Flamencas por derecho

Mujeres que han dejado su impronta en la historia del flamenco

Flamencas por derecho - Mujeres que han dejado su impronta en la historia del flamenco

Gabrielita la del Garrotín, reina de los bailes de chufla (III)

Las primeras noticias que nos ofrece la prensa sobre Gabriela Clavijo datan de la primera década del siglo XX y la sitúan actuando en los escenarios de variedades de distintas ciudades españolas, principalmente en la zona de Levante. Corresponden, por tanto, a la etapa inicial del género de varietés y coinciden con la eclosión del garrotín como baile de moda.

Frente a artistas como Encarnación la Malagueñita o Dora la Gitana, que se publicitaban como reinas y señoras de esa especialidad coreográfica, Gabrielita se hacía llamar la “niña del garrotín” (1) (La Tarde, 1906b: 2) y se anunciaba en los carteles como “la verdadera creadora” del mismo (ibidem, 1906a).

Dora la Gitana. Foto: Antonio Esplugas, ANC.

Dora la Gitana. Foto: Antonio Esplugas, ANC.

Entre los meses de marzo y abril de 1906, trabajó durante una larga temporada en el Café Mahonés de Palma de Mallorca, donde formaba parte de una troupe franco―española integrada por bailarinas y cupletistas como Juanita Nájar, Andrea Canela, Mlle. D’Herbes, Mlle. Saphir o Enriqueta Vila (ibidem, 1906b: 2).

En diciembre de 1907 retomamos su pista en Valencia, en uno de los pabellones cinematográficos instalados en el recinto ferial del Llano del Remedio, compartiendo espacio con el Circo Ecuestre Feijóo y dos tiovivos (El Pueblo, 1907: 2).

Entre 1909 y 1910 la encontramos con cierta frecuencia en la Ciudad Condal. Participó en unos festivales populares celebrados en el Teatro Circo Barcelonés, en los que intervinieron varios conjuntos procedentes de Cataluña, Aragón y Andalucía. Este último ofreció un “concierto andaluz por el cuadro de los maestros Lara y Vega, en el que figura la Clavijo, creadora del garrotín” (La Publicidad, 1909: 4).

En enero de 1910 se la pudo ver en el Sport Toboggan, sito en el Paralelo (El Diluvio, 1910a: 5) y en la Sala Balmes, de las Ramblas (ibidem, 1910b: 5). Pasó buena parte del verano cosechando éxitos en el Alcázar Español, donde actuaba un “gran cuadro flamenco en el cual toma parte la señorita CLAVIJO, la reina del garrotín y el señor LÓPEZ, célebre cantaor” (ibidem, 1910c: 3). El programa también incluía cinematógrafo y zarzuelas sicalípticas.

Tras presentarse en el Gran Salón Victoria de Huelva en el mes de octubre (La Publicidad, 1910: 2), en noviembre trabajó dos semanas en el Gran Café Apolo de Barcelona, compartiendo cartel con artistas de variedades como Navarrita con su hormiguita, Adela Sanz, el Dúo Casanovas o la bailarina Canela (El Diluvio, 1910d: 4).

Juana la Macarrona

Juana la Macarrona

La prensa de 1911 nos informa sobre el traslado de “Gabriela Clavijo (Reina del garrotín)” de Madrid a Sevilla, con un contrato para el Salón Novedades (Heraldo Militar, 1911: 3), templo jondo en el que durante años ejerció su sacerdocio la inmensa Juana la Macarrona; y de su exitosa presentación en Sanlúcar de Barrameda (El Guadalete, 1911: 2). De esa época contamos con escasos testimonios que arrojen algo de luz sobre la trayectoria artística y vital de Gabrielita, lo cual podría deberse a la exigua atención que los diarios solían dedicar a los cafés cantantes y a sus artistas.

En noviembre de 1912 se anunciaban en el Salón Novedades de Valencia las canzonetistas Emilia Piñol y la Sultana, la pareja de baile Las Gaditanas (El Pueblo, 1912: 2), así como la formada por Carmen Díaz y Enrique Sánchez, la bailarina Carmelita Sevilla y “Gabrielita, la niña del garrotín (premio en el concurso de feas), que aunque no baila mal, es más propio su trabajo de un café cantante” (Eco Artístico, 1912: 30). La utilización de su fealdad como reclamo choca de plano con el hecho de actuar en ese tipo de locales, en los que se concedía un alto valor a la belleza de las intérpretes, a veces incluso por encima de sus capacidades. Se puede inferir, por tanto, que la bailaora poseía grandes cualidades artísticas que avalaban su triunfo.

De Valencia se trasladó a Cartagena, donde inauguró el Cine Sport y pasó después al Ideal Room. En el primero de ellos “la célebre Gabrielita, conocida por soberana del garrotín”, compartió cartel con la canzonetista Tina Desmet y constituyó “la nota saliente” del programa (El Eco de Cartagena, 1912a: 2), por presentar “un trabajo completamente nuevo en la clase del de varietés” (ibidem, 1912b: 2). En el segundo debutó el día 3 de enero junto al dúo de transformistas cómicos Maso-Maró, y “obtuvo justos y merecidos aplausos por la gracia con que bailó los garrotines y las farrucas” (ibidem, 1913: 2).

Carmen Díaz y Enrique Sánchez. Foto: Archivo Casau, Región de Murcia.

Carmen Díaz y Enrique Sánchez. Foto: Archivo Casau, Región de Murcia.

Poco después debutó en Almería. La prensa la sitúa en el mes de febrero en el Salón Victoria (El Popular, 1913: 3) y en diciembre, de nuevo en ese local, que había sido renombrado como Salón Café España (La Información, 1913: 3). En ambas ocasiones Gabriela Clavijo se rodeó de un nutrido elenco de artistas de variedades en el que destacaba la bailarina y cupletista Amparito Medina. Dado que los diarios no publican regularmente el programa completo de estos salones, es difícil determinar cuánto tiempo permaneció en Almería la Niña del Garrotín, mas el hecho de que volviese a ser contratada indica, al menos, que consiguió conquistar al público.

En enero de 1914 se presentó con “éxito ruidoso” en el Cine Escudero de Cádiz (La Publicidad, 1914: 2), junto a artistas como la bailarina Consuelo La Iberia o las cantantes La Sevillita y Adela Martina; y en febrero se anunció en el Gran Cine de Córdoba (Revista de Varietés, 1914: 10). En primavera la encontramos en el Teatro de la Princesa de Valencia, donde formó parte de un extenso programa de variedades en el que figuraban los famosos transformistas Les Harturs y la cupletista Aygel (El Pueblo, 1914: 4).

A partir del verano la prensa la sitúa en varias ocasiones en el Gran Salón Cine Doré de Barcelona, compartiendo cartel con una treintena de artistas, entre los que sobresalen las bailaoras Carmen Flores (El Poble Català, 1914a: 4) y Rafaela la Tanguera. Es en este local donde la encontramos anunciada por primera vez como “bailarina cómica” (ibidem, 1914b: 3). Durante los primeros meses de 1915 se la pudo ver en otras salas de varietés de la Ciudad Condal, como la Sociedad Recreativa la Mascota (El Diluvio, 1915: 5), y el Cine Picarol de Badalona (Eco Artístico, 1915a: 15).

Rafaela la Tanguera. Foto: Antonio Esplugas, ANC.

Rafaela la Tanguera. Foto: Antonio Esplugas, ANC.

En esa época, Gabriela Clavijo también volvió a presentarse ante el público madrileño, en la sala Chantecler ―junto a los bailarines Los Paraguayos, Manolita Alonso, Mari-Guerrita y Gitanela, entre otros artistas (ibidem, 1915b: 11)―, en la brasería del Hotel Palace (ABC, 1915: 21) y en el salón Versalles, en cuyo programa de varietés destacaba un gran cuadro flamenco formado por artistas de primer nivel, como los guitarristas Adela Cubas, Mariscal y Ramón Montoya, el cantaor Antonio Pozo ‘El Mochuelo’, y los bailaores Estampío, Carrasco y Gabrielita, la Niña del Garrotín; que, junto a las bailarinas Romanitas, Coppelia y La Madrid, y la cancionista Carmen Oriente, protagonizaron un número titulado “Andalucía en Versalles”:

Indudablemente el éxito teatral de este verano lo ha constituido la brillante fiesta titulada Andalucía en Versalles, verdadera nota de color y buen gusto, que viene congregando un público selecto y numeroso en este recreo y que hace aparecer diariamente en la taquilla el cartel de ‘No hay billetes’ (La Correspondencia de España, 1915: 7).

Con El Mochuelo y Adela Cubas volvió a coincidir en febrero de 1916 en el Salón Imperio de La Coruña, donde obtuvo “un éxito colosal la ‘Gran Fiesta Andaluza’” que se celebraba al final de cada sesión con la intervención de todos los artistas del cuadro, en el que también figuraban la bailarina Carmen Sánchez y la cupletista Marieta (Eco Artístico, 1916a: 2).

Adela Cubas

Adela Cubas

Asimismo, durante su gira por tierras gallegas, la Niña del Garrotín se detuvo en el Salón Pinacho de Vigo ―allí “obtuvo un buen éxito”, compartiendo cartel con Dora la Cordobesita (ibidem, 1916b: 19)― y en el Bar Carrillo de Pontevedra. En este último se repartió los aplausos con la canzonetista Paquita Hernán, aunque la mayor parte de los elogios fueron para ella:

… sigue actuando con gran éxito la notableGabrielita‘ que con sus bailables favoritos nos proporciona todas las noches ratos agradabilísimos.
Es lástima que esta gran artista no reúna condiciones para el canto pues de ser así podríamos decir sin temor a engañarnos que era el único astro del arte coreográfico.

No en balde se le ha concedido el título de ‘reina del garrotín‘ pues ejecuta con tal maestría este y otros bailables de este género, que desde luego por muy profano que les sea en esta materia se ve que es una artista.
Es una bailarina excéntrica de lo mejor que tenemos en la actualidad y lamentamos de veras que se halle entre nosotros tan poco tiempo pues aparte de un gracejo especial es de las que atrae al público con sus creaciones de baile (La Correspondencia Gallega, 1916: 3).

Además de resaltar las excelentes cualidades dancísticas de Gabriela Clavijo, esta crónica incide en varios aspectos interesantes, como su capacidad creadora y su dominio de un repertorio que va mucho más allá de su famoso garrotín de chufla. Por otra parte, el testimonio de Ramón Montoya recogido por Blas Vega en su libro sobre los cafés cantantes madrileños (2006: 310) desmiente esa idea de que la artista no poseía dotes para el cante.

Tras su periplo gallego, la Niña del Garrotín regresó a Sevilla en el mes de abril para actuar en el Kursaal Central, famoso local de varietés sito en la Calle Sierpes donde en los últimos años habían actuado artistas flamencos de la categoría de Manuel Torres, Luisa Requejo o la Niña de los Peines (2).

La Niña de los Peines (Foto de Antonio Esplugas)

La Niña de los Peines. Foto: Antonio Esplugas, ANC.


Notas:
(1) En los años diez también usaría este remoquete la cantaora y guitarrista Josefa Moreno, la Antequerana.

(2) Normalmente los diarios ofrecen escasa o nula información sobre el programa de estos locales ―la mayor parte de los días simplemente indican que en ellos se ofrecen variedades y flamenco―, por lo que resulta muy difícil saber qué artistas actuaron y durante cuánto tiempo. En contadas ocasiones se publican anuncios o gacetillas, que nos permiten situar en el Kursaal Central de Sevilla, por ejemplo, a Manuel Torres (El Noticiero Sevillano, 1914: 2), a Luisa Requejo (El Guadalete, 1915: 2) o a la Niña de los Peines (El Liberal de Sevilla, 1916: 4).

Referencias:

ABC (1915, 10 de mayo). “Brasserie Palace Hotel”, p. 21.

Blas Vega, José (2006). Los cafés cantantes de Madrid (1846―1936). Madrid: Ed. Guillermo Blázquez.

Eco Artístico (1912, 15 de noviembre). “Salón Novedades”, p. 30.

Eco Artístico (1915, 5 de marzo). “Cine Picarol”, p. 15.

Eco Artístico (1915, 5 de mayo). “Chantecler”, p. 11.

Eco Artístico (1916, 15 de febrero). “Salón Imperio”, p. 2.

Eco Artístico (1916, 5 de marzo). “Salón Pinacho”, p. 19.

El Diluvio (1910, 2 de enero). “Sport Toboggan”, p. 5.

El Diluvio (1910, 24 de enero). “Sala Balmes”, p. 5.

El Diluvio (1910, 15 de julio). “Alcázar Español”, p. 3.

El Diluvio (1910, 15 de noviembre) “Gran Café Apolo”, p. 4.

El Diluvio (1915, 16 de enero). “La Mascota”, p. 5.

El Eco de Cartagena (1912, 21 de diciembre). “Cine Sport”, p. 2.

El Eco de Cartagena (1912, 23 de diciembre). “Cine Sport”, p. 2.

El Eco de Cartagena (1913, 4 de enero). “Ideal Room”, p. 2.

El Guadalete (1911, 19 de agosto). “Teatros y artistas”, p. 2.

El Guadalete (1915, 17 de abril). “Artista”, p. 2.

El Liberal de Sevilla (1916, 1 de enero). “Kursaal Central”, p. 4.

El Noticiero Sevillano (1914, 21 de abril). “Kursaal Central”, p. 2.

El Poble Català (1914, 7 de agosto). “Gran cine saló Doré”, p. 4.

El Poble Català (1914, 16 de diciembre). “Gran cine saló Doré”, p. 3.

El Popular (1913, 2 de febrero). “Debut de una artista”, p. 3.

El Pueblo (1907, 26 de diciembre). “La Feria”, p. 2.

El Pueblo (1912, 15 de noviembre). “Espectáculos”, p. 2.

El Pueblo (1914, 18 de mayo). “Princesa”, p. 4.

Heraldo Militar (1911, 15 de abril). “Cines y varietés”, p. 3.

La Correspondencia Gallega (1916, 25 de febrero). “Bar Carrillo”, p. 3.

La Información (1913, 12 de diciembre). “Café Salón España”, p. 3.

La Publicidad (1909, 12 de noviembre). “Espectáculos. Teatro Circo Barcelonés”, p. 4.

La Publicidad (1910, 12 de octubre). “De teatros”, p. 2.

La Publicidad (1914, 28 de enero). “De teatros”, p. 2.

La Correspondencia de España (1915, 3 de septiembre). “Cine y varietés”, p. 7.

La Tarde (1906, 13 de marzo). “Café Mahonés”, p. 2.

La Tarde (1906, 16 de marzo). “Café Mahonés”, p. 2.

Revista de Varietés (1914, 20 de febrero). “Gran Cine”, p. 10.


Custodia Romero, la Venus gitana del baile flamenco (III)

En mayo de 1924, Custodia Romero vuelve a presentarse ante el auditorio que tanta devoción le profesa, el del Salón Ramírez de Córdoba. En esta ocasión, “esa divina criatura, artista de temperamento” (La Voz, 16-5-1924) e “indiscutible continuadora de Pastora Imperio […] bailó como ella sabe hacerlo con ese arte tan exquisito, tan gitano, tan atrayente” (La Voz, 20-5-1924). Como fin de fiesta tras la actuación de la Compañía de Zarzuelas y Sainetes ‘España’, cosecha, una vez más, nutridas ovaciones.

Custodia Romero (Mundo Gráfico, 6-10-1925). BNE.

Custodia Romero (Mundo Gráfico, 6-10-1925). BNE.

De Córdoba marcha a Barcelona, para actuar durante dos semanas en la catedral de las variedades de la Ciudad Condal, el Teatro Eldorado. Allí comparte cartel con distintas atracciones internacionales, como las bailarinas Les 4 Sorelle Bianchi, los clowns musicales Pompoff, Thedy y Emij, el espectáculo ‘Las sombras en relieve’, la cupletista La Goyita, la divette Nitta-Jo o los equilibristas Les Prico (El Diluvio, 31-5-1924). Las crónicas dejan constancia de su triunfo en el día de su debut:

Custodia Romero es una bailarina de raza que vibra y estremece en las danzas clásicamente gitanas; su éxito fue franco desde los primeros momentos y las ovaciones se sucedieron calurosas y justísimas” (El Diluvio, 1-6-1924)

“… Se despide mañana Custodia Romero, la bailarina castiza, inimitable, sacerdotisa de la danza andaluza, con propia personalidad.
Modesta, calladamente, fiando sólo en su arte, exento de tecnicismos académicos, Custodia Romero se ha presentado en las tablas de Eldorado dispuesta a triunfar y lo ha conseguido plenamente, con todos los honores. Su figura, esbelta, broncínea -la Venus de Bronce le dicen- adquiere con sus movimientos rítmicos plasticidades que subyugan. ¡Oh, los ‘Fandanguillos‘ de Custodia Romero! […]
Su presentación en Barcelona ha sido un éxito completo, definitivo. El público la ha consagrado como estrella de la danza…” (El Diluvio, 12-6-1924).

Custodia Romero (Buen Humor, 27-4-1924), BNE.

Custodia Romero (Buen Humor, 27-4-1924), BNE.

A finales de ese año se embarca en una nueva aventura: el rodaje de la película La medalla del torero, dirigida por José Buchs. Los personajes principales son interpretados por el diestro José García ‘El Algabeño’, que da vida al torero José Luis, y Custodia Romero, en el papel de su prima Charito, que se gana la vida como cantante. También figuran en el reparto Tina de Jarque y Modesto Rivas.

Coincidiendo con su estancia en tierras andaluzas para cumplir con su compromiso cinematográfico, se presenta en distintos locales de Córdoba, Sevilla y Huelva, y realiza una escapada a Madrid para intervenir por unos días en la zambra gitana de la obra El Niño de Oro, que vuelve a llevarse a las tablas en el Teatro de la Comedia.

En enero de 1925, se anuncia de nuevo en el Teatro Eldorado de Barcelona, que ofrece un amplio programa de cine y varietés internacionales en el que figuran artistas como la cancionista Pilar Alonso o la violinista Angelina de Artés. Durante treinta noches reina en el coliseo de la Plaza de Cataluña, donde “tiene devotos, no admiradores” (El Diluvio, 24-1-1925), con un repertorio en el que destacan el garrotín, la zambra gitana y el Fandanguillo de Almería (1). A decir de las crónicas, el suyo es un arte intuitivo, muy personal, con gran capacidad de transmisión, hermoso braceo, domino del zapateado y el toque de castañuelas:

Custodia Romero, 23-2-1925). BNE.

Custodia Romero (La Voz, 23-2-1925). BNE.

“Baila como pudo hacerlo la gitanilla de Cervantes y su arte no es un arte de academia ridículo y grotesco, sino un arte de calle y plaza, de sentimiento y de corazón. […] Custodia Romero sabe dar a la agitación de su cuerpo y al emocionante movimiento de sus brazos todo el dramatismo de un dolor o toda la gracia de una alegría. Agita su cuerpo como una llama, y su cara, de una expresión inquietante, dibuja, con una crueldad acariciadora, una sonrisa y una amargura […].
Juega a las castañuelas arrancándoles los sonidos, y en sus manos tienen más música que un piano […] y en el fandanguillo de Almería Custodia Romero hace que sus tacones digan coplas y quereres… Es aquel momento silencioso y grave en que Custodia Romero se nos descubre con toda la grandeza de su alma o inteligencia” (F. M., La Voz, 9-1-1925).

“La gracia de los morenos brazos de Custodia, ya seductoramente culebreantes como sierpes de tentación, ya acariciadores y aprisionadores como una prometedora celda de amor, ya elevados al cielo, rígida y graciosamente, como la fina aguja de un minarete islámico, y el ondular rítmico y semisagrado del cuerpo fino, y aquellos pies inteligentes que ejecutan la música con cadencias inimitables, en un taconeo ora tenue y apacible, ora frenético y desesperado, y aquel conjunto, todo armonía, todo esbeltez, todo corrección de líneas, tienen al público aprisionado, rendido, hechizado por el dulce encanto de la bayadera española…” (El Diluvio, 31-1-1925).

Fotograma de La medalla de un torero (1925).

Fotograma de La medalla del torero (1925).

En febrero de 1925 el filme La medalla del torero se estrena en distintos cines madrileños, con la intervención de Custodia Romero, que interpreta en el escenario los mismos bailes que aparecen en la cinta, entre ellos un zapateado. Después realiza una tournée por tierras andaluzas, que la lleva a ciudades como Almería, Córdoba, Sevilla, Jerez o Granada, y en el mes de abril debuta en el Teatro Romea de Madrid. La crítica de la Villa y Corte le augura un prometedor futuro artístico y le hace algunas recomendaciones:

Custodia Romero es una excelente bailarina que tiene condiciones para ser una de nuestras mejores artistas coreográficas; tiene empaque de ‘bailaora’, gracia y armonía en sus movimientos, […] y, sobre todo, sabe manejar los ‘palillos’ de forma que hace de ellos un instrumento de percusión complementario de la orquesta; así que en cuanto ‘quiera’ terminar sus bailes, que acaba siempre con un saludo, deje de recordar a otras artistas (ejemplo, en el fandanguillo. que nos trae a la memoria a la Cordobesita, aunque creo que lo baila más y mejor Custodia) y elija un repertorio más adecuado a sus facultades de bailarina flamenca, Custodia Romero será una de las figuras más interesantes del baile andaluz” (La Libertad, 24-4-1925).

A sus veinte años, goza ya de un nombre y un prestigio que pocas artistas consiguen alcanzar en un tiempo tan breve. Durante su actuación en el Teatro López de Ayala de Badajoz, “cuando después de una lucidísima ejecución de varios números de los que es creadora, se presentó en el palco escénico acompañada por el tocador Manuel Álvarez y bordó inimitablemente una danza flamenca [una farruca], nos pareció volver a la época en que la Imperio cautivaba a todos los públicos con la soberanía de su arte…” (Correo de la Mañana, 10-5-1925).

Custodia Romero (Nuevo Mundo, 26-2-1926). BNE.

Custodia Romero (Nuevo Mundo, 26-2-1926). BNE.

Poco después, con la sonanta de Diego Torres, cosecha grandes ovaciones en el Central Cinema de Alicante: “¡Qué ‘guajira‘, qué ‘fandanguillo‘! Todo acompaña a su arte magnífico: los ojos centelleantes, negros, y negra también y ondulante su brava cabellera… Sus palillos…” (El Luchador, 22-5-1925).

El Salón Imperial de Sevilla y el Teatro Romea de Madrid también son testigos de los éxitos de la Venus de Bronce, que a finales de octubre emprende una nueva gira por el norte de España. Llega a Galicia en medio de una gran expectación, pues acaba de exhibirse su primera película, y tanto el público como la crítica están ansiosos por verla en vivo y en directo. A juzgar por las palabras que le dedica Leonardo tras su debut en Santiago de Compostela, su arte no defrauda:

“… El cuerpo tiembla en el estuche de raso de sus vestidos…! Baila…! dueña del ritmo…! la danza tiene reminiscencias sagradas. Ondulaciones de sierpe…, cuellos largos de cisne… las manos tiemblan, como palomas trémulas… los brazos trazan signos en el espacio… una convulsión recorre toda la figura… los pies golpetean el suelo al compás de la música…! […]
Estamos subyugados; todo es emoción honda en nuestro espíritu. La luz radiante de mediodía, ha rasgado a raudales nuestras nieblas norteñas” (El Compostelano, 2-11-1925).

Durante su estancia en Santiago concede una interviú a El Pueblo Gallego, en la que expresa su parecer sobre la situación de la danza en España:

“-¿Y qué opina usted del baile español?
-Que sufre una crisis anuladora, aplastante. Ha caído tan hondo, que costará mucho el levantarle, el elevarle a una categoría verdaderamente artística. Toda esa gran mayoría de personas que se han dedicado al cultivo de este bello arte, lo han hecho todo menos cultivarle, menos darle prestigio y relieve estético. Es cierto que tampoco hubo una capacidad directriz que orientara a las masas coreográficas, ni personas celosas de encumbrar la profesión…” (Juan Jesús González, El Pueblo Gallego, 4-11-1925).

Custodia Romero (El Pueblo Gallego, 4-11-1925). Galiciana.

Custodia Romero (El Pueblo Gallego, 4-11-1925). Galiciana.

Las ciudades de Vigo, Pontevedra, El Ferrol, La Coruña, Salamanca y Zamora también reciben en sus teatros a quien “es sin duda la más alta jerarquía del arte coreográfico” (El Pueblo Gallego, 31-10-1925). En la capital charra posa para los fotógrafos Ansede y Juanes, y concede una entrevista al diario El Adelanto, en la que confiesa su pasión por el baile, al que está dedicada en cuerpo y alma:

“-¿Qué género de danzas cultiva usted con más satisfacción?
-¡Oh! Los bailes andaluces me obsesionan.
[…]
-También tenemos entendido que es usted ‘estrella’ de la pantalla.
-¡Uy!, estrella de la pantalla. No lo crea; fui intérprete de la película española ‘La medalla del torero’, pero nada de ‘estrella’.
-¿Y cómo no siguió en la cinematografía? ¿No la (sic) gusta?
-Sí, sí me gusta, pero en España se paga esa profesión muy mal.
-Entre el baile y la película, ¿por cuál siente más afición?
-Por el baile, sin duda de ningún género. Además en esta profesión, después de ganarse más, se goza de más independencia.
[…]
-Pues, por aquí se rumoreaba de un proyectado enlace matrimonial de usted con El Algabeño.
-Fantasías de las gentes. Desde luego puede usted asegurar que hasta que no logre como bailarina un cartel sólido, no pensaré en otros amores que los que debo a mi madre y los que siento por mi arte” (Juan de Juanes, El Adelanto, 18-11-1925).


Nota:
(1) El “Fandanguillo de Almería” es obra del compositor Gaspar Vivas.


Custodia Romero, la Venus gitana del baile flamenco (I)

La memoria es selectiva, y en sus criterios de selección -no muy natural, por cierto- las artistas flamencas suelen tener las de perder, máxime si se trata de bailaoras, y más aún cuando sus triunfos tienen como escenario principal los teatros y salas de variedades. ¿Cómo puede explicarse si no la densa capa de olvido que se cierne hoy sobre una figura de la magnitud de Custodia Romero?

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Custodia Romero (Mundo Gráfico, 14-7-1920). BNE.

Nacida en Baeza en 1904 y rebautizada, por mor de su escultural belleza morena, como la “Venus de Bronce”, Custodia Cortés Romero ha sido una de las más grandes bailaoras que ha dado la provincia de Jáen. Aunque los documentos oficiales acreditan que vio la luz por primera vez en la hermosa ciudad renacentista, la familia se trasladó pronto a Linares, localidad que la artista siente como propia, según declara en diferentes entrevistas. En el padrón municipal de 1917, a sus trece años de edad, Custodia aparece censada junto con sus padres -Juan José Cortés y Crispina Romero-, y varios hermanos, en el número 8 de la Calle Quevedo.

Desde pequeña brota en ella la afición por el baile, que cultiva en fiestas y reuniones familiares. A uno de esos eventos asiste como invitado el torero Joselito el Gallo -que de baile algo chanelaba-, y vaticina a la joven Custodia un prometedor futuro artístico:

“A los ocho años, cuando yo era, como puede figurarse, una mocosuela, recibí el primer elogio de Joselito… Fue al final de una fiesta íntima celebrada en Linares, en casa de mis padres. Yo había bailado mucho aquella tarde. Joselito, que había sido invitado por un pariente mío, se acercó y me dijo: Bailas como los ángeles, niña. Debes dedicarte a la danza, porque te aseguro que, de seguir mi consejo, vas a obtener grandes éxitos” (José Luis Salado, Diario de Alicante, 10-4-1926).

Custodia Romero (Mundo Gráfico, 26-5-1920). BNE.

Custodia Romero (Mundo Gráfico, 26-5-1920). BNE.

Poco después, Custodia empieza a tomar lecciones de baile con un maestro de la localidad, si bien, según su propio testimonio, no se plantea dedicarse profesionalmente a ello hasta después de la muerte de su padre. Como en el caso de otras muchas artistas de su época, es la necesidad lo que la empuja a subirse a las tablas. A los catorce años debuta en Linares y comienza una fulgurante carrera:

“-En Linares (Jaén), nací, me crie y vivía siendo una obediente hija de familia, y no tenía más sueños ni sentía más aspiraciones que las propias de las muchachitas que sin ser ricas tienen al lado de sus padres una vida regularmente cómoda y desahogada. Siempre tuve afición al baile, pero nunca sospeché que había de cautivarme de la forma que después se hizo.
En todas las reuniones de familia que en Linares se celebraban, asistía yo como bailarina. Un día llegó al pueblo un profesor de baile; acudimos a su escuela varias amigas y tras unas lecciones salimos algunas profesionales. Yo me presenté en el teatro de aquella capital, y después salí para actuar por provincias.
-¿Qué edad contaba usted?
-Catorce o quince años” (El Adelanto, 18-11-1925).

“-¿Hace mucho tiempo que baila usted?
-Desde que tengo uso de razón.
-¿En los escenarios?
-En las tablas, poco, porque mi padre no quería que yo bailase en público.
-Y ahora, ¿quiere?
-No querría aún si viviese, señor. Mi padre era trabajador en Linares, ¿sabe usted?, y nunca, mientras vivió, permitió que saliese a las tablas; para evitarlo se esforzaba el pobrecito en su trabajo, para que no nos obligase la necesidad a salir de casa. Luego, al morir, no podía yo cumplir su voluntad, porque, sin él, las necesidades de una casa pobre me obligaron a salir al escenario.
-¿Le gusta a usted su arte?
-Me gusta mucho; le tengo una gran afición” (El Noticiero Sevillano, 22-10-1921).

Custodia Romero (Nuevo Mundo, 28-3-1924). BNE.

Custodia Romero (Nuevo Mundo, 28-3-1924). BNE.

En 1919, con quince años de edad, Custodia Romero ya se anuncia en varias salas de la Comunidad Valenciana, como los teatros Benlliure y Apolo de Valencia, o el Teatro Nuevo de Alicante. “Tiene un repertorio tan extenso que todas las noches varía completamente el programa de bailes, por lo que el público premia su estudiosa labor con nutridos aplausos” (El Luchador, 5-7-1919).

En esa época, también se puede admirar a “la gentil Custodia, una bailarina que se cimbrea como las palmeras de Berbería” (Diario de Alicante, 8-7-1919), en Castellón y en la Feria de Julio de Valencia, donde destaca como la “Reina de los tangos” (El Pueblo, 30-7-1919).

Durante los primeros meses de 1920, la joven artista se presenta en el music hall del Hotel Palace de Madrid y actúa durante varias semanas en el Gran Café Universal de Vitoria. También es requerida en otros lugares de la geografía española, como Calahorra (La Rioja), Miranda de Ebro (Burgos) y Chinchón (Madrid). En el mes de mayo debuta en la denominada “Catedral de las Variedades”, el Teatro Romea de Madrid, compartiendo cartel con la bailarina Teresita Boronat, la cancionista Lolita Chacón y el malabarista Lerín, entre otras atracciones.

La “encantadora y notable bailarina” jienense cosecha “estruendosos aplausos” (Eco Artístico, 15-5-1920) en la Villa y Corte, antes de emprender una gira por el norte de España, con paradas en ciudades como Santander, San Sebastián y Bilbao. Su repertorio incluye bailes regionales y flamencos, en los que la acompaña el guitarrista Andrés Heredia.

Carmen Flores (foto de Antonio Esplugas, ANC).

Carmen Flores (foto de Antonio Esplugas, ANC).

A partir del mes de junio de 1920, Custodia Romero se anuncia con cierta frecuencia en la capital de España, en salas como el Madrid Cinema, el Teatro de la Zarzuela, el Metro-Cine o el Teatro Fuencarral, que ofrecen programas de cine y variedades. Allí coincide con artistas como los cómicos Luis y Luisita Esteso, y la cupletistas Lolita Méndez y Carmen Flores, y sigue cosechando éxitos con sus bailes, acompañada por orquesta o por la guitarra del maestro Heredia.

Probablemente tenga lugar en noviembre de ese año la anécdota que más tarde referirá el diario La Libertad (1), sobre el primer encuentro entre una jovencísima Custodia, aún prácticamente desconocida, y una Carmen Flores ya convertida en figura:

“Hace cuatro o cinco años trabajaba en el teatro Fuencarral Carmen Flores, la madrileñísima y garbosa cupletista, e iba a verla trabajar y entraba en su camerino para admirarla más de cerca una chavalilla morena, muy morena, primorosa, bien plantada, con unos ojos… ¡así!, y una figurita de tanagra…
La chavalilla, gitana de raza, se embobaba mirando a la popular cupletista, y se deshacía en elogios de la riqueza de los trajes que Carmen Flores ostentaba.
-Si yo tuviera uno parecido -la (sic) dijo un día-, me atrevería a debutar, y armaría la revolución…
-Pero ¿tú qué sabes hacer?- la (sic) dijo Carmen Flores.
-Yo, dicen que bailo bien lo flamenco -repuso la chiquilla.
Carmen Flores, entonces, descolgó de una percha su más rica toaleta de escenario y se la entregó a la gitanilla, diciéndole:
-Pues toma este traje mío; te lo regalo, y a ver si es cierto que armas esa revolución que dices. El traje tiene suerte. Con él he ganado yo muchos miles de duros: para ti es desde ahora…” (La Libertad, 20-3-1928)

19180606 LA CORDOBESITA_La Union Ilustrada_portada

Dora la Cordobesita (La Unión Ilustrada, 6-6-1918). BNE.

En 1921, Custodia Romero se establece Serva la Barí, ciudad que también ocupará un lugar destacado en su corazón: “Yo soy de Linares; pero por ahí le añado ‘provincia de Sevilla‘, porque aquí vivo desde niña” (Galerín, El Liberal de Sevilla, 1-11-1927). En esa época se la puede ver con frecuencia en distintos locales de variedades de la ciudad, como el Kursaal Internacional, donde cosecha abundantes éxitos durante la temporada de primavera.

Los rigores del estío la hacen desplazarse a otras localidades, como Cádiz o Alcalá de Guadaíra (2), y ya en octubre su nombre se escribe en los carteles del Salón Imperial de Sevilla, junto a los del payaso Ramper y la bailarina Dora la Cordobesita.

Un periodista de El Noticiero Sevillano, que firma como el Conde de Almaviva, entra en el local de variedades de la Calle Sierpes atraído por la sonoridad del nombre de Custodia Romero, que es todavía una “artista modesta, de seguro, cuando no ocupa en el orden del espectáculo el lugar reservado a ‘la estrella’”:

“Y entramos cuando Custodia Romero baila, poniendo en la danza toda la sugestiva flexibilidad de su grácil cuerpo gitano y cuando el público, con una actitud de expectación espectacular, sigue el ritmo del baile y persigue con la vista la figura graciosa de la artista hasta aplaudir, al fin, con franca simpatía. Unos aplausos que parecen subrayar esta frase: ‘[…] tú bailas bien, eres bonita, pero como aún no nos has dicho que eres una ‘estrella’, no te concedemos la ovación clamorosa que te has ganado’” (El Noticiero Sevillano, 22-10-1921).

Una vez concluida su actuación, el reportero realiza una breve interviú a la joven artista, que lo recibe en el pasillo, sentada sobre unos baúles de equipaje (3). Tras hacer el elogio de su arte -“usted baila con el alma y el alma se le asoma a los ojos”-, el periodista pregunta a Custodia por sus inicios en el baile, por su religiosidad y por sus amores, y ella confiesa tener sólo dos devociones: su Virgen de Linares y su público.

“-Soy creyente y tengo mucha devoción por una Virgencita que, desde Linares, mi pueblo, vela por mí…
[…]
-Yo, por ahora, no quiero más que al público. Ése es mi novio. Para agradarle, me compongo y dedico los sentidos a mi baile. Tengo que conquistarle y quiero que sea mío en seguida” (Ibídem).


NOTAS:
(1) Probablemente, el periodista no recuerde con exactitud todos los detalles del encuentro, pues en ese momento Custodia ya llevaba más de un año trabajando en los escenarios de distintas ciudades españolas. No obstante, ambas reconocerán ese papel de Carmen Flores como mentora de Custodia Romero, en un acto en el que esta última recibirá de la primera la “alternativa” artística.
(2) Durante el mes de agosto, Custodia Romero se anuncia en establecimientos como el Balneario Victoria de Cádiz o el Salón Ortega de Alcalá de Guadaira.
(3) El empresario no permite al periodista acceder al camerino de Custodia.


Trini Ramos, de la Alameda a Nueva York (I)

Durante las primeras décadas del siglo XX, artistas como Pastora Imperio o Amalia Molina pasearon el nombre de España y el de Sevilla por los escenarios del mundo, y hoy ocupan un lugar destacado entre nuestras estrellas más internacionales. Sin embargo, no son las únicas que en aquella época alcanzaron la gloria allende los mares. Si hace unas semanas nos acordábamos de la malograda María Montero, ahora queremos rendir tributo, porque nos parece justo y necesario, a otra hija de Serva la Bari, la gran Trini Ramos.

Trini Ramos (The Sketch, 5-7-1922)

Trini Ramos (The Sketch, 5-7-1922)

Artista precoz

Trinidad Muñoz Blanco -nombre real de la artista- nació en Sevilla en 1904 (1) y desde pequeña se sintió atraída por el arte. Fue discípula del maestro Manuel Real, ‘Realito’, que tenía su academia en el número 51 de la calle Trajano (junto a la Alameda de Hércules, donde Trini pasó sus primeros años de vida); y, según su propio testimonio, actuó por primera vez en público a muy corta edad:

“… debuté en Sevilla a los once años. Cuando subí al escenario, mi madre, que estaba entre bastidores, me susurró: ‘Hazlo lo mejor que puedas, Trini’, y lo hice. Cantar ante un público aristocrático debía haberme puesto nerviosa, pero supongo que era demasiado joven para tener nervios” (The Sunday Post, 30-10-1921) (2).

La prensa hispalense de 1915-16 hace referencia a esas primeras actuaciones de la joven Trini Muñoz, que también se anunciaba en aquellos años como ‘Petit Fornarina’, en honor a la malograda artista Consuelo Vello (3). La Sociedad Benavente, el Salón Vigil o el Salón de Variedades son algunos de los locales sevillanos en los que se puede admirar a la precoz cancionista:

“[Sociedad Benavente] … se presentó la simpática cancionista y bailarina Trini Muñoz, siendo premiada su labor con una ovación…” (El Liberal de Sevilla, 17-10-1915) (4).

“[Sociedad Benavente] … actuó la pequeña cancionista Trini Muñoz, que también fue grandemente aplaudida” (El Liberal de Sevilla, 1-11-1915).

“[Salón Vigil, C/ Trajano, 14] Allí hemos visto a la hermosa artista de ‘varietés’ Amalia Manzano, un nutrido cuadro flamenco, al sexteto de baile La sal de Andalucía, la futura ‘estrella’ y bella muchacha la ‘cancionista’ ‘petite’ Fornarina, la pareja de baile Las Goyitas y al célebre cantador de estilo flamenco Niño Medina” (El Liberal de Sevilla, 5-2-1916).

Consuelo Vello Cano, la Fornarina

Consuelo Vello Cano, la Fornarina

A pesar de su juventud, Trini empieza ya a mostrarse como la gran artista que está llamada a ser, tanto por la impecable presentación de sus números como por el arte y la gracia con que los ejecuta. En esa etapa inicial de su carrera, la joven se dedica sobre todo a cantar, hasta que una laringitis la obliga a desarrollar su faceta de bailaora, que será la que más cultive durante toda su vida artística (5):

“Se ha despedido con gran éxito del ‘Salón de Variedades’, la notable y monísima canzonetista, Trini Muñoz, Petit-Fornarina. Tan aplaudida artista trae un lujoso vestuario y alhajas de gran valor. Canta de una manera inimitable su canción predilecta, titulada Mari, siendo ovacionada con gran entusiasmo, y teniendo que repetirla. Trini es una consumada artista, que con verdadero arte y sumo gusto, parece una muñequita, y constituye un número de varietés de los pocos que existen en esta clase de género. La sal y la gracia sevillana son patrimonio de esta preciosa chiquilla.

Esta es muy joven, una niña, y es digna de figurar en primera fila…” (La Región Extremeña, 13-7-1916).

Imparable

Durante esos años, la Petit Fornarina también se anuncia en el Café Suizo de Madrid, y en varias localidades navarras. En agosto de 1917 se la puede ver de nuevo en Sevilla, donde provoca una auténtica revolución:

“… Tan preciosa artista, que ha actuado quince días con grandes éxitos en el bonito ‘Salón Circo Victoria’ deja gratos recuerdos, pues dicha artista, que cuenta trece años de edad, es un fenómeno en el género de varietés. Su despedida fue un acontecimiento, llenándose de ‘bote en bote’ dicho Salón. Después de su predilecta canción ‘Mari’, tuvo que repetir otras, siendo ovacionada con gran entusiasmo, y llenándose el escenario de sombreros y varias palomas con cintas de los colores nacionales. Es mucha artista esta chiquilla” (La Región Extremeña, 2-8-1916).

Trini Ramos (The Sketch, 12-10-1921)

Trini Ramos (The Sketch, 12-10-1921)

En abril de 1918, la cupletista hace su presentación en el Gran Café Universal de Vitoria. En diciembre vuelve a actuar en Sevilla, en el Salón Llorens, y en febrero de 1919, en el Novedades. Durante esos años, en plena Guerra de Rif, Trini también se embarca en una gira por Marruecos que bien podría haberle costado la vida, según declara más tarde la propia artista a una publicación británica:

“Mi contrato había terminado una noche en un teatro marroquí, cuando el mánager me suplicó que me quedara dos semanas más. Como había tan pocas chicas cantantes, yo había triunfado. Al principio, no quería quedarme. De hecho, sentía un poco de nostalgia y quería regresar a Sevilla; pero después de hablarlo mucho, mi madre estuvo de acuerdo en que debería quedarme dos semanas más. Creo que debe haber sido el destino.

El resto de la compañía con la que tenía que haber viajado se marchó. Al día siguiente oímos que los moros salvajes los atacaron en cuanto salieron de la ciudad. Después se produjo una salvaje persecución a caballo y, durante el curso de la misma, una persona fue asesinada, dos fueron capturadas, probablemente con el fin de pedir un rescate, y otra resultó gravemente herida” (The Sunday Post, 30-10-1921).

Trini es profeta en su tierra sevillana

A partir de 1920, el nombre de Trini Ramos -que ya se anuncia con este apelativo- aparece con mucha más profusión en la prensa sevillana. En el mes de enero es la estrella indiscutible de dos fiestas ofrecidas por el maestro Manolo Real, para celebrar su onomástica y para agasajar a unas damas inglesas. Entre los asistentes destacan importantes personalidades de la literatura y la aristocracia, además de artistas como La Yanki, La Sevillanita o los Gómez Ortega. El toque corre a cargo del maestro de piano José Pérez y del guitarrista Currito el de la Jeroma:

“… el notable maestro José Pancho, no cesó un momento de tocar al piano todo género de bailes, desde las clásicas bulerías al más delicado vals

Manolo Real se desvivía en obsequiar a sus amigos […]. Porque, eso sí, el vino y el tabaco y los dulces serán cosas casi divinas, pero Trini Ramos, La Fornarina antes, era la concreción de todas esas casi divinidades. Anoche Trini estaba monumental. Bailó el ‘Ché, mi amigo’…” (El Liberal de Sevilla, 2-1-1920).

Trini Ramos (The New York Public Library)

Trini Ramos (The New York Public Library)

Durante los meses siguientes, la joven bailarina y cupletista sigue cosechando éxitos en su tierra, primero en el Salón Imperial y después en el Kursaal Central. La crítica destaca su estilo elegante y refinado, que huye de la chabacanería, y ve en ella a una gran estrella en potencia. Entre las artistas con las que comparte cartel destacan Dora la Cordobesita, Salud Miranda o Carmelita la Imperial:

Trini la Fornarina continúa con pleno éxito su actuación en el Salón Imperial. El público, que admira su belleza y sus muchas simpatías tanto como su arte de cupletista y bailarina, bien notable entre las de su clase, la aplaude con calor en todos sus números, que constituyen una verdadera selección.

A esta artista la anima una fuerte voluntad, que la hará triunfar fácilmente en plazo muy breve, porque tiene lo que pudiéramos decir, siguiendo la corriente de estos tiempos, ‘primera materia’” (El Liberal de Sevilla, 17-2-1920).

“Nuestra bella paisana […] es una de las artistas que pronto pasarán a la calidad de estrellas y en el Kursaal ha de ‘cerrar telón’ muy pronto, porque su arte, sus enormes simpatías y su gracia se imponen. […]

El Kursaal ha encontrado en Trini Ramos la artista de la temporada. Trini ha demostrado con sus números, finos y delicados, que las ‘varietés’ agraden a todos los concurrentes de estos salones, y que no eche de menos el público a las que, apelando a las mallas, creen agradar más” (El Liberal de Sevilla, 5-3-1920).

“… El público le hizo repetir, en medio de ruidosas ovaciones, cuantos números ejecutara.

En los diez días que Trini Ramos ha actuado en el Kursaal logró adueñarse, por su simpatía y por su arte, de la voluntad del público…

Trini Ramos recibió anoche, además de numerosos regalos de sus admiradores, inequívocas pruebas del cariño que ha logrado conquistarse” (El Liberal de Sevilla, 11-3-1920).

NOTAS:

(1) Según escribe Santiago Martín Moreno en su blog Desde mi barrio, la artista vino al mundo en la calle Lumbreras, el 13 de junio de 1904; y sus padres, oriundos de Alcalá de Guadaira, se llaman Manuel Muñoz y Carmen Blanch.

(2) La traducción de todos los textos extranjeros es mía.

(3) La cupletista madrileña Consuelo Vello Cano (1885-1915), conocida artísticamente como ‘La Fornarina’, durante su breve pero intensa carrera, cosechó grandes éxitos en los escenarios españoles y europeos.

(4) Las noticias extraídas de la prensa sevillana han sido localizadas por José Luis Ortiz Nuevo y están disponibles en el Centro Andaluz de Documentación del Flamenco (Jerez de la Frontera).

 (5) “Trini empezó siendo cantante, pero tuvo un severo ataque de laringitis y pensó que bailaría hasta que se curara. Sigue bailando desde entonces” (Buffalo Courier-Express, 20-3-1932).

 


Soledad la Mejorana, la reina del gesto y del palillo (I)

En las últimas décadas del siglo XIX, Rosario Monje, La Mejorana, revolucionó el baile de mujer y puso la semilla de la que hoy se conoce como Escuela Sevillana de Baile, que tuvo como precursora y referente a la gran Pastora Imperio, hija de la primera.

Sin embargo, esa gran dinastía de artistas no concluye en Pastora. Alrededor de los años veinte del siglo pasado empieza a conquistar los escenarios españoles una joven llamada Soledad que rescata el sobrenombre de su tía La Mejorana, con la responsabilidad que ello implica.

Sus primeros pasos en el mundo del arte

La encontramos anunciada por vez primera en prensa en la primavera de 1919, en una función benéfica organizada por el Centro Reformista del Distrito de la Inclusa y celebrada en el Teatro Español de Madrid: “Presentación por primera vez de la joven artista La Mejorana en sus creaciones” (La Correspondencia de España, 4-4-1919). Durante los meses de agosto y septiembre también se la puede admirar en Bilbao, Sevilla o La Coruña.

Soledad la Mejorana (El Imparcial, 4-6-1927)

Soledad la Mejorana (El Imparcial, 4-6-1927)

En verano de 1920, Soledad triunfa en Sevilla, en el music hall del Teatro Club Hispania, situado en los Jardines de Eritaña. Por allí desfila un nutrido elenco de artistas de variedades, entre las que cabe mencionar a las bailarinas Conchita Andrade, La Granadina, Trini Herrero, La Hesperia, Matilde Osuna o La Trianera; y a las canzonetistas Vicenta Safont, Pilar Osiris, María Olimpia, María de la Cruz, Pilar LLanderal, Conchita Piquer, Lilí Molina, Teresita Pastor o La Tempranica.

“… La noche de su inauguración se vio completamente lleno de un numeroso público, que aplaudió sin reservas a la bonita bailarina Soledad la Mejorana, que baila muy bien….” (Eco Artístico, 30-6-1920).

“… Continúan contándose por llenos las representaciones en este bonito, fresco y elegante music hall, que es el punto de cita de la buena sociedad sevillana.

Por allí desfilan las mejores estrellas de varietés, actuando una bonita bailarina llamada Soledad la Mejorana, que es una monada en todos sus bailes…” (Eco Artístico, 15-7-1920).

Cádiz se rinde a sus pies

En esa misma época, Soledad también se presenta en el Teatro Eslava de Jerez y en el Balneario Victoria de Cádiz, ciudad a la que regresa en el mes de noviembre, para debutar en el Kursaal. Allí comparte cartel con artistas como las cantantes Perlita Madrileña, Alicia del Pino y Gardenia; o la bailarina Ascensión Gómez. La prensa local dedica no pocos elogios a la joven bailaora, que es digna representante de su estirpe:

“Ha debutado en el Kursaal ayer una bailarina, muy simpática y muy mona, […] ‘que da la cara’, que ‘sabe salú’; en suma, que se da cuenta del terreno que pisa. Me refiero a Soledad la Mejorana.

Es verdad que ‘quien lo hereda, no lo hurta’, y la Mejorana no niega en cada gesto, en cada una de sus miradas, en su hablar, en su cantoneo (sic) rítmico, y en sus movimientos todos, que es de estirpe de artistas, que tiene inculcado el baile en las entretelas del espíritu, como diría cualquier escritor ‘cañí’.

La Mejorana es más que una esperanza; es artista que triunfa por cada día que pasa, y que con su ritmo y sus desplantes artísticos y singulares, se colocaría pronto al final de los carteles, ‘revolucionando’ el mundillo de las varietés con su palmito y su gracia juvenil, que no escapa a la mirada de los praticones en la materia ‘terpsicoriana’ (?).

Una mi enhorabuena a las muchas recibidas y ‘mis palmitas’, un poco tardías, pero sinceras y merecidas” (El Noticiero Gaditano, 2-11-1920).

“… Soledad ‘La Mejorana’, fue desenvolviendo sus clásicos bailes entre la admiración de la concurrencia de suyo aficionada a estos trabajos, que nuestra bailarina sabe desarrollar con singular encanto” (El Noticiero Gaditano, 22-11-1920).

Pastora Imperio, ataviada para interpretar El amor brujo

Pastora Imperio

En abril de 1921, en la ciudad de la Mezquita, “actúa con éxito en el Salón Ramírez la joven bailarina Soledad la Mejorana” (Diario de Córdoba, 28-1-1921). Unos meses más tarde ésta vuelve a recalar en la Tacita de Plata, con la compañía de su prima Pastora Imperio. Tan notables artistas despiertan gran expectación, y el público no sale defraudado, a juzgar por lo que publican los papeles:

“La Pastora Imperio en Cádiz

La estrella española, más española de las que pisan los escenarios de varietés, será admirada y calurosamente aplaudida con seguridad, por el público de Cádiz, en el simpático teatro de la calle de Aranda.

Actuará por tres únicas funciones, presentando un programa muy sugestivo que hará que el teatro se llene si la sola presencia de Pastora no bastara para agotar el papel en taquilla.

Forman parte del programa los números siguientes:
‘El Caballero Audaz’, ilusionista.
‘Los Lerin’, acróbatas cómicos, excéntricos y malabaristas.
Soledad ‘La Mejorana’, excelente bailarina, que dejó un gratísimo recuerdo de su actuación en el Kursaal, y finamente, PASTORA IMPERIO la estrella de los verdes ojos que subyuga con la magia de su arte y arrebata a los públicos con su españolísima labor” (El Noticiero Gaditano, 11-6-1921).

“TEATRO PRINCIPAL.- Cuatro noches han sido las que ha actuado en este escenario Pastora Imperio, la famosa artista…

Formaba programa […] la clásica bailarina Soledad la Mejorana

En las cuatro noches de actuación y en ambas secciones, hubo llenos completos, sin exagerar, y ruidosas ovaciones” (Deportes, Teatros y Toros, 30-6-1921).

De nuevo en la carretera, de triunfo en triunfo

La troupe continúa su exitosa gira por distintas ciudades andaluzas, como Málaga, Sanlúcar de Barrameda o Jerez de la Frontera. Durante los meses siguientes, Soledad actúa en varias ocasiones en Madrid, en teatros como Romea, Maravillas -en éste comparte cartel con Dora la Cordobesita y La Argentina– o Victoria Park. También se la puede ver en Sevilla.

Dora la Cordobesita (Eco Artístico, 15-9-1917)

Dora la Cordobesita (Eco Artístico, 15-9-1917)

En octubre de 1922, Soledad la Mejorana regresa a Cádiz, la ciudad donde tantos éxitos ha cosechado, y a Jerez. Una vez más, se presenta junto la compañía de su prima Pastora, en la que también figuran el ventrílocuo y malabarista Wencen, la canzonetista Nati de la Rosa y un octeto dirigido por el maestro Villarrazo. Unas semanas más tarde, la troupe llega a Málaga.

“Con un lleno rebosante, se inauguró anoche la temporada teatral de nuestro primer Coliseo.

Las debutantes Nati de la Rosa y Soledad la Mejorana fueron muy aplaudidas

La bailarina Soledad la Mejorana, es guapa y conoce ya los secretos del ritmo, tan caros a las que por esos escenarios arrastran la comicidad en sus contorsiones.

La Mejorana es ya un prometedor retoño de esa dinastía de ‘bailaoras’ en cuya cronología figura como reina actual Pastora Imperio…” (El Noticiero Gaditano, 2-10-1922).

La Imperio no le hace sombra

No debe de ser fácil compartir cartel con la inmensa Pastora Rojas y salir airosa del envite. Sin embargo, la joven Soledad resiste la comparación, tanto en belleza como en talento y duende, y no tarda en hacerse con una legión de admiradores, como el escritor Eduardo Llosent y Marañón, que le dedica los siguientes versos:

“OFRENDA

A Soledad la Mejorana: Maravillosa ‘bailaora’, que siguiendo el prestigio tradicional de su linaje, es toda alma cuando baila…
Descendiente de la Imperio, la Mejorana es la heredera indiscutible de su arte.

Sobre el tablado surges, castiza chavalilla,
peregrino retoño de un clásico abolengo;
mientras danzas, absortas mis pupilas mantengo,
porque en ti vibra el alma gitana de Sevilla…

Tus miradas, augurios de pasión y misterio,
miradas suplicantes que angustiadas invocan;
cuando giran altivas, repentinas evocan
las miradas esfíngeas de la Pastora Imperio…

Cuando en el tango inicias la grácil curvatura,
concentran tal hechizo la euritmia de tu arte,
que superas la gracia de una griega escultura.

¡Soledad Mejorana, talle gentil de palma:
las más hábiles manos no podrían modelarte,
que aún no nació el artista que modelara un alma!…”

(La Semana Gráfica, 27-1-1923).

Pastora Imperio

Pastora Imperio

En 1923, Soledad la Mejorana actúa durante todo el mes de marzo en el music hall del Hotel Palace de Madrid. A continuación, como ha venido haciendo en los años anteriores, emprende una gira por Andalucía junto a su prima Pastora. Se las puede ver en el Teatro Cervantes de Sevilla y en el Gran Teatro de Cádiz. La prensa gaditana vuelve a dejar constancia de los éxitos cosechados por las dos bailaoras:

“Con un lleno completo debutó anoche en el Gran Teatro el espectáculo de varietés que estaba anunciado.

Los dos números primeros, o sean Soledad ‘La Mejorana’ y Flora Ochoa, son dos artistas que merecieron elogios del público…

La popular Pastora Imperio, con decir que estuvo como siempre, está hecho el mejor elogio…” (El Noticiero Gaditano, 3-5-1923).

“Un nuevo éxito obtuvieron anoche los artistas que actúan en este teatro.

Soledad ‘La Mejorana’ ha logrado destacarse en el difícil arte de la danza, de la que conoce todos los secretos…” (El Noticiero Gaditano, 4-5-1923).