Flamencas por derecho

Mujeres que han dejado su impronta en la historia del flamenco

Flamencas por derecho - Mujeres que han dejado su impronta en la historia del flamenco

Carmen Díaz Molina, la elegancia del baile de Sevilla (y IV)

Triunfos en las Canarias

En junio de 1913, Carmen Díaz y Enrique Sánchez debutan en Las Palmas de Gran Canaria y varias semanas más tarde regresan a Tenerife, donde son recibidos con el mismo entusiasmo que en su primera visita. A decir de la prensa, la pareja “es lo mejor, si no lo único bueno, que por aquí hemos visto en el género de bailes” (Diario de Tenerife, 26-7-1913).

“Si de estos artistas pudiéramos decir que han mejorado su labor durante su ausencia, lo diríamos pero no cabe; el trabajo de esta pareja de baile siempre resulta nuevo y es que desde que aparecen en el proscenio el público reacciona y sigue con interés creciente las piruetas y pasos de los bailables, hasta que al terminar aplaude y aplaude como lo hacía anoche, sin cansarse y lamentando que no vuelva a alzarse el telón” (La Opinión, 22-7-1913).

Carmen Díaz y Enrique Sánchez (Eco artístico, 15-3-1917)

Carmen Díaz y Enrique Sánchez (Eco artístico, 15-3-1917)

Carmen y Enrique corresponden a esas atenciones y “se desviven por ahondar más el cariño que han encontrado en el público”, especialmente ella:

“guapa, hermosa, sugestiva, ligerita de sangre, de nervios sumamente sensibles, es tal el hechizo que causa, que con su sola presencia y la sonrisa con que siempre muestra el agrado que le causa el interés de sus espectadores, […] sale a ovación por número y jamás cansa” (Diario de Tenerife, 26-7-1913).

A su regreso a la península, la revista Eco artístico hace balance sobre la gira de Carmen Díaz y Enrique Sánchez por tierras canarias, que no ha podido ser más productiva. Han ofrecido un total de cuarenta funciones, con “subido sueldo”, al que hay que sumar las cantidades recaudadas en los beneficios celebrados antes de cada despedida, así como los regalos de sus admiradores, entre los que se cuentan “un reloj de oro con cadena del mismo metal, una bolsa de plata y un canario que ella adora”.

Este éxito económico sin duda obedece a la gran calidad artística de sus bailes, llenos de armonía, pureza y clasicismo; y, algunos de ellos, realmente singulares:

“Tienen dos números en cuya ejecución no ha habido aún quien pueda imitarlos: una danza húngara que realizan a compás de música y panderetas, a cuya terminación los públicos todos les brindan ovaciones emocionantes, y un pasodoble escrito para ellos expresamente, bailado también con panderetas, donde derrochan y dan a conocer maestría y talentos artísticos probatorios de su fama” (Eco artístico, 5-8-1913).

Nuevos éxitos en toda España

A partir de diciembre de 1913, el público barcelonés tiene la oportunidad de volver a disfrutar con los bailes genuinamente españoles de Carmen Díaz y Enrique Sánchez, que “son el ‘clou’ en eso de las castañuelas” (Eco artístico, 15-12-1913). (1)

Carmen Díaz Molina (Diario de Tenerife, 19-5-1913)

Carmen Díaz Molina (Diario de Tenerife, 19-5-1913)

Durante los meses siguientes puede verse a la pareja en ciudades como Badajoz o Sevilla. En mayo de 1915 regresan a Tenerife, donde son tan bien acogidos como la última vez:

“La reaparición de la notabilísima pareja coreográfica ‘Sánchez-Díaz’, hizo que anoche se llenase el local del Parque Recreativo […].

Los simpáticos artistas nos dieron a conocer algunos nuevos bailes, que han entrado a formar parte de su repertorio, así como otros, que, aunque ya conocidos, gustaron mucho.

Estos artistas, a la maestría con que ejecutan los diversos números que constituyen su vasto repertorio, unen lo bien que visten, lo sugestivo de la música y todas las condiciones que necesita un artista para triunfar. Ella sigue siendo la mujer hermosa de la vez anterior, y ambos, tan simpáticos y buenos coreógrafos.

El público les aplaudió frenéticamente al terminar cada número, obligándoles a interpretar otros varios” (El Progreso, 11-5-1915).

En enero de 1916, Carmen y Enrique comparten cartel con una de las grandes figuras del momento, su paisana Pastora Pavón, la Niña de los Peines. El escenario elegido es el Kursaal Central de Sevilla.

En esa época, la pareja Sánchez Díaz se prodiga bastante por la ciudad hispalense, entre otras localidades andaluzas, como Jerez de la Frontera o La Carlota (Córdoba), además de presentarse en el Casino des Restauradores de Lisboa.

Una artista consagrada

Cuando llevan ya una década presentándose juntos sobre los escenarios, Carmen y Enrique constituyen “una pareja de baile tan magistral, acabada, a la moderna, con un repertorio de tan distintos matices y una ejecución tan irreprochable, que con solo nombrarlos despertamos en el público el grato recuerdo de ovaciones otorgadas, de triunfos […] y de campañas en las que […] dejaron grabado con letras de oro en el umbral del templo de las varietés sus nombres atrayentes” (Eco artístico, 15-3-1917).

Carmen Díaz (Eco Artístico, 25-10-1917)

Carmen Díaz (Eco Artístico, 25-10-1917)

La crítica destaca su “sello personal”, su amplio repertorio de bailes magistralmente ejecutados, la “presentación de su trabajo”, “magnífica, suntuosa, de gusto sin límites”, así como su afán por aprender y renovarse constantemente.

Sin embargo, a pesar de los buenos resultados obtenidos, la pareja decide deshacer su unión y emprender nuevos caminos por separado. Así anuncia la prensa la noticia:

“Habiéndose disuelto la notable pareja de bailes Sánchez-Díaz, se presentará sola en lo sucesivo, con nuevo repertorio y vestuario, la hermosa y renombrada bailarina Carmen Díaz, que tantos triunfos ha logrado en su brillante carrera artística” (Eco artístico, 15-10-1917).

Aunque el anuncio tiene lugar en octubre de 1917, Carmen y Enrique aún continúan actuando juntos durante varios meses. Tras una nueva presentación en el teatro Romea de Madrid, se les puede ver sobre todo en el sur, en ciudades como Sevilla o Melilla.

Nueva etapa en solitario

En septiembre de 1918, encontramos ya a Carmen Díaz actuando en solitario, en el Salón Novedades de Málaga. La sevillana, que comparte cartel con las canzonetistas Emilia Navarro y Angustias la Gitana, entre otras artistas de variedades, “durante las diez noches de su actuación, ha gustado con delirio” (Eco artístico, 15-9-1918).

A finales de año, Carmen regresa a Madrid, donde actúa de manera simultánea en el Partenón y en el Gran Kursaal. En esta última sala, la sevillana vuelve a coincidir con una de las grandes maestras del baile flamenco, Juana La Macarrona:

“El espectáculo es culto y moral y en el elenco de artistas figuran números tan aplaudidos como Los Ramsan, excelentes acróbatas árabes; María Linares y Carmen Díaz, notables bailarinas; La Tempranica, famosa cancionista; Trío Gómez, titulados los reyes de la jota, y otros muchos de gran reputación, entre los cuales se cuenta un gran cuadro de canto y baile flamenco, del que forma parte el famoso tocador de guitarra, Luis Molina, el bailarín Faíco y la clásica y notable bailadora Juana La Macarrona” (El Liberal Arriacense, 21-12-1918).

Durante los dos años siguientes, Carmen desarrolla buena parte de su actividad artística en tierras andaluzas. Su nombre es habitual en la cartelera de distintos locales sevillanos, como el Kursaal Internacional, el Salón Imperial o el Moderno. De hecho, la artista sigue manteniendo su dirección permanente en el número 140 de la calle Feria. También tiene la oportunidad de disfrutar con su arte el público de ciudades como Cádiz, Córdoba, Jerez de la Frontera, La Línea (Cádiz) o incluso Bilbao.

Carmen Díaz (El Progreso, 27-5-1913)

Carmen Díaz (El Progreso, 27-5-1913)

En febrero de 1921, contratada por la agencia ‘Híspalis’, la bailaora sevillana marcha a París. La acompaña su otrora inseparable Enrique Sánchez, con quien tantos éxitos ha cosechado. El público galo también cae rendido a sus pies:

Palais des Beaux Arts.- Son muy aplaudidos en su campaña la notable canzonetista Matilde Márquez y los no menos celebrados bailarines Carmen Díaz y Enrique Sánchez, para los que hay siempre ovaciones estruendosas.

Completan el programa los excéntricos Les Socco-Dato, Lor-Darin y Les Bam Bam” (Eco Artístico, 15-3-1921).

A su regreso de tierras francesas, encontramos a Carmen Díaz, de nuevo en solitario, en la cartelera del teatro Colón de San Sebastián. Su número es sin duda el más llamativo del programa:

“Teatro Colón.- Destaca poderosamente su arte y maestría en el baile entre todos los números que constituyen el programa, Carmen Díaz, que interpreta primorosamente todo su extenso repertorio, siendo aclamada sin reservas. Carmen del Pino, Minetta, Alondra y Carmela España, son las artistas que con Carmen Díaz forman el programa” (Eco artístico, 15-5-1921).

Aquí perdemos prácticamente la pista de Carmen Díaz. Hallamos aún dos referencias más, una que la sitúa en el teatro Romea de Madrid, en diciembre de 1924, y otra que la ubica en el salón Royalty de Badajoz, de nuevo junto a Enrique Sánchez, en junio de 1926.

A pesar de no haber podido reconstruir aún en su totalidad la biografía vital y profesional de Carmen Díaz Molina, no hemos podido resistirnos a escribir y publicar siquiera esta primera parte, por entender que una artista de su nivel bien merece, al menos, este humilde reconocimiento.

NOTAS:
(1) En este contexto el clou puede traducirse como la atracción principal del espectáculo.


Carmen Díaz Molina, la elegancia del baile de Sevilla (III)

En primavera de 1909, tras varios meses de contrato al otro lado del charco, Carmen Díaz regresa a España junto a su inseparable Enrique Sánchez. Lo hacen a bordo del vapor ‘Manuel Calvo’, que parte de La Habana, hace escala en Nueva York y llega al puerto de Cádiz el día 19 de mayo.

Carmen Díaz y Enrique Sánchez (Comedias y comediantes, 1-11-1911)

Carmen Díaz y Enrique Sánchez (Comedias y comediantes, 1-11-1911)

Ya en nuestro país, el dúo retoma su agitada vida artística, y sus giras a lo largo y ancho de la península. En diciembre de ese mismo año, en el Salón Pathé de Oporto, obtiene un “éxito colosal y sin precedentes […] la notable pareja de bailes españoles Carmen Díaz y Enrique Sánchez” (Eco Artístico, 15-12-1909). En enero de 1910, triunfan en la sala ‘El Cosmopolita’, de Álava:

“Ayer debutó en este cinematógrafo la pareja de baile, Carmen Díaz y Enrique Sánchez, obteniendo un señaladísimo triunfo.

La pareja de baile se presentó vistiendo lujosos trajes, y su trabajo, de agilidad sorprendente, fue aplaudidísimo.

En la última sección el lleno fue formidable” (Heraldo Alavés, 18-1-1910).

La mejor pareja de bailes españoles

Unas semanas más tarde, tras varios meses de ausencia, los bailaores sevillanos regresan a la escena madrileña, concretamente al Petit Palais, donde son muy bien acogidos:

Carmen Díaz y Enrique Sánchez, a quienes sin duda alguna podemos calificar como la mejor pareja de bailes españoles, actúan también en este Salón. Inútil es decir que el público los ovaciona a diario y hace repetir sus bailes infinidad de veces” (Eco artístico, 15-2-1910).

Poco después se anuncian en Barcelona, tanto en el teatro Sala Imperio como en el Poliorama. La publicidad los define como “la pareja de baile español mejor del mundo […]. Lujo asiático, gran riqueza. Agilidad extraordinaria” (La Vanguardia, 17-2-1910).

De vuelta a la Villa y Corte, en el mes de mayo debuta en el teatro de La Latina “la celebrada pareja de baile Sánchez-Díaz, obteniendo, como premio a su maestría y habilidad, muchísimos aplausos” (La Correspondencia, 1-6-1910). Completan el programa las cupletistas Pilar Cohen, Candelaria Medina y La Solsona, y el entremés Entre tres fuegos. Un reparto similar se presenta poco después en el teatro Olimpia de Barcelona.

Carmen Díaz y Enrique Sánchez (Eco Artístico, 5-5-1913)

Carmen Díaz y Enrique Sánchez (Eco Artístico, 5-5-1913)

En febrero de 1911 volvemos a encontrar a Carmen Díaz, junto a Enrique Sánchez, de gira por el norte de España. La “elegante y excelente pareja” (Eco Artístico, 5-2-1911) triunfa en Bilbao, donde ha de prorrogar su contrato. En Burgos descubrimos una nueva faceta artística de la bailaora sevillana, que “canta con mucho sentimiento” (La Voz de Castilla, 19-2-1922).

Unas semanas más tarde, Carmen y Enrique viajan a Sevilla, y en locales como el Salón Imperial o el teatro San Fernando demuestran que sí son profetas en su tierra:

Teatro San Fernando.- Con éxito asombroso viene actuando la simpática pareja de baile español Carmen Díaz y Enrique Sánchez, siendo motivo todas las noches de continuas y delirantes ovaciones” (Eco Artístico, 5-4-1911).

Tras conquistar al público de Zaragoza, los Sánchez-Díaz regresan a la Villa y Corte, donde pasan parte del verano, actuando en el Trianón-Palace, en el teatro Novedades y en el Romea. A estas alturas de su carrera, su fama y su calidad artística están fuera de toda duda, a juzgar por los elogios que les dedica la revista Eco Artístico:

Arte castizo que sublima la coreografía, presentación fastuosa que deleita, simpatías que atraen: trinidad de perfecciones encarnadas en la pareja Sánchez-Díaz y con las que cautivaron a los públicos miles y miles de noches, tributándoles aplausos desbordantes de entusiasmo. Tres meses consecutivos de actuaciones en el Teatro de Novedades, de esta corte, dicen bien claramente cuánto valen estos simpáticos artistas. Con el agasajo del aplauso del público caminan siempre, disputándoselos las empresas, pero sin que esta predilección sirva para envanecerles, elevando sus pretensiones, tacto que acrecienta sus méritos haciéndose asequibles en todas partes. Sus largas campañas en América, donde volverán en breve, pregonan el excepcional arte de la pareja Sánchez-Díaz en los que se conjuntan las más salientes perfecciones: maestría, lujo, variedad y elegancia, sobrados elementos para brillar y vencer” (5-6-1911).

La bailaora Juana la Macarrona

La bailaora Juana la Macarrona

Carmen y Enrique, en los mejores carteles

A finales de junio, Carmen Díaz y Enrique Sánchez participan en el beneficio celebrado en el teatro Romea en honor de Juana la Macarrona. La homenajeada se despide del público madrileño bailando por alegrías en el cuadro español ‘Una fiesta en Sevilla’, en el que también figura el guitarrista Ramón Montoya.

Unos días más tarde, la pareja se presenta con gran éxito en el Salón Imperial de Melilla:

Carmen y Enrique, constituyen la mejor y más clásica [pareja] de bailes españoles. No es de extrañar que así sea, pues ambos, salidos hace años de la escuela Sevillana, al unirse entonces supieron compendiar al arte coreográfico andaluz, el típico de nuestras distintas regiones, presentándolo con la más absoluta precisión.

A la deslumbradora presentación de la pareja, se une la hermosura y gentileza de la Srta. Díaz, su gracia picaresca, hija de las brisas del Guadalquivir y sus relevantes dotes, tanto de mujer hermosa, como de artista.

El nombre de Sánchez-Díaz es tan popular, que los empresarios de varietés se disputan la notable pareja.

El público melillense les aplaude y ovaciona todas las noches, por su mérito y su arte” (El Telegrama del Rif, 12-7-1911).

En el mes de septiembre, Carmen Díaz y Enrique Sánchez regresan al madrileño teatro Romea, que estrena su temporada de variedades con un brillante cartel en el que destacan artistas como La Antequerana o Ramón Montoya.

Josefa Moreno, La Antequerana (Eco Artístico, 25-5-1914)

Josefa Moreno, La Antequerana (Eco Artístico, 25-5-1914)

Después emprenden una nueva gira por el norte, con paradas en ciudades como Valladolid, León y Oviedo. En algunas de ellas vuelven a coincidir con Amalia Molina. La pareja destaca por su repertorio variado y en constante renovación. No hay teatro ni público que se les resista:

“Vedlos incansables en sus panaderos, sevillanas, tango, farruca, etc., etc.

Sus piernas parecen desprenderse del cuerpo, y bailan siempre sin descanso, con rapidez vertiginosa, mientras sus rostros se contraen con la mueca de la risa.

Y el público, que no se sacia nunca y que en su delirio por los buenos artistas se asemeja algo a los espectadores de las célebres luchas en la antigua Roma, aplauden frenéticamente sin pensar que el artista se rinde.

Carmen Díaz y Enrique Sánchez son conocidos de todos los públicos, y su fama es grande como excelentes bailarines. […]

En su repertorio de lo más extenso, figuran los bailes antiguos y modernos de más resonancia, y aunque maestros hace años, la pareja Sánchez-Díaz no dejará de estudiar para que su trabajo sea siempre nuevo, habiendo estrenado recientemente una danza húngara, en la que la pareja Sánchez-Díaz une una vez más su arte y gallardía” (Eco Artístico, 27-12-1911).

En 1912, Carmen y Enrique siguen cosechando triunfos por los pueblos y ciudades españolas, especialmente en las del sur. En Granada la pareja destaca por su “repertorio variado, extensísimo, arte y agilidad increíbles y presentación lujosísima” (Eco artístico, 5-3-1912). “Hay en sus bailes elegancia, distinción, algo que sólo vive con el arte” (Eco Artístico, 25-2-1912).

Dora la Cordobesita (Eco Artístico, 15-9-1917)

Dora la Cordobesita (Eco Artístico, 15-9-1917)

En San Fernando (Cádiz) coinciden con una jovencísima Dora la Cordobesita, y llama la atención la moralidad de su valioso repertorio. De nuevo en el Romea de Madrid, comparten cartel con Pepita Sevilla, y en Bilbao ven “cómo en su obsequio se levanta la cortina innumerables veces” (Eco Artístico, 15-6-1912). No en vano, “ambos son maestros en el arte de Terpsícore y con una habilidad y ligereza extraordinarias ejecutan toda clase de bailes sin fatigarse, sin que jamás un pie les haga traición y marque compases que no existen” (Eco Artístico, 5-10-1912).

La conquista de las islas Canarias

Gibraltar, Orense, Jaén y, de nuevo, Granada, son algunas de las ciudades en las que actúan Carmen y Enrique antes de poner rumbo a las islas Canarias para realizar una gira de varias semanas. El día de su debut en el Parque Recreativo de Santa Cruz de Tenerife, el dúo sevillano causa una impresión inmejorable:

“Confesamos que nos sorprendió anoche la presentación de la pareja coreográfica Sánchez-Díaz, que ha hecho su debut en el Recreativo.

Son dos bailarines de ‘primera fuerza’, que ejecutan todos los números con una seguridad y una maestría raras veces común, y se presentan elegante y lujosamente ataviados.

Ella […] es, además, una espléndida mujer altamente simpática. Se trata, pues, de un número de varietés como hace tiempo no habíamos tenido ocasión de aplaudir. Muy enhorabuena” (El Progreso, 20-5-1913).

Carmen Díaz y Enrique Sánchez (La Opinión, 28-5-1913)

Carmen Díaz y Enrique Sánchez (La Opinión, 28-5-1913)

En los días siguientes, Carmen y Enrique siguen haciendo las delicias del público, que les aplaude con entusiasmo y les hace repetir muchos de sus números. Además de su maestría, la prensa destaca especialmente la elegancia y finura de sus bailes:

Carmen Díaz une a su belleza incomparable una linda gracia natural que la hace más adorable.

Enrique Sánchez es su digna pareja.

Mozo de firme varonil arrogancia, que es todo un maestro en coreografía.

Las danzas de los Sánchez-Díaz son algo que se sale de lo vulgar, un fino arte de graciosa elegancia, un derroche de gracia y gallardía. Sus movimientos son seguros, finísimos, con aquella difícil seguridad que da la completa posesión de una cosa.

Sus garrotines no son de esos consabidos bailes de ademanes tabernarios que hemos visto mil veces; con su arte inimitable hacen de ellos los Sánchez-Díaz algo que se puede bailar sin escándalo lo mismo en el tablado de la escena que en una soirée aristocrática.

En los bailes regionales son igualmente unos colosos.

La danza gallega que nos hicieron anoche es todo un primor” (La Opinión, 26-5-1913).


Carmen Díaz Molina, la elegancia del baile de Sevilla (II)

En marzo de 1907, Carmen Díaz es contratada en el Kursaal Central de Madrid, que inaugura la temporada de primavera con una compañía de variedades integrada por numerosos artistas internacionales, que ofrecen un “espectáculo animado y alegre, pero sin groserías ni procacidades”.

“En el género español se ha contratado lo más selecto; como cupletistas las atrayentes y populares Amalia Molina, Nieves Gil y la Argentina; como bailarinas la notable pareja hermanas Esmeraldas y Carmen Díaz” (El Imparcial, 1-3-1907).

Carmen Díaz y Enrique Sánchez (Eco Artístico, 15-2-1910)

Carmen Díaz y Enrique Sánchez (Eco Artístico, 15-2-1910)

Unas semanas más tarde, como cada año, la Asociación de la Prensa organiza la tradicional Fiesta del Sainete que organiza la en el teatro Español. En esta ocasión, Carmen Díaz y algunas de sus compañeras del Kursaal Central conquistan al público con sus bailes boleros:

Amalia Molina, Pepita Sevilla, las Esmeraldas, Concha la Morenita y Carmen Díaz, soberbiamente ataviadas, bailaron de modo incomparable varias danzas nacionales, que terminaron con unas agitadas boleras, evocadoras de antiguos y regocijantes recuerdos.

Los aplausos se oyeron, indudablemente, desde fuera del teatro” (El Liberal, 24-3-1907).

“Las boleras clásicas, bailadas primorosamente por las hermosas estrellas coreográficas Amalia Molina, hermanas Esmeralda, Pepita Sevilla, Carmen Díaz y La Morenita, gustaron mucho. Fue este uno de los momentos más castizos del espectáculo, y el de más novedad para el público del Español” (El País, 24-3-1907).

Los Sánchez Díaz

Poco después se inicia una nueva etapa en la carrera artística de Carmen Díaz, que comienza a presentarse formando pareja artística con el bailarín sevillano Enrique Sánchez Almansa.

En julio de 1907 ambos se anuncian en distintas salas madrileñas, como el Cinematógrafo Novedades, donde son “aplaudidísimos en sus bailables” (Café!!, 19-5-1907), y el teatro Parisiana. En este último local Carmen y Enrique, “cuyos éxitos ruidosos en el Kursaal son bien conocidos” (La Época, 31-7-1907), vuelven a coincidir con Amalia Molina, en una función organizada por la Asociación de la Prensa. El elenco lo completan otras afamadas artistas de variedades, como Candelaria Medina, Fornarina o Antonia la Cachavera.

Carmen Díaz y Enrique Sánchez (El arte del teatro, 15-8-1907)

Carmen Díaz y Enrique Sánchez (El arte del teatro, 15-8-1907)

La pareja Sánchez Díaz no tarda en conseguir el favor del público y de la prensa, que elogia su arte decente, refinado y culto, y la considera “una de las mejores parejas que aparecen hoy en los escenarios madrileños”.

“Su nombre en los carteles es garantía suficiente para asegurar el éxito de una Empresa, y sus bailes clásicos (y permítaseme la palabra) contrastan con lo chabacano y grosero de los que no ven arte en el tablado, y procuran excitar a los espectadores con sus movimientos de danzas lúbricas […].

Carmen Díaz y Enrique Sánchez invitan al aplauso desde que, ágiles, flexibles, asoman en el escenario su silueta de incansables bailarines, que agradecen mucho los entusiasmos del público y los pagan repitiendo sin malhumorados gestos, ni sonrisas de despectivo orgullo, los infinitos bailes de su vasto repertorio. […]

La prueba más elocuente de ello está en la simpatía que la notable pareja ha sabido captarse, no solamente por el público madrileño, en el que cuenta con numerosos admiradores, sino también en las poblaciones en las que se ha presentado, y en las que ha obtenido triunfos verdaderamente brillantes” (El arte del teatro, 15-8-1907).

Carmen Díaz y Enrique Sánchez (Eco Artístico, 27-12-1911)

Carmen Díaz y Enrique Sánchez (Eco Artístico, 27-12-1911)

Carmen y Enrique compaginan sus actuaciones en la Villa y Corte con las giras por provincias, con paradas en ciudades como Ávila, Alicante, Cartagena o Vigo. En todas ellas siguen cosechando aplausos y piropos:

“[Torrevieja] El domingo debutó la renombrada pareja de baile Carmen Díaz y Enrique Sánchez, que después de presentarse anoche ante el público del Salón Moderno, recibiendo ovaciones en todas las secciones, han aparecido esta noche en nuestro circo teatro alcanzando numerosos aplausos como premio a la labor artística que la joven pareja con tanta gracia y desenvoltura ejecutan (sic).

[…] el público […] seguramente volvería a llenar el teatro con tal de ver bailar la ‘farruca’ a esta pareja” (La Correspondencia de Alicante, 28-10-1907).

“Teatro Máiquez. Cada noche asiste más público al lindo coliseo de la calle de San Vicente en donde la notable pareja de baile español Carmen Díaz y Enrique Sánchez ejecutan maravillosamente los bailes de su vasto repertorio.

[…] es de lo mejor que en su clase existe en España.

Ella es joven, esbelta y graciosísima y baila con agilidad suma, y él también un notable artista coreográfico” (El Eco de Cartagena, 8-11-1907).

En febrero de 1908, Carmen Díaz toma parte, junto a otras afamadas artistas -como Amalia Molina, Nieves Gil o Pepita Sevilla– en el “concurso de cancán, machicha, cake-wall, farruca, garrotín, y cante y bailes andaluces, couplets, etc.” (ABC, 3-2-1908) organizado por la Sociedad La Bohemia en el teatro Lírico de Madrid.

Amalia Molina

Amalia Molina

Poco después se presenta, junto a su inseparable Enrique, en el Salón Regio de Madrid y, una vez cumplidos sus compromisos en la capital de España, la pareja continúa con su gira triunfal por ciudades como Zamora, Alicante, Cartagena o Zaragoza.

Carmencita y Enrique dislocaron a sus admiradores, que son innumerables, y también lograron ser aplaudidos con entusiasmo.

Todos los bailables merecieron los honores de la repetición y fueron muy celebrados” (Heraldo de Zamora, 6-4-1908).

“La notable pareja coreográfica Carmen Díaz y Enrique Sánchez, completando el cuadro, bailó magistralmente, en especial unas bonitas sevillanas que fueron ruidosamente aplaudidas.

Si Carmen y Enrique no tuvieran justamente cimentada su fama de consumados artistas, anoche la habrían ganado” (Heraldo de Zamora, 25-4-1908).

“[Alicante] la incomparable pareja de baile de Carmen Díaz y Enrique Sánchez tienen una parte brillantísima.

Estos excelentes bailarines, animados por la concurrencia, también bailaron anoche de un modo acabadísimo, recibiendo calurosos aplausos” (El Pueblo, 27-6-1908).

La aventura americana

Vista de Ciudad de México

Vista de Ciudad de México

Ese mismo verano, después de triunfar por toda España, Carmen y Enrique deciden ampliar sus horizontes, y ponen rumbo a América. En el mes de septiembre se presentan en el teatro Montecarlo, de Ciudad de México. Allí comparten cartel con la bailarina Fatima Henen, especialista en danzas egipcias, y no tardan en confirmar la gran fama cosechada en nuestro país:

“Cada día se ve más concurrido el amplio Salón Montecarlo, donde han cosechado numerosos aplausos Carmen Díaz y Enrique Sánchez, que hacen la pareja española de baile mejor que hemos visto.

Carmen Díaz es una joven de físico muy simpático, y agraciado, que baila admirablemente. Su compañero es un verdadero bailador de clásico estilo español” (El Tiempo, 23-9-1908).

Carmen Díaz está convirtiendo [el Montecarlo] en uno de los teatritos más populares de la ciudad. Sus bailes son típicamente españoles y de un gran nivel” (The Mexican Herald, 28-9-1908). (1)

Carmen Díaz […] tiene algo que ninguna otra bailarina de Ciudad de México posee en ese grado – Arte. Carmen Díaz es guapa y muy elegante […]. Sus bailes son clásicos y retratan la vida de la España de provincias de un modo que gustará al más crítico. […] Para los amantes de lo limpio y artísticamente correcto, ella es todo lo que se podría desear. Sus trajes son particularmente atractivos. […] En los grandes escenarios metropolitanos hay cientos de chicas que ahora son favoritas, pero no poseen ni la mitad de la gracia ni el arte de Carmen Díaz.

En sus bailes con Enrique Sánchez, la Srta. Carmen Díaz causa una muy buena impresión. Bailan muy bien juntos y sus pasos van perfectamente al unísono” (The Mexican Herald, 27-9-1908).


NOTA:
(1) La traducción de todos los textos extranjeros es nuestra.


Carmen Díaz Molina, la elegancia del baile de Sevilla (I)

Hace unos meses dedicamos varias entradas a recordar la figura de Amalia Molina, una gran artista sevillana injustamente olvidada, a pesar de haber desarrollado una brillantísima carrera, tanto en España como en el extranjero.

Carmen Díaz Molina, la bailaora de la que hoy nos ocupamos, dio sus primeros pasos, tanto en la vida como en el baile, de la mano de su prima Amalia (1). Ambas nacieron en 1884 en la ciudad hispalense, pasaron su infancia en el sevillano barrio de la Feria e iniciaron su formación artística junto a Ángel Pericet.

Carmen Díaz (Eco Artístico, 27-12-1911)

Carmen Díaz (Eco Artístico, 27-12-1911)

En 1896, con doce años de edad, Carmen aparece empadronada en el número 21 de la calle Feria, junto a su madre, Dolores Molina Prieto. En 1900 también figuran en el censo su padre, José Díaz Prieto (jornalero) y su hermano José, de dos años de edad.

“Los niños y niñas sevillanos” del maestro Pericet

En marzo de 1895 la prensa anuncia el debut de Carmen Díaz y Amalia Molina en Madrid, integradas en la agrupación conocida como “Los niños y niñas sevillanos”, dirigida por el maestro Pericet:

“Ayer tarde visitaron nuestra redacción los bailarines del género español que ha contratado en Sevilla el empresario de la Alhambra y que esta noche se presentarán por primera vez al público madrileño.

Lo que más llama la atención del cuadro de baile son las dos parejas de niños, que son una verdadera notabilidad en el género. Los pequeños artistas, Manuel Martínez, Pastora Sánchez, Carmen Díaz y Amalia Molina bailaron a nuestra presencia unas sevillanas con la perfección y gracia que se le pueda exigir al más aventajado maestro.

También bailarán la hermosa primera bailarina Carmen Álvarez y el maestro director D. Ángel Pericet, que puede estar satisfecho de tener discípulos tan aventajados.

El conocido cantador apodado El Mochuelo, nos dejó oír su hermosa voz, cantando una malagueña.

La empresa del teatro de la Alhambra ha hecho una buena adquisición con los niños y niñas sevillanas. De seguro ganará mucho dinero” (El Liberal, 6-3-1895).

Amalia Molina

Amalia Molina

Desde el mismo día de su debut, “el numeroso público que llenaba el teatro aplaudió ruidosamente e hizo repetir con insistencia las sevillanas bailadas por los pequeños artistas” (El Imparcial, 7-3-1895), que se mueven sobre las tablas con “una soltura y maestría admirables” (La Correspondencia de España, 7-3-1895).

“Los niños sevillanos, que componen el bonito cuadro flamenco, tienen que repetir el cante y el baile, lo cual demuestra que gustan mucho” (Revista Ilustrada, Vías férreas, 23-3-1895).

El gran éxito obtenido lleva al teatro de la Alhambra a aumentar el número de sesiones diarias. Sin embargo, esto no es suficiente y, ante la gran demanda del público, a finales de marzo, el cuadro del maestro Pericet pasa al teatro Príncipe Alfonso, que ofrece un aforo mayor. No obstante, el grupo permanece poco tiempo en este coliseo madrileño, pues su presencia no tarda en ser requerida por distintos teatros europeos, como el del Príncipe, de Lisboa, y el Versalles parisino.

El maestro Ángel Pericet Carmona

El maestro Ángel Pericet Carmona

A finales de mayo, los niños y niñas sevillanos se presentan en Burgos y poco después en Logroño, donde provocan una auténtica revolución. Les acompaña esta vez el maestro Sánchez. El programa lo completan un cuadro cómico y la estudiantina Fígaro:

“Si ha de juzgarse de la bondad de un espectáculo, por el agrado con que le acoge el público, ninguno más agradable que el presentado anoche en el teatro.

Y efectivamente: es variado, alegre y entretenido. […]

¡Qué modo tan atronador y expontáneo (sic) de batir las palmas! Más, más: decían los espectadores, y los ejecutantes, sin hacerse de rogar, complacían a sus admiradores. […]

Del baile se repitió todo, marineras, sevillanas, el Vito, manchegas, malagueñas, seguidillas, etc. etc. Las niñas Pastora Sánchez, Amalia Molina, Carmen Díaz y el pequeño Manuel Martínez, merecen los aplausos que les prodigó el público y las perras que estuvieron cayendo sobre el escenario, como la lluvia de estos días: de temporal.

Su maestro Sebastián Sánchez, lo entiende y sabe lo que ‘se trae’.

La primera bailarina Salud García, se mueve con gracia y hace quiebros de flexibilidad; lleva un buen mantón de Manila” (La Rioja, 6-6-1895).

Antiguo Salón de Novedades de Sevilla

Antiguo Salón de Novedades de Sevilla

Aunque el elenco en su conjunto recibe una extraordinaria acogida por parte del público riojano, las que cosechan mayores aplausos son Carmen Díaz y su prima Amalia, que, a pesar de su juventud, empiezan ya a perfilarse como las grandísimas artistas que están llamadas a ser.

“En los bailes se hicieron aplaudir los niños Manuel Martínez y Pastora Díaz (sic), ganándose una lluvia de perras y caramelos […].

Pero la que realmente tiene un porvenir brillante es la niña Carmen Díaz, que reúne todas las condiciones de una bailarina de rango español: muchísima gracia, flexibilidad y dulzura en los movimientos, desplantes atrevidos, coquetería seductora y gran agilidad en las piernas.

En el vito, con su pareja Amalia Molina, que no le va en zaga a Carmen, hicieron primores, demostrando que son incansables, pues además bailaron seguidillas y bolero” (La Rioja, 7-6-1895).

Carmen Díaz, llevándose de calle al público por el salero con que se mueve y la afición y entusiasmo que demuestra en todos los instantes sin rendirse ni desfallecer.

Su compañera Amalia Molina, cantó con mucho estilo algunas coplas de malagueñas que le valieron muchos aplausos” (La Rioja, 16-6-1895).

Carrera en solitario

Una década más tarde, en mayo de 1905, encontramos nuevas referencias a Carmen Díaz, que debuta con éxito en el Salón de Actualidades de Madrid, donde vuelve a compartir cartel con Amalia. También figuran en el programa otras artistas de renombre, como la guitarrista Adela Cubas, la cupletista Candelaria Medina o la polifacética Pastora Imperio.

Carmen Díaz (El Progreso, 19-5-1915)

Carmen Díaz (El Progreso, 19-5-1915)

Carmen permanece en Actualidades hasta finales de año. Allí recibe grandes aplausos y destaca, no sólo como bailarina, sino también como profesora y coreógrafa:

“Con éxito verdaderamente extraordinario se estrenó anoche el precioso baile andaluz titulado La flor de la maravilla, puesto en escena por la notable profesora Carmen Díaz, y en el que toman parte las bailarinas señoritas Paquita López, Eloísa Carbonell y Amparito Muñoz” (La Correspondencia de España, 20-5-1905).

“También se estrenará el baile ‘La gracia andaluza’, que ha sido puesto en escena por la extraordinaria bailarina Carmen Díaz” (El Globo, 2-6-1905).

En noviembre de 1905, también se puede admirar a “la notable bailarina española Carmen Díaz” (La Correspondencia de España, 10-11-1905) en el teatro de Novedades y, posteriormente, en el Romea. En este último coliseo permanece durante más de dos meses, y coincide con distintas artistas de variedades, como la cupletista Pura Martini o las bailarinas Charito Olivares, La Negrita y La Violeta.

Romea.- La empresa de este teatro ha hecho una verdadera adquisición con la notable bailarina Carmen Díaz, que es hoy en su género, sin duda alguna, lo mejor que existe.

Así lo demuestra a diario al público, haciéndola repetir más de tres veces sus inimitables bailes” (La Correspondencia de España, 14-11-1905).

Pepa Oro

Pepa Oro

Durante esos meses, a pesar de sus numerosos compromisos en las mencionadas salas, Carmen también participa en otros espectáculos, de carácter más marcadamente flamenco, como el “gran concierto de cante y baile andaluz” celebrado en el Salón Zorrilla, con un elenco de primerísimo nivel:

“Bailadoras: Las célebres Carlota Ortega, Pepa Oro, Nicolasa González y María Jiménez (la Paloma).

Bailadora de palillos, Dolores Amador.

Cantadores: Juanito Ríos, José Torres (Niño de Jerez) y Luisa López (la de los Tangos).

Tocadores: Ángel Zurita y Juan Vargas (Niño de la Viuda).

En este concierto tomarán parte las célebres y sin rivales señoritas Amalia Molina y Carmen Díaz, que actúan en el teatro de Novedades.

Y terminará el espectáculo cantando D. Antonio Chacón, acompañado a la guitarra por el célebre guitarrista Miguel Borrull” (El País, 7-12-1905).


NOTAS:
(1) Según la información recabada hasta el momento, y a falta de nuevos datos que nos permitan validar nuestra hipótesis, nos inclinamos a pensar que Amalia y Carmen tal vez no fueran primas, sino tía y sobrina.


Amalia Molina, el arte y la gracia de Sevilla que conquistan al mundo (III)

Tras una breve y exitosa gira por el extranjero, en octubre de 1905 Amalia Molina regresa a Madrid, donde permanece otra larga temporada trabajando en el Teatro de Novedades y, posteriormente, en el Central Kursaal. En ellos coincide con algunas de las artistas de varietés más afamadas del momento, como Candelaria Medina, La Fornarina, Nieves Gil, Pastora Imperio o Pepita Sevilla. La acompaña a la guitarra la genial Adela Cubas. Sin embargo, ninguna de esas grandes figuras logra hacer sombra a la joven sevillana, que sigue encandilando al público y a la crítica:

Amalia Molina es una andaluza de cepa: pequeña, flexible, morena, de ojos negros, brillantes y expresivos. En escena es nerviosa, inquieta, vivaracha, muy graciosa, y tiene un desparpajo que con razón sobrada podrían envidiarle muchas tiples del género inmediatamente superior.
[…] Es cupletista y bailarina, y sobresale especialmente en el género flamenco” (Nuevo Mundo, 8-3-1906).

Amalia Molina

La cantaora y bailaora Amalia Molina

Una presencia imprescindible en los mejores eventos

Durante más de un año, la artista sevillana, siempre muy solicitada, compagina sus actuaciones en los mencionados locales con la participación en distintos eventos. Así, en octubre de 1905, Amalia es la encargada de cerrar la fiesta en honor de la prensa francesa organizada en el Teatro Español por el semanario Blanco y Negro. La acompañan Adela Cubas y las bailarinas Pepita Martínez, Celia la Gaditana y Lucía Yárritu.

Una vez más, sus cantes conquistan a la prensa y entusiasman al auditorio, que le solicita sus famosos tangos de Los lunares de San Pedro:

Amalia Molina no tiene rival en el tiento de los lunares, en los tangos y en las granadinas” (El Liberal, 22-10-1905).

“La Srta. Cubas dibujó en la guitarra magistralmente aires andaluces, acompañando a la señorita Amalia Molina. Ésta arrebató a españoles y extranjeros; el auditorio no se cansaba de aplaudirla ni ella de bordar, con filigranas de estilo, coplas y más coplas” (Blanco y Negro, 4-11-1905).

Amalia Molina no es bonita: es pire (1), que dicen los franceses. Es la gracia femenina, encerrada en un cuerpo esbelto, menudo, cimbreante, de mujer, reflejada en unos ojos habladores, que iluminan un delicioso minois (2) de andaluza salada y picaresca. […]

Las sevillanas entusiasman al público. Y de repente suenan claras y ruidosas algunas voces extrañas, de misterioso sentido:
– ¡San Pedro! ¡San Pedro!
¿Qué es esto? ¿Quién invoca al celestial portero? Las voces que le llaman no parecen demasiado devotas: suenan a alegría de vivir, no a austeridades de oración. Amalia sonríe, levanta la cortina roja del escenario, y habla con un señor vestido de frac […]. Y suenan otra vez los crótalos y vuelven las sevillanas” (La Época, 26-10-1905).

Amalia Molina (Nuevo Mundo, 8-3-1906)

Amalia Molina (Nuevo Mundo, 8-3-1906)

Una artista flamenca de primera fila

Dos meses más tarde, sobre las tablas del Salón Zorrilla tiene lugar otro acontecimiento artístico de primer nivel, una velada de cante y baile flamenco con el siguiente elenco: las bailaoras Nicolasa González y la Paloma; los cantaores Antonio Chacón, Juanito Ríos, el Niño de Jerez, y Luisa la de los Tangos; y el guitarrista Miguel Borrull. “Y para que la velada fuera completa, la popular Amalia Molina, bailó unas sevillanas y un tango con toda la gracia que hay en Serva la vari” (El País, 10-12-1905).

En una entrevista concedida años más tarde, Amalia expresa su admiración hacia el cantaor jerezano:

“- ¿Cuál ha sido su maestro de canto flamenco?
– ¡Chacón!… Es el que más me gusta. Yo lloro oyendo cantá a Chacón… Juan Breva también se traía lo suyo. A mí el flamenco me gusta cantarlo al piano… ¡Qué sé yo!… A la guitarra me huele a aguardiente y en orquesta a champagne” (Nuevo Mundo, 23-3-1917).

A la intensa y exitosa actividad desarrollada por Amalia Molina en la Villa y Corte hay que sumar sus escapadas a otras ciudades, como Barcelona o Murcia, así como una breve tournée por Portugal. Números como El Cocotero, El hoyito o el imprescindible Los lunares de San Pedro obligan a la artista a repetir en numerosas ocasiones. Su popularidad es tal que incluso varios príncipes extranjeros acuden al Central Kursaal a disfrutar de su espectáculo.

El cantaor Antonio Chacón

El cantaor Antonio Chacón

En marzo de 1907, no han pasado ni tres años de su debut en Actualidades y la joven sevillana ya se ha convertido en la estrella indiscutible de los mejores saraos. Buena prueba de ello es su presencia en el cuadro flamenco contratado por el embajador mexicano para agasajar a sus ilustres invitados. En él figuran también el cantaor El Mochuelo, el guitarrista Miguel Borrull y las hermanas Esmeraldas. La crónica publicada por el diario El Imparcial permite hacerse una idea sobre la exclusividad del espectáculo:

“Las tres juveniles artistas daban una nota de color a aquel cuadro aristocrático, de suprema elegancia, con sus pañuelos de Manila bordados en sedas de vistosos colores, con los rojos claveles y las peinetas de concha sujetando sus oscuras cabelleras y con la picante hermosura de sus cabezas goyescas.

[…] las figurillas de acuarela se movieron garbosas y rítmicas al compás de la guitarra magistralmente tañida, y las coplas melancólicas o jocundas acompañaban los movimientos de las gentiles bailaoras. Y las manos enguantadas y aristocráticas aplaudían el arte y la gracia encarnados en aquellas lindas chiquillas de pies menudos y ojos de fuego. Sevillanas, tangos, peteneras, toda la gama de los géneros andaluz y flamenco fue pasando ante los espectadores, sin que el cansancio rindiera los gentiles cuerpecitos de Amalia Molina y de las Esmeraldas” (13-3-1907).

Unos días más tarde, en la Fiesta del Sainete, la artista baila unas sevillanas boleras junto a La Argentina, Carmen Díaz, Pepita Sevilla y las hermanas Esmeraldas. Ésta es una de sus últimas actuaciones antes de pasar por el quirófano para someterse a una “seria operación” (Heraldo de Madrid, 16-4-1907), que la mantiene apartada de los escenarios durante varios meses. (3)

Un artista sencilla y decente

En enero de 1908, completamente restablecida, Amalia retoma su apretada agenda con una gira por provincias, comenzando por la costa mediterránea. Ciudades como Cartagena, Murcia, Alicante o Málaga son algunos de sus destinos.

Pepita Sevilla (Cánovas, París)

Pepita Sevilla (Cánovas, París)

En una época en que las estrellas del género ínfimo recurren al descaro y la provocación, y muchas de ellas se convierten en auténticos objetos eróticos, la prensa murciana elogia una vez más la sencillez de la artista sevillana, que no ha de servirse de tales estrategias:

“A la Amalia Molina no es necesario ir a verla trabajar a la sección de una hora determinada para apreciar en ella sus encantos, puesto que con igual modestia se presenta en las primeras horas del espectáculo, que al final de éste. Tampoco tiene que recurrir como otras a ciertos recursos para agradar al público, pues su trabajo es por sí solo sugestivo y arranca a los morenos haciéndose aplaudir tanto cuanto quiere, sin emplear como ya decimos, frases ni ademanes propios de la moderna sicalipsis” (El Eco de Cartagena, 7-1-1908).

Tal vez por eso sus espectáculos son muy apreciados por las mujeres, pues, a diferencia de otras artistas, la Molina es una chica “decente”, digna del público más selecto y refinado (4). Amalia está sobrada de arte, especialmente en el género flamenco. Con su cante y su baile, ella sola se basta para llenar el escenario y arrancar al auditorio sonoras ovaciones:

“El couplet de la mantilla, las soleares y el tango de los lunares, los canta con un gusto singular y los adorna con su correspondiente parte de baile, donde se aprecia que no solamente es la primera hoy en España como cuplestista, sino que también es difícil que nadie la aventaje hoy como bailarina” (El Eco de Cartagena, 7-1-1908).

Canto es el suyo, que si elogiarlo pudiéramos como se merece, no encontraríamos palabras para ello […].

Su baile, no es el desgarrado de otras artistas, no es el flamenco exageradamente achulapado de otras, no: Amalia Molina, baila con elegante finura y artísticos movimientos que agradan sumamente a sus muchos admiradores” (Carthago, 12-1-1908).

“… continúa cosechando justísimos y merecidos aplausos la sin par y elegante bailarina y coupletista Amalia Molina, pues en su trabajo tiene una gran especialidad que consiste en cantarse unas malagueñas de inimitable y exquisito gusto, y muy bien traídas, por cierto, que le valen justas y delirantes ovaciones” (Carthago, 19-1-1908).

Amalia Molina (Manuel Company, 1905)

Amalia Molina (Company, 1905)

NOTAS:

(1) pire: peor.
(2) minois: carita, palmito.
(3) La Revista Ibero-Americana de Ciencias Médicas ofrece algunos datos sobre la intervención a la que es sometida la artista: “Amalia Molina, 20 años, Madrid, soltera. Operada el 9 de abril de 1907. Salpingo-ovaritis quística izquierda con peri-auexitis. Iguales lesiones en los anejos derechos. Extirpación bilateral, dejando solamente un trozo del ovario izquierdo que encontramos sano” (agosto de 1908)
(4) Unos meses más tarde, en una entrevista concedida al diario gallego El Noroeste, la artista se muestra satisfecha por la admiración que despierta entre el público femenino:

Amalia Molina préciase de gustar a las damas. Yo creo que gusta más a los hombres, pero ella lo acaba de explicar.
– Los espectáculos para hombres han decaído. Hay que buscar a las señoras” (10-12-1908).