplaudido últimamente en nuestro Teatro Cómico, ha formado número con la afamada profesora de guitarra Adela Cubas, que durante muchos años ha acompañado con el clásico instrumento al cantador El Mochuelo. Dada la maestría y dominio de la Srta. Cubas en la guitarra y conocedores de las perfectas imitaciones que del cante flamenco ejecuta en la bandurria el señor Hernández, con especialidad en el estilo de la Niña de los Peines, auguramos una serie de triunfos al nuevo número de varietés” (12-3-1913).

Comienza, por tanto, una nueva etapa en la carrera artística de Adela Cubas, quien, junto a su recién estrenado compañero, continuará recorriendo diversos escenarios por toda la geografía española. En mayo se presentan en San Fernando (Cádiz), donde “su esmerada labor” los hace merecedores de “aplausos unánimes y espontáneos” (Eco Artístico, 25-5-1913). La prensa local no escatima en elogios para la artista:

Adela Cubas, de fama nacional, que conoce la guitarra y que la siente con su alma soñadora, la que se refleja por sus ojazos negros y agitanados, puede afirmarse que es una verdadera Rubinstein en el manejo del clásico instrumento, porque ya no es posible ni más dulzura, ni mayor agilidad, ni más buen gusto” (Diana, 12-5-1913).

Anuncio del espectáculo de Adela Cubas y Antonio Hernández, Eco Artístico (1913)Anuncio del espectáculo de Adela Cubas y Antonio Hernández, Eco Artístico (1913)

En el mes de julio, Adela viaja de nuevo a Barcelona, para formar parte de un espectáculo en el Gran Salón Doré, en el que destaca especialmente sobre el resto de artistas: “Eloísa Carbonell bailando un tango, acompañada á la guitarra por Adela Cubas: vaya una bailarina y una guitarrista” (Eco Artístico, 25-7-1913).

En octubre regresa a Cataluña, y se presentan en el Teatro Principal de Tortosa (Tarragona), “la bella y genial Adela Cubas y el aplaudidísimo Antonio Hernández, concertistas, imitadores de las eminentes celebridades que brillan en Europa, de un talento y un gusto artístico extraordinario” (Diario de Tortosa, 11-10-1913). Allí el público pudo saborear

“el arte insuperable de Adela Cubas, que hemos de confesar no tiene rival en la interpretación, con su guitarra, de las piezas flamencas y gitanas. […] Los repetidos aplausos obligábanles a ofrecernos otra, otra y otra, cada vez más hermosas, y el último día terminaron con una jota tan soberbiamente ejecutada y sentida, que la concurrencia, como si sintiese repercutir aquellas notas vibrantes en su alma, restaba profundamente emocionada” (Diario de Tortosa, 11-10-1913).

Barcelona, Bilbao y, de nuevo, Madrid también son testigos de sus éxitos. En diciembre, en el Trianón Palace “son muy aplaudidos Adela Cubas y Antonio Hernández en su género flamenco, en el que Adela tiene el número uno” (Eco Artístico, 5-12-1913).

El nuevo año lo reciben en Guadalajara. Allí comparten cartel con otros artistas de variedades, “pero lo que verdaderamente llamó la atención fue el esmerado trabajo de Adela Cubas que tocó la guitarra como puedan tocarla en la Corte Celestial. Eso es tocar; lo demás es armar ruido” (La Palanca, 21-12-1913). Noche tras noche, la artista sigue demostrando su maestría y versatilidad:

“Adela sabe hacer llorar a la guitarra, esos sentimentales cantos asturianos, sabe llegar al alma del que la escucha, al rasguear habilísima las cuerdas, arrancando la alegre música andaluza y enardecer el espíritu con las bravas y pujantes notas que nos hablan de Aragón y sus quereres, con la lengua flexible de la jota aragonesa” (Revista Flores y abejas, 4-1-1914).

Tras pasar por Aranjuez, en primavera la pareja vuelve a tierras gaditanas: El Puerto de Santa María, San Fernando, Jerez de la Frontera y Sanlúcar de Barrameda son algunas de las localidades en las que actúan, y “son aplaudidos sin tasa en todo el género flamenco, que interpretan con estilo y gusto” (Eco Artístico, 25-5-1914).

A finales de mayo, la revista Diana (Cádiz) anuncia que los celebrados artistas próximamente “emprenderán una tournée por nuestras posesiones de África, empezando por Tetuán, y continuando por Larache, Ceuta, Melilla y Tánger. Nuestra enhorabuena a la Srta. Cubas y al Sr. Hernández, a los cuales deseamos continúen obteniendo idénticos triunfos que los conseguidos hasta ahora” (31-5-1914).

Caricatura de Adela Cubas y Antonio Hernández (Diana, 31-5-1914)Caricatura de Adela Cubas y Antonio Hernández (Diana, 31-5-1914)

En junio, la guitarrista muestra su lado más solidario, al colaborar en una fiesta benéfica organizada en el teatro Español de Madrid por la Juventud republicana, con el fin de recaudar fondos para la creación de escuelas para niños y clases nocturnas para adultos.

Siguen las giras, con La Malagueñita, El Mochuelo…

Una vez desvinculada artísticamente de Antonio Hernández, en otoño Adela regresa a Bilbao, Barcelona y Palma de Mallorca, lugares donde recibe grandes elogios junto a su nueva pareja flamenca: “La Malagueñita con su cante ‘jondo’, acompañada a la guitarra por esa ‘pequeñez’ de artista llamada Adela Cubas. ¡Ole las manitas!” (Eco Artístico, 5-11-1914). Durante varios meses, ambas continúan recorriendo la geografía española, y cosechan aplausos y “justas ovaciones” en Valencia, Málaga y Granada.

En julio de 1915, en el Salón de Variedades de Almería, “el célebre cantador de flamenco Antonio Pozo (El Mochuelo) y la eminente profesora de guitarra Adela Cubas, cantaron y tocaron respectivamente, aires andaluces como los propios ángeles” (El Popular, 18-7-1915). Los dos “alcanzaron calurosos aplausos, especialmente la última, que domina de manera magistral el tan celebrado instrumento” (Crónica Meridional, 19-7-1915).

Comienza, por tanto, una nueva etapa de colaboración artística entre la guitarrista y el cantaor, que a partir del mes de agosto participan en “Andalucía en Versalles”, que cosecha grandes éxitos en Madrid. El bailaor Estampío y el guitarrista Ramón Montoya, entre otros artistas, completan el cartel de este espectáculo teatral, “verdadera nota de color y buen gusto, que viene congregando un público selecto y numeroso […] y que hace aparecer diariamente en la taquilla el cartel de ‘No hay billetes’” (La Correspondencia de España, 3-9-1915).

En octubre, Adela Cubas y El Mochuelo actúan en Zamora, y a comienzos de 1916 viajan a La Coruña, donde “la renombrada guitarrista, es muy aplaudida acompañando al cantador flamenco” (Eco Artístico, 5-2-1916), y obtiene un “éxito colosal” la “Gran Fiesta Andaluza” en que ambos participan.

No obstante, la actividad de la guitarrista debe cesar durante un tiempo, y El Liberal nos informa sobre los motivos:

“ADELA CUBAS.- Después de tres meses de enfermedad, ha entrado en el periodo de convalecencia esta afamadísima artista de la guitarra. Sus muchos amigos y admiradores, que ignoraban la causa de su apartamiento del público, por no haberse dado noticia alguna de la dolencia que aquejaba, y aqueja todavía a la excelente guitarrista, no tardarán, afortunadamente, en tributaria de nuevo sus aplausos” (8-5-1916).

Una vez recuperada, en septiembre la artista regresa a La Coruña, donde vuelve a entusiasmar al auditorio: “el éxito del día consituyólo Adela Cubas, la famosa concertista de guitarra, que fue clamorosamente ovacionada. La Cubas tocó de modo admirable aires andaluces, jotas y guajiras, que el público aplaudió con calor” (El Noroeste, 8-9-1916).

Pocas semanas después inicia otra exitosa gira por tierras andaluzas (Málaga, Baza, Córdoba…), esta vez junto a La Malagueñita. El nuevo año lo estrena también en el sur de España, acompañando a Les Harturs, “un cuadro de canto y baile flamenco en su significación más castiza y clásica; elegante y simpático”. Sus actuaciones en distintas localidades gaditanas, granadinas y murcianas son muy aplaudidas. Por ejemplo, sobre su presentación en Murcia, El Liberal publica lo siguiente: “Les Harturs […] ha completado su interesante cuadro con la popular Adela Cubas, […] que tiene en su alma la magia zahorí de la música flamenca, y en sus dedos, el secreto sentimental de la guitarra” (12-6-1917).

En 1918, Adela se anuncia en distintos escenarios españoles -principalmente en Madrid, Valencia, Barcelona y Badajoz-, integrada en cuadros flamencos en los que acompaña a artistas como Eloísa Carbonell y El Mochuelo. Los programas en los que aparecen son de lo más variopinto, e incluyen bailarines, cancionistas e incluso perros comediantes.

De nuevo en Madrid, junto a dos bailarinas

A partir de 1919, la mayor parte de las referencias periodísticas que hallamos sobre Adela Cubas la sitúan en Madrid. Durante dos años aparece vinculada artísticamente a la famosa y versátil bailarina Mireya, que ejecuta tanto danzas clásicas como bailes modernos, exóticos, e incluso se arranca por soleares y granaínas.

Juntas se anuncian durante largas temporadas en el Parisiana, el Ideal Rosales y el Gran Teatro madrileño, entre otros. La prensa se hace eco de sus triunfos artísticos y destaca continuamente el buen hacer de la “simpática y notable guitarrista Adela Cubas” (Eco Artístico, 1-6-1919), toda una “maestra en el género” (La Correspondencia de España, 26-8-1919), “que, como pocos, dominan este instrumento” (Eco Artístico, 30-11-1919).

Adela Cubas y Mireya (Mundo Gráfico, 4-6-1919)Adela Cubas y Mireya (Mundo Gráfico, 4-6-1919)

La pareja también colabora en varios festivales benéficos y se presenta en otras ciudades, como Gijón, San Sebastián, Zaragoza, Pamplona o Puertollano, siempre con gran éxito y “entusiastas aclamaciones”. En agosto de 1920 Eco Artístico anuncia la disolución del vínculo laboral entre ambas artistas y poco después informa sobre el estreno de un nuevo número, formado por “la renombrada y excelente bailarinaNerina y “la célebre concertista de guitarra Adela Cubas” (15-09-1920).

El Parisiana madrileño sigue siendo testigo de la maestría de la guitarrista y su nueva pareja, si bien las referencias en prensa son mucho menos frecuentes, no sabemos si debido a una relajación del ritmo de trabajo de Adela Cubas a causa de su enfermedad, o bien por encontrarse actuando en teatros de provincias de cuya programación dieran cuenta únicamente los periódicos locales.

En cualquier caso, donde sí aparecen Adela y Nerina, junto a otros muchos artistas, es en el festival a beneficio de la Cruz Roja organizado en abril de 1922 por los estudiantes del preparatorio de Derecho y Filosofía y Letras en el madrileño el Teatro de la Princesa. Allí “se hicieron aplaudir extraordinariamente” (La Acción, 5-4-1922).

En septiembre de ese mismo año, la prensa recoge la noticia de la fundación del Sindicato de Artistas de Varietés, de cuya junta directiva forma parte Adela Cubas. De este modo conocemos una nueva faceta de la guitarrista que, además de solidaria, resulta ser una mujer comprometida en la defensa de sus derechos profesionales.

Una de sus últimas apariciones públicas tuvo lugar en noviembre de 1922 en el Círculo de Bellas Artes, con motivo de “una fiesta íntima, de las que dicho centro organiza frecuentemente, para alentar a los artistas y para dar a conocer éstos a los socios”. Las cupletistas Teresita España y Carmen de Triana, la bailarina Carmen Diadema y “la excelente guitarrista Adela Cubas” fueron muy aplaudidas por el púbico, “que salió muy satisfecho del delicioso rato que le proporcionaron las expresadas artistas” (El Sol, 26-11-1922).

Adela Cubas en el Círculo de Bellas Artes (La Unión Ilustrada, 10-12-1922)Adela Cubas en el Círculo de Bellas Artes (La Unión Ilustrada, 10-12-1922)

Se marchó sin hacer ruido

El 24 de abril de 1923, El Imparcial publica la siguiente información: “En el sanatorio del Doctor Segovia, en la calle de las Naciones, ha fallecido esta madrugada la notable guitarrista Adela Cubas. En desesperado estado se la había practicado una operación en el hígado, pues la celebrada artista venía desde hace tiempo aquejada por una enfermedad que ha consumido todos sus modestos recursos”.

Se marchaba así esta mujer excepcional, trabajadora incansable y artista por todos reconocida. Nos dejaba sin hacer ruido, del mismo modo en que había vivido. Si la prensa nos da una idea de la importancia de su carrera y del prestigio que alcanzó, el valioso testimonio que recoge Carmen de Burgos en su obra ya mencionada nos permite conocer un poco más a la mujer, a esa Adela sensible, sensata, simpática y con un gran sentido del humor.

En su conversación con la periodista, Adela Cubas reconoce sentir pasión por su trabajo: “Yo necesito para vivir la guitarra, el público, los aplausos. Aunque fuera millonaria no dejaría mi arte jamás”. Reconoce los éxitos cosechados por toda España, si bien se queja, no sin ironía, del empeño de los empresarios en hacerla actuar acompañada de otro artista, tal vez debido a su aspecto físico, que no parecía encajar con el prototipo de mujer que triunfaba en los espectáculos de variedades:

“Eso es muy gracioso. Cuando salgo acompañada, el público me pide que toque sola -“sola”, “sola”- y, en cambio, si pretendo salir sola, los empresarios me piden que salga con alguien… aunque sea con un guardia. […] He estado dos veces para contratarme para América, y las dos he fracasado. La primera, porque el empresario me encontró tan horrible, que me dijo que me contrataría si pudiera salir al escenario de espaldas”.

Adela Cubas (Diana, 12-5-1913)Adela Cubas (Diana, 12-5-1913)

Sin embargo -y afortunadamente-, el hecho de no cumplir con esos cánones de belleza establecidos no impidió a Adela Cubas convertirse en una primera figura de la guitarra, algo ya de por sí complicado tratándose de una mujer. Es más, incluso llegó a “sacar alguna ventaja moral […]. Una mujer fea ve las cosas con más claridad, más en la realidad, vive menos engañada, puede tener más confianza en los afectos que inspire”.

Si la belleza es relativa, y varía en función de los tiempos y de las modas, lo que no admite discusión es la inteligencia y la valentía de esta mujer, que supo hacerse a sí misma y vencer con su talento las barreras que encontró en su camino, hasta alcanzar su sueño.