Flamencas por derecho

Mujeres que han dejado su impronta en la historia del flamenco

Flamencas por derecho - Mujeres que han dejado su impronta en la historia del flamenco

Encarnación la Trinitaria, una cantaora excepcional (II)

La comedia musical La copla andaluza, de Antonio Quintero y Pascual Guillén, fue estrenada en diciembre de 1928 por la compañía de Fernando Porredón en el Teatro Pavón de Madrid. Allí permaneció casi seis meses en cartel con un rotundo éxito tanto de crítica como de taquilla, y ello animó a diferentes troupes de artistas a repartirse la exclusiva para representarla en distintas zonas de España.

La obra consistía en “una sucesión de cuadros de costumbres populares, cada uno de los cuales es la feliz dramatización de una ‘soleá’; una malagueña, un fandanguillo o una seguidilla gitana de la más pura cepa flamenca” (Heraldo de Madrid, 24-12-1928). En consonancia con los gustos de la época, en el libreto predominaban los fandanguillos que, dichos en competencia entre los distintos cantaores, constituían uno de los grandes atractivos del espectáculo.

Custodia Romero (Nuevo Mundo, 22-7-1927). BNE.

Custodia Romero (Nuevo Mundo, 22-7-1927). BNE.

El estreno en Barcelona tuvo lugar el 30 de marzo de 1929 en el Teatro Victoria, y corrió a cargo de la compañía de Vicente Mauri, que contrató para la ocasión a la bailaora Custodia Romero, y los cantaores Angelillo y Guerrita (El Día Gráfico, 27-3-1929). En las semanas y meses sucesivos se fueron incorporando al reparto el Americano, el Niño del Museo, el Niño de Caravaca, el Niño de Talavera, el Chato de Valencia y la Trinitaria (Noticiero Universal, 18-6-1929).

Cuando se habían ofrecido más de ciento treinta representaciones, el montaje fue llevado al Teatro Principal de Gracia y a la Plaza Mayor del Pueblo Español de Montjuic, donde se dieron varias funciones en un escenario al aire libre, con un decorado sintético creado ad hoc por el escenógrafo Bulbena. “Como cantadores [tomaron] parte el Niño de Caravaca, el Chato de Valencia y la Trinitaria; bailarina La Pato y Torderas, Manolo de las Bulerías, Rojo el Alpargatero” y Alfonso Aguilera. “El espectáculo fue del agrado del numeroso público que asistió al mismo, que aplaudió con entusiasmo distintos pasajes de la obra popular” (El Día Gráfico, 26-7-1929).

Con estas últimas presentaciones La copla andaluza se despidió de Barcelona y poco después la compañía de Vicente Mauri embarcó rumbo a Buenos Aires para estrenar la obra el 2 de agosto en el Teatro Avenida, con el cantaor Jesús Perosanz como estrella principal. Antes de su debut, la prensa porteña auguraba un nuevo triunfo de Encarnación Cabello: “No ha de ser más pequeña [emoción] la que produzca ‘La Trinitaria’, ‘cantaora cañí’ cuya intervención en ‘La copla andaluza’ determinará su éxito definitivo” (El Correo de Galicia, 28-7-1929). Se cumplieron los mejores presagios, y la obra permaneció varios meses en cartel, con excelentes críticas y gran aceptación por parte del respetable:

Niño de Caravaca (El Pueblo, 8-5-1929).

Niño de Caravaca (El Pueblo, 8-5-1929).

“La representación de ‘La copla andaluza’ ha transcurrido entre el constante y estentóreo ‘jalear’ de la concurrencia, que desbordaba de la amplia sala, cuyo aspecto recordaba por instantes a una plaza de toros.

La copla andaluza’, más que una comedia lírica popular, como la han denominado sus autores, es un convencional armazón escénico, confeccionado exclusivamente para que se lucieran los intérpretes del ‘cante jondo’, en esta ocasión la Trinitaria, Perosanz, Chato de Valencia, Niño de Caravaca y el guitarrista Aguilera, todos ellos verdaderos astros en la flamenca materia.

[…] Los aludidos artistas tienen ocasión de destacar sus magníficas facultades, y el público premia su labor con ovaciones y gritos de entusiasmo de musitada estridencia” (Caras y Caretas, 17-8-1929).

El 6 de octubre, cuando se cumplían 114 representaciones, se ofreció un “gran acto de concierto flamenco”, con el siguiente programa: “cantos típicos gitanos por La Trinitaria; soleares y tarantas por el Niño de Caravaca; seguiriyas gitanas y asturianas por bulerías, por el Chato de Valencia. Milongas y medias granaínas por Perosanz. Bailes por [Lolita] Beltrán y acompañamiento de guitarra por Aguilera” (El Correo de Galicia, 6-10-1929).

En un reportaje publicado en el diario La Voz de Córdoba, el actor Paco Meana y el cantaor Jesús Perosanz manifestaban sus impresiones sobre la extraordinaria recepción de la obra tanto por la crítica como por el público de la capital argentina. Meana hacía alusión al “formidable éxito de la ‘Copla Andaluza’, en la que los cantadores agitan los más profundos sentimientos raciales, arrancando olés, que se mezclan al salir de las bocas anhelantes, con las lágrimas que resbalan por las mejillas”.

Encarnación Cabello, la Trinitaria (Foto: Ruth Aguilera).

Encarnación Cabello, la Trinitaria (Foto: Ruth Aguilera).

Perosanz añadía lo siguiente: “No me asombra el éxito de ‘La Copla Andaluza’ aquí. Los primeros días me llamaba la atención ver a muchas mujeres llevarse el pañuelo a los ojos cuando la Trinitaria o mis compañeros Chato de Valencia y Niño Caravaca remataban una saeta, una media granadina, o una cartagenera” (La Voz, 19-10-1929).

En el mes de octubre el espectáculo se ofreció durante una semana en el Teatro Urquiza de Montevideo, donde cosechó un nuevo triunfo gracias al buen hacer de los intérpretes y al excelso arte que cultivaban:

“La compañía […] es una verdadera manifestación del arte en el amplio sentido de la palabra.

No se trata de un conjunto de artistas de variedades ni de una agrupación de las que se forman para el negocio ‘en las Américas’. Por el contrario, se expone en el escenario del teatro Urquiza una manifestación legítima del arte andaluz, surgida a plena luz, cantantes legítimos, depositarios de una tradición sagrada […].

Las coplas que surgen como bramidos de celos, como llamados de amor o saetas de odio, desde el tablado del Urquiza, son coplas breves que traducen en pocas líneas un drama pasional” (El Correo de Galicia, 20-10-1929).

En junio de 1930 Juan Areu Franco, corresponsal en Buenos Aires de Levante Agrario, hacía balance de los logros alcanzados por la obra de Quintero y Guillén en la capital argentina:

“En el Avenida se están oyendo ‘jipíos’, a teatro lleno, desde hace seis meses. ‘La copla andaluza’ ha sido un éxito sin precedentes en compañías españolas, superando económicamente, al de la gira de Vives con ‘Doña Francisquita’. Aunque la obra es solo un cañamazo vasto (sic) bordado de cantares, los aficionados al cante jondo, atraídos por los virtuosos de este arte, han desbordado sus entusiasmos durante más de 200 días. ¡Olé! ¡¡Olé!! y ¡¡¡Olé!!! Se han vertido lágrimas de la más pura emoción y ha habido que sujetar a algunos para que no se arrojasen desde las galerías” (Levante Agrario, 20-6-1930).

Jesús Perosanz (El Mundo, Puerto Rico, 26-2-1938).

Jesús Perosanz (El Mundo, Puerto Rico, 26-2-1938).

Una vez culminada su aventura americana, en el verano de 1931 Encarnación Cabello se encontraba de nuevo en España. Las escasas referencias periodísticas que hemos conseguido localizar en la primera mitad de los años treinta la sitúan principalmente entre La Rioja y Aragón, ofreciendo recitales de cante flamenco acompañada a la sonanta por su marido. El 25 de julio se celebró en el Hogar Riojano de Logroño una “gran velada en la que el alma de la copla andaluza, ‘La Trinitaria’, con su purísimo estilo en todas sus creaciones, [cantó] lo más selecto de su repertorio desde el sentimental fandanguillo a la alegre y gitana bulería, siendo acompañada por el discutido ‘as’ de los tocadores de guitarra Alfonso Aguilera” (La Voz de Aragón, 25-7-1931).

Poco después se la pudo ver en Madrid, en una función celebrada en el Teatro de Price a beneficio del bailarín Rafael Pagán, en la que también colaboraron la bailaora Rosarillo de Triana y el cantaor Chato de las Ventas (Heraldo de Madrid, 6-8-1931). Unas semanas más tarde la pareja de artistas ofreció varios conciertos en el bar Petit Lyon d’Or de Huesca, donde quedaron patentes sus excelentes cualidades y lo extenso de su repertorio:

“Durante las noches del domingo y lunes […] se han dado unas sesiones de flamenco, que han gustado mucho.

Han (sic) intervenido Alfonso Aguilera, que maneja la guitarra con mucho gusto y moviendo bien los dedos. Y como cantadora una muchacha en cuya alma el cante de Andalucía ha prendido bien. Es la Trinitaria. Tiene mucha voz, modula con gusto y pone en las coplas mucho ‘ángel’.

Cantó varias cartageneras, tarantas, malagueñas, soleares y las coplas de ‘La copla andaluza’. Las ovaciones grandes, entusiastas, con que ha sido premiada la labor de estos dos artistas de cante flamenco son la mejor demostración del rotundo éxito que han conseguido en Huesca” (La Tierra, 25-8-1931).

Alfonso Aguilera (Foto: Ruth Aguilera).

Alfonso Aguilera (Foto: Ruth Aguilera).

En enero de 1932 Encarna y Alfonso ofrecieron una nueva velada flamenca en el Hogar Riojano de Logroño (La Voz de Aragón, 30-1-1932) y en julio de 1933 participaron en una verbena organizada en Zaragoza por la Casa de Andalucía, con un programa que incluía tres números de cante: Esteban Garrido, Niño de Huelva, con la guitarra de Jesús Ruiz; el niño Ángel Martín acompañado a la sonanta por Pepe de Zaragoza; y “la notabilísima cantadora La Trinitaria” con la bajañí de Alfonso Aguilera (La Voz de Aragón, 3-7-1933). El 6 de enero de 1934, en la misma institución, “‘La Trinitaria’, figura notable del cante flamenco”, actuó en el intermedio de un festival artístico celebrado para conmemorar el día de los Reyes Magos (La Voz de Aragón, 7-1-1934).

Un año más tarde, Encarnación realizó una nueva gira por La Rioja, en el transcurso de la cual recaló al menos en dos ocasiones en Logroño para cantar ante los micrófonos de Radio Rioja junto a su inseparable compañero, dada la gran popularidad de que gozaban en aquellas tierras. Así anunciaba la prensa local una de sus actuaciones:

“La emisora local […] ha solicitado de los celebrados artistas ‘La Trinitaria’ y su esposo Alfonso Aguilera, cantadores de flamenco que se encuentran de paso en nuestra capital en brillante turnée artística, que hoy en su emisión de sobremesa ocupen su micrófono. Nos complacemos en dar esta noticia, que dada la fama de tan célebres artistas, producirá gran satisfacción entre los numerosos aficionados al ‘cante jondo’” (La Rioja, 16-1-1935).

En el mes de julio de ese mismo también visitaron la localidad de Santo Domingo de la Calzada, donde fueron requeridos para trabajar en varios locales: “En los bares y otros establecimientos públicos análogos, durante algunas noches y muchas más en el de Julio García, ha entretenido al personal ‘La Trinitaria’, que se titula el alma de la copla andaluza, acompañada por el guitarrista Alfonso Aguilera” (La Rioja, 17-7-1935).


Gabrielita la del Garrotín, reina de los bailes de chufla (y VII)

La comedia lírica Nobleza gitana, escrita por Bestard y Tenorio, con arreglos musicales del maestro Octavio, fue estrenada el 10 de enero en el Teatro Pavón de Madrid por la compañía de Paco Gómez Ferrer y Nieves Barbero; y, tras un mes de éxitos, pasó al Teatro Circo Barcelonés y, posteriormente, al Gran Teatro Bosque, ambos de la Ciudad Condal. La obra incluía una zambra gitana, para la que se contaba con un cuadro de artistas flamencos, que en Barcelona se vio modificado con la incorporación de Manuel Vallejo y Gabriela Clavijo. Figuraban también en el mismo los cantaores Sevillanito y Verdulerito de Málaga, el bailaor cómico Ramironte y un coro de doce bailarinas, así como los guitarristas Antonio Moreno y Jorge López (El Noticiero Universal, 1930: 8).

Gabrielita la del Garrotín (Shadowland, septiembre de 1921)

Gabrielita la del Garrotín (Shadowland, septiembre de 1921)

Asimismo, durante su actuación en Barcelona, la bailaora colaboró en una función organizada por Juanito el Dorado en el Teatro Nuevo como despedida de Manuel Vallejo, que volvía a presentarse ante el público tras una convalecencia. También prestaron su concurso los cantaores El Sevillanito, el Niño de Sevilla, José Fanegas y Alfonsín de Madrid; las bailaoras La Macarrona, La Romerito, Micaela la Mendaña y La Pirulí; y los guitarristas Petaca y Antonio Moreno (La Vanguardia, 1930: 26).

El drama La hija de Juan Simón, obra de Nemesio M. Sobrevilla adaptada en verso por José María Granada, fue estrenada el 28 de mayo en el Teatro de la Latina de Madrid por una compañía en la que se revelaron “como actores La Andalucita, El Sevillanito, el Niño de Almadén, el de la Puerta del Ángel, José Ortega, Luis Yance, Habichuela y la Gabrielita, ases del género flamenco” (Heraldo de Madrid, 1930a: 5).

También formaban parte del elenco los cantaores Niño de Caravaca y Pepita Lláser. Con motivo de la centésima representación, el seis de julio se celebró en el Hotel Reina Victoria de Madrid un banquete en honor de los autores, al que asistieron numerosas personalidades. Varias artistas, entre ellas Gabrielita, acompañaron a José María Granada en la mesa presidencial (La Época, 1930: 3).

Rosario Núñez, la Andalucita

Rosario Núñez, la Andalucita

Durante el verano de 1930, también se pudo ver a la bailaora actuando en el Teatro Pavón de Madrid (La Libertad, 1930: 8), en la verbena del Montepío de Actores celebrada en la zona de recreos del Retiro (Heraldo de Madrid, 1930c: 5) y en el Cine Parisiana de Zaragoza (La Voz de Aragón, 1930: 6). En los citados escenarios alternó con artistas como la bailaora Custodia Romero, el bailaor Ramironte o los cantaores Chato de las Ventas y Bernardo el de los Lobitos.

Entre los meses de diciembre de 1930 y enero de 1931, la Clavijo emprendió una nueva gira con una compañía de ópera flamenca encabezada por el cantaor José Muñoz ‘Pena hijo’. Completaban el reparto los cantaores Ángel el de las Marianas, Niño de la Alegría, Niño de Alcalá, Niña del Patrocinio y Bernardo el de los Lobitos, y los guitarristas Rojas y Manuel Martell. De la parte coreográfica se encargaba “la más grande de todas las figuras del baile cómico, la emperadora de la chufla y reina de la gracia, La Gabrielita” (La Prensa, 1931: 2). El grupo recorrió ciudades como Zamora, Pontevedra, Santiago de Compostela, Mieres, Gijón y Oviedo (Hache, 1930: 3; El Progreso, 1931: 3; El Compostelano, 1931: 1; Rodanjela, 1931: 6; La Prensa, 1931: 2; La Voz de Asturias, 1931: 8).

No deja de resultar llamativo que el diario El Compostelano (1931: 1) se refiera a quien presumía de haber ganado un concurso de feas en París como “la bellísima bailarina La Gabrielita”. Dejando de lado su aspecto físico, lo que queda fuera de toda duda es su dominio del baile de chufla, pues “en verdad que ‘hizo’ un garrotín como para modelo de caricatura” (La Voz de Asturias, 1931: 8).

Custodia Romero (Crónica, 3-12-1933). BNE.

Custodia Romero (Crónica, 3-12-1933). BNE.

Unos meses más tarde la volvemos a encontrar, de nuevo junto a Pena hijo y la Niña del Patrocinio, en el Cine Delicias de Madrid (Heraldo de Madrid, 1931: 6) y después en la plaza de toros de la capital, en un “festival de cantos y bailes regionales organizado a beneficio de los obreros sin trabajo” (ABC, 1931: 26). Tras las actuaciones de los grupos representantes de Salamaca, Bizkaia, Galicia, Asturias, Valencia y Aragón, llegó el turno de Andalucía, que estaba representada por la cantaora Isabelita de Jerez y Gabrielita, entre otros artistas:

… y salen los andaluces, que hacen el paseíllo en medio de una ovación. También viene una falange bastante regular: Isabelita, la de Jerez; la Gabrielita, la Neira, otra más guapa y otra más guapa… Se colocan doctoralmente en el tablado, y para qué les vamos a ustedes a contar: todos los aires andaluces más hondos, que a esta hora de las dos y veinticinco tienen una profundidad de mina de Arrayanes. Aplausos, ¡oles…! (ibidem).

Aquí le perdemos la pista a Gabriela Clavijo, que probablemente continuase en Madrid, pues allí volvemos a encontrarla, por última vez, en el año 1937, en plena guerra civil. En el mes de febrero se anunciaba en una de las salas nacionalizadas por U.G.T., el Teatro de la Latina, junto a artistas con los que tantas veces había trabajado, como Estampío, el Americano, Cepero o el cuadro de baile de Frasquillo (Ahora, 1937a: 11). En octubre participaba en un homenaje tributado a Manolo Caracol en el Teatro Alkázar con un elenco de excepción, en el que destacaba la presencia de Pastora Imperio, la Niña de los Peines y Caracol padre (ibidem, 1937b: 7).

Pastora Imperio (La Nación, 14-4-1934)

Pastora Imperio (La Nación, 14-4-1934).

En su conversación con El Caballero Audaz, Gabrielita ofrecía un dato que tal vez pueda explicar esos años de ausencia: tras el fallecimiento de su marido se retiró de los escenarios, a los que se vio obligada a regresar una vez dilapidados sus ahorros. Así lo contaba ella misma:

―Habiendo, pues, ganado tanto dinero, ¿tendrá usted por lo menos su vida asegurada?
―¡Nada de eso, zeñó!… ¡Ni mucho menos!… Yo estoy montá al aire, como los brillantes que llevaba en mis tiempos… Cuando murió mi marío, todavía tenía una fortunita, y me retiré de las ‘tablas’… Pero yo tengo un agujero en la mano, y, aunque me esté mal el decirlo, mu buen corasón. No pueo escuchá una pena… Y empecé a da, a da, sin pensar que las cuatro perras que tenía ahorradas podían acabarse… Y así, ha tenío que volver a trabajar ‘la reina del garrotín’, cuando ya el ‘garrotín’ es una cosa de la que no se acuerdan más que los viejos (Carretero Novillo, 1948: 147-148).

Aunque había regresado a los escenarios, en la época en que se celebró la entrevista la bailaora confesaba seguir encontrándose en una precaria situación económica. Vivía con dos perritas a las que llamaba “mis hijas”, y con las que compartía su miseria: “Cuando las cosas están estrechas, reparto con ellas la comida que tengo, y cuando no, ayunamos a medias” (ibidem: 148). A pesar de todo, conservaba la esperanza de recuperar la buena vida de antaño, si lograba cobrar una herencia:

Hace poco me he enterao de que mi abuelo, por parte de mi padre, murió hace muchos años en Cuba y me dejó una fortuna de millones… Hace quince años que me andan buscando pa dármela. ¡Y mire osté: yo sin saberlo!

Pero ahora acabo de darle poderes a un buen abogao pa que gestione allá en La Habana que me entreguen mi herencia… (ibidem).

La Gabriela_antigua bailaora (Foto: Santos Yubero, Archivo Comunidad de Madrid)

La Gabriela, antigua bailaora (Foto: Santos Yubero, Archivo Comunidad de Madrid)

Incluso había decidido lo que pensaba hacer con ese dinero: “fundar un asilo para los Artistas pobres”, porque “yo pa mí necesito mu poco” (ibidem). Mas su proyecto se vio truncado por el estallido de la guerra civil, según la información que nos aporta El Caballero Audaz en su obra Galería, como colofón del texto de la entrevista:

¡Pobre Gabriela, artista miserable, fea y sentimental!

¡Todavía sigue esperando, esperando siempre, aquella herencia hipotética, que no es una fantasía de su imaginación meridional!…

Posee documentos innegables que atestiguan sus derechos, y sus gestiones iban por buen camino… En la Embajada de Cuba reconocían sus razones e incluso se pensaba en facilitarla (sic) medios para que fuera a rescatar su herencia…

Pero estallaron, primero, nuestra guerra civil; después, la mundial, y el Mundo tuvo más que hacer que preocuparse de los derechos hereditarios de la infeliz Gabriela, la bailaora… (ibidem: 149).

Asimismo, el periodista relata cómo la Clavijo, igual que otras muchas artistas de su género que en sus años de juventud y madurez habían saboreado la gloria y el prestigio, en 1948 se encontraba en una situación lamentable: “Y la antaño famosa flamenca, que trenzaba las chuflas, musa del cante jondo, arrastra por los colmados castizos del ‘Barrio Chino’ madrileño su vejez desamparada, disimulando su pobreza mendiga con la venta de décimos de Lotería” (ibidem).

La Gabriela, antigua bailaora, vendiendo lotería (Foto: Santos Yubero, Archivo Comunidad de Madrid).

La Gabriela, antigua bailaora, vendiendo lotería (Foto: Santos Yubero, Archivo Comunidad de Madrid).

A modo de conclusión

La figura de Gabriela Clavijo nos interesa por su singularidad y por su calidad artística, cualidades ambas que, llegados a este punto, consideramos ampliamente demostradas. Aunque también dominaba otros palos, se especializó en el garrotín, un baile típicamente femenino con un alto componente de sensualidad, mas prescindió de esto último y explotó su vertiente cómica. Practicó, pues, un baile festero, de chufla, en el que alcanzó gran maestría, en una época ―primer tercio del siglo XX― en la que, como ha quedado patente en el apartado inicial, ese terreno estaba reservado fundamentalmente a los hombres.

Ello no le impidió compartir cartel con grandes figuras de lo jondo, triunfar en los escenarios de toda España, encandilar a artistas tan eminentes como Sergei Diaghilev o Pablo Picasso, y alcanzar el reconocimiento de la crítica y los públicos europeos. Las escasas descripciones de su baile que hemos logrado recopilar nos permiten hacernos una idea de su estilo, caracterizado por un excelente dominio del compás y por el empleo de originales recursos como volteretas o la ejecución de pasos por bulerías tumbada en el suelo. Poco más nos queda por añadir, pues la fotografía publicada en la revista Shadowland (Sanborn, 1921: 41) habla por sí misma.


Referencias:

ABC (1931, 25 de junio). “Gran festival de cantos y bailes regionales en la plaza de toros”, p. 26.

Carretero Novillo, José María [El Caballero Audaz] (1948). “La Gabriela”. Galería: mas de cien vidas extraordinarias contadas por sus protagonistas y comentadas por El Caballero Audaz, vol. 4. Madrid: Ediciones Caballero Audaz, p. 145-149.

El Compostelano (1931, 4 de enero) “Mañana, jueves en el Principal”, p. 1.

El Noticiero Universal (1930, 11 de febrero). “Mañana, estreno en Barcelona de la comedia lírica ‘Nobleza gitana’, con el cantador flamenco Manuel Vallejo”, p. 2.

El Progreso (1931, 13 de enero). “El espectáculo de mañana en el Principal”, p. 3.

Hache (1930, 16 de diciembre). “Teatro Principal”. Heraldo de Zamora, p. 3.

Heraldo de Madrid (1930, 29 de mayo). “La hija de Juan Simón”, p. 5.

Heraldo de Madrid (1930, 17 de junio). “El nuevo cuadro flamenco de cantaores actores obtiene un gran éxito en ‘La hija de Juan Simón’”, p. 3.

Heraldo de Madrid (1930, 17 de julio). “La verbena del Montepío de Actores”, p. 5.

Heraldo de Madrid (1931, 11 de marzo). “Cartelera para mañana”, p. 6

La Época (1930, 7 de julio). “Banquete a los autores de ‘La hija de Juan Simón’”, p. 3.

La Libertad (1930, 18 de junio). “Correo de teatros”, p. 9.

La Libertad (1930, 30 de julio). “Fiestas madrileñas: ‘Kermesse’ de San Cayetano”, p. 8.

La Prensa (1931, 20 de enero). “Hoy, martes, en el Dindurra: Ópera flamenca – Nueve artistas”, p. 2.

La Vanguardia (1930, 25 de febrero). “Teatro Nuevo”, p. 26.

La Voz de Aragón (1930, 14 de agosto). “Teatro-Cine Parisiana”, p. 6.

La Voz de Asturias (1931, 24 de enero). “La copla andaluza”, p. 8.

Rodanjela (1931, 21 de enero). “Ópera flamenca en Mieres y Gijón”. Heraldo de Madrid, p. 6.


Doña Pilar López… o simplemente Pilar (III)

Durante el otoño de 1925 Pilar López visitó, junto a la Argentinita, distintas ciudades españolas como Vitoria, Alicante o Murcia. Las acompañaban un pianista y un guitarrista, e incluso llevaban a su propio director de orquesta. Durante su actuación en el Central Cinema de Alicante, con un caché de 2.000 pesetas entre las dos, ofrecieron un repertorio variado, del que merece la pena reseñar el dueto “El caimán” (El Luchador, 21-11-1925).

Pilar brilló como cupletista y también en su interpretación de otros números mucho más internacionales:

“La estrella tiene ahora su satélite, que es su hermanita Pilar, notable artista, bella mujer. En todo su repertorio se destaca notablemente, sobre todo, en ese número exótico, fino y gracioso titulado We have bannanas to day (hoy tenemos bananas). Para ella fueron las primeras ovaciones. Vaya una telonera de postín en todo.
Hoy nos estrenará Pilar un precioso cuplé de Luis de Tapia titulado ‘De largo’.
El éxito, como presagiábamos, ha sido definitivo” (El Luchador, 20-11-1925).

Pilar López (La Esfera, 3-4-1926)

Pilar López (La Esfera, 3-4-1926)

La prensa murciana resaltó la “moralidad y buen gusto” de las dos hermanas. Asimisimo, reconoció la notable transformación experimentada por Pilar, que “en el lapso de tiempo que ha transcurrido desde que estuvo aquí ha aprendido y progresado mucho, muchísimo, tanto que hoy es una artista acabada, hecha, que canta, dice y está en la escena con la seguridad y el aplomo de las consagradas” (La Verdad, 29-11-1925). En una entrevista concedida días más tarde a Agustín Iniesta, la Argentinita también se mostraba muy contenta por los avances de su hermana: “Hace tres años que debutó y tanto ella como el público y yo estamos mutuamente satisfechos” (La Verdad, 2-12-1925).

Estrella de varietés

Durante los años siguientes, Pilar López siguió cosechando triunfos en los teatros de variedades de toda España, en los que compartió cartel con bailaoras de la categoría de Custodia Romero o Carmen Vargas, y con artistas de otras muchas disciplinas. La prensa la calificaba de estrella y seguía destacando su arte, su simpatía, su elegancia, su lujosa presentación, su gusto exquisito, su armoniosa voz y, sobre todo, sus excelentes dotes para el baile.

En febrero de 1927 obtuvo en el Teatro Romea de Madrid “un éxito tan grande como merecido. […] Entre las «estrellas» jóvenes, esta artista sobresale con vigoroso relieve propio” (Nuevo Mundo, 4-2-1927). Uno de los mayores elogios se lo dedicó Juan Ferragut al compararla con su excelsa hermana: “Pilar, bailarina y cancionista, es como un reflejo de la Argentinita, si atenuado en cuanto al dinamismo, al nervio y a la gracia creadora, resplandeciente en el equilibrio dichoso de la juventud y la belleza” (Muchas Gracias, 11-2-1927).

Pilar López (La Esfera, 3-4-1926)

Pilar López (La Esfera, 3-4-1926)

Unos meses más tarde, a su paso por el Teatro Ruzafa de Valencia y el Cine Ideal de Alicante, siguió cosechando triunfos y alabanzas:

“Con las flores del arte y la belleza que son sus danzas y sus cuplés, ella perfumó el escenario y llenó de emoción todos los corazones… Tiene Pilar la gracia españolísima de la Argentinita, la elegancia divina de las bailarinas griegas, la sugestión picante y desfalleciente de Andalucía… Pronto Pilar Argentinita será única…” (La Correspondencia de Valencia, 9-6-1927).

“Hoy, Pilar […] puede ir sola, se basta para llenar un programa. Es una canzonetista mejor que muchas que son más que eso y pasan por estrellas. Es, además una superior bailarina, una estrella coreográfica verdad” (El Luchador, 18-7-1927).

En una entrevista concedida en esos días a Mario Arnold -que él tituló “Pilar, la bailarina de los ojos brujos”-, contó varias anécdotas y desveló algunos de sus gustos: la literatura de Palacio Valdés y Blasco Ibáñez, las películas de Lon Chaney, la música clásica de Beethoven, las obras teatrales de Benavente y los hermanos Quintero… (La Correspondencia de Valencia, 9-7-1927).

Y Pilar siguió afianzando su puesto entre las grandes, con su arte depurado y su dominio de las tablas (Levante Agrario, 29-10-1927), dejando patente que poseía “todas las condiciones y la categoría de Encarnación López” pero con “otro atractivo, el de la ingenuidad de unos doce años, aunque tiene veinte” (Diari de Granollers, 1-2-1928).

Pilar López (La Esfera, 21-1-1927)

Pilar López (La Esfera, 21-1-1927)

En su afán por seguir aprendiendo e innovando, hacía gala de una gran versatilidad. Lo mismo se la podía ver bailando un charlestón y un vertiginoso vals en el Teatro Maravillas de Madrid (La Libertad, 11-9-1927), que mostraba su lado más flamenco en el Principal Palace de Barcelona, acompañada a la guitarra por el profesor Antonio Álvarez (El Diluvio, 8-2-1928).

Primera vedette de ‘Cosmópolis’

En el verano de 1929, Pilar López entró a formar parte, como vedette principal, de la Compañía Hispano Americana de Blancos y Negros “Cosmópolis”, compuesta por un amplio elenco de artistas internacionales: el bailarín negro Paul Rood, las bailarinas Sotto Sisters (bailes modernos) y Hermanas Pipiolas (bailes españoles), el trovador americano Ziur, el humorista y transformista Rafael Arcos, la orquesta de blancos y negros Crombet Deswal Jazz y el quinteto cubano Kabedda Pictures.

En el mes de agosto comenzaron una gira por España que los llevó a recorrer numerosas ciudades, como Barcelona, Bilbao, San Sebastián, Vitoria, Oviedo, Burgos, Zamora, Salamanca, Zaragoza, Lérida, Huesca, Cáceres, Badajoz, Córdoba, Écija y Sevilla, para culminar en el mes de diciembre en el Teatro de la Zarzuela de Madrid.

Pilar López (Correo Extremeño, 29-11-1929)

Pilar López (Correo Extremeño, 29-11-1929)

La “indiscutible ‘estrella’” (Heraldo Madrid, 29-8-1929) del espectáculo no era otra que Pilar, que “sale a escena y ya tiene medio éxito conquistado, con su belleza y simpatía. Luego, a medida que interpreta su programa, se adueña de la sala, especialmente en los bailes que marcan su sello personalísimo” (La Voz de Asturias, 15-9-1929). De hecho, una de sus grandes virtudes, según la crítica, es “su buen gusto en toda clase de bailes, especialmente en alguno de pura esencia cañí a pesar de su técnica modernísima” (La Voz de Aragón, 8-11-1929).

Mas su repertorio coreográfico, además de esos “bailes a la guitarra” (El Noticiero Sevillano, 21-12-1929), también abarcaba otros géneros. Junto al resto de sus compañeros, Pilar intervenía en distintos números de conjunto, con música cubana o de jazz:

“La orquesta White and Black’s es sencillamente notable por sus raros instrumentos y por la agradable y estruendosa (valga la paradoja) música de blancos y negros que hoy priva en Europa. Ejecutaron diversos números, algunos de los cuales fueron bailados por las ‘girl’s‘, Pilar, Deswal y el exótico Morit’z, que es un bailarín formidable.

En la primera parte se presentó un número de conjunto de ambiente típicamente cubano, en el que intervino toda la Compañía y finalizó el espectáculo con otro conjunto, la popular canción ‘Constantinopla’, dirigida humorísticamente por Rafael Arcos y bailada en el mismo sentido por todos los artistas, correspondiendo al baile típico de cada país” (Diario de Córdoba, 6-12-1929).

Además de una prodigiosa bailarina, Pilar López era una excelente cancionista que “dice y canta con exquisito arte y afinación” canciones cubanas y de jazz, acompañándose al piano como “una consumada maestra (Diario de Córdoba, 6-12-1929), o forma parte de un ‘jazz’ como pianista (La Voz de Aragón, 8-11-1929).

Pilar López (Las Provincias, 2-6-1929)

Pilar López (Las Provincias, 2-6-1929)

Por méritos propios, había conseguido alcanzar un puesto de honor en el olimpo de las variedades, en un momento en que, según Álvaro Retana (1), éstas se encuentran en decadencia, debido en parte a la desaparición de las grandes figuras de antaño -por edad, por matrimonio o por encontrarse de gira en el extranjero-, y a las excesivas exigencias económicas de las figuras emergentes, que hacían que el género ya no resultase rentable para muchos empresarios:

Pilar para nada necesita que se le anuncie en programas y carteles como hermana de la Argentinita, pues nada tiene que envidiarle a ella, ha llegado a la cumbre de este arte difícil de las variedades, hoy tan decaído, para brillar con luz propia como una ‘estrella‘ de primera magnitud” (Diario de Córdoba, 6-12-1929).

“… Pilar. Siempre guapa, siempre artista, su exquisita sensibilidad ha conseguido una adaptación del género moderno de varietés, tan discreta, tan selecta, que ha sabido deslindar cuanto en él existe de arte de aquella otra parte que pudiera rozar los linderos de la modernidad” (La Voz, 7-12-1929).

La agrupación Cosmópolis recibió el año 1930 actuando en el Teatro de la Zarzuela de Madrid, con la intervención de la Argentinita como artista invitada. “Las dos hermanas se unieron en un último número final para bailar unas sevillanas muy aplaudidas” (La Voz, 7-1-1930). A finales de marzo la prensa anunció una nueva gira de la compañía por Portugal y norte de España, aunque sólo hemos logrado documentar su actuación en el Splendid-Casino de Argel (L’Écho d’Argel ,25-4-1930).

Encarnación López, La Argentinita

Encarnación López, La Argentinita

Durante los meses de verano, ya desligada de la troupe Cosmópolis, Pilar se presentó en distintos teatros madrileños, como Romea y Chueca, y también en Santander y Soria, junto a un nuevo elenco de variedades en el que destacaba la presencia de la polifacética Luisita Esteso, la bailarina negra Miss Topsy y el bailarín exótico Moritz, entre otras atracciones. El espectáculo que ofrecieron en el Casino del Sardinero “gustó mucho, sobre todo ella, que hizo una enormidad de cosas variadas para satisfacer al público, que no se cansaba de aplaudirla (sic)” (El Cantábrico, 11-9-1930).


NOTAS:
(1) “El género de las variedades, tan pujante a principios de siglo, entró en decadencia a mediados de los años veinte, debido en parte al agotamiento de las estrellas -unas dejaban los escenarios por edad, por matrimonio o por otros motivos; y otras se encontraban de gira por el extranjero-, por lo que sólo quedaban ‘cuatro o cinco estrellas sobresalientes que no eran suficientes en cantidad para realizar largas temporadas de arte frívolo.
Y las que surgían, dicho sea sin ánimo de molestar a ninguna, no llenaban en cantidad, ni en calidad, los huecos de las diosas mayores del género’” (Álvaro Retana, “El arte frívolo en España”, Ahora, 24-11-1935).

“El prestigio del arte frívolo radicaba en la baratura del acceso a los templos y en la frescura y juventud de las sacerdotisas. […]
Pero, cuando estas buenas chicas mimadas por el éxito empezaron a ajamonarse y a subir sus sueldos, y los empresarios para poder contratarlas se vieron precisados a elevar el precio de las localidades, sobrevino un descontento general que hizo imposible el negocio para todos” (Álvaro Retana, La Unión Ilustrada, 24-6-1923).


Custodia Romero, la Venus gitana del baile flamenco (y IX)

En junio de 1939 la Venus de Bronce interpreta “sus mejores bailes” en una verbena española que se celebra en el Palacio de Carlos V de Granada (Patria, 7-6-1939). Unas semanas más tarde, junto a Rafael Ortega, presenta en el Coliseo San Andrés de Córdoba su espectáculo “Luces de España”, en el que también participan artistas de la categoría de Manolo Caracol y Melchor de Marchena.

“La labor personal de Custodia Romero y Rafael Ortega, en la interpretación de la ‘danza del fuego‘, del ‘Amor brujo‘, de Falla, fue algo admirable de armonía y arte. Lo mismo en ‘Los claveles‘ y en una danza-canción. Los admirables artistas escucharon merecidas ovaciones en esta parte.
Final de programa, fue la interpretación por todos los artistas que integran la compañía de variedades del poema andaluz ‘Romería del Rocío‘, estampa castiza de nuestra Andalucía, con sus ‘cantes’ y bailes. En ella lució aún más el arte incopiable de los dos ‘calés’ de más reconocida fama: La Venus de bronce, y el gran bailarín…” (Azul, 18-7-1939, p. 13).

Custodia Romero (Crónica, 1-11-1931). BNE.

Custodia Romero (Crónica, 1-11-1931). BNE.

En el mes de agosto, con el mismo éxito, presenta su espectáculo en un festival benéfico organizado por el Sindicato Provincial Textil y del Vestido en el Teatro San Fernando de Sevilla:

“Después de varios números de bailes interpretados por Rafael Ortega y Custodia Romero, el espectáculo finalizó con la interpretación de la copla escenificada ‘La toná de la fragua‘, en la que tomó parte todo el citado elenco artístico, que, como siempre, produjo el desbordamiento del entusiasmo del público, que ante las constantes ovaciones se vio obligado a bisar algunos números, cantando Caracol algunos de sus inimitables fandanguillos” (Hoja Oficial de los Lunes, 28-8-1939).

Durante los años siguientes se mantiene la colaboración artística entre Custodia Romero, Rafael Ortega y Manolo Caracol. Varias décadas después, Lola Flores aún recuerda con nitidez la fecha exacta en que se presentó junto a ellos en el Teatro Villamarta de Jerez, “en el espectáculo ‘Luces de España’. Fue el martes 10 octubre de 1939. Conservo un grato recuerdo de aquel día” (Diario de Burgos, 6-2-1972). En marzo de 1940 la compañía -en la que también figuran Rita Ortega, Caracol padre y Esteban de Sanlúcar– obtiene un sonado éxito en el Teatro Cervantes de Sevilla. Llama especialmente la atención la escena escenificada “Camino del Rocío”:

“Y mientras Custodia Romero y Rafael Ortega descifran con sus giros, y pasos, y actitudes, todo el misterio del ‘baile jondo‘, unas veces, liviano, otras, Niño Caracol, a los sones de la guitarra de Esteban de Sanlúcar -guitarra que también sabe cantar-, nos va dando una lección de fandangos, algunos de ellos, prendidos, en su último tercio, con graves y extraños ecos de ‘saetas’.
Otra vez Cervantes ha podido gustar -como en solemnes acontecimientos- del fabuloso cartel de ‘No hay billetes’” (Hoja Oficial de los Lunes, 4-3-1940).

Custodia Romero en portada de la revista Crónica, 17-6-1934. BNE.

Custodia Romero en portada de la revista Crónica, 17-6-1934. BNE.

En abril se presentan en Barcelona, contratados por Montserrat, y a partir del mes de mayo la Venus de Bronce comienza una nueva andadura con la empresa Circuitos Carcellé, que la presenta en Zamora -junto a una zambra gitana del Sacromonte-, Guadalajara y en el Teatro de la Zarzuela de Madrid, entre otros lugares.

A finales de 1940 se integra en la compañía de Pastora Imperio, de nuevo junto a Rafael Ortega y Manolo Caracol. En el elenco también figuran los guitarristas Niño Pérez y Miguel Marchena, así como diversas atracciones de variedades. En diciembre actúan en el Teatro Cervantes de Granada y en el Gran Teatro de Córdoba con sus “escogidas estampas escenificadas, de las que hay que destacar ‘La Toná de la Fragua’ y el ‘Canto a la Soleá’ […]. Y como final, asistimos a un ‘Bautizo gitano’, en el que hubo salero, rumbo y la gracia peculiar de estos grandes artistas. El numeroso público premió la meritoria labor de todos y cada uno de ellos con calurosas ovaciones” (Azul, 20-12-1940). En enero de 1941 son muy ovacionados en el Gran Teatro Cervantes de Sevilla y en marzo se presentan en el Circo Barcelonés.

Tras varios años apartada de los escenarios, en abril de 1944 la encontramos actuando en el Teatro Maravillas de Madrid, con una compañía de “varietés y arte ‘cañí’” encabezada por la actriz y cantante Raquel Rodrigo. En el programa destaca “la maravilla de estética y buena danza de Custodia Romero”, que también canta con gran estilo, acompañada por el “arte exquisito de Ramón Montoya” (Hoja Oficial del Lunes, 10-4-1944).

Custodia Romero (Crónica, 3-12-1933). BNE.

Custodia Romero (Crónica, 3-12-1933). BNE.

En el otoño de 1945, la Venus de Bronce anuncia su intención de regresar a las tablas y organiza un concurso, dotado con un premio de 500 pesetas, para poner nombre a su nuevo espectáculo. El ganador resulta ser el novillero Miguel Carrillo y el título seleccionado, “Bronce fundido” (ABC, 18-10-1945). Una vez concluidos los preparativos necesarios, en febrero de 1946 debuta en el Gran Teatro de Córdoba con su nueva compañía, compuesta por Rafael Ortega, el cantaor Canalejas de Puerto Real, el bailaor Miguel de los Reyes, el cantante Enrique Rodri-Mur y una veintena de aristas más. El espectáculo consiste en una sucesión de estampas costumbristas y folclóricas, escritas por Castellano y Del Campo, y musicadas por el maestro García. Cuando se presentan en el Teatro Cervantes de Sevilla, obtienen excelentes críticas:

Bronce fundido
Rara vez en un espectáculo de esta naturaleza se logra una armonía tan perfecta entre los distintos elementos que lo integran […].
Custodia Romero, bellísima y en pleno dominio de los secretos del canto y del baile, continúa siendo la sugestiva y atrayente Venus de Bronce, desbordante de simpatía y de hechizo gitano. Tuvo par en la señera figura del arte ‘cañí’, que es Rafael Ortega, quien por extensión cultivó también felizmente otros aspectos de las variedades. Ambos artistas fueron objeto de grandes ovaciones y se vieron obligados a repetir los números en que asociaron su fructífera colaboración” (ABC de Sevilla, 14-3-1946).

Custodia Romero.

Custodia Romero.

Unos meses más tarde, Custodia emprende una gira por el norte de España para presentar su nuevo montaje, “Bronce y marfil”, creado por Vicente Vila-Belda y el maestro Latorre. Rafael Ortega ya no figura en los carteles. El público de ciudades como Vigo o Pontevedra abarrota los teatros y hace “bisar diversos números del espectáculo de arte flamenco, estilizado y fino” (La Noche, 24-6-1946). Aunque no hemos podido conocer más detalles sobre el desarrollo de esta obra, varias fuentes afirman que con ella la bailaora “recorrió en triunfo toda Europa y América” (Cifra, ABC, 7-3-1974).

La última referencia periodística que hemos podido localizar la sitúa actuando en el Teatro Fontalba de Madrid, en la presentación de “Danza-Teatro” por la compañía del bailarín José Toledano, con un programa “compuesto por escenificaciones de nuestras danzas, sobre números de Falla, Albéniz, Malates, Quiroga, Monreal, Granados, Turina, Navas y Carnicer. Se repitieron algunos bailables que valieron a sus intérpretes calurosos aplausos del público que llenaba la sala…” (ABC, 31-1-1952).

Custodia Romero (Estampa, 28-2-1928). BNE.

Custodia Romero (Estampa, 28-2-1928). BNE.

Una bailaora norteamericana llamada Inesita, que llegó a España en 1953 para estudiar flamenco, nos deja un valioso testimonio sobre el tiempo en que convivió con Custodia Romero en su domicilio de la Gran Vía de Madrid:

“Era primavera y ya hacía calor. Cuando fui a su apartamento, […] me dijo que podía alquilar la habitación de invitados por unas 50 pesetas al día. Eso eran alrededor de 500 pesetas por mes. Era una habitación sencilla y sólo había un baño en el apartamento. Me gustaba la idea de quedarme con una bailarina española. Custodia era una hermosa mujer de origen andaluz de Jerez de la Frontera (sic). Su apariencia era como la de una de esas muñecas disfrazadas que se vendían en las tiendas de toda España para los turistas. […] Vista en su conjunto, daba una imagen de control y autoridad. Su tez impecable tenía color de aceituna y, con una nariz aguileña y una boca bien formada con dientes perfectos, parecía el epítome de la bailaora andaluza sobre la que se lee en Virgin Spain de Waldo Frank, que describió a la bailarina andaluza como una figura de diosa, en realidad, un tipo matriarcal.
A menudo, a última hora de la mañana entraba en el apartamento cantando fandangos. Parecía feliz y contenta. Se la conocía como la Venus de Bronce y todavía evocaba esa imagen.
Tenía una criada, un ama de llaves que era cocinera y sirvienta en general. […] También tenía otro inquilino en la casa, un joven estudiante de medicina puertorriqueño…” (1)

Al final de su vida, Custodia Romero se instala en La Carolina (Jaén), donde tiene algunos familiares. Allí fallece el 6 de marzo de 1974, en su domicilio de la Calle Santa Teresa, a consecuencia de una trombosis cerebral.


Nota:
(1) “Staying with Custodia Romero in Madrid”, Flamenco-Inesita.
La traducción es mía. Según el testimonio de esta bailaora, el apartamento en que vivía Custodia se lo había comprado su novio.


Custodia Romero, la Venus gitana del baile flamenco (VIII)

En diciembre de 1936 la encontramos en Ámsterdam junto a Vicente Escudero, que, tras el repentino fallecimiento de Antonia Mercé, se presenta con su propia compañía, secundado por Carmita y Custodia Romero como bailaoras principales. El acompañamiento musical corre a cargo del guitarrista Sabas Gómez y del pianista George Lebenson.

El programa consta de una selección de danzas españolas y flamencas ejecutadas de manera individual por cada uno de los artistas. La estrella principal, Escudero, destaca especialmente en la “Danza del molinero”, la “Farruca” y “Ritmos”, una pieza sin música en la que se puede apreciar su extraordinaria técnica de pies. Carmita seduce en el “Bolero”, mientras que Custodia, “resultó ser una bailarina de gran encanto, especialmente en su ferozmente conmovedora ‘Zambra gitana’”. También llama mucho la atención el animado “Garrotín gitano” que bailan los tres juntos (Dagblad De Gooi- en Eemlander van Woensdag, 16-12-1936) (1).

Vicente Escudero y Carmita García. Junta de Castilla y León.

Vicente Escudero y Carmita García. Junta de Castilla y León.

Tras actuar en el Gooiland Theater pasan al Koninklijken Schouwburg [Teatro Real], donde aún permanece muy vivo el recuerdo de la Argentina. Sin embargo, tanto el público como la crítica terminan rindiéndose ante su arte:

“… Destaca la torre de Escudero en lo alto del ensamble. ‘Bailadora’, bailada por Custodia Romero, fue lo único que alcanzó este nivel de fuerza. El ritmo de las palmas, de las castañuelas, los tacones y los dedos transmitió lenta pero seguramente el entusiasmo de los bailarines al público. Ovaciones después de las ovaciones” (Haagsche Courant, 18-12-1936)

Escudero, así como las bailarinas Carmita y Custodia Romero, que lo acompañan, son artistas técnicamente excelentes. Los tres están más cerca del ‘pueblo’ que Argentina, que, aunque siempre inspirada por motivos populares, había logrado plasmar un género puramente personal, que se había convertido en algo en sí mismo. […]
Un teatro lleno ayer siguió a Escudero y a sus compañeras con creciente entusiasmo; los aplausos, a veces tempestuosos, les obligaron a los tres a hacer bises, con los que fueron generosos” (Het Vaterland, 18-12-1936).

Custodia Romero obtuvo un extraordinario éxito en el baile ‘Zambra Gitana’, que mostró una gran emoción interior” (De tijd, 19-12-1936).

Custodia Romero (Le Petit Journal, 7-4-1937)

Custodia Romero (Le Petit Journal, 7-4-1937). BNF.

En febrero de 1937 la compañía actúa con gran éxito en la gala de la Cruz Roja que se celebra en el Casino Municipal de Pau (Francia):

“Estos tres bailarines, en su estilo de una sinceridad refinada, crean un ambiente apasionante en cada una de sus interpretaciones.
En la primera parte -unas veces acompañados por la orquesta y otras al piano por el Sr. Casenave-, […] recordamos especialmente las realizaciones de la Bailaora de Azagra (C. Romero), la Asturiana de Moureal (Carmita) y Córdoba de Albéniz (V. Escudero y Carmita).
En la segunda parte, El amor brujo de Manuel de Falla, con decorado y vestuario de A. Carretero, se reveló al público como un verdadero ensueño coreográfico. Obra magistral, de exuberante y armoniosa fuerza evocadora, terminó esta sesión de alta calidad artística de una manera hermosa” (Le Ménestrel, 5-2-1937).

A finales de marzo se presentan en la Ópera de Niza con un programa similar, en el que llaman especialmente la atención las originales danzas de Escudero así como “la hermosa bailarina Custodia Romero, a quien se le pidió que repitiera Córdoba, de Albéniz” (L’Art Musical, 26-3-1937). Unos días más tarde llegan al Gaumont-Palace de París con su “ballet gitano”, en el que, además de los artistas mencionados, también figuran Lolita Gómez, Juanito García y Antonio Triana. “El interés de los bailes ejecutados, la belleza de la música, y la elegancia de los intérpretes seducen profundamente al público” (Le Journal, 5-4-1937).

Custodia Romero (Estampa, 4-11-1930). BNE.

Custodia Romero (Estampa, 4-11-1930). BNE.

En el mes de julio se la puede ver, ya en solitario, en el Casino de La Corniche de Argel (L’Écho d’Alger, 3-7-1937), y en otoño la encontramos de vuelta en España, al frente de un espectáculo de arte andaluz en el que comparte protagonismo con el bailaor Rafael Ortega y el guitarrista Víctor Rojas. Completan el elenco el pianista Manuel Navarro, la cantaora Milagros Fernández y la bailaora Rita Ortega, que después es sustituida por la bailarina Sagrario de Córdoba. Con un repertorio de flamenco y danza española -llevan obras de “Falla, Bretón, Chueca, Serrano, Albéniz y Quiroga” (La Información, 15-10-1937)-, la compañía se presenta en distintas ciudades de la zona nacional, como Córdoba, Cádiz, Vitoria, Sevilla y Zamora. En esta última localidad, Custodia “dejó recuerdo agradable de una elegancia y arte que, cuando ella quiere, llegan hasta el grado inimitable” (Imperio, 30-11-1937). En la farruca “hizo unos picados dificilísimos que gustaron mucho a los aficionados” (Heraldo de Zamora, 29-11-1937).

Son tiempos convulsos, en los que está en juego la propia vida, y Custodia demuestra una gran capacidad de adaptación. Si en los primeros meses de conflicto colaboraba en Madrid en los festivales de la C.N.T., ahora, en Andalucía, también se la puede ver en distintos eventos organizados por las fuerzas nacionales. En febrero de 1938, para conmemorar el “aniversario de la liberación” (El Progreso, 10-2-1938), acompañada a la guitarra con Regino Sáinz de la Maza, ameniza una fiesta organizada en el Teatro Cervantes de Málaga y participa en una función de variedades en el Cine Viñas de Motril (Patria, 11-2-1938).

Custodia Romero, por Alfonso Grosso.

Custodia Romero, por Alfonso Grosso.

Poco después, junto a Manuel Vallejo y Rafael Ortega, actúa en el Teatro Cervantes de Sevilla a beneficio de los heridos de guerra. Sin embargo, “no pudo, a causa del denso alfombrado del escenario, interpretar sino una sola de sus admirables danzas. En vista de ello, y ante los insistentes aplausos con que el público solicitaba el bis, Custodia ofreció al general Queipo de Llano lucir en algún próximo festival su arte incomparable” (ABC de Sevilla, 22-2-1938). No tarda en cumplir su palabra, y a principios de marzo interviene en una función celebrada en el Teatro San Fernando a favor “del glorioso Ejército”. Interpreta en solitario “Los claveles”, de Azagra y, junto a Rafael Ortega, “Coplas del Burrero”, bajo la dirección del maestro Navarro, de la Orquesta Bética de Cámara (ABC de Sevilla, 3-3-1938).

Durante el mes de mayo se presenta en varias ocasiones en el Teatro Duque de Rivas de Córdoba, al frente de su propio espectáculo de variedades, en el que Rafael Ortega sigue desempeñando un papel protagonista. También figuran en el elenco la bailaora Rita Ortega, el cantaor Niño de Fregenal, la canzonetista de aires regionales Pepita Molina, la cancionista Rosaura y varios artistas internacionales.

Custodia Romero, ‘La Venus de Bronce’, y el gran bailarín andaluz Rafael Ortega, interpretaron en conjunto con bailarinas, con singular acierto, la canción y danza del fuego del ‘Amor Brujo‘, de Falla; ‘Los Claveles‘, de Serrano, y ‘Los cuatro muleros‘, que fueron ovacionados largamente.
Ambos artistas interpretaron magistralmente la danza ‘La Molinera‘ y la del ‘Sombrero de tres picos‘, de Falla, siendo ovacionados por el numeroso público que llenaba el teatro…” (Diario de Córdoba, 8-5-1938).

Custodia Romero (Estampa, 26-9-1931). BNE.

Custodia Romero (Estampa, 26-9-1931). BNE.

La compañía también actúa en el Cine Municipal de Cádiz y participa en un festival a beneficio de los gitanos organizado por la actriz Carmen Díaz en el Teatro San Fernando de Sevilla (ABC de Sevilla, 17-5-1938). En el mes de julio, la Venus de Bronce llega a Tenerife junto al diestro Juan Belmonte y un grupo de aristócratas sevillanos, con el fin de participar en un festival taurino y otros eventos a beneficio de los familiares pobres de las víctimas del crucero Baleares, hundido en la batalla del Cabo de Palos.

Durante su estancia en la isla, presta su concurso en una función celebrada en el Teatro Royal Victoria, en la que interpreta, entre otros números, “Los claveles”, del maestro Serrano; “Café de Chinitas” y “Los cuatro muleros”, de García Lorca; y “La bailaora”, de Quiroga (La Prensa, 28-6-1938). Asimismo, canta varias canciones ante los micrófonos de Radio Club, que dedica una emisión especial a los viajeros sevillanos (La Gaceta de Tenerife, 29-6-1938), y toma parte en la representación de la opereta “El Conde de Luxemburgo” en el Teatro Guimerá (La Prensa, 29-6-1938).

A su regreso a la península, sigue cosechando éxitos con su compañía de variedades, en ciudades como Palencia, Oviedo, Santander, Soria o Logroño. Su espectáculo triunfa por su “arte, alegría, variedad, gracia”. Custodia es “una verdadera artista”, tanto en sus “bailes clásicos, como el ‘Amor Brujo’ de Falla, en que no hay quien la supere, como en su actuación como canzonetista” (El Diario Palentino, 19-8-1938). Su repertorio también incluye piezas de Turina y Albéniz. Despide el año de gira por las ciudades del Protectorado Español en Marruecos y en enero regresa a Sevilla.


Nota:
(1) La traducción de todos los textos extranjeros es mía.